Isla Kamabakka.
Mientras varios okamas perseguían a un jóven de cabellos rubios y ceja rizadas, un barco se acercába a la isla, ese barco pertenecía a los revolucionarios.
Una mujér de cuerpo voluptoso, cabellos (c/c) bien peinados los cuáles descansaban por sus hombros y clavículas, más unos grandes y preciosos ojos color (c/o), era quién se encontraba en la punto del barco, observándo a esa isla la cuál se encontraba a unos metros lejos de ella.
Tan pronto el barco llegó al puerto, todos los okamas quiénes perseguían al varón de cuerpo delgados y ojos azules, notáron aquel intruso en su isla, y sonriéron al recordar que cierta persona llegaría a su reino ese mismo día, por lo cuál corriéron dramaticamente hacía aquel barco con la intención de darle la bienvenida a esa chica guapa quién salía del barco lentamente y con una sonrisa en sus labios.
--¡Es (T/N)-chan!-- Exclamó uno de los travestis, sonriéndo felizmente.
--¡(T/N)-chan, has regresado!-- Gritó otro, alzándo su brazo, tratándo de captar la atención de la mujér.
--¡¡(T/N)-chan!!
--¡Hola, chicas!-- Replicó la de ojos (c/o), sonriéndo ladinamente. --¿Qué tal? ¿Saben dónde está Iva-sama?
--¡¡Está en su castillo, (T/N)-chan!!-- Contestó un okama, recibiéndo una sonrisa de parte de la peli-(c/c).
--Mil gracias, ahora si me discúlpa, debo visitar a Iva-sama.-- Comentó la chica, sonriéndo avergonzada.
--¡Claro, claro! No hay problema, nosotras tenemos asuntos pendientes son Sanji~chaaan.-- Replicó uno de los okamas, mientras todos los demás se alejában para retomar aquel labor diario que tenían.
<< ¿Di-Dijeron... S-Sanji? >>
Confundida, (T/N) trató de ignorar ese comentario y se dirigió hacía el castillo, con la misión de informar ciertas cosas a cierto rey okama de cabellos morados.
Al llegar al castillo, el mismo Emporio Ivankov le dió la bienvenida de una forma cálida.
--¡(T/N)-chan! ¡Tanto tiempo sin vernos, supongo que has estado ocupada!-- Exclamó el de cabellos morados, sonriéndo lascivamente.
--Un poquito. Yo escuché que tú habías tenido algo de protagonismo en el accidente de Marineford, junto a Mugiwara, hace un año.-- Le replicó la oji-(c/o), sonrojándose un poco al recordar a esa loca tripulación de psicópatas.
--Oh, ¿Conoces a Mugiwara-boy?-- Preguntó tontamente, sin medir la lógica de su pregunta.
--Aparte de que es el hijo de Dragon-sama, Mugiwara es muy conocido mundialmente... al igual que sus tripulantes.-- Balbuceó la menor, algo incómoda y nerviosa. --Bueno, venía a informarte sobre pequeñas cosaas que han sucedido en la base, Dragon-sama ha estado muy callado y es difícil analizar su opinión respecto a que su propio hijo ha estado causándo locuras en el mundo.
--Tú dime.-- Musitó Ivankov, escuchándo atentamente a las palabras de la chica.
Pasáron algunas horas hablándo sobre los pequeños trabajos que habían tenido los revolucionarios, hasta que algo captó la atención de la mujér.
--Iva-sama-- Llamó, observándo por la ventana cómo varios de sus amigos okamas perseguían algo. --, ¿tú no tienes nada que decirme?
--Tenemos a un pequeños intruso.-- Le dijo el pelimorado, rodándo los ojos. --Kuroashi no Sanji. ¿Te suena?
El corazón de la menor dió un vuelco. ¿Había escuchado mal?
--¿Ku-Kuroashi... no Sanji?
--Otro de los raros tripulantes de Mugiwara-boy.-- Añadió el rey okama, suspirándo.
--¿Qué-Qué hace él aqui? Escuché que desde hace un año no se sábe nada de los... Mugiwaras.
--No tiene intención de decirme por qué no se ha marchado de aqui, y tampoco me interesa.-- Explicó el mayor. --¿Tú le conoces? Te nóto algo tensa.
--N-No... No le conozco, digo, si le conozco por su fama de pirata, pero... tú sabes.
