Prolongó el beso, empujándome contra un lado de su coche, apretando su cuerpo contra el mío. Al instante envolví mis brazos alrededor de él con fuerza para que no pudiera alejarse de mí.
Su beso era casi desesperado, como si estuviera decidido a compensar al completo las seis semanas sin mí en ese momento. No es que me importara. Yo estaba a favor de recuperar el tiempo perdido, mi cuerpo era fuego en este momento y el único que podía ayudarme a salir de mi estado de frustración era él.
Sin embargo, probablemente no era una una gran idea tener una sesión de exhibicionismo afuera de su bloque de apartamentos. Me había dicho que la Señorita. Teller vivía en su calle. Sería estúpido por mi parte dejarme llevar por mis impulsos, y que terminásemos siendo descubiertos.
Mientras él succionaba mi labio inferior, alejé a regañadientes mi boca de la de él. Pero, obviamente, no estaba contento con eso, porque mientras yo movía la cabeza hacia atrás, él movía la suya hacia adelante y me besó de nuevo. Me reí tontamente contra sus labios y finalmente suspiró y se alejó, haciéndome una mueca de broma.
-Lección numero uno, debes hacer todo lo que un profesor pide, lo que incluye besarme cuando te lo pida. Y nada de estos disparates de alejarse -bromeó, sonriendo burlonamente hacia mí -.
Me reí de nuevo y puse los ojos en blanco.
-Sólo pensé que tal vez deberíamos ir dentro por si alguien nos ve -expliqué, encogiéndome de hombros-.
Presionó su frente contra la mía.
-Supongo, además nosotros realmente, necesitamos hablar -dijo sin aliento, alejándose de mí y agarrando mi mano -.
Sonreí y entrelacé nuestros dedos, dejándolo que me llevara hacia su apartamento.
Se detuvo frente a su puerta y me miró como disculpándose. Se me ocurrió cuál era probablemente la razón de su mirada de disculpa
-Tu casa es un desastre, ¿verdad? -pregunté, tratando de no reírme -.
-En mi defensa, puedo decir que no sabía que ibas a venir -respondió, haciendo una mueca-.
Me acerqué a él y rocé la nariz contra la suya ligeramente.
-Liam, sé que eres un vago – sonreí – de hecho me gusta eso, prueba que eres humano y no un capullo súper sexy como aparentas, todo el mundo tiene defectos y disfrutar viviendo en una pocilga es obviamente el tuyo.
Me sonrió.
-¿Crees que soy súper sexy? -enarcó las cejas -.
Le sonreí ampliamente.
-El maestro más sexy que jamás he visto – le saque la lengua -.
Se rio y abrió la puerta, cogiendo mi mano e invitándome a pasar.
El lugar era justo como lo recordaba, desordenado, y atestado, pero me encantó. Sonreí y me acerqué más a él, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello, mirando directamente a sus ojos mientras la felicidad se arremolinaba alrededor de mi cuerpo.
-Me encanta tu apartamento -confesé -.
-Y a mí me encanta que estés en mi apartamento – sonrió -.
Me besó durante un par de segundos, pero luego se apartó de mí, sonriendo un poco tímidamente.
-April, vamos a hablar un poco -Me guio hasta el sofá y se sentó -.
Un ceño preocupado marcaba su frente. Sonreí y asentí, sentándome a su lado y sosteniendo su mano fuertemente. Él jugaba con mis dedos, un poco incómodo.
-Liam, ¡habla! -me reí, poniendo los ojos en blanco -.
-Está bien, quiero estar contigo -comenzó a decir -.
Sonreí abiertamente mientras mi corazón saltaba en mi pecho.
-Eso esta bastante bien, teniendo en cuenta que quiero estar contigo también – asentí -.
Inclinó la cabeza y me besó suavemente, con sus ojos fijos en los míos.
-Podríamos tener muchos problemas por esto, bueno más bien seguramente los tendremos. Hay un par de opciones para nosotros -Frunció el ceño, y asentí para que continuara -Podemos estar juntos y ocultarlo, o esperar hasta que termines el instituto.
Sonreí y me acerqué más a él en el sofá.
-¿Esperarías por mí? -bromeé, jugando con el cuello de su camiseta-.
Envolvió su brazo alrededor de mi cintura y sonrió con tristeza.
