✨🎄Especial navidad🎄✨
𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖉𝖎𝖊𝖈𝖎𝖓𝖚𝖊𝖛𝖊
Al acomodarse ambos en los asientos del tren se miraron largamente.
-¿Qué sucede, Harry? Te noto tenso- le dolía demasiado la cabeza y tenía una sed inaguantable.
Haber pasado la noche bebiendo con John y Arthur no había sido la mejor idea, menos cuando Polly la vio en el sillón a punto de dormirse, se preocupo tanto de la visión que debía de demostrar que su consciencia volvió por minutos cortos, luego sus ojos inyectados en sangre le mostraron a Gray lo que había pasado en la noche, le dejaron dormir en la cama de Ada.
-nada- cruzado de brazos y con el ceño fruncido no le dirigió la mirada- no puedo creer que de todos los gangsters que hay en Inglaterra tenias que escoger a esos gitanos.
Tomo su cabeza con una mano, doliéndole por el chillido que había dado el ferrocarril.
-son nuevos, dales a pensar que eres inofensivo y te ayudaran- reflexiono recordando lo dicho por Arthur entre gritos indescifrables.
Recordaba poco, solo como Thomas le sonreía mientras más alcohol ingería, después de unos minutos, ¿u horas?, no lo vio, quedándose en la agradable compañía de los otros dos. Dios, nunca se había reído tanto hasta el punto de dolerle las mejillas.
-¿algo mas antes de que duerma?- no quería sonar brusca, pero el martilleo constante no le daba otra opción- ah, Harry, por favor no le digas nada de esto a Alfie- le miro directamente a los ojos.
Café contra verde, una mirada dulce que derritió al chico, nunca le había mirado de esta manera, y aunque su tono de voz no concordaba con sus iris, acepto ante los encantos.
-¿qué le diré a Alfie?
-que compramos un hipódromo y nos encargamos de mantener todo como debe ser- le sonrío nuevamente, tocando la mano masculina en busca de terminar de cautivarlo- muchas gracias, Harry, eres lo mejor.
Se apoyo contra el cristal, viendo el verde pasar con rapidez, cerro los ojos aun con la mirada de Davis sobre ella, pensaba que los hermanos Solomons se contaban todo, pero por lo visto Scarlett también tendrá secretos que no querrá revelar nunca, le miro por ultima vez dejándola descansar bien, sin tener la presión sobre ella.
Las horas pasaban para Alfie, dando vueltas por la enorme casa, con el estomago hecho un lio y mirando progresivamente sus nudillos heridos.
Había roto dos espejos y temía de las consecuencias que eso podía traer, él había ordenado el desastre que causo los días anteriores, sintiéndose repentinamente culpable por haber gritado a altas horas de la noche, despertando a las nuevas sirvientas, tratándolas mal mientras solo hacían su trabajo.
Maggie durante un acercamiento casual y discreto le había dicho que se controlara, que no debía mostrarse tan vulnerable, causando que durante el desayuno se la pasara en silencio que perturbo a varios.
-¿en cuánto llega Scar?- le preguntó a Ollie, ni siquiera había ido a Camden para esperar a la menor, necesitaba hablar con ella.
Era su confidente, y la noche anterior no pudo dormir con los constantes disparos y explosiones que había en su mente, de hecho, aun los escuchaba si es que aguardaba silencio por largos ratos. El sonido de sus botas haciendo eco era lo único en lo que debía concentrarse.
-debió de haber llegado hace una hora y media- bajo escaleras en busca de sacar su creciente ansiedad.
¿le habrán hecho algo?, ¿el tren tuvo algún accidente? Oh, ¿y si Harry no le mando nada porque murió y a ella la debieron de haber prostituido por algún lugar de Inglaterra? Entro en el enorme comedor, caminando con la atenta mirada de las nuevas en él.
-¡Pauline!- la sirvienta que trabajaba ahí desde hace dos años se acerco con rapidez- necesito que busques a...
-¡Tessa! ¿Cómo esta la perrita más bonita? ¡Cyrill! Te extrañe mucho.
Su corazón inquieto paro, sintiéndose bien con la llegada de su sangre, con un gesto la chica se alejo del mayor.
Julia vio como el líder paso de estar en un colapso de nervios a estar completamente relajado con una pequeña y poco visible sonrisa.
