No sé qué somos

De laurita95dl

90.7K 4K 688

April es una chica de 17 años, que disfruta del verano antes de su último año de instituto. Ella como toda ad... Mais

Introducción
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capitulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capitulo 50
Capítulo 51
Epílogo

Capítulo 24

1.6K 70 14
De laurita95dl

A la mañana siguiente comencé a estirarme en la cama, despacio. Había luchado desesperadamente por mantener los últimos momentos del sueño, porque en mi sueño, estaba rodeada por un hermoso aroma que solo hacía traerme buenos recuerdos. No quería abrir mis ojos y despertar de ese increíble sueño. Me sentía tan contenta y feliz que no quería que eso terminara nunca, y tener que enfrentarme a la realidad. Ignoré el dolor de mi cabeza y sólo me concentré en la esencia que únicamente podría ser de un hombre, por el cual yo estaba loca, el que necesitaba en mi vida. Soló y simplemente en Liam.

Mi mente comenzaba a despertar aunque no quisiera y suspiré profundamente, apretando mis ojos cerrados, pidiendo silenciosamente en mi cabeza que el sueño continuara un poco más. Después de un par de minutos abrí los ojos para ver una serie de números rojos en un reloj despertador, en vez del verde habitual al que tanto estaba acostumbrada. ¿Qué demonios? Me levanté un poco y gemí cuando toda la habitación comenzó a dar vueltas haciendo que mi estómago se revolviera. El dolor de mi cabeza se hizo más fuerte cuando eché un vistazo alrededor del familiar cuarto, un cuarto en el cual nunca esperé despertarme otra vez en mi vida.

¿Espera, todavía estoy soñando? ¿Desde cuando eran tan realistas mis sueños?

Algo se movió a mi lado en la cama. Ahogué un grito mientras giré mi cabeza, esperando ver a Liam. Tal vez las dos últimas semanas habían sido un sueño horrible. Tal vez él no era mi profesor después de todo y esto era sólo una pesadilla enfermiza de la cual él se reirá cuando se la cuente una vez que se levantase.

Sin embargo, mis pensamientos fueron apartados a un lado cuando vi a la persona que estaba allí. En el lugar de Liam, dormida y echa un ovillo, estaba Amy.

¿Qué?

Ella todavía estaba profundamente dormida. Su maquillaje se había corrido bajo sus ojos haciéndola parecer un mapache. Me reí silenciosamente deseando tener mi teléfono móvil a mano para hacerle una fotografía. Me senté despacio, aferrándome al borde del colchón. Definitivamente tenía incorporarme de la cama por completo porque allí me estaba sintiendo peor.

¿Por qué estoy en la casa de Liam con Bonnie? La última cosa que recordaba era ir a la fiesta con Dylam, luego Liam llegó y tuvimos una pequeña discusión, como siempre, y eso fue todo. A partir ahí mi memoria estaba un poco confusa. Tenía que encontrar a Liam y preguntarle qué demonios le íbamos a decir a Bonnie sobre cómo terminamos pasando la noche en la casa de nuestro profesor.

Camine hacia la puerta y apoye mi frente sobre la madera fría de la puerta durante un par de segundos, tratando de calmar mi cabeza, pero sabía que nada quitaría el dolor excepto una pastilla.

Trate de no despertar a Bonnie; quería saber la historia antes de que ella me interrogara sobre ello. Una vez que llegué al salón, mis ojos al instante se enfocaron en el sofá, pero él no estaba allí. Sin embargo, daba la impresión de que había dormido allí. Había un par de mantas revueltas y una almohada.

Cuando entré en la cocina sus ojos se encontraron con los míos mientras que saltaba de la silla mirándome con preocupación. Agarró mi brazo rápidamente.

-¿Estás bien? -preguntó, inclinándose para mirarme mientras me llevaba a uno de los dos taburetes de la cocina-.

Fruncí el ceño.

-Sí, tengo dolor de cabeza, pero estoy bien -Asentí, deshaciéndome de su agarre – supongo que me pase con el alcohol.

