capítulo dos;
⸙
ADMIRABA LA FOTOGRAFÍA QUE TENIA ENTRE sus manos, tal vez seria el ultimo recuerdo que tendría de Gian, ese chico la apoyo mucho y al ayudo a seguir progresando en el piano. Por primera vez sintió el amor verdadero de un amigo. La colocó entre sus procesiones mas preciadas.
Tomo su canasta para salir junto a su hermano hacia casa de los Spurgeon. Moody había invitado a sus amigos a pasar un rato con él, según Xander solo era un excusa para ver a Blair otra vez.
Una vez llegaron, pudieron divisar al chico esperándolos al pie de la puerta de su hogar. Moody se veía tan sumido en sus pensamientos, que no se había percatado de que los hermanos Lovett se encontraban a tan solo centímetros de él.
—Tierra llamando a Moody —habló Xander moviendo una mano frente a el rostro del chico.
Este reaccionó segundos después.
—Buenas tardes, perdonen. —Moody se levantó sacudiendo su pantalón.
—No te preocupes. —dijo Blair.
—Pasen. Eh, mi madre no está en casa, no hay nadie que nos regañe. —sus amigos asintieron y lo siguieron a la habitación del chico.
—¿Y esto que es? —preguntó Xander acercándose a el escritorio donde habían bastantes hojas con escritos.
—¡Nada! —exclamó Moody yendo hacia allá. Tomó todas las que pudo y las metió en un cajón.
Había quedado una tirada en el suelo, Blair la levantó y pudiendo leer: El poeta muerto.
—Eso suena tan... trágico. —habló Blair dejando de leer, le pasó la carta a Moody.
—Eso tiene una explicación, mas tarde se las cuento. Bien. —dijo rápidamente cerrando el cajón donde guardó la última carta.
—¿Y que haremos? —preguntó Xander acostándose en la cama del chico como si fuese la suya.
—Xander. —reprimió su hermana.
—No es problema, ha venido muchas veces aquí. Se hizo costumbre. —informó Moody —Ah sí, por favor toma asiento. —el chico acerco la silla de su escritorio a Blair.
—Gracias. Retomando la pregunta de Xander, ¿Que haremos? —preguntó Blair, dejó la canasta sobre sus piernas.
—Pensé en... realmente no pensé en nada. Solo quería pasar el rato. —dijo soltando una risa nerviosa.
—Tengo una cita con Ruby. —anunció Xander.
—Eso es maravilloso. —dijo Blair.
—Quiero hacerla ver que se merece a alguien que en verdad la quiera, alguien como yo. —dijo él, soltando un suspiro.
—Lo perdimos. —comentó Blair mirando a Moody.
—Lo habíamos perdido desde hace mucho tiempo... —añadió Moody.
—Lo que mas me alegra de que hayas regresado es que puedo volver a hacer mis bromas —comentó Xander riendo.
—Yo te aseguro que desde que te habías ido no volvió a hacer ninguna broma así o comentario gracioso —informó Moody, caminó hasta su cana y se sentó en esta.
—Pero miren, ya estoy aquí. No volveré a irme, aún si tengo que escapar de casa —dijo Blair encogiéndose de hombros.
—Apuesto a que te escaparías con Moody —dijo Xander.
—Y sale con eso... —murmuró Moody.
—No me puedes negar que no tengo razón. —dijo Xander por último y cerró sus ojos.
Los tres en la habitación no dijeron nada más, a Xander no le importaba pero Blair y Moody tenían uno de esos silencios incómodos. De reojo Blair miró a Moody por unos segundos, había cambiado mucho, más alto y ahora un poco mas maduro. Pero fue fácil el reconocerlo, y el por qué eran sus ojos, sí, Blair siempre había notado sus ojos de una manera algo saltones. Y eso... era algo que lo hacia único.
