One-shots [Auronbowl]

By PleaseDieBitch

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One-shots de Auronelpleis x todos, bueno paso a comentarles qué la mayoría de mis one-shots tienen lemon/smut... More

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Lemmon
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By PleaseDieBitch

               ¿Apostemos, Auron?

-

Al fín.-Suspiró cuando el timbre sonó, avisando el final de clases. Odiaba matemáticas.

-¿Quieres ir a la cafetería?.- Preguntó el teñido de rubio o blanco, realmente no lo sabía.

-Sip, tu ve yendo yo guardo mis cosas y te alcanzo.- Rubén lo miro un poco preocupado a lo que el castaño le dio una sonrisa pequeña, pero tranquilizadora.

-Estaré bien, ellos ya se fueron hace ya un rato. No te preocupes.- Se acercó y le acarició la mejilla, haciendo que relaje su mirada.

-Anda ve.-Le dio unos golpecitos en la espalda, apurandolo. El contrario sonrio para por fin marcharse, soltó un suspiró de enamorado, dejando salir a flote todos los nervios que en realidad tenía, al menos pudo acariciarle su bonita mejilla. Dio unos golpecitos en sus mejillas alejando sus pensamientos por un momento y trantando de que su sonrojo se esfume, su linda media sonrisa se volvió una mueca de terror y preocupación, se sentía mal por haberle dicho que ellos ya se habían ido, lo cuál era completamente mentira. Sacudió su cabeza levemente para darse vuelta e empezar a guardar sus útiles, guardaba libro por libro tarareando una de sus canciones favoritas.

-Mm, la la la.-Cerró la cremallera de la mochila color roja, para colgarsela en la espalda, sacó su celular de sus bolsillos, se acercó al pizarrón y busco entré las aplicaciones la cámara. Estaba tan concentrado que no escuchó los pasos de bararias personas, tres para ser exactos.

-Y listo.-Se apuró, no quería hacer esperar a su osito, a pasitos apresurados salió del salón para justo después algo o más bien, alguien, chocara con su costado izquierdo haciéndole perder el equilibrio y caer al suelo.

-Pero miren nada mas, el famoso Raúl.-Abrió sus ojos con temor, sus vellos se erizaron y un escalofrío recorrió toda su espalda. Oh no.
Se paró antes de que el pequeño grupo pueda hacerle algo, agarró sus cosas como pudo y salió corriendo, corría todo los que sus piernitas podían hasta que visualizo la silueta de Rubén, se dirigió hacía él no dándole importancia a los amigos, los cual él no conocía, hablando con el peli blanco.

-¿Bebé, que sucede?.- Habló preocupado cuándo sintió al pequeño tirarse encima de el y rodearlo con sus cortos y finos brazos con fuerza. El castaño solo se acomodo mejor encima de él, ocultando su carita en el espacio de su hombro.

-¿Que pasó?, ¿Fueron ellos?.-Los demás chicos los observaban con algo de preocupación y curiosidad, la respuesta fue afirmativa cuando sintió al contrario temblar ligeramente. Rubén enojado quizo ir a vengarse de ésos gilipollas, pero el "no vayas, por favor. No me dejes solo." de Auron lo hizo detenerse para acurrucar al pequeño, protegiendolo.

(...)

El peli blanco charlaba animadamente con sus amigos mientras aún tenía a Raúl en sus brazos, obviamente ya no tenía miedo pero los brazos y pecho de Rubén eran muy comodos, sin contar el hecho de que olia tan bien, quién diría que un otaku se bañara. Pero lastimablemente tuvo que separarse, si no sé quedaría dormido, se removió un poco para sentarse bien en sus piernas.

-¿Uhm?, ¿Ya estás bien, bebé?.-Aaaah un golpe a su corazoncito, adoraba los apodos dulces del mayor [En este caso] Asintió levemente con un sonrojo en sus mejillas.

-Bien, ahora que estas mejor, te quiero presentar a unos amigos.-¿Amigos? Estaba tan consentrado mirando su hermosa carita e imaginando cosas en su mente, que no se dio cuenta de que había gente en la misma mesa que ellos, ¿Cuando habían llegado?. Inclinó un poco su cabeza en duda sacando una pequeña sonrisa al contrario.