No me gustó que me tocara, incluso un toque casual como ese hacía que mi estómago se revolviera. No necesitaba algo más que me hiciera sentirme enferma, el alcohol hacía un trabajo excelente por sí solo.

-Te conseguiré alguna pastilla, siéntate -Él se giró al armario que estaba a su lado y yo no pude parar de mirar su tonificada espalda cuando él alcanzó y agarró el botiquín de primeros auxilios que tenía-.

¿Por qué demonios tiene que estar sin camiseta? ¿Estaba tratando de provocarme? ¿Un pequeño recordatorio de algo que yo no podía tener? Imbécil.

Él me pasó un vaso de agua y dos pastillas, sentándose frente a mí. Pareciendo preocupado.

-Gracias Liam, ¿Así que... - hice una pausa - por qué estamos aquí?.

Estaba nerviosa mientras miraba su cocina. Todo se veía igual y lo había echado de menos. Le echaba de menos salpicándome agua cuando lavábamos los platos y que habíamos usado; extrañaba el olor de este lugar. Hasta echaba de menos la pila de periódicos que aún no se había decidido a llevar a reciclar como él había dicho que lo haría. Sólo eran pequeñas cosas, pero las echaba de menos todas.

Él me miró con curiosidad.

-¿No recuerdas qué pasó anoche? -preguntó-.

-¿Qué pasó anoche? ¡Ay no, por favor no me digas que vomité por todas partes, o rompí algo caro!- sacudí la cabeza -.

Espere que me dijese las malas noticias. Él suspiró y pasó una mano por su pelo desordenado.

-April, anoche alguien puso algo en tu bebida ¿No recuerdas haber sido casi... atacada? -preguntó, apretando su mano sobre la mesa.

¿Atacada? ¿De qué estaba hablando?

Cerré los ojos y pensé en ello, de repente pequeños fragmentos de ello comenzaron a venir a mi mente. Era como un sueño; mientras más trataba de pensar en ello, más lo olvidaba. Pero había algunas cosas que si volvían. Había bailado con un chico y él me llevó al dormitorio en vez de a tomar el aire en la calle, no podía recordar completamente su cara, pero me acordé de sentirme asustada y que no podía moverme correctamente. Recordé a Liam golpeando al chico y gritándole.

Viendo la mirada sombría y comprensiva del rostro de Liam, sabía que era verdad.

-Llegué a tiempo, todo está bien. Él no.... -él se calmó, parecía estar dolido -.

-Gracias -susurré tratando de no llorar -.

Sonrió débilmente y negó.

-No tienes que agradecérmelo, April por favor nunca vuelvas a beber nada de alguien que no conoces, no puedo ni pensar en lo que podría haber pasado si yo no... -Él gimió, con los ojos cerrados y apretando su mandíbula fuertemente-.

Me levanté del taburete y me moví a su lado, envolvi mis brazos en su cuello, abrazándole como si mi vida dependiera de ello.

No sabía qué decir o cómo mostrarle lo agradecida que estaba con él por salvarme. Sus brazos rodearon mi cintura y me acercó a su regazo, sosteniéndome fuerte. Podía escuchar su corazón latir constante en su pecho. Sonreí por lo cerca que estaba. Su torso desnudo estaba presionado contra mí, olía tan delicioso y apetecible. Acarició mi cabello suavemente, nos quedamos allí sentados, ninguno de nosotros habló o se movió hasta que escuché que la puerta del dormitorio se abría otra vez y supe que Bonnie se había levantado.

Los brazos de Liam me soltaron pero noté con algo de satisfacción que no me alejó de él. Sonreí y me obligue a levantarme de su regazo, mirando hacia la puerta de la cocina, esperando verla entrar. Las manos de Liam cayeron en su regazo mientras miraba en otra dirección, con sus hombros encorvados.

Bonnie se detuvo vacilante en la entrada, mirándome a mí y a Liam.

-¿Estoy interrumpiendo algo? -preguntó ella, ruborizándose -.

