Pedido por estrella889. Espero que te gúste y lo disfrutes. 🤗❤
¿¿¿???
Divertida, la mujér de cabellos (c/c) y ojos (c/o), corría de un lado para el otro, risueña y burlándose de aquel varón que no parába de caerse con cada paso que dába.
--Ésto ya no es gracioso, (T/N), sal de dónde sea que estés.-- Murmuró el rubio, algo avergonzado y serio.
Sin prestarle atención a las quejas de Rocinante, la chica continuó con su jueguito.
Corría de un lado para el otro, risueña y esperándo a que el chico no le atrapáse. No era que él fuése lento, pero si no fuése tan, pero tan torpe, su labor sería más fácil. Claro, DonQuixote Rocinante era el rey de la torpeza-tan bello, me muero.
Los jóvenes se había encontrado hace unos días. Gracias a los negocios de Doflamingo, la DonQuixote Family llegó a la isla de la jóven, conociéndo al gran DonQuixote Rocinante, un chico que no estaba para nada mal.
Rocinante, era alguien muy torpe, eso era algo que no se podía negar, era tierno y adorable, muy atento y cuidadoso-a pesar de su torpeza-, y su físico... Puf, era un hombre guapísimo, eso también era innegable.
Su rostro, su cuerpo, su todo era simplemente irresistible.
Y estaba muy claro que (T/N) había caído ante los encantos del chico, era simplemente... excitante, guapo, hermoso, bello y precioso.
Por el lado de Rocinante, llevába un tiempo aguantándo los juegos de la menor hacía él. No era que los odiáse, la verdad era que los apreciába.
Aquella mujér de cabellos (c/c) era hermosa, su personalidad se le hacía tierna, muy atenta, cuidadosa y amable, pero era solamente asi con Rocinante, ese amor era sólo para él.
Cupido había flechado a aquellas dos almas, las cuáles deberían estar eternamente juntos.
Pero Rocinante no podía estar junto a la menor, sabía cómo era su hermano mayor de cruel para matar a la chica, o incluso hacerle algo peor.
La de ojos (c/o) había tenido muchisimas ganas de confesarse al mayor, pero había dos cosas.
Uno, ¿qué pensaría Rocinante se supiése que ella se enamoró en menos de un segundo?
Y dos, ¿qué pasaría después de eso? ¿Qué pasaría? ¿Tensión e ignoros?
Había una sola forma de descubrirlo, y sin más rodeos o chantajes, (T/N) lo descubriría.
Aunque con ayuda de las indirectas, rodeos y chantajes.
El de cabellos rubios mirába de un lado a otro, levantándose tras cada paso torpe que dába, y luego volviéndo a analizar el lugar, con la esperanza de encontrar a la bella mujér, quién estaba detrás de él.
Pero en otro de sus pasos torpes, Rocinante tropezó entre sus pies, cayéndo arriba de la menor.
--Ehh... ¡Lo siento!-- Se disculpó el rubio, avergonzado y nervioso, riéndo atontado. Pero a lo lejos de separarse de la chica, ésta notó que el mayor se afferába más a su cuerpo, dando a entender que no quería separarse, y disfrutándo de la calidez de aquel cuerpo pequeño de la contraria, parecía querer decir algo, pero ninguno de los dos pronunciába palabra sola. Sus ojos se encontráron, haciéndo que un escalofrio recorriése el cuerpo de ambos enamorados. --Oye, yo... te tenía que decir algo...
Y otro dato: Rocinante era malo en dos cosas. Uno, mintiéndo. Dos, disimulándo.
Algo que quería decir que Rocinante sabía claramente sus sentimientos hacía la chica, sabía perfectamente que estaba enamorado de la guapa muuér que tenía debajo de ella, y lo disimulába muy mal aquel sentimiento.
Igualmente, si los varónes son malos captándo las indirectas, algunas mujéres también lo éran. Y ahi entrába la chica que le había robado el corazón a Rocinante.
Si el rubio sabía algo, estaba clarísimo que se lo diría mínimo a una persona, máximo a ochenta personas.
--¿A-Ah, si? ¿El-El qué...?-- Preguntó dudosa la oji-(c/o), sonriéndo avergonzada. --¿Rocinante?
