Róbame el corazón.

Oleh lorenaiyi

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El Sr. Jeon es alfa escritor en depresión. Jimin es un Omega sinvergüenza que trata de robar su caja fuerte. ... Lebih Banyak

1. Un buen plan.
2. Un cigarrillo y silencio
3. Él aullido del Omega.
4. Fresa fresca y dulce.
5. La vergüenza del Omega.
6. ¿Dónde está Mimi?
7. La tristeza del alfa.
8. El Lobo al rescate.
9. Chocolate y madera.
10. Su alma gemela.
11. El llamado del alfa.
12. ¿Canela dulce?
14. El peor ladrón del mundo.
15. No me muerda.
16. Aprendiendo a amar.
17. Su nuevo Omega.
18. Inocente corazón.
19. El dolor del alfa.
20. Cosas de almas gemelas.
21. El crimen perfecto.
22. El culpable de todo.
23. Tonto alfa.
24. Corazón capturado.
25. Soy mayor que tú.
26. La fantasía del Omega.
27. Joven Corazón.
28. Un mal espía.
29. Amor de Navidad.
30. Te robaste mi corazón.
31. El miedo del alfa.
32. Un Omega Fuerte.
33. Fuertes Sentimientos.
34. Su forma de amar.
35. Un alfa renovado.
36. ¿Esta es tu fantasía?
37. Yo también lo deseo.
38. Un cachorro para los dos.
39. El castigo del Omega.
40. El verdadero ladrón.
41. ¿El celo del Omega?
42. El novio fugitivo.
43. El secreto de la caja fuerte.
44. El amuleto de dos lobos.
45. El cachorro escondido.
46. Regresé para amarte.
47. Te quiero amar.
Extra. Un Omega arisco.
Extra. Celos del pequeño alfa.
Extra: El robo del omega
Extra: El hermano mayor.

13. Un capullo de flor.

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Oleh lorenaiyi

Solo aquella delicada creatura podía calmar el fuego que lo quemaba por dentro y lo hacía sentir de nuevo vivo. Besó sus labios haciendo que este gimiera y se arqueara hacía él entregándose sin reparos al deseo que parecía desbordarse también en él.

Sus aromas habían combinado perfectamente, haciendo que un tercero se creará y llenará el ambiente de feromonas acidificadas que llevaron al alfa anhelar estar dentro de él de forma inmediata.

Pero alzó la mirada una vez más observando el rostro pequeño de su Omega. Que lentamente abrió los ojos y encontró en ellos un deseo derretido, sus pupilas dilatadas tenían un brillo distinto a todo aquello que él conocía.

El lobo interno quería aullar a la luna de felicidad y plenitud. Qué regalo más sublime le había dado después de tanto pesar.

El iris azul cielo en sus ojos de este le hizo detenerse y admirar impavido su belleza, el lobo Omega poso su nariz en la suya mientras que de nuevo cerraba los ojos y lo besaba eróticamente

- ¿En verdad me esperabas? - escuchó un murmullo.

Su voz encantadoramente dulce era demasiado para él alfa.

- Jamás dejé de esperarte.

El alfa fundió sus labios en su piel lamiendo y saboreandolo, pero un sonido suave lo detuvo de necesidad y turbo el poco control que tenía, sus manos se habían colado por debajo de su polera y se deshizo de ella, de un momento a otro lo tenía pegado a su piel, exhudando deliciosas feromonas, el Omega echó los brazos a su cuello y lo detuvo muy cerca de cuello de dándole espacio al alfa de lamer con libertad.

Su erección punzaba por enterrarse en él, así que con su cadera arremetió en su contra haciendo que el Omega jadeara completamente extaciado.

Quería seguir oliendo su gozo y se talló en él potencializado su aroma en su propia piel, era el placer contenido más delicioso que había experimentado, reclamó sus labios en un beso caliente, su pequeño Omega solo detenía entreabiertos sus labios y respondía sediento de él.

Deslizó su mano por el costado de este para dejar a su vista su cuerpo cuánto antes, pero una mano ajena lo detuvo, aunque esté no abrió los ojos tomó la suya y la llevo más allá de la pretina elástica de su pantalón, deteniendose un momento para enfocar su vista en él.

El alfa no entendía pero este no perdía nada de su expresión, esperaba sentir su erección, es que el simple echo de imaginarlo desnudo era un deleite para su mente, que importaba si este era un chico como lo había dicho su humano, él era suyo y era parte de su mayor deseo.

Su mano calida llevó a su mano hacía su vello púbico y más allá, él alfa un poco extrañado siguió el rumbo donde él lo guiaba. Entonces se detuvo.

El Omega estaba inmóvil esperando su reacción, totalmente excitado indicó al alfa que enterrara sus dedos en él. La humedad en la que estos fueron sumergidos crispo su cuerpo sin poder razonar mucho. Sintió que la temperatura de su cuerpo subio y él latido en su erección se hizo más pronunciado.