Quise decirle; claro que sí, el mejor abrazo que he tenido en tres semanas, pero por suerte resistí el impulso. Fruncí el ceño. ¿Por qué creería ella que podría interrumpir algo? Sonreí.

-¿No, por qué? -pregunté confundida-.

Ella frunció el ceño en desaprobación y negó.

-Puedes dejar de fingir, April ¿Por qué no me lo dijiste? -preguntó, mirándome un poco dolida mientras se sentaba en el taburete donde yo había estado sentada antes -.

¡Bueno esta conversación se esta haciendo cada vez más rara, por segundos!

-¿Decirte qué? -pregunté, tratando de parecer inocente-.

Ella no sabía lo de Liam, ¿o sí? Anoche estaba igual de borracha que yo, así que seguramente no sabría nada más de lo que yo sabía, tal vez su nombre.

Bonnie puso los ojos en blanco.

-Sobre tú... y Liam -Señaló a Liam quién estaba sentado allí, tenso e incómodo, de hecho incluso triste-.

Aspire profundamente. ¿Cómo lo adivinó? ¿Qué demonios digo? ¿Puedo contarle lo nuestro? ¿Qué querrá Liam que yo haga, negar todo o confirmarlo? Sentí nauseas con la preocupación.

Podía sentir que mis manos comenzaban a temblar mientras dudaba entre distintas opciones.

¿Y si Bonnie pensaba que se había aprovechado de mi también y se lo dijera a alguien, y si ella iba a la policía y Liam se metía en problemas por ello? En el mejor de los casos él podría perder su trabajo, en el peor iría a prisión.

Abrí mi boca, pero nada salió. ¡Venga, cerebro estúpido, piensa en algo que decir! Sacudí la cabeza tratando de parecer inocente.

-¿Bonnie, de qué estás hablando? ¿Estás todavía borracha? -pregunté-.

Ella enarcó una ceja con esa mirada que parecía decir: «soy tu mejor amiga y sé que estás mintiendo».

Miré a Liam buscando ayuda. Él sería capaz de mentirle, tenia esperanzas en eso. Él suspiró y se inclinó hacia delante, descansando sus codos en la mesa mientras miraba a Bonnie

-No sabía que ella tenía diecisiete años, nos conocimos en la discoteca y cuando April me dijo que estaba estudiando, creí que ella hablaba de la universidad. Ella pensó que lo había entendido y yo creía que ella tenía veinte años -explicó Liam -Lo gracioso fue que comencé a trabajar en el instituto donde vais, y allí lo descubrí todo -suspiró- Esto no debería haber pasado, pero pasó. No sé qué más decir aparte de esto.

Se encogió de hombros, como si esperara que ella fuera a gritarle. Yo en cambio sólo me senté allí contemplándole asombrada.

¿Él de verdad le dijo todo eso a mi mejor amiga? No podía respirar. Literalmente no podía respirar, mis pulmones comenzaban a arder. Era como si hubiera olvidado inhalar aire o algo así. Comencé a entrar en pánico. No podía apartar mis ojos de Liam, no quería mirar en dirección a Bonnie.

Había roto definitivamente el código de mejor amiga al no decirle quién era Liam en realidad, pero ella me perdonaría, eso lo sabía. Sí, le había hecho daño, pero ella me perdonaría cualquier cosa, lo mismo que ella sabía que yo lo haría si esto fuera al revés.

Liam me miró un poco preocupado mientras él de repente agarró mi brazo y poniéndose enfrente de mí.

-¿Estás bien? Estas pálida -dijo desesperadamente-.

Tragué fuertemente y asentí, tratando de calmar mi corazón acelerado, pero no podía. Él sonrió y retiró un mechón de mi cabello de mi rostro, suavemente.

-Está bien, Bonnie tiene derecho de saberlo, así que no podíamos mentirle sobre ello – me dijo - está bien, deja de estresarte por ello.

Lo amaba tanto como lo odiaba al mismo tiempo.