--Oh, vale. Bueno, entonces puedes ir a picotearle.-- Bromeó el de cabellos morados, seguido de un grito que desconcertó a la peli-(c/c). --Tú sabes, eh. Encima, él estaría encantado de obedecer a una mujér.
<< Sanji es Sanji, y no cambia. >>
--B-Bien. No le voy a picotear, pero si quisiera hablar con él. ¿Le puedo-?-- Antes de que la oji-(c/o) termináse su pregunta, fué interrumpida por Ivankov.
--Puedes decirle a mis subordinados que tómen un descanso, se la pásan persiguiéndo a ese idiota para que se conviertiése en uno de los otros.-- (T/N) estalló a carcajadas. --¿Qué te causa gracia?
--Pobre.-- Murmuró. --Bueno, le iré a hablar.
El mayor asintió, afirmándole a la chica.
Después de media hora, tratándo de alcanzar a aquellos okamas que acosában al pobre varón, (T/N) llegó hasta el grupo de travestis que corrían detrás de Sanji.
--¡¡(T/N)-chan!!
--¡¡¡Chicas, necesito hablar con su Sanji-chan... ¿Pueden darle un tiempo?!!!-- Exclamó la mujér, y todos los okamas asintiéron, algo desanimadas. --¡¡Pueden ir con Iva-sama por un rato!!
Al haber convencido a aquellos okamas para que se retirásen, (T/N) corrió hacía el rubio, quién continuába alejándose sin darse cuenta que ya no era perseguido, pero parecía muy concentrado a su corrida para darse notar eso.
La mujér decidió correr detrás de él, con le meta de ver si podría alcanzar a ese atletista, aunque no sería fácil.
Ya era de noche, la Luna estaba en lo alto del cielo e iluminába esa penumbra invisible, hacía algo de frio, pero el calor corporal era suficiente para aguantar la noche.
No quería exclamar nada, porque quería tomar por sorpresa al ceja rizada, quién corría centrado en su camino.
Poco a poco, Sanji fué disminuyéndo su paso, empezándose a cansar. Tenía la intención de parar, al menos trepar un árbol y salvarse de esos okamas al menos durante esa mágica noche.
Fué cuando (T/N) aprovechó para tomar aire y correr lo más rápido posible para alcanzar a ese chico, y cuando notó que había matado algo de distancia, se abalanzó directamente hacía él, asustándole y dejándole paranóico.
Ambos cayeron al cesped, dónde Sanji estaba tumbado y (T/N) arriba de él a horcajadas.
--¡No, no, no! ¡T-Ténganme piedad! ¡¡Y-Yo no soy un o-o-okama, soy hombre!! ¡Un hombre verdad!-- Exclamó nervioso el rubio, cerrándo sus ojos.
--Ya claro, demuéstrame que eres hombre.-- Susurró la chica, bromista.
Sanji abrió lentamente sus ojos, encontrándose con las órbes (c/o) de su amada.
--¿¿¡¡(T-T/N)!!??-- Exclamó el ceja rizada, supero confundido y estupefacto. --Pero... ¿¡Qué haces aqui!? No, no... ¡Debes ser otro okama! Aléjate de mi, asqueroso...
--Sanji, Sanji, soy yo, (T/N).-- Aclaró la peli-(c/c), divertida ante la situación
--Eso es imposible. ¡(T/N) debería...!-- El rubio se vió interrumpido por la chica, quién tomó en sus manos el rostro del ceja rizada, y pegó sus labios, uniéndolos en un suave beso, el cuál fué correspondido de forma extraña por parte de Sanji. Se separáron, jadeantes y sin aliento. --Voy a llorar...
--¿Por qué?-- Cuestionó la menor, resistiéndo sus ganas de morir de la risa.
--¡¡Me he besado con un maldito okama!! ¡¡¡Por Dios, Nami~swaaan, Robin~chwaaan, sálvenme!!!
La sonrisa divertida de la chica se borró de repente, y un semblante serio ocupó el lugar de expresión en el bello rostro de (T/N). Enojada, le dió un bofetón a Sanji, quién totalmente sorprendido, dirigió su mirada a la chica.
--Mira, idiota, si vine aqui para hablarte y tú simplemente vienes a decirme mierdas, le diré a mis amigas que te acósen por toda tú miserable vida y te dejaré.-- Amenazó la mujér, llena de celos, frunciéndo el ceño.
--¿(T-T/N)? ¿En serio eres tú?-- Cuestionó Sanji, estupefacto.