-Chicos, como ya les dije, está es la ternurita de Raúl.-Desvío su cabeza tratando de ocultar su sonrojo, inmediatamente visualizo a tres chicos frente a él. Uno con el pelo azabache casi azul al igual que sus bellos ojos, éste tenía una sonrisa amigable. Lo que más le llamo la atención fue su gorrito de...esta saga famosa, ¿Como era? Ah sí, Star Wars.

-Si que es una ternurita.-Estiró su brazo por encima de la mesa para tocar mi mejilla, la cual se puso roja en cuestión de segundos.

-N-no soy tierno.-Aparte mi mirada hacía cualquier parte, cayendo en el segundo chico. El azabache solo río para alejar su mano mientras que una mirada intensa se relajo levemente. Volviendo al segundo chico, este parecía un ángel, con su pelo castaño claro parecido al suyo, sus ojos entre celeste y grises junto su sonrisa hermosa. Tenía un gorro negro que combinaba perfectamente con su buzo del mismo color.

-Mucho gusto, raulcito. Alex tiene razón eres muy tierno.-¡¿R-raulcito?! Su sonrojo, que ya se había calmado un poco, se torno otra vez en un rosa rojizo. Negó con su cabecita para cubrir su sonrojo con sus manitas, escuchó la segunda risa más bonita del mundo, porque obvio, la primera siempre iba a ser la de su osito hermoso. El cuál por alguna extraña razón apretó más el agarré en sus caderas. [Para que no se confundan. Auron le da la espalda a Rubén.]

-Auron, bebé. Ellos son amigos de la primaria, Alejandro, Borja y Miguel. Se cambiaron a nuestra escuela.- Miró al último nombrado, para ver que esté también era una persona hermosa.

-Un gusto.-Dijo algo seco, sus lentes lo hacían verse tierno, pero su estatura le quitaba por completo esa característica.

-I-Igualmente, chicos.-Se removió un poco incómodo por todas las miradas, para su buena suerte su celular vibró, pero no tan buena suerte ya que las miradas lo miraron con más curiosidad. Sacó su celular para ver quién llamaba, Perxitaa.

-¿Aló?- Su voz temblaba ligeramente al sentir a Rubén acercarse más para escuchar perfectamente la conversación.

-Tío, en siete minutos estoy en tu casa.-Alzó una ceja, ¿siete minutos?.

-Pero yo cuando t.-

-Nos vemos, bombón.-Se despidió para colgar.

-E-espera!.-Un pi pi sonaba haciéndolo soltar un bufido.

-¿Te tienes que ir?.- Preguntó más celoso que otra cosa, pero al menor le dio ternura, asintió apenado y se puso de pié.

-Me tengo que ir, fue un gusto conocerlos chicos. Adiós.-Movió su manito en forma de despedida y se marchó.

-Esta muy bonito tu novio ¿No?.-Habló Ale con una sonrisa, las mejillas del teñido se tornaron algo rosadas, sacando una risa a los presentes.

-No es mi novio. Aún.-Lo último lo murmuró para él, si supiera cuánta competencia tenía.

-Y...listo.- Se limpió el sudor con una parte de su brazo, largando un suspiro, quedó un desparramo pero al menos su casa estaba impecable. Miró el reloj que colgaba en la pared, viendo que algunos minutos le quedaban. Los siete minutos en los que según Perxita iba a llegar, siempre terminaban siendo al menos una hora y media.

Debería darme una ducha rapida.

Dicho y hecho, justo cuando estaba dando los últimos toques a su peinado, el timbre sonó.

-¡Voy!.-Gritó y camino hacia la puerta, abriendola con una sonrisa.

-¡Perxas!.-Recibió con gusto el abrazo que le propinó el más alto.

-¿Cómo has estado tío?.-Preguntó animado el de pelo castaño, separándose del abrazo.

-Bien, bien.-Se hizo a un lado para dejar pasar al mayor.

-¿Qué quieres hacer hoy?.-Caminaron hasta sentarse en el sillón, el más alto lo miro, sonrío para sacar una caja de cartas. Y así jugaron y comieron hasta que a Jaume se le ocurrió algo.

-¿Una apuesta?.-Ladeo su cabeza parando la película que se reproducía en la televisión. El contrario asintió divertido, sabía que el menor adoraba las apuestas.

-Apuesto a que no puedes ver una película de terror sin asustarte una vez o cubrirte la cara.-Obviamente perdería esa apuesta Auron era, no miedoso, lo siguiente. El nombrado fruncio el ceño, era obvio que no iba a ganar.