--Ámo cuando pronuncias mi nombre de esa manera.
El corazón de ambos dió un vuelvo ante aquel comentario, sobre todo el corazón de... ambos.
La chica trató de procesar la oración, tratándo de buscar lógica alguna qie explicáse la razón de aquello, pero la única respuesta que obtuvo, hizo que se sonrojáse violentamente.
Y por el lado de Rocinante, su primer pemsamiento fué de dónde sacó el valor y las agallas de decir un comentario digno de su hermano Doflamingo.
Había sonado tan pervertido, loco, y violador al pronunciar esas palabras.
En otras palabras, cómo Doflamingo.
--¿Di-Disculpa?
--No, no, no, no quise decir que... bueno, si, pero no, yo quiero decirte que... es que...-- Nervioso, DonQuixote Rocinante comenzó a tartamudear varias palabras, que ni él mismo lograba entender. --(T-T/N), yo...
Vale.
Estaba clarísimo.
Era supero claro.
Las mujeres debían dar el primer paso, o todo se iba a la mierda.
--Me gústas, Rocinante.-- Le interrumpió la menor, seria, preocupada y tensa. --Me pareces alguien guapo, adorable, y... Joder, estás demasiado bueno, tú torpeza te convierte en uno de los hombres más irresistibles que he conocido.
Ante aquella confesión, el mayor de cabellos rubios se quedó estupefacto, sorprendido y sobre todo, sin palabras ni aliento.
Su corazón había parado de latir hace media hora, y sentía cómo sus ojos se iban de un punto para el otro, su cuerpo temblaba y túvo que apretar sus labios para resisitrse una sonrisa, que al finao terminó escapándose de su alcance.
--No sabes lo feliz que me hace saber eso.-- Comentó DonQuixote Rocinante, sonriéndo de la forma más jodidamente dulce que podría imaginar. --Tú también me gústas, y...
Antes de seguir, Rocinante fué interrumpido por la chica, quién se abalanzó a sus labios, besándole apadionadamente, pero se notába muchísimo lo inexperta de era ella. Tampoco es que el mayor fuése muy experto respecto a éstos temas, pero sabía algo, ella nada.
--Mierda, siempre quise hacer eso, discúlpa.-- Balbuceó la jóven, embobada y sonrojada, se notába lo levemente avergonzada que estaba.
--N-No... No pása nada... yo...-- El varón rio nerviosamente al notar que no podía completar su frase. --Eh... me gustó, y quiero más.
<< ¿Más? ¿Se refiere a un beso... más apasionado? O... ¿Sexo? ¡Sexo! Rocinante quiere sexo. Joder, sexo... pero... ¿Qué hago? ¿Le pregúnto si quiere sexo? Pero... que raro se siente pensar en esa palabra. Sexo, sexo, sexo. >>
--¿Quieres sexo?-- Preguntó directa la jóven, observándo cómo el rostro de Rocinante se volvía completamente rojo, y eso... Joder, hizo que se viése más atractivo de lo que era.
--Yo... bueno, supongo que todo lo que haga junto a ti, es lo mejor.-- Murmuró el rubio, sonriéndo débilmente. --Apreciaré todo lo que hagamos juntos, (T/N).
--Ay, Dios, chico.-- Replicó la menor, ocultándo su rostro tras de sus manos.
--¿Ocúrre algo? ¿He dicho algo malo? Lo-Lo siento... no era...
--¡Es que te tengo que querer!-- Exclamó la de cabellos (c/c), sonriéndo ilusionadamente. --¡Te amo! ¡Te amo! ¡Te amo!
Rocinante se sorprendió levemente ante aquella declaración, y estaba claro que él se sentía igual que la oji-(c/o), pero ella era tan monísima.
--Y-Yo... Yo también te amo, (T/N), me gústas, me pareces linda, y eres muy tierna.-- Replicó el varón, acariciándo las mejillas de la fémina, quién cerró sus ojos ante la caricia
--Dáme más.-- Ronroneó la peli-(c/c), suspirándo profundamente, disfrutándo de aquella caricia.
Estaba segura de algo.