-¡Scar!- avanzo zancadas grandes hasta la entrada- ¿por qué mierda te demoraste tanto?
Estaba arrodillada ante ambos perros, estos pidiendo cariño entre chillidos agudos y tiernos, la fémina se levantó, dejando su abrigo y reluciendo la sobaquera.
-digamos que pensé que iba a estar aquí durante la mudanza, y tenia cosas escondidas en mi habitación- abrazo a Alfie, notando como su cuerpo se relajaba bajo su tacto- las fui a buscar.
-vamos a desayunar.
-de hecho, ya desayuné, pero tengo demasiada sed- se arrepintió de lo dicho.
Gray le había dicho que debía tomarse una pastilla para el dolor de cabeza y beber bastante agua, se mofo de ella entre miradas burlescas. Después procedió a explicarle lo que había hecho en la madrugada, no era nada fuera de que se reía fuerte y sus palabras eran poco legibles, se quedó con la versión de Polly antes que la supuesta versión de John, donde, según el rubio, ella se le insinuaba a Arthur y a Thomas, diciendo que los tres podían hacer un trio.
-¿qué escondías?- miro cortamente a su infiltrado, y este negó, una señal de que luego hablarían.
-¡buen día, desconocidas!- entro al comedor con su bolso en mano, le daba vergüenza admitir su pequeña secreto, pero ya había dicho la razón de su demora.
-Margareth, ¿le podrías presentar las nuevas a mi hermana?
-por supuesto, señor Alfie- la menor noto tristeza en los ojos oscuros de Parks, sintiéndose curiosa de porque mantenía la mirada baja, sin su característica sonrisa y ojos cómplices.
-gracias, Margareth- su hermano cruzo los brazos, encorvándose y buscando grabar la reacción de ella.
-ellas son Julia, Jessie y Kelly- les dirigió una mirada rápida a las mujeres frente a ella, todas mostrando orgullosamente una sonrisa, buscando agradarle a la segunda integrante- ella es la señorita Scarlett.
-un placer- siguió sabiendo que luego le preguntaría a Maggie que es lo que sucedía- realmente no es necesario que me digan señorita Scarlett, pueden llamarme por mi nombre o señorita Scar, si es que se sienten que no hay la suficiente confianza.
Cada una se presentó, siendo excesivamente agradable y forzado, a los minutos Alfie pidió un jarro de agua para sentarnos a conversar.
-¿me dirás que buscaste, uh?
-si después me dices que le pasa a Maggie- el mayor asintió, debía de decirle lo ocurrido durante las noches, pero no sabía cómo sin ser demasiado brusco- son tus cartas de la guerra.
sonrió sacando el pequeño montón de sobres, no eran muchos, debían de ser 7 cartas, recibía bastantes a diferencia de otras personas, era su apellido el que los ayudo a tener más correspondencia, pero no quitaba que fueran difíciles de mandar y de recibir.
-¿las conservas? Si, que... curioso-se sorprendió, abriendo los ojos, tomo el sobre color crema- yo no tengo ninguna puta carta.
-es que eran mi única forma de saber que estabas vivo, además dejaste una pequeña flor cuando pensaste que ibas a morir, no sé- jugo con una de las cartas- las conservo porque en cada una dices que es lo que mas extrañas de casa, o cuánto me quieres.
De Alfie broto una sonrisa natural. Maldición, su hermana conservaba aquellas cartas como tesoros, notaba en la parte superior de los sobres la fecha en la que la recibió y por lo bien cuidadas que estaban hasta podía imaginarse la cara de felicidad cuando llegaba una.
-¿Cuál es la de la flor?
-esta- busco en los sobres de colores una celeste- es una margarita, está seca, pero al menos no está hecha cenizas.
Busco el lado positivo al ver la pequeña flor blanca aplastada, la saco frágilmente y en su palma se la acerco al mayor.
-no me lo esperaba- admitió cuando le devolvió el sobre, pensaba que sería algún capricho pequeño o zapatos que debió de comprarse.
Pero no, eran sus cartas, escritas en cursiva y en un intento de que fuera ordenado, escribirlas sobre su pierna no era de las mejores ideas que se le ocurrían.
-ahora, dejando esto de lado- guardo las cartas para abrazar el bolso donde se encontraban- ¿Qué le sucede a Maggie?