-¿Por qué esta mal lo vuestro? -preguntó Bonnie de repente-.

Liam suspiró.

-April es menor, como su profesor ella está a mi cargo, no es legal para nosotros el... está clasificado como abuso de menores -explicó él -.

Parecía que hubiera estado pensando en eso durante mucho tiempo, de hecho, pensándolo bien, parecía que él no había dormido en absoluto. Había oscuros círculos bajo sus ojos que le daban un aspecto cansado.

-No -Negué -.

Odiaba cuando él decía aquella palabra; convertía lo que habíamos sentido en algo malo.

Él suspiró y su mano cayó de mi mejilla. En aquel momento yo daría lo que fuera para que él la pusiera de nuevo en mi rostro, necesitaba sólo cualquier clase de contacto físico, porque estaba perdiendo el control.

-Os dejare a las dos para que habléis, me voy a la ducha -él sonrió tristemente antes de dar vuelta y salir de la cocina-.

Me dejó allí con Bonnie quien yo todavía no podía mirar. Oí que el taburete chirriaba sobre las baldosas del suelo y de repente sus brazos me envolvieron. Me quedé de pie allí asombrada durante un par de segundos antes de responder a su abrazo. Esperaba que estuviera enfadada conmigo por no decírselo, así que realmente no esperaba esto en absoluto.

-Todo tiene sentido ahora – comenzó a decirme -lo feliz que estabas entonces y cuando entraste en clase te asustaste y saliste corriendo, luego dijiste que él había roto contigo, ¡Oh, April, debe haber sido tan difícil para ti! Y mientras tanto yo no paraba de hablar de lo bueno que estaba, cuando estabas tan triste por él, Lo siento tanto.

Sonreí sobre su hombro y la abracé más fuerte.

-Siento no habértelo dicho, tenía tantas ganas, pero no podía arriesgarme a que Liam tuviera problemas si alguien lo averiguaba ¿Tú no dirás nada verdad? -la miré en un tono suplicante, rogándole con mis ojos-.

Sonrió y negó con la cabeza.

-Por supuesto que no – asintió -.

Sonreí agradecida y sentí como la tensión abandonaba mi cuerpo.

-No puedo creer que él sea el profesor, quiero decir, encuentras a tu Señor Perfecto y resulta que él es tu maldito profesor ¿Cómo puedes tener tanta mala suerte? -reflexionó ella-.

Me reí sin ganas y me alejé, sentándome en el taburete.

Descansé mi frente sobre la mesa cerrando los ojos y suspirando con alivio. Sentí que me había quitado un peso de encima, ahora tenía alguien para hablar sobre ello. Por supuesto tenía a Dylam pero era difícil hablar con él porque era su hermano, y dos, él era un pervertido de primer nivel, entonces no tendría ni idea cuando le mencionara cosas sobre un corazón roto.

-¿Así que sólo rompió contigo cuando supo que él era tu profesor? -preguntó Bonnie -.

-Si – musite -.

-¡Vaya, qué estúpido! ¿No podríais al menos continuar viéndoos el uno al otro o algo así y guardar el secreto? - ella frunció el ceño -.

Me encogí de hombros.

-Él no quiere salir con una alumna, creo que todavía está enfadado conmigo porque le mentí sobre mi edad – arrugue la nariz – bueno, técnicamente, no mentí, pero no le dije exactamente que tenía diecisiete años tampoco.

Era difícil hablar de ello, no estaba acostumbrada a tener a alguien que supiera la verdad, y parecía que mi garganta ardía cuando finalmente decía las palabras en voz alta.

-April, él no te mira como una alumna -dijo ella con seguridad - todavía le gustas.

Levanté mi cabeza y apoyé mi barbilla en mi mano, mirándola como si estuviera loca.

-¿De qué estás hablando?, yo no le gusto, él está saliendo con la maldita profesora de arte – dije - Es muy sencillo, sólo soy una estudiante para él, alguien con quien se acostó, una entre tantas.

Ella me miró con complicidad.