Ella no tenía nada de especial. O eso era lo que ella pensaba, por que mientras ella se la vivía pensando en que cambiar en ella, otro y con otro me refiero a Moody, se la pasaba pensando en que ella era perfecta. Spurgeon sabía muy bien que el padre de Blair no estaría de acuerdo, pero eso no le importaba, no. No le importaba su padre ni lo que pensarán los demás, sino, ella, solo ella le importa.
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Los alumnos se encontraban en la escuela probando la nueva imprenta que la señorita Stacy había traído a la escuela. Jane se encargaba de colocar la enorme hoja y cerrar esta junto a Tillie.
—Un movimiento cuidadoso... —comentó Tillie mientras se encargaba de la imprenta —y ahora tiro de la cola del diablo. Que escandaloso nombre.—dijo riendo al igual que todas las niñas.
Por detrás se encontraban Xander y Blair junto a Moody y Charlie. La chica Lovett notó que su hermano no dejaba de ver a Ruby, ella si que lo había flechado.
Después notó a Moody, quien si miraba la imprenta con mas emoción. Eso le pareció muy tierno.
Las chicas abrieron la imprenta dando por terminado el trabajo, emocionados miraban la hoja y lo escrito en esta.
—Agricultura y celebran el nuevo... ¿Gilbert? —habló Diana viendo la hoja.
—Diana, no me mires así. Estoy preocupada, ¿Por que no ha llegado? —dijo ella al borde del llanto.
—Fue a Charlottetown a buscar a el doctor. La esposa de Bash está mal. —informó Anne.
Ruby se tocó la mejilla mamchandose de la tinta y comenzaba a sollozar. Mientras Josie y Anne discutían sobre la esposa de Bash, Mary.
—Gilbert es todo un héroe —exclamó Ruby sollozando.
Xander se acercó a ella.
—Ten, Ruby. —dijo Xander pasándole el pañuelo —Para tus pobres ojos.
Josie y Blair hicieron una bulla.
—¿Ya te diste cuenta de esto, Diana? —preguntó Josie con sonrisa socarrona —por que yo sí.
—Es cierto, soy hermosa cuando lloro —comentó Ruby.
Xander suspiró mirándola. —Muy hermosa. —Ruby le devolvió el pañuelo —Conservalo, si quieres...
Todas las niñas se miraron entre si y luego a la tierna escena que se habían montado Xander y Ruby.
—Cuando creciste Xander... —susurró Blair viendo a su hermano con nostalgia.
—Oh, y aún no has visto todo —le susurró Moody a Blair al oído, rozando levemente el dorso de su mano con el de la chica.
Blair miró a los ojos a Moody, el chico soltó un pequeña suspiro por la cercanía que estaban sus rostros y por el pequeño roce de sus manos.
—¿Ya se dieron cuenta de esto también? —murmuró Josie lo suficientemente fuerte.
Blair y Moody se separaron un tanto avergonzados.
—Ya era hora. —comentó Charlie.
Blair miró a todas sus amigas, quienes la veían a ella sonriendo. Incluso Xander.
—No saben cuanto esperé este momento —esxclamó Xander.
—¿Que ridiculeses están diciendo? por Dios... —Blair se sonrojó y salió de la escuela para tomar aire.
Su respiración era entrecortada y solo pudo recordar el rostro de Moody tan cerca de el de ella, sus ojos, sí esos ojos saltones que le parecían graciosos pero a la vez tan hermosos por que pertenecían a él. No menos importante pensó en; sus labios. No era nada nuevo para ella un beso, pero, viniendo de él...
¿Qué me esta pasando?
Se preguntó ella y mirando hacia el cielo soltó un suspiro largo.
La puerta se abrió detrás de ella, se volteó encontrándose con Spurgeon.
—¿Estas bien? —preguntó el chico acercándose a ella.
—Si... no fue nada. —respondió ella, por un segundo miró los labios del chico.
Manten la calma, Blair.
Pensó.
Moody tomó la mano de la chica y la acarició levemente. —Olvida lo que Josie encuentra tan gracioso sobre nosotros, solo somos tú y yo.