DonQuixote Rocinante era bueno tocándo.
Esas suaves manos estaban empezándo a excitarla tan sólo con acariciarle de una manera inocente.
Las manos del varón recorrieron las caderas de la joven, luego su cintura, llegaron a sus pechos y se deshizo de la camiseta que ella llevaba puesta, viendo su sujetador.
Cruzó miradas con ella, lo cual le hizo muy nervioso, y ella sonrió ante su nerviosismo y torpeza.
Rocinante besó la frente de la chica, lo cual le confundió, porque ella nunca recibia besos en la frente.
Aunque la verdad era que ella no recibía besos del todo.
El chico besó todo su rostro, luego dejó de un camino de besos por su mandíbula, por su cuello, llevando su boca hasta los pechos de la joven.
--Eres muy hermosa.-- Murmuró, viéndola a los ojos, notando cómo ella se sonrojaba ante su cumplido.
(T/N) rodeo el cuello de su amante con sus brazos, haciendo un pequeño movimiento para que ella estuviese encima de él.
Ella sintió la errecion del chico. Sonrió y unió nuevamente sus labios, introduciendo su lengua y llevando sus manos a las mejillas del rubio, acariciando su suave piel.
Después llevo sus manos a la ropa que el llevaba, deshaciéndose de ésta para poder admirar el cuerpo perfecto de aquel ser.
Una vez la camiseta del rubio desapareció, ella llevó su mirada a él torso del hombre, comiendole con los ojos.
<<¿Cómo se puede ser tan maravilloso y perfecto a la vez?>>
--Me siento acosado por tu mirada.
Los ojos de la joven se abrieron levemente, sorprendida por el comentario del joven. Sus mejillas se ruborizaron y sus ojos trataban de evitar los ojos del rubio.
--C-Cállate...
Rocinante comenzó a reírse, soltando unas adorables carcajadas como si fuera un bebé.
--Estoy bromeando.-- Aclaró, fingiendo que se limpiaba una lagrima falsa cayendo de su ojo. --Eres tan tierna, me siento halagado por la forma en la que me miras, si te soy honesto.
(T/N) frunció el ceño, pero antes de que pudiera decir algo, el rubio estampó sus labios con los de la fémina, esta no tardó en dejarse llevar por la lengua del rubio. Llevo sus manos a sus cabellos dorados, mientras la manos del varón viajaban por la cintura de la chica.
Rocinante se deshizo de los pantalones que su amante llevaba puestos, y la admiró en ropa interior.
<<¿Cómo es tan perfecta?>>
El sonrió y llevo su boca al cuello de la de ojos (c/o), succionando un trozo de piel.
Un pequeño jadeo salió de los labios de la fémina, quién llevó sus manos a la espalda de su amado, sintiendo esos músculos bien formados.
--O-Oye... estás...-- La chica soltó un leve quejido de dolor al sentir como Rocinante succionaba de una manera poco delicada su piel. --Rocinante...
El nombrado finalmente se alejo de la peli-(c/c), observo su cuello y había un chupeton muy visible.
--¿Qué?-- Preguntó de manera inocente, ya que la de ojos (c/o) no paraba de verle de manera intensa.
--Como que alguien tenía hambre, ¿no?-- La chica frunció el ceño, cruzando sus brazos, mientras veía al rubio reírse nuevamente. --¿Me dejaste un chupetón?
--Es solo una marca, para que la gente sepa que eres mía.-- Aclaró el rubio, sonriendo de manera pícara.
Rocinante se abalanzó a la joven, besándole apasionadamente otra vez, pero se encargo de decirle adiós a una nueva prenda de ropa.
Ahora ambos estaban en ropa interior. Devorandose el uno al otro con la mirada.
--¿Por qué querrías hacerle saber a los demás que son tuya?-- Preguntó la fémina, quitándose su sujetador ya que su amante había fallado en su misión.
Una vez sus senos estaban desnudos, el rubio llevó uno de ellos a su boca, succionandolo como bebé recién nacido, masajeando el otro con su mano.
--Porque lo eres, ¿no?
Después de decir eso siguió devorando los pechos de la peli-(c/c).