-¿Sólo otra estudiante? ¿Lo has visto tocar mi cara como lo hizo con la tuya? ¿Lo viste tan preocupado por mí? ¿Viste lo triste que estaba cuando me contó lo vuestro? -Ella me sonrió con ironía inteligente, pero no estaba de humor del todo para esto, mi cabeza me dolía -.

Suspiré y me levanté del taburete.

-¿Podríamos no hablar de ello? ¿Qué tal si hago algo de desayuno? Él nunca tiene mucho de comer aquí, pero creo que hay cereales – le dije -.

Busque a ver si había algo de los cereales de colores que compró para mí, cuando solía quedarme aquí. Sonreí cuando localicé la caja exactamente donde la dejé. Él siempre terminaba riéndose de mí cuando comía esta clase de cosas.

Sacudí la caja hacia Bonnie ofreciéndole. Ella sonrió, asintió con urgencia. Después de sacar los dos últimos tazones limpios del armario, encontré la leche en la nevera antes de colocar un poco de pan en la tostadora para Liam. Lo dejé así para que él pudiera apretar el botón cuando saliera de la ducha. Me gire hacia Bonnie. Ella estaba mirándome con una sonrisa en la cara.

-Es bonita la cocina, es adorable -dijo ella comiendo sus cereales -.

Me encogí de hombros, pero no contesté. Estaba tratando de comenzar una conversación sobre Liam otra vez y yo no podía enfrentarme a ello aún, al menos no antes de que mi dolor de cabeza se calmara levemente.

Después de aproximadamente un minuto de silencio ella frunció el ceño y pareció que perdió la batalla que tenía obviamente con ella misma. Puse mis ojos en blanco y sólo la miré con expectación esperando hablase. Ella soltó un suspiro profundo y sacudió su cabeza.

-Bien tengo que decirlo – cogió aire -¡Dios Santo!, ¿April, tú te acostaste con un profesor? Y no con uno normal, sino uno que esta buenísimo ¡Madre mia!, En sus abdominales estoy segura de que podría lavar la ropa, ¡increíble!

Me eché a reír por su pequeño arrebato.

-¿Terminaste? - bromeé -.

Ella asintió y abanicó su cara.

-Espero, que al menos traiga puesta una camiseta -bromeó ella-.

Sonreí. Sabía que ella sólo lo hacía para animarme y la quería por ello. Sabía también que no era el final, una vez que estuviéramos lejos de aquí y a solas, me interrogaría pidiéndome todos los detalles. Ya conocía muchos detalles, pero adiviné que querría todas las cosas que habían pasado desde que rompimos, porque yo le había dicho que no lo había visto o había tenido noticias de Liam desde que me dejó.

Unos minutos más tarde Liam volvió a la cocina aparentemente incomodo. Sonreí de modo tranquilizador y señalé con la cabeza hacia la tostadora.

-Puse eso allí para ti o ¿ya has comido? -pregunté-.

Él sonrió agradeciéndome el detalle.

-No, no he comido aún-Sonrió y señaló con la cabeza a mi tazón vacío y la caja de cereales en la mesa -Qué bien que te termines esa mierda, el azúcar que contiene contaminaría todos mis alimentos saludables -bromeó él -.

Me reí.

-Tú no tienes comida saludable, "señor me gusta la comida pre-cocinada así no tengo mucho que lavar -bromeé, sacando mi lengua-.

Se rió y presionó el botón para hacerse las tostadas mientras lo miraba, quería saber si podría preguntarle sobre las entradas que él me consiguió. Se giró y cruzó sus brazos en su pecho mirándome a mí y a Bonnie.

-¿Entonces imagino que tengo algo que explicar? -preguntó nervioso-.

Parpadeé rápido mirando a Bonnie para que sacudida la cabeza.

-No, April me lo ha explicado todo, no te preocupes, no diré nada a nadie. Vosotros hacéis una pareja realmente adorable -dijo ella, sonriendo con satisfacción antes de levantarse del taburete y dirigirse de la cocina hacia el dormitorio de Liam-.