-bueno, uh...- pasó una mano sobre su rostro, extremadamente tímido de soltar sus traumas- la jodí, si, no he podido dormir y... volvieron- Scarlett no necesito más para saber a qué se refería aquellas palabras bajas y soltadas con vergüenza.
-¿Maggie se asustó?- asintió- ¿y tú? ¿Qué pasó, Alfie?
-las trincheras- susurró con la mirada perdida- volvieron a mi, las bombas- cerró los ojos y negó- vamos a Camden, olvidemos esto.
Scarlett observo cómo se levantó rápidamente, dejando el tema inconcluso con tal de no seguir recordando sus momentos en el extranjero.
-y hablamos de lo que hiciste en Birmingham, ¿uh?- el perro café avanzó hasta Alfie- Tienes que encargarte de los perros. Para que no se escapen y...- los señaló dándose a explicar con las manos.
-podemos hacerlo los dos, no me dejes todo a mi- el mayor acaricio al perro esperando a Scarlett.
La menor bebió de un trago toda el agua del vaso, satisfaciendo su sed.
-Maggie, ¿luego me ayudas ordenando la ropa?- no le diría por su nombre completo, era excesivamente formal, y no le nacía disimularlo- ¿te parece?
-si, señorita Scarlett.
-te voy a contar que sucedió con Tommy- susurro cuando paso cerca de ella, le sonrió con complicidad- necesito contártelo.
La mirada de la morena brillo, sintiendo el calor hogareño nuevamente.
-¡nos vemos!
...
-no puedo creer que hayas comprado dos joyerías- cruzaba las piernas dentro del auto. Abrigándose entre el roce de sus muslos, los anillos que adornaban sus delicados dedos hicieron un sonido leve y metálico.
-sí, pero ¡tú te compraste una mierda de hipódromo!- ambos rieron al escucharse hablar- el jodido Christopher va a encargarse de todo, ¿no?- ella sintió.
-comenzaremos a tener mas dinero, hay que dejarlo en la caja fuerte e ir sumando.
-tu plan es invertirlo en centros de comida y ayuda, las fundaciones de judíos ya tienen bastante de nuestra atención.
-hay que dejar algo para los demás, tu lo dijiste.
El auto dio la pequeña vuelta para estacionarse, dejándolos en la entrada del hogar.
-ahora hay que simular pena y enojo- ambos no aguantaron su seriedad por mucho tiempo-oh no, perdimos Southwark, los italianos van a tener la mitad de Londres de nuevo.
Alfie entro murmurando distintas maldiciones, a su vez Scarlett dejaba su abrigo colgado, aguantando la risa al ver el ceño de su hermano completamente fruncido.
-¡son unos imbéciles!- la menor prendió un cigarro buscando tener su boca ocupada- Scar, te juro que no creo haber perdido así de fácil, debemos atacar, ¿Cuándo lo hacemos, uh?
-no seas tan obvio- paso por su lado soltando el humo en su cara- ¿Qué hay de cenar?- al ver la mesa siendo arreglada se aclaro la garganta- luego hablamos de eso, Alfie.
Julia guardo el comentario del mayor, sabiendo que él es quien revelaría más información de manera indiscreta, por lo que se le informo la mujer es mas precavida, Dardy le había advertido de ello y gracias a la personalidad que le habían dado tenia que acercarse mas al barbudo.
La cena paso sin mucho énfasis, ambos hablando de distintos temas, como política o hasta el clima que se avecina, sus conversaciones tendían a fluir cuando se relajaban juntos.
-señorita Scar, ¿ordeno su habitaciones?- la voz suave y nueva le asusto.
-¿Julia? Eh, si, diría que si, pero ordenare la habitación con Maggie, entonces no serás necesaria, gracias- no deseaba tener a la italiana cerca suyo, por dos razones.
Una de ellas seria que si ella esta dentro de la habitación no podría hablar con libertad acerca del gitano, y dos, Maggie se cerraría ante ella, no diría los comentarios directos que tanto le sonrojan.
-buen provecho- se levanto del asiento, reposando una mano en el hombro de su hermano- un hombre vendrá con su familia, es una pareja y tres hijos, hay que arreglar dos habitaciones, ¿si?
Apretó con suavidad el hombro musculoso para seguir su camino hacia el segundo piso.
-¡Maggie!- susurro al verla en la puerta de su nueva habitación- pasaron muchas cosas- sonrió abiertamente, entrando y cerrando la puerta con rapidez.