-Estaba pensando en invitarte a salir el día de tu graduación, tuve la gran idea de bañarte en tulipanes y ponerme de rodillas, sosteniendo una bolsa de comida mexicana mientras te suplicaba por que me dieses otra oportunidad - admitió, rozando mi mejilla -.
Mordí mi labio.
-¿Habría quesadillas en la bolsa? -le pregunté, tratando de mantener una cara seria-.
Sonrió y asintió.
-Por supuesto – respondió -.
-Entonces, sin duda te habría dado otra oportunidad -me reí cuando me sonrió -.
Mi corazón latía tan rápido que apenas podía mantenerme quieta. Me había perdido esto, esta rutina fácil, el coqueteo, y las sonrisas. Todo lo que siempre fue tan fácil con Liam.
-Así que entonces vamos a esperar hasta después que termines el instituto, todo será más fácil entonces y los nueve meses pasarán muy rápido-dijo-.
¿Quiere esperar? Yo no quiero eso de ninguna manera. Ahora que lo había besado otra vez no quería volver a estar lejos de él de nuevo.
-Liam, no quiero esperar ¿En serio tú quieres esperar? -le pregunté, rogándole con los ojos que dijera que él tampoco podía estar lejos de mí un solo segundo-.
Él frunció el ceño.
-Por supuesto que no quiero esperar, April, no quiero esperar en absoluto – sacudió la cabeza -.
-Quiero estar contigo ahora, Liam. Estoy totalmente loca por ti y estas últimas seis semanas han sido horribles – le dije con firmeza -Vamos a estar juntos, pero manteniéndolo en secreto, eso es lo que quiero.
Él se echó a reír.
-¿De dónde viene esta explosión repentina de confianza? Me gusta -bromeó-.
Me ruboricé como de costumbre y él pasó su dedo por mi mejilla extremadamente orgulloso de sí mismo.
-Muy bien, genial. Vamos a mantenerlo en secreto entonces – me dijo -creo que tendrás que decírselo a Bonnie, si no ella lo averiguará de todas formas.
Asentí y me mordí el labio. Bonnie iba a volverse loca cuando se enterara.
-Bonnie me ha dicho que aún te gustaba, pero yo no le creí; así que ella me va a decir «te lo dije» cuando se lo cuente – suspire -.
-Chica lista, y eso que pensé que estaba haciendo un trabajo bastante decente ocultándolo; Bueno, lo estaba haciendo bien hasta que ese mierdecilla de Justin continuaba insistiendo en tocarte... -se interrumpió, frunciendo el ceño-.
Me revolví en mi asiento.
-Liam, no quiero estar con Justin, tú lo sabes, ¿verdad? - pregunte - Estaba enfadada por nuestra ruptura y entonces tú empezaste con la señorita Teller, así que sólo traté de seguir adelante. Y, lo admito, eso comenzó porque yo trataba de vengarme de ti por seguir adelante tan pronto con ella.
Él suspiró.
-Sé que estabas enfadada y está bien, sin embargo yo no estaba saliendo con la señorita Teller, te lo prometo. Nunca ocurrió nada con ella, ni con nadie más y jamás lo haría porque estoy enamorado de otra persona -Sus ojos se clavaron en los míos, haciendo que mi piel se calentara -.
¿Hacía mucha claro aquí, o sólo era yo?
Lo besé, sin saber qué decir. Me había equivocado acerca de él y la señorita Teller todo el tiempo y debido a eso yo había salido con Justin. Claro, sólo fue por unos días, pero aún así lo hice y no podía sentirme peor por ello. Él me devolvió el beso, haciendo un pequeño gemido en la parte posterior de la garganta que definitivamente elevó la temperatura en la habitación otro grado.
Poco a poco me tendí de espaldas, tirando de él sobre mí, besándolo profundamente. Pasé mi mano bajo su pecho. Deslizándola bajo su camiseta maravillándome sobre los duros músculos de su estómago. Él se apartó rápidamente y puso su mano sobre la mía, haciendo que me detuviese en mi tarea de llevarla más arriba bajo sus ropa.
-April, me estás volviendo loco -susurró, sus ojos pasearon por mi cuerpo lentamente-.
Rodó hacia un lado alejándose de mí, permaneciendo tumbado a mi lado.