Me encogí de hombros y miré a Liam preocupada, mordiendo el labio. ¿Por qué tenía que decir que éramos una pareja adorable? Él me sonrió triste. Recogí mi tazón de cereales y el de Bonnie y los puse en el fregadero mientras él me miraba con curiosidad.

-¿Estás realmente bien, April? ¿No estás preocupada por lo de anoche o algo así? ¿Tú sabes que puedes hablar conmigo, verdad? -preguntó, tocando mi espalda, ligeramente-.

Asentí. Yo estaba bien. Si pudiese recordar más, entonces estaría peor, pero por el momento, todo estaba un poco confuso y distorsionado.

-Estoy bien, en serio – comencé a decir - Muchas gracias, Liam, te debo mucho, y siento no haberte escuchado.

Sonrió y asintió.

-Sé por qué lo hiciste -contestó, sonriendo tristemente mientras me colocaba un mechón de pelo detrás de mi oreja -.

Cerré los ojos y giré mi cara hacia su mano, presionando mi mejilla contra ella, me reconfortaba la sensación de su piel contra la mía otra vez. Di un paso adelante, presionándome contra su cuerpo y Él no se movió. Su pulgar tocó mi mejilla, haciendo que mi cuerpo entero se estremeciera. Podía escuchar su respiración y nada me había parecido alguna vez más importante.

Justo entonces supe que le amaba. Ya sabía que estaba loca por él, pero esto me golpeó de repente Estaba total y completamente enamorada de él y no importaba cuánto tratara de seguir adelante, no iba a ayudarme a olvidarlo. Imaginaba que el tiempo era el único que podría ayudarme.

La tostadora saltó haciéndome dar un salto a la vez.

Su mano cayó de mi mejilla, lo miré a los ojos deseando que las cosas fueran diferentes. Deseando haberle conocido un año más tarde, cuando tuviera dieciocho y hubiese terminado el instituto y estuviera comenzando la universidad. Me quedaban nueve meses y medio en el instituto para poder alejarme de su bello rostro. Tal vez la distancia me ayudaría a olvidarlo.

Él sonrió tristemente y suspiró.

-Os llevaré a ti y Bonnie a casa cuando estéis listas -murmuró él -.

-Gracias – asentí -.

¿Sería un buen momento para preguntarle sobre las entradas? ¿Tendría otra posibilidad de preguntarle si no lo hacía ahora?

-¿Liam? - fruncí el ceño -.

-¿si? - respondió mientras untaba mantequilla en su tostada -.

Respiré hondo.

-¿Por qué estabas trabajando en la discoteca anoche? Creía que lo habías dejado ahora que trabajabas jornada completa -pregunté sutilmente -.

Él metió la mantequilla en la nevera y se encogió de hombros.

-Sólo tenía algunas horas que compensar antes de dejarlo – contestó -.

-¿En serio? Resulta que Jack dijo que habías comprado unas entradas de un concierto y tenías que pagarlas – explique -.

Le miré, esperando su reacción. Sus ojos se cerraron ligeramente pero además de eso él no mostró nada más. ¡Mierda!, es un buen actor... a menos que Jack estuviera equivocado y yo acababa de parecer una idiota o algo así.

-Jack se ha confundido -contestó él, masticando su tostada-.

-¿Entonces no estás trabajando en el club para pagar las entradas de Ed Sheeran que conseguiste para mí? - incline la cabeza -.

-¿Eso es importante? -preguntó, mirándome un poco incómodo-.

¡Mierda, él realmente está trabajando allí para mí! Me emocione. Él había consentido trabajar allí durante el próximo mes, sabiendo que no podría ver a la señorita Teller debido a ello, ¿eso significaba algo? ¿no?

-No importa -mascullé -.

Él suspiró y frunció el ceño.

-Sí, las conseguí a cambio de trabajar allí uno mes -se encogió de hombros como si no fuera nada y sentí que mi corazón se derretía-.