Parks abrió la maleta y observo las ropas usadas, le dirigió una mirada acusadora para apretar los labios, esperando una respuesta.
-sus ojos, Maggie, sus ojos son los peores que he visto. Te miran tan fijamente y yo no necesito decir nada, el... ¡el ya supone todo! No me deja hablar y ya me tienes esperando por él. ¡y su piel! Dios, es tan cálido, tan...
-¿ya le tocaste...?- no aguanto su silencio, sintiendo la emoción de la menor contagiarse a ella.
-¡no! Solo que hubo unos problemas y tuve que tocarle el torso, ¡nada más! Pero fue tan...- no sabía como decirlo, ¿suave y tentador? ¿atrevido y lleno de adrenalina? ¿estimulante y deseoso?- un momento muy memorable- el rojo ya adornaba su rostro, queriendo guardarse todos los detalles para sí.
- Scarlett, ¿Cómo no lo besaste?
-casi, o sea, es que había mucha gente, sino te prometo que yo lo hubiera besado a él- sus gestos emocionados afirmaban sus palabras.
-¿volverás a ir? Yo me encargaría de que tu hermano no sospeche mucho- doblo el pantalón dejándolo a un lado aún con la sonrisa- querida debes tener a ese hombre.
-quiero ir todos los meses, tengo un hipódromo cerca del lugar, iría con esa excusa y no levantaría sospechas, ¿no?- tomaba la ropa dejándola en el espacioso armario- con Alfie también vamos a tener mas dinero, quiero que tu tengas tus propios ahorros.
-no es necesario- se asusto al saber que tendría dinero entre sus manos- no, ustedes lo necesitaran más que yo, mi único pago es saber que ayudan a otras personas que están solas en este mundo y que ambos estarán bien el día de mañana. A tu madre le hubiera gustado eso.
La sonrisa salió de su rostro juvenil.
-voy a ayudar a toda la gente que lo necesite porque eso hubiera querido mama, y tú también, si no dejas que te pague al menos déjame cumplir eso- apunto a la mayor, prometiendo todo con sus ojos.
-¿Cuándo seducirás al hombre ese?- cambio de tema al notar como Solomons se quedaba tiempo mirando la nada, tembló por el silencio que le recorrió- quiero escuchar un "bese a Thomas ayer"
-oh, me hare de rogar- tomo la ropa ya doblada- y créeme, sucederá, espero.
Maggie tuvo una buena sensación.
-llegará Christopher, por si quieres pasar un rato junto a él, será quien enseñe y adiestre a los caballos.
La noche paso sin complicaciones, dando comienzo a un nuevo objetivo para la menor de los Solomons, uno que esperaba no le doliera.
Plantaron margaritas en la entrada de la casa, florecieron con gracia y rapidez, algunas destrozadas por los, ya no tan pequeños, perros, las uvas crecieron esperando ser trabajadas, las apuestas subiendo y los otros hódromos, que luego compraron, estando llenos de gente, las joyas vendidas al mejor postor, cargamentos de ron que salían de Inglaterra. Se estaban volviendo lentamente ricos, con la caja fuerte escondida en las paredes de la enorme casa que ahora podían llamar hogar.
Los meses avanzaron con rapidez, siendo los negocios, enfrentamientos y coqueteos los que ayudaron a que cada mes tuviera algo que ofrecer, sacando del aburrimiento a Scarlett quien temía dejar a su hermano solo, cuando hablaba con algunos socios observaba la locura apoderarse de él, sus ojos se perdían en los del hombre frente a él, sacando un lado de Alfie que era espontáneo y agresivo.
-¡gracias a los hermanos Solomons por permitirnos tener un lugar para refugiarnos!- el hombre con el micrófono grito, explotando en aplausos y alegorías a ambos, sacándola de sus pensamientos.
-gracias, muchas gracias de verdad. Espero que todos encuentren su lugar aquí, se que por el momento son bastantes y pocos establecimientos en West Ealing, pero haremos lo posible para tener mas de estos sitios- las miradas sobre ella ya no la ponían nerviosa, había tenido que hablar en cada una de las fundaciones que había financiado, sacándole personalidad y seguridad al hablar frente a un público.
-¡por Alfie y Scar Solomons!- un pequeño niño exclamo, siendo el primero de muchos en agradecer.