-¿Que?, claro que n- Un momento, confesarlo sería un desperdicio de orgullo. Perxita alzó una ceja divertido.

-Digo...¿Que apuestas?.-No puede ser taaan difícil no asustarse con una peliculita de miedo, el contrario río.

-Si yo gano, tu haces lo que yo te pida. Y si tu ganas yo hago lo que tu quieras.-Alzó su mano para cerrar tratos, el castaño oscuro desvío la mirada dudoso.

-Lo qué tú quieras.-Repitió más convincente, el menor volvió a dirijir su mirada al mas alto para agarrar su mano. Tenía muchas cosas por las cuales hacerle pasar vergüenza a Perxitaa.

-Trato...hecho.-Ambos se miraron desafiantes.

Y como ya supondrán, Auron terminó perdiendo.

-Por favor.-Rogó por milésima del otro lado de la puerta. Había perdido y su gran amigo no se le ocurrió otra manera de ridiculizarlo que sí, vestirlo de mujer, asi que muy temprano en la mañana lo recibió  obviamente de mala gana y lo peor no era eso, lo peor es que era jueves.

-Una apuesta es una apuesta, Auron.-Abrió un poco la puerta para pasarle la mini faldita color rosa pálido, siendo arrebatada con enojó por el menor.

-¿Era realmente necesario?.-No quería gritar, no tenía ánimos para éso. Miraba aterrado la falda incluso más qué aquélla odiosa película.

-¡Esto es muy corto!.-Se quejó, ahora si que quería gritar.

(...)

-¿Vas a salir o no?.-Había estado esperando al menor cómo por dos horas y media.

-Ya voy a salir..-Se miró por última vez en el espejo y abrió la puerta muy despacito, primero sacó su cabecita para por fin salir completamente.
El mayor se quedó embobado, el castaño al sentir la mirada en todo su cuerpito miró avergonzado al suelo arrugando con sus deditos el borde de su bonita falda.

-¿T-tan mal me queda?...-El más alto por los nervios al no saber que decir tomó entré sus manos su cara, apretando levemente sus mejillas, Auron se sorojo y tomo la muñecas del contrario sin hacer fuerza.

-¿Que haces?.-Habló como podía.

-Estas hermoso.-Le dijo para soltar sus mejillas dejando aún más rojo al contrario.

-Gracias..-Murmuró volviendo su vista al suelo. Se había puesto (obligadamente), una linda remerita manga corta color rosa claro que tenía un pequeño dibujo de una fresa a un costado. Más abajo tenía una falda de un color un poco más claro que remera con una línea blanca un poco antes del borde decorando la prenda, unas medias blancas a la altura de sus rodillas y por último unos zapatillas amarillas pastel, con un toque de rosa. Éso sí, en su bello cabello llevaba varias trabitas de colores rosa y blanco al igual que su gargantilla rosa con en el mismo diseño de la fruta, dándole un toqué especial.

-¿Que hora es?.-El más alto se separó un poco del castaño para buscar en su bolsillo su celular.

-Ahh, son las 7:56.-Dijo con tranquilidad, aún le quedaba hora y media para ir a la escuela, miró extrañado cuando vio su cara de sorpresa.

-¡¿Cómo?!.-El menor se separó completamente de él y corrió por toda la sala subiendo las escaleras, abrió la puerta de su cuarto y agarró su mochila tirando las cosas que había sobre ésta. Bajó a pasitos rápidos y continuó corriendo pasando de largo a Perxita quién lo seguía con la mirada. Entró a la cocina a casi nada de caerse por un resbalón y de la misma manera que abrió la puerta de su cuarto abrió la de la nevera, buscando con la mirada algo para comer, agarró una manzana verde que había por ahí.

-¡Vamos!.-Volvió con el más alto tomandolo de la mano y casi arrastrandolo a la salida, cerró con llave la puerta, le dio un beso en la mejilla al contrario despidiéndose, dio un mordisco a la fruta y corrió, corrió cómo si su vida dependiera de éso. Porqué así lo era, al ir tan rápido su faldita se elevaba dejando ver su ropa interior, bueno una muy sexy ropa interior. Por cuestiones de la vida a Perxita también se le dio por elegirle también su ropa íntima, siendo esta unas bragas de color rosa pastel de encaje, esperen, ¿Para qué necesitamos tantos detalles? Sigamos con nuestro desesperado Auron qué a diferencia del poste andante, él entraba a las ocho en punto y la escuela no le quedaba tan cerca que digamos...