<< Reconocería esos celos en cualquier lugar. >>
--¿Tengo cara de tú Nami~swan o de otra persona?-- Preguntó sarcásticamente enfadada.
--Lo... lo siento...-- Murmuró el rubio, avergonzado.
(T/N) se levantó, de verdad conocía por completo la personalidad del ceja rizada y sabía todas las concecuencias de haberse enamorado de él. Un mujeriego, pervertido que no tenía ni la más maldita solución.
--No... Yo lo siento, será mejor que me vaya.-- Replicó la mujér, más avergonzada que el varón.
Sanji y (T/N) se conociéron en una de las aventuras de la tripulación de los Sombrero de Paja, dónde esos dos amantes establecieron una gran relación entre ellos. La chica siempre fué una revolucionaria y túvo que viajar con los Mugiwaras durante un tiempo. Y ese tiempo fué suficiente para reconocer sus sentimientos hacía Kuroashi no Sanji.
Esa personalidad tan sensual de pervertido, mujeriego y enamoradizo era tan irresistible para ella, y su físico, desde esos hermosos cabellos dorados hasta ese cuerpo delgado pero con musculos definidos. Era perfecto y eso no se negába, y el cocinero pensaba lo mismo. A pesar de que Sanji fuése un mujeriego amante de todas las mujéres, había una sóla quién ganaba su amor sincero.
Esa era (T/N), quién era simple, pero especial y perfecta. Amable, sociable, servicial, precisa, alegre, perfecta y perfecta, sin más que añadir. Era perfecta y punto.
Fué cuando esos dos enamorados se enrolláron a escondidas, dónde tuvieron una noche de locura inolvidable pocos dias antes de que la mujér tuviese que volver a su base de revolucionarios. Una noche de confesión y promesa.
"Algún día nos volveremos a encontrar y te prometo, Kuroashi no Sanji, te prometo que no te dejaré ir."
"Yo te prometo que tendré mis ojos sólo puestos en ti, la estrella más brillante de todo mi gran cielo."
Promesa rota, para variar.
Promeda rota por parte de Sanji.
(T/N) se levantó y se comenzó a alejar del rubio, pero éste se reincorporó rápidamente y corrió hacía esa chica, haciéndo lo mismo que ella hizo hace unos momento. Ésta vez con los papeles invertidos, la mujér tumbada y el varón a horcajadas encima de ella. Los dos se sonrojaros y cruzaron sus miradas, y sin romper el contacto visual, Sanji se atrevió a probar esos labios nuevamente.
Un beso dulce, pero lleno de pasión. El rubio llevó sus manos a la pequeña cintura formaba de la chica, acariciándo con delicadez esa piel que se ocultába detrás de esa camisa, la cuál no tardó mucho en desaparecer. Al iguál que el pantalón de la peli-(c/c) llevába puesto, por la bendita arte de magia, ahora ella estaba en ropa interior, frente al rubio.
Prácticamente, a su merced. Sanji podía hacerle cualquier cosa en ese momento. Podía poseerla, hacerle suya, hacerle el amor, demostrárle lo mucho que le amaba, volver a fusionar sus cuerpos. Con muchas ganas, podría hacer lo que quisiese, pero no lo haría sin el permiso de la menor, quién impaciente, veía cómo el varón la observaba algo avergonzado y excitado.
--Sanji... Bésame...
Ante esa órden, el rubio no tardó en obedecer, besándo los labios de la oji-(c/o), saboreándo su léngua una y otra vez, mordiéndo su labio inferior. Joder, ése hombre besaba tan bien, podría excitarte tanto, y claro que le estaba empezándo a causar efecto en la menor. Sanji llevó sus labios a su cuello, dónde la marcó cómo su propiedad, algo que no le gustaba hacer, pero lo hizo por dejarse llevar.
--Eres preciosa...
Volvió a besar sus labios, ésta vez más apasionado y seductor, con más ganas de follársela de una manera prohíbida hasta dejarla coja durante un año.
--Desnúdame por completo...
Obediente, el varón llevó sus manos al cierre del sostén de (T/N), deshaciéndose del sujetador en un dos por tres. Y sin previo aviso, devoró sus pezones de una manera casi salvaje, olvidándose de su personalidad de caballero.
Ahora era un animal en celo.