Sonreí. Él siempre me hizo sentir tan hermosa todo el tiempo. No tenía idea de lo que veía en alguien como yo, Liam; pero claramente veía algo que le gustaba y ese pensamiento hacía que mi corazón se inflara en mi pecho.
Volví a besarlo de nuevo, pero él negó con la cabeza.
-Tenemos que establecer algunos límites y tenemos que hacerlo rápido antes de que pierda el control -dijo rápidamente-.
Le miré confundida.
-¿Cómo? - enarqué una ceja -.
Me miró frunciendo los labios.
-Estoy preparado para estar juntos y mantenerlo en secreto porque te extrañaría como un loco si esperáramos, pero... soy un adulto y tu maestro, por lo que es necesario que haya algunas líneas que no crucemos – explicó -.
¿Líneas que no crucemos? Por favor, dime que no se está refiriendo a lo que creo que se está refiriendo. De repente me volví muy consciente de que él apenas si me había tocado, cada vez que lo había tocado, él se había alejado.
-¿Qué significa? -presioné, rezando para que no lo dijera -.
Me miró con complicidad.
-Sabes de lo que estoy hablando, April – bromeó - Me refiero a tus costumbres pervertidas.
Puse los ojos en blanco. Genial, bueno, eso es simplemente genial, él va a dejarme frustrada por nueve meses. Perfecto.
Suspiré y lo miré dudosamente. ¿Realmente sería capaz de esperar durante nueve meses hasta que terminara el instituto? El brillo en sus ojos cuando me miraba y la forma en que me besó ciertamente no decían lo mismo.
-Entonces, ¿Qué tipo de cosas son aceptables para ti? -le pregunté, resistiendo la tentación de hacer un puchero y suspirar como una niña pequeña -.
No entendía de verdad por qué quería esperar, nadie sabría nada.
-Bueno, no puedo dejar de besarte, así que besar es definitivamente aceptable -murmuró, presionando sus labios con los míos suavemente por un segundo -Simplemente no quiero andar metiéndote mano o algo así, nada de tocar piel.
Di un grito ahogado.
-¿Me estás tomando el pelo? -fruncí el ceño -.
Suspiró.
-April, vamos, esto es difícil para mí. Soy un adulto y técnicamente tú no lo eres. Ni siquiera debería estar tumbado aquí contigo, o besarte – me dijo -.
-Liam, nadie sabrá lo lejos que lo llevemos -murmure - no diré nada a Bonnie de lo que pase, los únicos que lo sabremos seremos tú y yo; así que no hay ninguna razón para contenernos y estar frustrados los próximos meses.
-April, yo lo sabré y tú lo sabrás. No puedo acostarme con una menor de edad de nuevo, es diferente hacerlo cuando no lo sabía, pero sabiéndolo no puedo; Entiéndelo, por favor, no quiero hacerlo -Me miró disculpándose mientras continuaba - Los nueve meses pasarán muy rápido, lo prometo...
Sus ojos estaban fijos en los míos, rogándome que le entendiese.
Asentí de mala gana. Supongo que el tiempo pasaría lo suficientemente rapido; yo aún podría llegar a pasar tiempo con él y besarlo. Tal vez la espera lo haría mejor a largo plazo; me di cuenta de que se sentía incómodo estando tan cerca de él.
-Bueno, sí, supongo, si eso es lo que quieres puedo estar de acuerdo – masculle -.
Sonrió agradecido.
-Gracias, te amo, April; Tan pronto cuando hayas terminado el instituto te juro que no habrá nada en este mundo que me impida estar contigo una y otra vez. Voy a hacer que valga la pena esperar, lo prometo... eso si aún me quieres entonces por supuesto -bromeó, delineando mi labio inferior con su dedo, haciéndome la boca agua-.
Ni siquiera me molesté en contestar el comentario «si aún quieres», que no justificaba una respuesta, ya que era tan descabellado.
Un momento. Así que dijo nada de tocar la piel, ¿significaba que lo podía tocar encima de la ropa?
-¿Liam? - pregunte -.
-¿Si? -murmuró, besando un lado de mi cuello ligeramente, haciéndome inclinar la cabeza hacia atrás para darle un mejor acceso-.
-Dijiste nada de piel, ¿verdad? ¿Así qué sobre la ropa está bien? -susurré -.
Él gimió contra mi cuello.