Se tranquilizó cuando visualizo el edificio, respiró ondo y corrió al máximo, cruzó la puerta esquivando a todas las personas que había en los pasillos, ahora tampoco se percató todas las miradas que atrajo. Bajó un poco su velocidad al ver al amor de su vida hablando de espaldas con alguien que realmente no le importaba, aprovechó que justo un poco más atrás del rubio había un cesto de basura y tiró ahí la manzana ya terminada, formó una sonrisita divertida y con sigilo se acercó al mayor.

-¡Rubén!.-Lo agarró por la cintura, el nombrado dio un brinco junto con un grito de susto.

-La madre que lo pario.-El castaño soltó unas risitas. Rubén se dio la vuelta notando a la ternura de su crush mirándolo con ésos ojitos puros con ésa sonrisa pequeña hecha por sus labios rojizos, mordió su lengua aguantandose las ganas, cómo siempre, de besarlo. No pudo hacer nada más que acariciar su cabello, el cuál ahora estaba suave, también parte del reto era no peinarse con su típico peinado, inmediatamente el mayor sintió los accesorios ocultos por sus mechones.

-¿Que tienes aquí?.-Tiró suavemente de la cosa sacando a la trabita en forma de fresa, alzó una ceja confundido.

-Oh, se me debe de haber aflojado antes.-Estiró su manita quitándole el accesorio. La sangre no tardó en salir por la nariz del teñido al notar lo que llevaba puesto Raúl cuándo esté se alejó un poco para abrocharse la trabita.

-¿Q-q-qué..-Las palabras se enredaban en su garganta así que solo lo señaló de arriba a abajo repetidas veces e inmediatamente se limpió con la manga blanca de su buzo. Y ahí es cuándo Auron cayó en cuenta, se había olvidado por un momento lo que llevaba puesto.

-Fue una apuesta..-Se sonrojo y bajó avergonzado la falda trantando de qué por arte de magia está se haga mas larga. Desvió la mirada, se sentía ridículo, abrió los ojos cuando vio a Luzu ahí, estático, con la mirada pegada a él, sus mejillas alcazaron un nivel más alto de rojo.

-Eh..¿Por qué mejor no vamos a-al salón?.-Tomó la mano del shockeado rubio, enredó sus cortos deditos y lo jaló a dónde se suponía que iban, todo sin despegar su mirada nerviosa del suelo. Su ropa le deba vergüenza, su cara roja le daba vergüenza, sentir cómo el mayor apretaba su mano entrelazandola con la suya le daba vergüenza, ahora mismo quería que la tierra lo tragara.

Rubén miraba hipnotizado los movimientos que hacía la falda de Raúl al caminar, sin querer aceptar qué realmente quería ver lo que había bajo de ella. Es demaciado corta, le queda perfecto, ¿acaso todo el mundo lo esta viendo? está vista debería ser solamente para mí. Con sus dientes clavados en su labio exterior bajó su mirada un poco más abajo, notando las perfectas y morenas piernas caminar, ésas medias le quedaban tan bien. Y ahí es cuándo la pregunta que se debería de haber hecho en primer lugar.

¿Acaso Perxita fue quién le dio semejante apuesta?

Está claro qué se lo agradecía eternamente, pero aún estaban ésos celos que le carcomian la mente. Salió de sus pensamientos cuándo la manita del menor lo soltó.

-Aún no hay nadie, ¿quieres que esperemos aquí? O que vayamos afuera.-No había notado su collar ni su remera, lo vio de arriba abajo admirando todo el outfit tan tierno y a la vez sexy del castaño. Si fuera por él dejaría caer toda su saliva y dejaría de aguantar la sangre de su nariz.

-¿Rubén?, ¿Me estás escuchando?.-Se estiró pasando su mano por sus ojos trantando de llamar su atención y sacarlo de su nube.

-¿Qué? Ah si.-Su mente quedó en blanco, ¿Qué le había dicho?. Escuchó el suspiró del contrario.

-Que si quieres esperar aquí a que llegué el profesor.-Le repitió y bajo su mirada a su pecho, no tenía nada pero su cuello ya le dolía de tanto mirar hacía arriba.

-Está bien.-Dijo, Auron asintió y caminó a su pupitre para dejar sus cosas y se sentó apoyando su mentón en la mesa.