Oh. Por. Dios.
En un movimiento, Moody entrelazó su mano a la de ella y después procedió a tomar la otra.
—¿Quiere ver las estrellas conmigo hoy, señorita? —preguntó en tono gracioso y elegante.
—Acepto, señor Spurgeon. —respondió ella de la misma forma.
—La espero a las nueve fuera de su casa. —finalizó y besó la mano de la chica. El chico se alejó de allí ingresando nuevamente a la escuela.
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—¿Que es esto, Xander? —preguntó con una mano en su pecho —estoy sintiendo algo aquí...
—¿Por que algunas veces eres tan inocente? —rió —y la verdad no sé, tendrás que descubrirlo por ti misma.
El chico salió de la sala yendo a su habitación. Blair se levantó y fue al espejo para verse por última vez y asegurarse de que todo estaba bien con ella.
No me arreglo para él, no me arregló para él.
Suspiró, miró hacia el reloj de péndulo, este marcaba casi las nueve. Cerro los ojos suspirando mas largamente y los abrió mirándose a el espejo.
Volvió a sentarse en el sillón, impaciente y nerviosa movía su pierna y con su pie golpeaba el suelo. Apretó sus manos y volvió a cerrar los ojos, ella nunca se había sentido tan nerviosa como hoy.
Los minutos pasaron, abrió los ojos de nuevo encontrándose con la hora; las nueve en punto, justamente se escuchó como tocaban a su puerta.
Ella se levantó tragando duro y rápidamente se acercó, por una última vez suspiró y abrió la puerta encontrándose con Moody.
—Buenas noches, señorita. —saludó levantando un poco su gorro y haciendo una leve inclinación.
—Buenas noches, señor. —él le sonrió y sus nervios disminuyeron un poco.
—Espero que esta vez si acepte. —el chico le ofreció su brazo.
—Solo por esta vez. —entrelazó su brazo con el de Moody, los dos sintieron una especie de corriente.
Comenzaron a caminar en silencio, un silencio muy cómodo a decir verdad. Hacía un viento fresco e intermedio en cuanto a velocidad. El cabello saliente de el gorro de Blair sobrevolaba y de vez en cuando le pegaba a Moody en la cara.
Él en ningún momento se quejó.
Siguieron con su camino hasta llegar a un prado con pocos árboles rodeando, se podían apreciar varias flores de diferentes tipos y un pasto no tan alto.
—Aquí es. Uh, traje chocolate caliente, pero creo que ya enfrió, ah, y también traje tarta de fresas. Xander me dijo que eran tus favoritas. —Moody se separó de Blair para ordenar las cosas.
—¿Seguro? ¿No serán papas y bombillas? —preguntó y Moody rió.
Blair admiró lo que el chico había preparado, eran dos mantas colgadas a manera de techo en los costados y una en el suelo. Verdaderamente era perfecto.
Moody siguió, con ello hizo una fogata para que no tuviesen tanto frío. Al principio le costó un poco pero logró encenderla.
Los dos amigos se sentaron sobre la manta, empezando a comer y beber el chocolate de la misma botella. Conversaban sobre sus aventuras en el pasado, o sobre como Moody el intenso quería una amistad con ella. Tal vez mucho mas que una amistad.
—Pero no fue tu culpa que te hayas caído con la caja de bombillas. —dijo Blair mientras daba un mordisco a la tarta de fresas.
—Lo fue, ya lo dije; mi vida es un accidente. Pero... afortunadamente hay alguien que hace que no sea así. —Moody miró a los ojos a Blair y le sonrió levemente.
Se miraban a los ojos mientras que otra vez volvían a sentir esa conexión. Realmente se habían extrañado todo este tiempo que no se habían visto. Imaginar que nunca se volverían a ver era verdaderamente terrible, por fortuna no pasó mas de un año, un año que se sintió como un siglo.
Moody espero un año por ella, y esperaría más.