-No lo sé, April, supongo que sí – musitó -.
Me puse a horcajadas sobre él. Podía sentir lo excitado que estaba.
-Creo que sobre la ropa esta bien -le susurré, besándolo apasionadamente -.
Él gimió, y el sonido hizo que mi corazón comenzara a latir frenéticamente en mi pecho. Sus manos bajaron por mi espalda, pero se detuvo justo antes de llegar a mi culo y no pude evitar sentirme un poco frustrada al respecto. Me besó tan fieramente como yo lo estaba besando. Inconscientemente apreté las caderas contra él, haciendo disparar por mi cuerpo una pequeña explosión de placer. Él gimió en mi boca y se apoderó de mis caderas, inmovilizándolas cuando traté de hacerlo de nuevo.
Alejé sus manos, entrelazando nuestros dedos.
-Esto es sobre la ropa -susurré, empujando contra él de nuevo, adorando cómo de íntimamente nos estábamos rozando-.
Él gimió.
-April, follar en seco no es realmente lo que quería decir -murmuró, pero empujé contra él más fuerte haciendo que callara y me mirara con lujuria-.
¡Oh sí, definitivamente le gusta esto!
-Shh – susurre -.
-Nosotros... esto no es... yo... -tartamudeó, mirándome angustiado-.
-Hay mejores cosas que podrías estar haciendo con tu boca que hablando, Liam -susurré, rozando mis labios sutilmente sobre los suyos -.
Sus manos me soltaron, enredó una en mi cabello, acercando mi boca hacia la suya. Sonreí contra sus labios mientras envolvía su otro brazo alrededor de mí, rodando sobre mi espalda, me besaba como si fuera la última cosa que haría. Su beso fue increíble, cada terminación nerviosa estaba en llamas al igual que mi tembloroso cuerpo. Me hizo sentir tan especial sólo por lo mucho que me deseaba también. Este increíble chico me deseaba, de todas las que pudo elegir, me eligió a mí. Yo nunca daría su amor por sentado, jamás.
-Te amo, Liam -murmuré sin aliento -.
Se echó hacia atrás y sonrió
- April -susurró -.
Su respiración era tan irregular como la mía. La escena de manoseó intenso era con cada segundo más y más ardiente, pero él ni una vez trató de traspasar la línea invisible que había dibujado. Sin embargo yo sí lo hice. Mis manos parecían tener mente propia. Cuando una de mis manos le bajó la parte de atrás de sus vaqueros, él me la retiró rápidamente, presionando su cara en un lado de mi cuello, frotando su nariz a lo largo de la piel.
-Eso fue inesperado, señorita Bloom -susurró, mordiendo mi cuello ligeramente-.
-Luego hablaremos del castigo, señor Cowell – bromeé, riendo -.
Él se rió y se retiró ligeramente, mientras apartaba el pelo de mi cara con suavidad.
-En serio, encima de la ropa – me recordó -.
Me consoló el hecho de que parecía que odiaba este acuerdo tanto como lo hacía yo.
-Sobre la ropa – asentí -.
Levante la cabeza, besando sus labios suavemente. Él asintió y besó la punta de mi nariz antes de levantarse, tomar mis manos y tirar de mí para sentarnos.
-Voy a pedir la comida -afirmó-.
-Tú haz eso y yo elegiré una película- respondí -.
Me miró con tanta dulzura, tan tiernamente que hizo que mi corazón se acelerara en el pecho.
-Prefiero verte a ti – me guiñó un ojo -.
Me reí ante su intensa mirada.
-Entonces tú puedes verme y yo veré la película -bromeé -.
Se quedó allí mirándome con una sonrisa de satisfacción en el rostro.
-¿Qué estás esperando? ¡Ve a pedir la comida! -Ordené, agitando la mano hacia la puerta bromeando -.
-Te amo, April -dijo casualmente, antes de girar y dirigirse a la cocina a buscar el menú-.
Mi corazón se derritió. En serio, no estaba acostumbrada a esa frase saliendo de su boca, cada vez que la decía yo quería saltar de alegría.
Suspiré contenta, desplomándose en el sofá con una tonta sonrisa en mi cara. Nueve meses parecían mucho tiempo, pero estaba bastante segura de que él cedería sobre eso en algún momento. Alguien como Liam no podría esperar tanto tiempo para el sexo.