-Tengo sueño.-Fruncio el ceño quejándose, el mayor copió su acción sin despegar la mirada del contrario. Volvió a bajar su mirada inconscientemente a sus piernas, imaginado cosas no tan puras. Los ojos del castaño se cerraban con el pasó de los minutos y cuándo estuvo apuntó de ceder al sueño el timbre sonó asustandolo haciéndole dar un pequeño brinco mientras que Rubén abrió los ojos sonrojandose. ¡¿Que carajo estaba haciendo?! Parecía un maldito pervertido, los alumnos no tardaron en llegar poniendo nervioso al pequeño el cuál juntó sus muslos con vergüenza, las bragas eran algo incómodas y tenía esa sensación de que todo el mundo podía verlas.

Las clases pasaron normales, sólo que con algunas cuántas cosas diferentes, la número uno era la insistente mirada de todos pero aquí sólo recalcaremos a dos personas, Rubén y Mangel. Sí, Mangel estaba en la misma clase que el contrario y desde que cruzó la puerta no pudo apartar la mirada del castaño, sin saber el porqué le atraía demaciado su cara de un niño inocente. Era alguien realmente tierno y su sonrojo no ayudaba junto a sus temblores que no le dejaban escribir correctamente.

Te odio maldito poste.

La clase volvió a ser cómo todos los días, debido a los reclamos del profesor a que prestarán atención y las miradas asesinas que le daban a todos éstos dos chicos. Un suspiró de alivió salió de los labios brillosos de Auron, al fín pudo concentrarse en la clase, por primera vez entendía perfectamente el problema de matemática que el profesor escribió, sonrió contento al terminar de resolver y responder. Justo cuándo sé iba a parar para mostrarselo el timbre sonó anunciando el receso. Fruncio el ceño, ¿por qué todo lo malo le sucede a él? Tal vez sí se queda unos segundos.

-Bueno chicos, nos vemos el próximo jueves.-El viejo agarró sus cosas y salió por la puerta.

Mierda.

Enojado cerró su cuaderno con fuerza cruzando sus bracitos aún con el ceño fruncido.

-¿Qué pasó chiquito?.-Rubén observó todas las acciones del menor, normalmente siempre festejaba cuándo sonaba el timbre, ya qué odiaba matemáticas. Raúl bufo para verlo a los ojos.

-Nada, es que justo que por fín entiendo un puto problema de matemáticas ¡suena el maldito timbre!.-Alzó la voz sin darse cuenta y exageraba por completo sus acciones, dando más ternura de la que ya de por si daba.

-Raúl..-Le reprochó el mayor, bajando sus cejas. El nombrado sólo respiró ondo y soltó un.

-Perdón.-Para empezar a guardar sus cuadernos, no era que ya hubiesen terminado las clases, ojalá, sino era porqué aquí todo el mundo te roba, hasta las ganas de vivír. El rubio sonrió satisfecho, le había costado mucho acostumbrar al Auron no decir malas palabras, porqué según él era qué si hablaba así lo iban a contratar en dónde sea cuando sea mayor, pero la verdad era qué así sí parecía un verdadero angelito. El castaño se puso de pié y dio unos pasos hasta el pupitre del teñido esperando pacientemente a que éste termine de copiar, cosa qué le era algo imposible al mayor, no podía evitar volver a ver la carita llena de accesorios, haciendo imposible prestar atención a lo que hacía.

-Listo, ven vamos.-Cerró su cuaderno antes de qué Raúl quiera ver si terminó, pues siempre le mentía y luego le pedía los apuntes. Iba a abrir la tapa cuándo Rubén lo jaló hasta qué llegaron a la cafetería.

-¿Me mentiste cierto?.-Se soltó de su agarré y cruzo los brazos, el más alto le sonrió tiernamente sabiendo qué era la debilidad del contrario. Siendo cierto sólo pudo resignarse a sonrojarse levemente y apartar la mirada.

-Qué sea la última vez.- Le advirtió para qué, sin esperarlo, caminar sólo a lo qué quedaba para llegar a la cafetería. Estaba metido es sus pensamientos renegando consigo mismo, mientras qué el mayor sólo lo veía hacer caras raras, qué para él eran de lo mas tiernas y hermosas.

-Nos sentemos allí.-Mencionó el más pequeño acercándose a una mesa vacía bajó la sombra de el enorme arbol, habían tenido suerte, ya que él sol estaba más fuerte que nunca y de seguro se derritirian si se sentarán en unas de las bancas que había en medio. Ambos se sentaron pero al poco tiempo después se paró Rubén pues él era el que siempre iba a comprar.