-Gracias, Liam, eso es realmente... —no sabia que decir -.

Muchas palabras vinieron a mi mente, pero no estaba segura seria la mejor: adorable, considerado, generoso, increíble; la lista seguía sin cesar.

-No es gran cosa -se encogió de hombros -.

-¿No es gran cosa?, eso es quedarse corto, es una gran cosa para mí. Aunque, supongo que el dinero extra te vendrá bien -me encogí de hombros, tratando de quitarle importancia-.

Él obviamente estaba un poco incómodo hablando de ello. Se río y negó.

-Lo sería, pero no me pagarán – murmuró -.

-¿En serio? - entorne los ojos -.

Él asintió y colocó su plato en el fregadero con los otros platos sucios.

-Esa es la idea del pago, April. no sería un buen acuerdo para mi jefe si me pagara y yo encima consiguiera las entradas, sí o sí -Él se río-.

Sonreí agradecida. ¡Santo Dios!, a este chico dan ganas de comérselo y....

-Las entradas para Ed Sheeran no cuestan tanto, ¿sabes? Creo que tal vez te estafaron – bromeé -.

Agarre su mano para impedir que me hiciera cosquillas. Él se rió y me rodeó con sus brazos, fijando mis brazos a mis costados, presionándome contra la nevera y liberando su otra mano mientras me hacía cosquillas haciéndome reír tontamente y retorcerme.

-Me estafaron, ¿de verdad? ¿No valen mi tiempo? ¿Sería mejor si las devuelvo? - dijo riéndose-.

Negué, presionando mi cara contra su pecho mientras trataba de salir de su agarre, riéndome tontamente como loca. Se rió.

-Para, para – pedí -.

Él rió y soltó su agarre, pero no retrocedió; sonreí y moví mi cabeza lejos de su pecho alzando la vista hacia su rostro. Él sonreía abierta y felizmente y sentí que el corazón comenzaba a acelerarse por lo cerca que estaba que estaba de mí. Su pecho estaba presionado contra el mío; nuestras piernas estaban enredadas juntas cuando él me presionó contra la nevera.

La sonrisa se desvaneció de su rostro cuando me miró. Su expresión era dividida, como si tratara de decidir algo. Yo apenas podía respirar. Podía sentir la tensión sexual en pleno auge. Si esto hubiera pasado hace un mes, él me habría sentado ya en la encimera y me habría hecho el amor.

Tragué y dirigí mi mano por su pecho despacio hasta que llegué a su cuello. Gimió ligeramente cuando se presionó a mí, inclinándose un poco para que nuestros rostros estuvieran al mismo nivel mientras él sólo me miraba. Parecía que trataba de memorizar cada parte de mi rostro. Me miraba tan intensamente que hacía a mis piernas debilitarse un poco.

Su cálido aliento sopló a través de mis labios haciendo mi boca agua y mi cuerpo entero hormiguear como cien mariposas tomando vuelo en mi estómago. Agarró mi camisa por detrás fuertemente mientras presionaba su frente a la mía, haciéndome arquear la espalda para poder apretarme contra él más fuerte.

Estaba bastante segura de que si él no me besaba pronto yo quedaría inconsciente por la falta de oxígeno ya que parecía que no podía recordar cómo respirar.  

Continue lendo

Você também vai gostar

328 62 12
El mafioso guarda un secreto que ella se empeña en desvelar. Quiere que ella lo descubra pero sabe que es mejor mantenerlo oculto; ya que no es bueno...
484K 57.4K 73
Meredith desde que tiene uso de razón, conoce la existencia de Darek Steiner, aunque ha estipulado una regla bien marcada en su vida: NO ACERCARSE A...
2.2K 283 43
Un accidente cambió por completo su vida. Sus recuerdos ya no estaban. Al cumplir la mayoría de edad fue contactada por alguien, debía volver al que...
280K 12.6K 58
Alguna vez has soñado casarte ¿Con el amor de tu vida? Bueno pues en los negocios no es así. Tus padres son los que se encargan de comprometerte con...