El Omega soltó su mano, jaló su rostro para que sus labios se unieran de nuevo e indico que lo acariciara moviendo su cadera contra su mano.

Su mano se apoderó de su intimidad suave debido al terciopelo que lo cubría .

Ahora entendía la inseguridad que había mostrado.

Movió su mano en la cima para después qué deslizar un dedo justo en donde la humedad se acumulaba, un quejido de placer escuchó  desde su pecho, que lo ánimo a hundir aún más uno de sus dedos, la lubricación fue perfecta para que buscará de manera suave la dicha escondida, el Omega movió sus caderas  y mordió su labio  inferior en respuesta, sus ojos aún cerrados. Sobo un poco su mano en él y el Omega se retorció bajo a él gimiendo, haciendo que sus dedos fuesen más allá y toparan con algo.

El Omega creó un onda con cuerpo tallandose en su mano pero el alfa lo contuvo besando sus labios, estaba casi seguro de algo pero quizo solo comprobarlo. Con su mano volvió sobar la tierna carne resbaladiza haciendo pequeños en ella, la lengua del alfa recorría los labios del Omega rezando por qué le permitiera ir mas allá, por qué tenía una sospecha de que jamás nadie lo había acariciado de esa manera, pues sus reacciones a sus caricias lo llenaban de un asombro inocente.

Se separó de su rostro para observar su expresión, al mismo tiempo de que deslizaba un dedo dentro de él, dilatando el estrecho camino a su paso, el sutil arqueo de su espalda y el empujé de su cadera le invitó a moverse dentro de él.

El alfa no podía mas, esa inocencia ofrecida tan libremente y su aroma cada vez más dulce era simplemente demasiado.

El Omega sintió la intromisión en una nebula placer, el aroma a chocolate estaba nublando su razón, sintió el empujé en su centro, el quería entrar y el Omega lo necesitaba.

Mio, mío, mío. Gruñía este en su cuello, su cuerpo más grande se ceñia encima de él con fuerza, sus labios creaban líneas de besos sin sentido y sus dedos penetrandolo lentamente, lo único que pudo hacer fue acompañar el movimiento de estos con su cadera.

Después de unos largos minutos abrió los ojos para observarlo, estaba incrustado en su humedad listo para entrar. El remolino de placer estaba allí solo debía alcanzarlo, gruñó cuando esté detuvo la presión. Sentía que su cuerpo latía en necesidad, queria entregarse a él, quería que él complementara su agonía.

- Más - rogó el Omega, acomodando sus caderas y alzando un poco las rodillas a su pecho, quería sentirlo dentro ya. Seguro lloraría de placer, talló su rostro en la mano del alfa y mordió su piel rogando un poco de piedad.

No sabía que esperaba para reclamarlo.

Pero el alfa lo observaba detenidamente con fascinación.

- Hermoso lobo - algo dentro del Omega vibro y lo hizo sonreír, solo unos segundos después su nariz se posó en la de él.

- Dilo.

El Omega empujó sus caderas y él se presiono un poco más, se congeló por el dolor repentino ya esperado,  sus miradas estaban conectadas, la de él alfa roja y la de su contrario azul demasiado celeste.

- Alfa.

La sonrisa del alfa antes de restregar su rostro en el del pequeño le hizo sentir una plenitud en su pecho.

Sintió como el alfa se levantaba de su pecho dejándolo repentinamente desnudo ante él y luego una de sus manos fue a dónde sus cuerpo hacían la unión. Posicionó el dedo pulgar entre su carne brillosa.

El alfa respiraba grueso su pecho y las venas de su cuello y brazos  era muestra de la manera en que se estaba conteniendo. El omega solo fue testigo de la manera en que el cuerpo desnudo del alfa era demasiado perfecto y excitante para él.

Una caricia oculta lo hizo alzar el rostro y ver el lugar donde el alfa tenía apoyado el dedo pulgar.

Los circulos estaban justo a un costado del nudo demasiado sensible e inflamado. El se dejó caer hacía atrás gimiendo por esa caricia experta a su excitado cuerpo, la vibración sobre este le hizo abrír más las piernas en busca de más,  el ángulo de la cadera mejoro y el alfa se delizo dentro de él dolorosamente mientras que el Omega era llevado al límite de la sensibilidad con su dedo pulgar.

El alfa gruñó y su cuerpo se tenso más al notar la estreches con la que era sujeta su erección.

No se movía, no podía, no quería lastimarlo, solo siguió con el masaje cerca delicado punto, su mirada viajaba a su expresión de placer, pasaba por su torso delgado y pálido y se detenía en esa pequeña cima roja inflamada que dejaba ver una puntita más pequeña y color rosa en el centro como si fuese un capullo recién abierto de la más sensible flor.

Lamió sus labios , quería probarlo, lo deseaba en verdad. El Omega gemía al compás del movimiento de su pulgar que hacía que es capuchón de este de bailará en la puntita rosa estimulandola delicadamente.