-¿Quieres que te compre algo?.-El menor negó, había olvidado su dinero en casa, pero el rubio entendió otra cosa, pues su mirada le pedía dulces.

-Está bien. Espérame aquí.-Auron hizo un sonidito afirmando y se quedó viendo cómo se iba, aún alcanzaba verlo desde ahí cómo compraba pero desvío un su mirada al sentir una respiración en su cuello. Dio un brinco asustado y se corrió un poco para ver si era algún fantasma.

-¿Alex?.-El nombrado soltó su risita única para enderezarse.

-¿Cómo estás chiquito?.-El castaño se corrió un poco más dejando un espacio para qué éste se siente, su sonrojo no tardó en aparecer al escuchar de nuevo ése apodo.

-B-bien ¿y tu?.-Volvió su vista a los bellos ojos azules que poseía él contrario, quedando fascinado al verlos tan cerca.

-Bie-Se trabó él mismo al sentir las suaves manitas del menor agarrar sus mejillas, se sonrojo por la cercanía.

-En verdad son hermosos.-Podía jurar qué a través de ellos podía ver el mar, el reflejo del sol los aclaraba pareciendoce al cielo, era una mezcla de ambos. Dio una vez más un pequeño brinco cuándo escuchó un golpe con fuerza.

-Oh, lo siento chicos, ¿que hacían?.-Separó sus manos para taparse ma cara con ellas, tratando de ocultar su sonrojo. Luzu no pudo evitar interrumpirlos, Auron le llamó mucho la atención y al ver cómo estaban lo hizo sin pensarlo dos veces.

-¡L-lo siento! Me dejé llevar..-Lo último lo susurró siendo apenas escuchados por estos dos quienes lo miraron con ternura, luego de unos minutos bajó sus manitas a la falda sin aún levantar la mirada.

-Está bien, Auron no te preocupes.-El azabache le regaló una de sus mejores sonrisas, quién lo miró y le devolvió la sonrisa.

-Okey...-Está vez los miró con más confianza, y sacó al aire una conversación la cuál ambos siguieron con una sonrisa al ver lo exagerado qué explicaba las cosas, más tierno no podía ser. El castaño se ganaba la atención de ambos, ya sea con sus risitas o su timidez qué crecía cada vez que le tiraban alguno que otro alago.

-¿Chicos? No sabía qué estaban aquí.-La voz de Rubén se ganó la atención del menor qué tanto estaban peleando por tener Luzu y Alejandro.
Un suspiro de enamorado se escapó de los labios rojizos del pequeño, suerte que no le prestaron mucha atención.

-Ah sí, es que vi a Raúl sólo y quise venir a acompañarlo.....y se nos unió Luzu.- Lo último lo dijo arrastrando sus dientes enojado, estúpido no era y sabía cuánta competencias tenía, su querido angelito lastimablemente no estaba sólo para él pero justo cuándo podía haber probado el sabor de su boca ¡viene el gilipollas de Luzu a arruinarlo todo!.

-Uhm, ya veo, ¿Y cómo les fue su primer día aquí?.-Habló mientras el de trabitas se ponía de pié cuándo vio al teñido rodear la mesa, se volvió a sentar pero está vez en el regazo del más alto, últimamente suponía que así le gustaba a Rubén que se sienten y está claro qué a él también. El de buzo negro arañó la parte oculta de la mesa descargando las ganas de ahorcar a sierto chico mientras que a la misma vez Alexby se quedó mirando a la nada trantando de memorizar lo que vio anteriormente, pues Luzu si sabía lo qué Raúl llevaba puesto pero el azabache no, entonces repetía una y otra vez el movimiento de sus piernas y falda al ponerse de pié.

-Toma, cariño.-Con esfuerzo logró sacar la bolsita de gomitas qué, sin el consentimiento del de ojos chocolate, compró para él. Auron recibió con el ceño fruncido los dulces, aúnque le molestaba un poco también dentro de él adoraba ser consentido por el mayor.

-Gracias..-Bufo y se dispuso a comer las gomitas una por una ignorando la conversación de éstos tres, pues no era de algo que le interese y se apoyó en el pecho del contrario buscando estar más cómodo, lo cuál consiguió juntó a una gran rozada al paquete del rubio, al no darse cuenta sólo se quedó ahí mientras veía la gente pasar, comprar, charlar, etc. Comía de sus chuches sin prestar la atención que debería al las partes íntimas ya despiertas del mayor, quién tragó saliva y respiró ondo tratando de seguir la conversación ignorando completamente la existencia de su polla.