Ella lo notó. Si tan solo hubiese visto como se sonroja cuando sonríe, o como tuerce los labios cuando se concentra, bueno, lo hubiese sabido, por lo que estuvo esperando todo este tiempo.
Ya no podía escapar, ya no más. Era hora de saber que pasaba con ella, que significaban sus sentimientos por el chico.
Un rato después de los dos conversarán, Moody se recostó sobre la manta, después le siguió Blair y por unos segundos apreció el rostro del chico que ahora lentamente se volvía ella mirándola. Se miraron por segundos hasta que el chico habló:
—Cierra los ojos. —ordenó, Blair lo hizo ahora volteando boca arriba —¿Que ves?
—Nada... —respondió y rió un poco.
—Abre los ojos. —ella lo hizo —Esas son las estrellas... nuestras estrellas. Las que serán testigo de todo.
Ella no dijo nada, en cambio sonrió. Pero su silencio fue suficiente para el chico.
Blair apreciaba las estrellas, y Moody a ella.
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Rebuscando en cada uno de los libros que tenían en casa alguno que le pudiese dar respuestas sobre los nuevos sentimientos que empezaba a sentir por su amigo.
Entre su búsqueda, de el libro Hamlet, cayó un sobre. Dejo el libro de lado y agachó para tomarlo, lo volteó encontrándose con el nombre de su madre, y el destinatario era ella.
Sin importarle nada, se fue hacia su habitación para leer aquello, lo miraba con tristeza, confusión y amor.
Se sentó en su cama, detenidamente apreció cada uno de los detalles del sobre. Unos segundos bastaron para que lo abriera, saco la hoja que yacía un poco amarillenta, con los doblez marcados y polvo.
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ENERO, 1889.
Querida Blair:
Sé que estoy muriendo, y no podré estar para ti ni enseñarte sobre todas las cosas a las que te enfrentarás al crecer.
Antes de decirte, quiero que sepas que siempre estaré orgullosa de ti, no importa sino te casas, yo lo estaré. Por favor, comprende a tu padre, se quedará solo. No dejes que se rinda, tiene derecho a ser feliz, tiene derecho a a tener alguien a quien amar.
Déjame escribirte sobre el amor, ¿Qué es? realmente yo no lo conocía hasta que conocí a tu padre. Contigo será igual al encontrar a ese chico o tal vez chica.
Cuando lo veas, y sientas que él es lo mas bonito del mundo, entonces habrá que saberlo. Estarás enamorada cuando celes algo que ni siquiera es tuyo.
Pero ten cuidado, por que; El amor concede a los demás el poder para destruirte.
Deberás saberlo, deberás darte cuenta.
Te amará por siempre, tu madre.
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—No estoy enamorada de Moody... —habló Blair dejando la carta sobre su cama.
La puerta de su cuarto se abrió bruscamente.
—La primera etapa del enamoramiento es la negación —exclamó Xander cerrando la puerta detrás de él.
—¡Eres un chismoso! —gritó Blair lanzándole una almohada.
—¡Ey! —se quejó lanzándole la almohada de vuelta —te lo dije, ahora por favor, no evites tu destino, por que yo se que tu destino es estar con él.
Blair se quedó pensativa ante tal comentario, y quizá pensó por una pequeña parte que Xander tenía razón.
“Nunca podrás escapar de tu corazón, así que es mejor que escuches lo que tiene que decirte...”
─Paulo Coelho.
Perdón gente, ando poética JAJA.
Escribí esto en la madrugada, so, entonces si saqué mi lado mas sincero para animarme a hacer este capítulo.
Agradezcan al de arriba o al de abajo, aquí respeto tus creencias.
Ah si, agradecer por que este acto va a ser mas largo que los otros, va haber capítulos que tengan que ver con la serie y capítulos inventados por mi, así es.
Estoy soft, jeje. Hice este crackship del capítulo uno:
Ya bueno, nos leemos pronto.
Adiós.
♥︎