Me encontraba en una nube, saltando, riendo. Era divertido brincar entre ellas, mis pies aterrizaban de una nube a otra, eran tan delicadas pero fuertes a la vez. Era Feliz, había tranquilidad, tanta paz.
Pero entonces sucedió, ¿de dónde viene ese ruido?, por favor alguien apáguelo.
No, no, no. Estoy cayendo, ¿podría alguien ayudarme?
Me desperté sobresaltada, estaba teniendo un magnífico sueño, ¿que era ese ruido?. Dirigí mi vista hacia mi mesa de noche donde mi celular se movía a causa de la vibración. ¿Quién diablos me marcaba?.
Kate.
—¿Qué diablos quieres?.—Claro que estaba molesta, me había despertado.
—Buenos días, Ana.—Alzó la voz, ella si se había levantado con energía.—¿Te desperté?.
—No, ¿cómo crees?, claro que estoy despierta a las 8 de la mañana en un sábado.—Pude escuchar como Kate soltaba una risita.
—Escucha, necesito un favor. ¿Te acuerdas de Elliot?.
—Si, el hermano de Christian. Persona con la que te fuiste abandonándome en el evento de mi padre.—Kate se rió nerviosa mientras murmuraba un perdón.
—Estoy con él.
—Vaya, estás iniciando bien tu fin de semana.
—No regresaré hasta el lunes, y la verdad no tengo ganas de marcarle a Luke.
—Que buena amiga, a mi si me querías levantar.
—Es que si le digo a Luke, él invadirá mi departamento y hará alguna fiesta.—Chilló Kate.
—Tienes razón. ¿Entonces código -1?.—Dije mientras trataba de ocultar un bostezo.
—Si, por favor. Gracias, Ana, te juro que te recompensaré por haberte despertado tan temprano.
—Deberías. No te preocupes, nos vemos.—Nos despedimos y colgué.
Kate y yo éramos amigas de toda la vida, hace algunos años nos dimos cuenta que necesitábamos un lenguaje que solo nosotras conociéramos para cuando necesitáramos comunicarnos delante de otras personas. Y así nacieron nuestros códigos.
El código -1 era para que cuidara su departamento mientras ella no estaba. Ella volvería de su "Luna de miel" el Lunes y tendría que encontrar su vivienda sin rastro de que Luke la invadió. Me levanté de mi cama mientras solo me cubría con mi albornoz rosado. Agarre el cartel que guardaba y salí hacia la puerta del departamento de Kate.
No molestar. Así decía el letrero en la puerta de Kate, y en letras chiquitas se leía un "Código-1". Luke sabía de ese código, tal vez mi amigo no respetaba mucho el espacio personal de los demás, pero si le tenía respeto a los códigos.
Me dirigí de la manera más perezosa a mi hogar, coloqué la tetera para hacerme un té esperando que eso hiciera que el sueño volviera a mi. Agarré mi celular viendo que ya tenía el mensaje de Christian, me estaba acostumbrando a que me diera los buenos días.
De: Anastasia Steele.
Para: Christian Grey.
Buenos días, señor Grey. Feliz sábado.
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De: Christian Grey.
Para: Anastasia Steele.
Bueno, esto si es una sorpresa. ¿Se cayó de la cámara, Señorita Steele.
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Me reí mientras leía su respuesta, fui a servir mi té en mi taza favorita mientras marcaba el número de Christian. Necesitaba molestarlo.
—Este si que es un sábado de Sorpresas.—Dijo Christian detrás de la línea.
—Estoy aburrida.
—Claro, interrumpiré mi mañana para hacerla de tu payaso.–Ambos reímos.
—Esa es una buena idea. ¿Tú qué haces en tus fines de semana?.
—Theo se quedará con mis padres hasta el domingo, así que yo me quedo aquí trabajando.
—¿Trabajando en un sábado?.—Dije asustada, ¿este hombre no conocía el descanso?.–¿No sales a divertirte?
—Esto es mi día normal, ¿Y tú qué harás?.—Dijo Cambiando el tema.
—Probablemente voy a dormir.
—Que perezosa, señorita Steele.–Christian rio.—¿No sales con tus amigos o haces alguna actividad?.
—Este fin de semana no. Kate se está revolcando con tu hermano y Luke siempre sale de parranda.—Christian soltó una carcajada mientras se le salía un "qué asco."
—Que vidas más aburridas tenemos.–Suspiró.
—¡Oye!, mi vida no es aburrida.–Me quejé,pero como mi cerebro ya estaba despertando se me ocurrió una idea.–¿Y si vienes?
—¿A tu departamento?.—Dijo un Christian dudoso.
—Si, podríamos hacer una pijamada de día. Veremos películas, comeremos chatarra.
—Wow, me quieres convertir en una chica.
—Eres un bobo.–ambos reímos.—Podríamos también platicar, conocernos.–Traté de aclarar un poco mi voz porque ya estaba temblando.—Eso hacen los amigos.
—Si que me extrañas.–¿sonará raro si digo que sentí su sonrisa?.—Llegaré ahí en la tarde.
–Está bien, te mando la dirección. Recuerda traer tu pijama.
–Vaya, tan rápido y ya quieres verme en bóxers.
–¿qué?
—Esa es mi pijama, ¿qué puedo decirte?
—Te quiero cambiadito.–Christian rió mientras soltaba un "Eso es ridículo"
—Ojalá puedas sobrevivir tantas horas sin mi presencia.