-Mierda.- Murmuró llegando a ser lo suficientemente bajo para que los dos de sus amigos no lo escucharon, pero no pasó desapercibido por el menor.

-¿Que paso?.-Elevó su cabeza para poder verlo pero cómo no pudo se enderezo dejando las gomitas sobre la mesa y prosiguió a pararse y darse la vuelta y sentarse nuevamente en el regazo del contrario separando sus muslos para más comodidad. Y otra vez, al sentarse lo hizo justo encima del miembro de Rubén quién mordió su labio enredando un gruñido en su garganta. Sus mejillas se sonrojaron al ver en qué posición estaban, si a Auron se movía un solo centímetro podría ver su ropa interior junto a su carita preocupada, aún le resultaba imposible cómo alguien podía ser tan tierno y tan sexy a la vez.

-¿Rubén, cariño que tienes?.-Cómo una de las costumbres que tenía ladeo su cabeza, cómo si de un canino se tratará. El nombrado soltó un suspiro forzoso, sabía qué mucho no podría aguantar, sentía la tela de su ropa interior rozar con su pantalón, no sabía en qué momento se quedó hipnotizado con su cara y revisaba cada detalle de está, sus pecas que apenas se notaban en sus mejilas las cuales siempre estaban en un tono entre rosa y rojo, sus pestañas qué eran pocas pero largas, sus cejas que eran gruesas pero finas a la vez, no sabría cómo explicarlo y por último, sus labios, que no eran ni tan finos ni tan gruesos, eran perfectos son de color rojo como las fresas y no quería esperar a probarlos para confirmar si sabían igual que esa fruta.
Por el lado del menor él observaba y fantasíaba a la vez, él veía los ojos mas bonitos y con los que más soñaba a diario, verdes cómo la naturaleza misma con un toque de avellana era un color único y hermoso a la vez, su nariz perfecta y su labios finos los cuales ya había besado varias veces, claro, en sus sueños. Adoraba la forma en la que sonreía ahí es cuándo podía notar sus colmillos tan peculiares, que no parecían a los de un vampiro, sino más bien como los de un oso, un oso extremadamente alto para él.
Ambos volvieron a la realidad cuando la voz de Luzu los llamó junto a unos minutos después el sonido del timbre, anunciando la vuelta a sus respectivos salones.

-Bueno, nos vemos a la salida chicos. Adiós Auroncito.-Lo último lo recalcó notoriamente quería que lo escuchara perfectamente el problema, exacto: Rubén, que hasta ahora era quién tenía más oportunidad con él pequeño. Y cómo ya lo suponía el castaño se sonrojo para cómo su costumbre habitual tapar su cara, sólo escuchó la risa del contrario junto a un gruñido por parte del teñido.

-Jeje, yo también me retiro. Adiós par de tortolitos.-El oji azul se alejó mientras soltaba pequeñas risitas, Raúl se separó del mayor poniéndose de pié.

-V-Voy un momento al baño, adelantate si quieres..-Habló rápido y prácticamente corrió al los sanitarios, no era tan inocente cómo pensaban pues sí había notado el...problemita de Rubén. A pasos rápidos se apresuraba pues no todos los días sientes la polla de tu CRUSH mientras que también roza con la tuya, aunque no servía realmente tapaba su erección con sus manos suerte que todos ya estaban en sus salónes, casi todos. Abrió despacio la puerta y suspiró al no ver a nadie, se encerró en uno de los cubículos y se sentó en la tapa del inodoro, subió sus pies a está y subió la tela de la falda dejando ver su braga con un pequeño bulto en está.

-Mhg.-Aguantó un gemido mordiendo su labio cuando se tocó por encima de la tela con dos de sus dedos, sus piernas se tensaron y temblaron a la vez, movió sus dedos en círculos suspirando y al no poder cerrar boca mordió su otra mano.

-Eres un gilipollas.-Escuchó las tres risas que conocía más que asi mismo, Samuel, Guillermo y el odioso de Fargan. Se tenso y su respiración paró un momento por el miedo, se enderezo aún con sus piernas alzadas, si las llegara a bajar se darían cuenta de que él estaba ahí, bajó su falda y con equilibrio esperó a que éstos se vayan. Hoy no quería que lo denigraran y más por cómo estaba vestido.

