Mitología: Brasileña
Categoría: Animal, Oscuridad.
Apariciones: Ninguna
Cuenta la leyenda que la Mula sin cabeza fue una mujer que recibió el castigo de Dios por los pecados cometidos. Esta mujer era la concubina de un sacerdote católico, que vivía en pecado, pero su mayor afrenta fue el de haber mantenido relaciones sexuales en la iglesia. Dios por tremendo sacrilegio convirtió a aquella mujer en lo que ahora se le conoce como la Mula sin cabeza.
Esta como muchas leyendas tiene muchas versiones, en una de ellas, se dice que el sacerdote también habría sido maldecido y castigado por Dios, y que lo convirtió en un espíritu errante sin cabeza, el cual es conocido como el "sacerdote sin cabeza" La Mula sin cabeza tiene en el lugar de la cabeza una gran llama de fuego, con la cual escupe llamaradas de fuego a sus enemigos o quienes osen molestarla, se dice que vaga herrando con herradura de plata, las cuales producen un sonido muy aterrador, que se distingue fácilmente del galope de cualquier otro animal. A pesar de que carece de cabeza, logra emitir rebuznos, los cuales se oyen desde muy lejos y se confunden con los sollozos de una mujer.
La Mula sin cabeza tiene la facultad de pasar esa maldición a otras mujeres pecadoras, sobre todo en las noches de los jueves y viernes de luna llena. Pero no solo tiene ese poder, también suele asustar a todos los que se crucen con ella, y suele sembrar caos y destrucción a su paso, mata el ganado y quema las cosechas. Se dice que su transformación de esta mujer ocurre en un cruce de caminos en la noche del jueves al Viernes en especial, si es noche de luna llena. Su mente de este ser enfurece por lo que sale a los campos a acabar con el ganado, asustar a los Pobladores y causar destrucción y confusión. Durante esa noche, esta Mula recorre siete poblados o siete parroquias, y cuando se encuentra con un ser Humano, le chupa sus ojos, uñas y dedos hasta acabar con él. Se dice que, si alguien se topa con la Mula sin Cabeza, debe acostarse boca abajo en el suelo y esconder las uñas y los dientes para evitar ser víctima de ella.