La menor sonrío buscando a la bruja entre la multitud de personas. Larissa la miraba fijamente, notando que su boca sonreía, pero sus ojos estaban en seriedad, le murmuro a Phoenix que fuera hasta donde ellos, necesitaba hablar con Scarlett.
-gracias, gracias, si, pero mi hermana fue la encargada de todo, ella merece todo el reconocimiento, es ella- Alfie quito sus méritos alejándose del centro de atención.
Posteriormente a su discurso dejaron que las personas se fueran al comedor para poder recibir comida caliente después de tanto tiempo. Quedaron pequeños grupos de personas que hablaban entre sí, sabiendo que habría mucho ruido dentro, prefiriendo charlar y esperar.
-Scarlett, Alfred- el segundo se enderezo y acomodo el sombrero sobre su cabeza, queriendo lucir bien ante la aprendiz- Larissa quiere conversar contigo- se dirigió a la menor, con quien rompió el contacto visual
-buen día, el clima esta agradable, ¿no? sí, las nubes esconden el hermoso sol, ¿Qué le parece el lugar, uh?- dejo las manos libres, mostrando sus anillos y vestimentas a la bruja.
Scar sonrió al verlo, notando el genuino interés de Alfie ante la mujer.
-¿de qué se trata?
-no puedo decirlo, es mejor que vayan a casa. Y si, me encantó la idea del comedor, muchos niños necesitaban tener un plato de comida todos los días, he oído que quizás luego crearan un hogar para huérfanos, eso seria muy amable de su parte, señor Solomons.
-dime Alfie, dejemos de lado tanta jodida formalidad, ya me basta que todos me digan "señor Alfred" es una mierda.
Los ojos verdes volvieron a recorrerlo, causando emoción en él.
-iré con Larissa, mientras ustedes hablan, quizás hasta podrías darle mas ideas a mi hermano, Phoenix- ayudo al mayor, alejándose.
Caminó con Harry detrás de ella.
No tenía idea de lo que le diría Boissieu, esperaba que fueran noticias buenas al respecto de su futuro, pero no podía imaginarse algo que no fuera malo.
En dos días se iba a Small Heath y comenzó a suponer que se relacionaba con los Peaky Blinders, los siguientes días que había ido, sin fallar ningún solo mes, le demostraron que no había nada de malo en los Shelby, nada de lo que debía preocuparse mas de lo peligrosos que eran con quienes no cumplían las reglas.
-Scarlett, llegaste rápido.
-no te he vuelto a ver desde hace 6 meses, suponía volver a verte esta semana, pero me llamaste primero, algo malo debe de pasar.
Larissa sonrío, dejándola pasar al lugar lleno de sensaciones que le eran familiares.
-creo que ya sabes que alguien te traicionara.
Julia Donovan.
-también que tu hermano sufrirá.
Sus vueltas a las trincheras y tormentas de furia.
-y que si vas a Birmingham volverás con el infierno en tus hombros.
Cerro los ojos, pensando el porqué de su ultima oración.
-oh... quizás ni siquiera sales del inframundo después de aquel disparo.
Boissieu aprecio su torso. Tomando una piedra de cristales, vio con ella el cuerpo tenso de la judía, notando el calor subiendo desde su vientre hasta su corazón, llenando sus extremidades con lentitud, parpadeo y todo desapareció.
La mayor parte de su vida la habían avasallado, sus temores e inseguridades detenían el ardor, apaciguándolo, apagarían a quien esta destinada a relucir.
No, Larissa prefirió guardar silencio ante el suceso, Scarlett quería quemarse, bailar con el diablo después de seducirlo, y no sucedería si es que se aguantaba.
-¿me debo de quedar aquí si es que quiero que gane mi gente?
-no- la suave voz inundo la mente de Scarlett, sintiéndose relajada- debes ir y disfrutar del fuego combinado con el peligro, tienes que llenarte de placer.
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Parte 2/3
Scar tiene q lanzarse al fuego pa ver cómo queda su versión mejorada
Me encanta Larissa y ni siquiera es un personaje principal o secundario como Maggie pero me la imagino te misteriosa y poderosa
Me encantan mis propios personajes, magnífico eh
ESPERO QUE TENGAN HARTOS REGALITOS DEBAJO DEL ARBOLLLLL💕💕💕