<<¿Qué tipo de respuesta es esa?>>
Rocinante parecía tener un nuevo objetivo y ese era el lugar prohibido de su amada.
Dejó un rastro de besos por el abdomen de la chica, y cuando llegó a su destino, escuchó un nervioso suspiro por parte de la oji-(c/o).
Retiró las bragas que estorbaban y dejó que su cálido aliento estremeciera la húmeda vagina de la joven.
--¿Q-Qué estás esperando?-- Balbuceó ella, luchando sus inmensas ganas de gemir, tensando su mandíbula.
--No recuerdo que hayas respondido a mi pregunta.
Le replicó el rubio, con un leve tono burlón.
--¿De qué h-hablas?-- Cuestionó la chica, moviendo inconscientemente sus caderas las cuales estaban desesperadas por la lengua y dedos del varón.
Rocinante se reincorporó, para estar cara a cara con su amada, viéndola a los ojos. Después llevo sus labios a la oreja de (T/N).
--Eres mía-- susurró, de manera seductora. --,¿no?
Pegó su frente con la de la chica, nuevamente manteniendo el contacto visual. Rocinante notó como ella tragaba saliva y tensaba su mandíbula.
La calentura de sus piernas parecía un volcán a punto de explotar.
--S-Si...
El rubio sonrió complacido.
No quería esperar más.
Con delicadeza acomodó las piernas de la joven para que ella pudiese estar un poco cómoda.
Rocinante posó su miembro en la entrada de la joven y lentamente lo metía, haciendo un esfuerzo para no hacerle daño.
Aunque para ser honestos, el varón quería hacerle llorar y suplicar.
Una vez completamente dentro, espero que ella se acostumbrase a su tamaño y por mientras dejaba pequeños besos en sus senos.
Él comenzó a mover sus caderas de manera lenta, ella dejaba salir gemidos que provocaban que el chico quisiera ir más rápido, más profundo.
--Te sientes b-bien...-- Dijo entre jadeos el joven, tratando de hacer contacto visual con su amada, pero esta estaba muy avergonzada para verle a los ojos.
<<Qué tierna>> Pensó el chico.
Rocinante sintió cómo ella clavaba sus uñas en sus brazos, aferrándose a la sensación que su amado le hacía sentir.
Ambos estaban empapados en sudor, la fricción aumentaba más. Los gemidos, el sudor, la adrenalina, la pasión.
Se estaban volviendo locos.
El rubio buscó los labios de su amante, uniéndose en un beso húmedo, sus lenguas bailando entre sí.
Se separaban porque no podían respirar de manera regular pero volvían a buscar sus bocas por la deliciosa adicción que tenían.
El joven notó como la peli-(c/c) tenía pequeños espasmos, sus piernas comenzaban a temblar y su estómago se tensaba.
Sus gemidos se volvieron más fuertes, ella rodeó sus brazos alrededor del cuello del rubio, quién dejaba pequeñas lamidas entre los pechos de la chica.
Y ella rodeó sus piernas alrededor de las caderas del varón.
--N-No pa-pares...-- Logró decir entre gemidos, sonó casi como una súplica.
<<¿Qué pasaría si lo hago?>>
Rocinante sonrió de manera pícara.
Pero cruzó miradas con su amada, sus ojos cristalizados.
Llorando de placer.
El rubio se sorprendió y continuo con sus embestidas, yendo más profundo.
Un grito de placer le hizo saber que su chica había llegado al clímax. Ella ni siquiera podía regular su respiración, su pecho subía y bajaba sin cesar.
Estuvieron en un largo silencio durante un tiempo.
--¿Tú no terminaste?
Sin conseguir una respuesta, Rocinante abrazo a la joven.
--Me siento mejor que nunca.
La oji-(c/o) se sonrojó ante el comentario del rubio.
--Me gustas mucho.
--A mi también me encantas, me gustas, eres de lo mejor, quiero estar contigo siempre.-- Dijo el varón, besando la frente de la joven. --Prometo que siempre me quedaré a tu lado.
Ella sonrió.
--Te quiero.
--Yo también te quiero.
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Estoy un poco cansada, pero no puedo dormir.
-Michelle Vallejo.