La necesidad de empujar era arrasadora, solo con aquella vista y el agarre en su hombría era capaz de venirse un par de veces.

Pero sintió como el Omega se empezó a relajar y soltandolo un poco, una de sus manos fue a su boca donde mordió un poco un dedo y la otra cubrió una cima rosa de su pecho.

Las feromonas bailaban juntas e hicieron que el alfa aspirará profundo.

La respiración del Omega se aceleró y supo que era hora, él quería fundirse en el y explotar al mismo tiempo, se retiró un poco y volvió a golpear dentro, la manera en que la lubricación ayudo fue demasiado  agradable, no tenía duda de que podía darle cabida, así que el siguiente empujé puso más fuerza.

Los gemidos eran una melodía del cielo, podía palpar en su lengua la acidez de su excitación. El temblor en su cadera comenzó y el alfa supo que era momento de dar rienda suelta a sus impulsos.

Cubrió su cuerpo con el de él y lo besó.

- No te quiero lastimar, es solo que no puedo esperar más.

El Omega jaló de él y lo abrazó con brazos y piernas, una invitación era lo que esperaba y así la obtuvo.

Duro y grande era lo único que pensaba en Omega en la neblina de deseo, la forma que había entrado en el de manera profunda lo había dejado totalmente gimiendo por más, después solo dejo de pensar, solo sentia como salía y entraba en la perfecta lubricación que esté le ofrecía, sus besos en su cuello, lamiendo una y otra vez donde pondría su mordida, su piel estaba caliente y lo apresaba de forma cómoda contra la cama, trataba de respirar pero estaba tan sensitivo que solo recibía las estocadas muy dentro, era una sensación nueva y delirante.

Pero más allá de eso era él, su alfa, del que el Omega disfrutaba, recibiendo sus caricias íntimas se contraía una y otra vez al sentirlo tan dentro, pero poco a poco empezó a sentír una presión, como si se fuese a  romper en mil pedazos. Se soltó del nudo de su espalda y puso sus manos en su pecho empujandolo como acto reflejo, pero el alfa no se detenia los movimientos seguían firmes dentro de él y este gimiendo en cada uno de ellos, pero había algo raro, distinto, algo muy muy sensible en su interior, su pelvis rosando se contra su clítoris una y otra vez junto con la manera en que su erección lo masajeaba por dentro.

Cerró los ojos y se arqueó dejandose explotar sin inconvenientes, sentía que no volvería completo, no cuando sintió  los colmillos del alfa rosando la piel que había lamido con ansia. Lo iba a marcar y solo imaginar esto lo llevo más allá del cielo, su interior se contrajo y grito tomando sus hombros para sostenerse de su fin, la sensacion recorrió su columna y cada terminacion nerviosa de su cuerpo, pero el alfa no lo mordió como él pensaba se alejó de él tomando sus cadera deteniendolas firmemente y adentrándose más aún en él, si eso era posible,  para luego estirarlo por dentro, eso fue lo sintió el Omega que había crecido en su interior y que esté era bañado por lefa caliente en su interior.

El Omega entreabrio los ojos para poder ver la forma en que el alfa de había transformado en una fiera de ojos rojos y rostro quebrantado por el placer, un gemido ronco de liberación fue lo que escucho.

Una caricia sintió en su carne sensible que lo hizo entremecerse, el alfa sobaba su nudo de nuevo que ahora se mostraba como protuberancia inflamada por la estimulación que esté ya le había dado, instandolo a relajarse para poder entrar más en él ahora sí por completo. Pero el Omega sabía que no había más espacio en él, su interior vibraba al latido de su dura erección clavada en él.

Respiró profundo abriendo la boca cuando sintió de nuevo el placer regresando a su cuerpo, movió las caderas en reflejo y eso fue lo que ocupo el alfa para resbalarse más dentro que hizo que este estirara por completo su esbelto cuerpo.

Solo entonces el alfa dejo de torturar la virginal carne, pues ya había logrado su cometido, estaba anudado en él y estaba completamente dentro.

Se dejó caer hacía él, reconfortandolo por la falta de la mordida para sellar su unión, lamió su piel de nuevo y acarició su cabello, este aún mostrando su cuello por completo en tensión por que sentía que de otra manera su interior no podía darle cabida al duro miembro de su alfa.

Pero las caricias del alfa hicieron su cometido y poco a poco comenzó a relajarse, hasta que los músculos internos se amoldaron a él.

Ya más relajado el alfa se mantuvo sin moverse, pues era completamente comprensible del esfuerzo que hacía para contenerlo.

Una caricia de nariz y una hermosa sonrisa  recibió de la creatura más elegante y encantadora que jamás había visto, antes de que este solo pusiera sus manos en su propio pecho y cerrará los ojos completamente relajado por la avalancha de placer de la cuál acababa de sobrevivir.

Y el alfa lo siguió acariciando hasta que esté cayo en un profundo sueño, esperando a que su erección cediera para regresar a saciarse en él.

Gracias por leer 😘😘

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