–Humildad, Grey.–Reímos para después terminar la llamada.
¿Era raro ver a Christian sin Teddy entre nosotros?, no creo, él y yo estábamos tratando de avanzar con nuestra amistad. Christian necesitaba un amigo, y yo quería convertirlo en un ser menos aburrido. No me sentía incómoda al pensar que el estaría en mi espacio, en mi cueva. Lo único que me molestaba era saber que tenía que recoger para que esté sitio luciera más presentable.
—Okey, manos a la obra.
Conecté las bocinas para poner música y hacer que las actividades pendientes pasaran rápido. También hacía una lista mental de las cosas que compraría para nuestra "pijamada", le rogaba al cielo que Christian recordara traer ropa decente.
[.......]
—Vaya, justo a tiempo.—Dije después de abrir la puerta, encontrándome con Christian. Me hice a un lado dejando que el pasara, aceptando mi invitación de adentrarse.—Bienvenido.–sonreí.
—Ibas enserio con lo de las pijamas ridículas.—me señaló mientras sonreía.
—Así es jovencito.—dije haciéndome la ofendida.—Ahora ve a cambiarte para que iniciemos.
Christian agarró la pequeña bolsa de mano que traía, siguiéndome mientras le hacía un tour rápido.
—Aquí es el baño.—Dije señalando la puerta que estaba frente a nosotros y bajaba mi vista a su bolsa.— Puedes usarlo para cambiarte, ¿te pondrás tu pijama o duermes en traje?.
—¿Tú duermes con tu disfraz de payaso?.—Contraatacó mientras yo me mordía mi labio para no reírme.
Christian se metió al pequeño cuarto de baño, obviamente no necesitaría mi ayuda, regresé a la cocina para vaciar todas las chucherías en diferentes recipientes. Christian apareció en mi campo de vista y no pude aguantar la risa.
—¿Qué es tan gracioso?.–Dijo Christian mientras se pasaba una mano por su cabello rebelde.
—Tú, no puedo creer que esa sea tu pijama.
—No lo es, tuve que sacar esta vestimenta ridícula que me regaló mi madre en una navidad. Me dijiste que no me querías ver en mi pijama.
—Pero si te estoy viendo en pijama.—dije confundida.
—Nena, yo no uso pijama para dormir.—Dijo burlonamente. Ya iba a abrir mi boca para preguntar, pero después de unos segundos entendí su doble sentido.
—¿qué es todo esto?.—Dijo mientras señalaba la barra de la cocina.
—Comida, ¿no es obvio?.
—¿No tienes algo que no me de diabetes o colesterol a temprana edad?, no sé, algo más saludable.
Reí negando con la cabeza mientras abría el refrigerador para sacar una lechuga y aventársela a Christian.
—¿Contento, señor dieta?.
—Muy graciosa. —me entrecerró sus ojos.—¿Y cuál es el plan?
—Te dije que veríamos películas.—Dije mientras agarraba los recipientes que mis manos me permitían, Christian al fin se atrevió a ayudar y me siguió a la sala.
—te lo repito, tú quieres convertirme en tu amiga.
—Christian, por Dios, esto no es una noche de chicas.
—No lo es porque todavía es de día, técnicamente es un día de chicas.
—¡Me descubriste!, ahora siéntate porque nos pintaremos las uñas, nos haremos mascarillas y hablaremos de moda.–dije con un tono chillon mientras me sentaba en el sofá con Christian a mi lado.
—¿Qué película será?
Tuve que contener todo el aire en mis pulmones, sentí que mis mejillas se ruborizaban. No podía hablar, lo único que podía salir de mí eran risas.
—¿Veremos una película de Adam Sandler o por qué tanta risa?.–Christian me observaba con curiosidad y yo traté de respirar en medio de mi ataque de risa.
—Haremos un maratón de Twilight.
—No, no, no.—Repitió Christian mientras negaba con su cabeza.— Estas loca.
—Oye, es mi noche de chicas.—Le dije entre risas.
—Pues háblale a tu amiga Kate.
—No puedo porque ahorita debe estar acostándose con tu hermano. Así que ahora deja de ser tan chillon y compórtate como una buena amiga.—Christian hizo una mueca mientras se removía incómodo en su asiento.
—Eres una mala amiga.
—¿Qué tiene de malo la saga?.–pregunté mientras agarraba el control de la televisión.
—Ni en sus mejores años vi esas películas, ni siquiera con Mia, cuando me obligaba o hacía un berrinche.
—¿A tu hermana le gusta?.—Dije sorprendida mientras Christian asentía con la cabeza.
—Si, ella se llamaba Team Edward o algo así.
—¡No puede ser, yo también soy Team Edward!.—Dije emocionada mientras soltaba una carcajada.
—Te propongo algo.
—Te escucho.—dije mientras me cruzaba de pies.
—Charlemos un poco. Ya después, cuando esté un poco pasado de copas, veremos esa película. Por favor, si alguien se entera podré decir que fue por culpa del alcohol.
—¿Y como piensas embriagarte?.–Dije con un tono de curiosidad. Yo no había comprado alcohol y por seguridad no había aquí.
—Con esto.–Christian se levantó de su asiento y sacó 2 botellas de vino de su equipaje.
—Siempre teniendo el control de todo, Grey.–sonreí.—Acepto.