-¿Vas a llevar a la perra de Jennifer a la fiesta de Manuel?.- Jennifer.. Hablan de la linda chica qué era conocida por su buenas notas y además de éso tenía buenos atributos y no faltó que uno de los tres estúpidos le hiciera los cuentos de hadas ganando su corazón.

-Seh...todavía no me acuesto con ella y hoy de seguro caerá a mis pies, como todas.-Mordió su labio, realmente los odiaba y por más que quisiera el no podía hacer nada, uno: su fuerza y estatura al tener esos.. ¿realmente eran defectos? Bueno la cuestión era qué físicamente no podía, dos: su frágil personalidad, no era capaz de decirles nada, simplemente los odiaba en silencio y dejaba qué hagan con él y con otras personas lo que quieran no tenía la fuerza de voluntad cómo para acusarlos con el director pues Fargán era el hijito de papá y está claro de que no hará nada. Sus piernas se estaban quedando dormidas por la fuerza que utilizaba para mantenerse en equilibrio, no tuvo más opción qué bajarlos y aguantando el silencio de hasta su respiración esperó a que se fueran.

Los minutos pasaban y Rubén se preocupaba más, pero trataba de manter la calma de seguro ya volvería. En caso del menor, veía el techo y pensaba cosas sin sentido, al parecer ninguno de los tres quería marcharse, supuso qué querían faltar a clases escondiéndose ahí. El olor a humo lo mareaba ¿qué nadie iba a entrar? Apenas respiraba aire puro más encima qué no podía hacer ningún tipo de ruido lo empeoraba.
No podía, necesitaba respirar, aceptó lo qué se venía y se puso de pié sosteniendose de la pared al recibir un mareo; los tres chicos dejaron de hablar cuándo escucharon el seguro de la puerta en la que el castaño se encontraba. Auron se preparó mentalmente y salió, siendo observado por los tres pares de ojos, sintió sus nervios salir a flote y antes de que puedan decir algo caminó apresurado a la salida.

No..

Cerrada, ésos malditos seguro tenían la llave.

-Oh, ¿Buscabas esto?.-Ni siquiera tenía el valor para mirarles, sentía sus insistentes miradas dándole escalofríos por todo su cuerpo, más en la parte baja. La llave, necesitaba la llave.

-¿Que es lo que llevas puesto?, ¿Acaso me quieres provocar?.-Sólo se escuchaba la voz de Fargán, qué tenía una seria obsesión con ridiculizarlo, ¿que tenía él que provocaba que lo molesten? A pasos temblorosos giró quedando frente a ellos. Espera, ¡¿acaso dijo provocar?!.

-Damela...-Se sentía de lo más ridículo y tenía miedo, mucho miedo, no tenía idea de cómo iba a salir ahora. Soltó un quejido cuando lo forzaron a mirarlos, vio los ojos verdes de Guillermo los cuáles no tenían emoción alguna, tembló.

-Si la quieres tendrás que hacerme un favor.- Abrió sus ojos aterrado, ¿favor?. Por más qué intentaba su fuerza no era la suficiente cómo para soltarse del agarre.

-Tio, comparte un poco.-Le dieron ganas de devolver todo su desayuno cuando lo vio lamer sus labios con una cara perversa, sus ojos se cristalizaron, pero no se dejaría vencer por el miedo. Fruncio sus cejas y mordió la palma de su mano con toda la fuerza que tenía.

-¡Mierda!.-El peliblanco lo soltó sobando su mano derecha para verlo con enojo y con rabia empujarlo Raúl apretó sus dientes cuándo cayó de espalda al suelo junto a un quejido, sin importarle el dolor intentó ponerse de pié, no se iba a rendir, pero fue otra vez una mala idea ya qué el mismo chico lo tomó con fuerza de las muñecas pegandolo a la puerta. Tironeo de estás enojado, le daba rabia su maldita fuerza de hormiga.

-¿Asi que tu quieres empezar? Pues qué así sea.-


Buenas éste one-shots lo tenía desde hace mucho, pero cómo ya sabrán me quedé sin ideas.

A ver...¿Me lo cojen o no? Ustedes eligen mis cielas.

Ah sí y se viene smut con el triple siete ¬w¬.

Desaparece.

[Espacio para promocionar mi otra historia, La maldición de Gustabo, no sean aguafiestas y denlen amor.]

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