Cuando te enamores de mí.

By angel1810

162K 19.4K 12.3K

Cuando Liana termina la preparatoria, sus padres deciden regalarle un viaje a cualquier parte del mundo. Sus... More

Sinopsis
Prólogo.
CAPÍTULO 1: Sobredosis de belleza
CAPÍTULO 2: Un mes con Theo (Editado)
CAPÍTULO 3: Una simple explicación
CAPÍTULO 4: Cuidando de Liana
CAPÍTULO 5: El muelle
CAPÍTULO 6: "Coricella" (Editado)
CAPÍTULO 7: Limoncello (Editado)
CAPÍTULO 8: Lista mental (Editado)
CAPÍTULO 9: Tócame
CAPÍTULO 11: Primo
CAPÍTULO 12: El robo
CAPÍTULO 13: Políticamente correcto.
CAPÍTULO 14: El silencio
CAPÍTULO 15: Brazos definidos
CAPÍTULO 16: La nueva niñera
CAPÍTULO 17: Fogata I
CAPÍTULO 18: Transparente
CAPÍTULO 19: Favor
CAPÍTULO 20: Alma
CAPÍTULO 21: La sesión
CAPITULO 22: No se lo digas
CAPÍTULO 23: El trabajo
CAPÍTULO 24: Gracias, Liana
CAPÍTULO 25: Hogar
CAPÍTULO 26: La bañera
CAPÍTULO 27: Trato hecho.
CAPÍTULO 28: Zángano
CAPÍTULO 29: El primero de muchos
CAPÍTULO 30: "Lovely"
Capítulo 31: Noche de helado I
CAPÍTULO 32: Tacones
CAPÍTULO 33: Lo que tú desees
Capítulo 34: Reglas
CAPÍTULO 35: Libertad
CAPÍTULO 36: Estrellas
CAPÍTULO 37: Tratos rotos
Capítulo 38: Desde Charlotte
Capítulo 39: La verdad
Capítulo 40: El correo

CAPÍTULO 10: El acantilado (Nuevo)

5K 631 276
By angel1810


Nota aclaratoria: A partir de aquí empiezan los caps nuevos.

LIANA

Encuentro unas mantas en el sofá de Theo y decido acostarme ahí. Me cuesta mucho poder conciliar el sueño porque me siento mareada y bastante confundida por lo de hace unos minutos. Una parte de mí se siente estúpida y la otra... también. Mis hormonas están revueltas, es la única explicación que le doy a todo esto. Y la necesidad de experimentar me está jugando chueco. Pero también puede ocurrir que me estoy tratando de engañar a mí misma, como suele suceder cuando crees que algo no está bien. 

No mires a Theo de otra forma, no lo hagas, no lo hagas, no lo hagas.

Pero...

Esos labios, esos rizos... ¡Esos ojos!

A la mañana siguiente, creo que todo va a ser distinto, pero, como siempre, me equivoco. El rostro de Theo me recibe en cuanto me despierto. Me froto los ojos con la parte lateral de mi brazo y bostezo. 

—¿Quieres que te enseñe algo? 

Me siento en el sofá, aún con el rostro adormilado, y trato de comprender lo que está preguntándome.

—¿Qué ocurre?

—Respóndeme, Tigger.

—No lo sé, ¿sí?

—Entonces dúchate y vístete, hoy día te enseñaré otro de mis lugares favoritos.

Me quedo en el sofá completamente atónita. Theo no ha mencionado nada de la noche anterior y  no sé si eso me hace sentir bien o mal. El hecho de lo que olvide o finja hacerlo, parece extraño.  Me hace sentir que le está restando a nuestra relación de... Me aterra pensar en eso. ¿Pero por qué lo hace? ¿No debería sentirme bien? 

Theo es como mi hermano. Lo que hice ayer estuvo mal. Sé que debió ser muy incómodo para él el que me acercase de esa manera. Que permitiese que me toque. Theo siempre me ha visto  como a su hermana pequeña. Y siempre será así.

Hago caso porque estoy demasiado avergonzada como para iniciar una discusión. Me ducho y luego me visto con lo más cómodo que tenga. Cuando salgo de la habitación, lo encuentro en el sofá esperándome con la cámara fotográfica entre sus manos. Al verme, me sonríe, pero no de la manera usual, parece un poco retraído. Entonces vuelvo a sentirme estúpida. 

¿Por qué rayos tuve que beber limoncello?

—Te recomiendo que uses algo más liviano que eso —dice, señalando la ropa que traigo puesta.

Me miro.

—¿A dónde iremos?

—Iremos a la playa.

—Eso no es muy original que digamos, Theo —digo, un poco en broma y otro poco en serio.

—Lo sé, pero te enseñaré algo te va a encantar.

Sonrío y él también lo hace, pero esta se borra en pocos segundos cuando empieza a toser como método de evasión. Se coloca de pie y carga una mochila en su hombro. Mientras lo veo dirigirse a la puerta, estiro una mano para tocar su hombro. Necesito hablar de lo sucedido anoche.

—Theo... —pronuncio.

—¿Sí? —gira, mientras sostiene la puerta con una mano.

Vamos, Liana. Dile que fue un error. Que estabas muy ebria para saber lo que hacías.  Ríete con él de todo lo que pasó. Como en los viejos tiempos. Como cuando se molestaban el uno al otro. Como hace cinco años.

Pero... ya no se siente como hace cinco años.

—Quería decirte que... —miro hacia mis pies, hay un nudo en mi garganta que no me deja hablar—. Que...

—No tienes que decir nada, tigger.

Trago saliva. El pecho empieza a sentirse apretado. 

—Quería decirte que lamento no haber llamado ayer —me cuesta pronunciarlo, porque no es precisamente lo que quería decir. 