Abrió las piernas de su amada, y aún con varios prendas interponiéndose entre la desnudez, Sanji embistió a la chica, pegándo de manera brusca sus intimidades. Empezában a frotarse de manera desesperada, demostrándo lo ansiosos que ambos estaban.
Las útlimas prendas desapareciéron, dejándo a un Sanji y a una (T/N) completamente desnudos, listos para darse una noche de follamientos.
Aún sudados sin haber empezado la adrenalina, Sanji abrió nuevamente las piernas de su amada, y ahora tenía una hermosa visión de una linda vagina mojada y un clítoris hinchado, algo tan hermoso, y que tan sólo con verlo, la excitación recorría tu cuerpo de pies a cabeza.
Introdújo dos dedos a un improvisado y rápido oral, pués quetía follarse a su enamorada lo más rápido posible. Su miembro erecto estaba por estallar.
Y no iba en broma.
Era grueso y algo grande, estaba duro y caliente, con mil ganas de follarse a esa guapa hermosura que tenía en frente, y algunas venas recorrían el tronco.
Era lo suficiente para dejar coja a esa maravillosa criatura a su merced.
--Puede que te duela, sé que ya lo hicimos una vez, pero fué hace meses y puede que te vaya a doler...-- Explicó de manera resumida, pués se moría de ganas de poseer a esa chica, pero debía aclararlo, porque no quería lastimar a su preciada.
--N-No te preocupes... creo que estoy... lo suficientemente mojada para que... no me duela... demasiado..-- Replicó entte gemidos y jadeos, comenzándo a mover algo desesperada su pelvis. --S-Sanji... Tengo ganas de ti...
--Yo también...-- Le susurró el rubio, y comenzó a decirle cosas bonitas a la chica, con la intención de que la hiciése olvidarse de ese pequeño dolor que sentía mientras el miembro de Sanji se hacía paso en su interior.
--Te amo tanto...-- Logró balbucear la chica, siendo embestida sin piedad por Kuroashi no Sanji.
--Te-Te amo.
Una tras otra, más unos besos y pequeñas caricias, poco a poco los jóvenes se hacían paso a la gloria.
Sanji llevó su mano al clítoris de la menor, endureciéndo más a esa pequeña carne íntima de la chica.
Sus pliegues se contraína gracias al roce y fricción de creaba esa monstruosidad que en ese momento se encontraba en su interior.
Hasta que la jóven dejó salir un sonoro gemido, que probablemente la haya delatado y todos los okamas se habrían dado cuenta que estaba teniéndo sexo con Sanji, al llegar al clímax.
Túvo otro orgasmo que fué provocado por el primero y único chico que había estado dentro de ella.
Kuroashi no Sanji.
--Sabes... no soy la mujér más perfecta, no soy la más bonita, la más inteligente, eficaz, centrada, no soy buena bailando o buena cantando. Tengo muchos defectos y alguna que otra virtud, pero te amo, Sanji, te amo. Y me gustaría que tú también me amases.-- Pidió la menor, avergonzada y con el violento rubor en sus mejillas.
--No tienes que pedirlo. Con el placer más gustoso del universo te amaré con mi vida, (T/N). Discúlpame por ser tan mujeriego... trataré de cambiar eso si es que te molesta, porque te amo mucho...-- Le replicó el varón, sonriéndo dulcemente, conquistándo y enamorándo a esa chica nuevamente.
Debían ser maduros si no lo quería echar a perder.
Debían ser más responsables ahora con su pareja.
Debían ser novios, y tendrían que amarse sinceramente.
Kuroashi no Sanji había encontrado a su verdadero amor.
Al igual que (T/N), quién se había enamorado de ese hombre tan perfecto.
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A ver, no me convence mucho éste one-shot, pero si me ha gustado, no me máten si no les gustó, plis. •>•
La "trama", por asi decirle, de éste one-shot fué pensada desde que creé éste libro de one-shots xD, y bueno, no me salió tan romántico porque estaba tomándo café hace unos minutos. ¿Qué tiene que ver? No sé, sólo trato de excusarme.
¡Ahora los próximos one-shots serán pedidos o personajes cualquiera que me encuentre por la serie! Caesar 7u7, nah mentira, tengo cinco pedidos pendientes (o más) y empezaré por la primer guapa que me hizo un pedido.
Serán confidenciales los próximos one-shots, trataré de mejorar para que no me máten xD.
Nos vemos en el próximo one-shot.
-Michelle Vallejo.