Levanto la mirada. Su gesto me da una sensación aflictiva. Sonríe lentamente y asiente un par de veces.

—Ya te he disculpado.

Asiento otras dos veces más, tratando de que mi rostro no revele lo mal que empiezo  a sentirme,  y él estira una mano hacia mí.

—Andando, Tigger. El mundo espera por ti.

***

Unos kilómetros en carretera al norte de la zona turística de Procida, hay una playa  que Theo conoce como Ciriaccio. Conocida por sus aguas cristalinas y paradisíacas y por un detalle oculto que Theo hasta ahora no me quiere revelar. 

Admito que no me siento tan segura de este destino y no porque no me sienta a gusto rodeada de toda esa extensa belleza azulina, sino porque lo veo un poco inútil cuando soy como un chimpancé en el agua. No sé nadar. Ni siquiera como la técnica del perrito sobreviviente. 

En cuanto detiene la motocicleta y me quito el casco, me fijo en que esta playa tiene la arena más clara y brillante que pude haber visto en mi vida, además de un fuerte aroma algas de mar y las aguas más azules y en tonos verdosos que vi jamás. Hay dunas adornando la extensión antes del agua y unas cuantas plantillas en sus cimas que son como una pincelada verde en un lienzo casi blanco. Puede que Chloe esté en las Vegas, pero no creo que allí pueda verse magnificencia más bella que esta. 

Me quito las zapatillas para tocar la arena con mis pies y salgo casi corriendo como un perrito enjaulado. En mi cuello, la cámara fotográfica rebota una y otra vez casi golpeándome la barbilla. Me detengo frente al mar y respiro hondo. El aroma a libertad que hacía falta desde hace mucho tiempo. 

"No puedes salir, Liana. Vas a hacerte daño. ¿Lo entiendes, verdad?".

"De acuerdo, mamá"

¿Cómo iban a pedir a una niña de siete años que entienda eso?

Tomo mi cámara y le saco una fotografía a todo en modo panorámico.  Mientras lo hago, siento a Theo colocarse a mi lado. La incomodidad regresa y empieza a disgustarme un poco. Las cosas no deberían ser así entre nosotros. Nuestra relación siempre fue tan fácil como respirar. Él cuidaba de mí y yo le hacía el trabajo imposible. Nada complicado.

—¿Quieres sacarme una foto?

—Vale. 

Le entrego la cámara y me acomodo un poco el cabello. Hay un poco de viento. Debo estar luciendo como un espantapájaros despeluzado. 

—¿Lista?

—Espera a que me arregle un poco. 

—Te ves súper bien, Liana.

La incomodidad otra vez, pero ahora de una manera menos negativa. De hecho, me hace sentir bien.

—¿Lista? —pregunta apuntando el lente frente a mí.

¿Qué pose hago?

Mierda, no sé posar para las fotos. 

—¿Qué haces? —me cuestiona.

—Es que... no sé que pose hacer —levanto dos dedos y sonrío.

—Nah —se queja—. Esa no. Puedes dar más. 

Me halo las puntas del cabello. 

—Que no se me da ese rollo de coquetearle a la cámara —gruño.

Theo levanta la cabeza y señala hacia atrás.

—Mierda... ¿Es ese un delfín? 

—¡¿Dónde? —pregunto, girando la cabeza  a un lado. El cabello choca con mi mejilla por el movimiento. Después de eso, oigo un click y luego el sonido del flash de la cámara. Regreso mi atención  Theo —. ¡Me has timado!

—Por una buena causa. Sales muy original —se acerca a mí—. Mira ese efecto niña del aro, ¿no te parece cool?

Golpeo su hombro.

—Ah, menudo idiota. Esa no era la pose que quería.

—Es mejor que la duck face.

—La duck face nunca muere. Es la madre de narcisismo selfiliano. 

Theo sonríe como antes y eso me agrada. La incomodidad empieza a volverse un tropiezo del pasado.

—¿Y cuál es el itinerario de hoy? —pregunto.

—El itinerario es que no hay itinerario. Solo haremos una sola cosa el día de hoy.

—¿Castillos de arena?

—Algo que implica más movimiento —sube las cejas y luego las detiene de improviso. Como si hubiese caído en la sensación de que ha dicho algo fuera de lugar —. ¿Ves esa de cima de allá? —gira hacia su derecha y señala.

—Los veo, sí, pero...

—Sí, es lo que estás pensando. 

Retrocedo un par de pasos.

—No tratas de decir que iremos ahí, ¿cierto? —hiperventilo—. No  voy a subir ahí aunque me amenaces con regresarme a Charlotte.

—Liana... 

—No quiero siquiera asomarme ahí. Está muy alto.

—No es tan alto. Solo unos diez o quince metros. 

—No, no, no y no —me alejo más.

Theo hace un mohín.

—¿De acuerdo? Solo me acompañarás al primer nivel que son solo unos diez metros, ¿qué dices? 

—Sabes que no podría.

Se acerca los pasos que retrocedí y toma mi mano.

—Puedes hacer lo que tú quieras, Liana. Y yo estoy aquí. ¿Cuándo te he fallado? Menciona una vez —se cruza de brazos.

Mi primera noche en Procida llega a mi mente como un destello que me hace fruncir el ceño. Pero no voy a  decírselo. La vida amorosa y sexual de Theo no es algo que deba incumbirme.

—Nunca lo has hecho —digo, entre dientes. 

—Entonces, andando —inclina la cabeza de lado. 

"¿Podemos subir a la azotea y mirar las estrellas?"

"Es peligroso, Liana".

"Nada es peligroso si tengo a Theo Monstruo del helado conmigo". 

Sonrío.

Ojalá siguiera siendo para mí eso y solo eso. 

Mi monstruo del helado, Theo. 

—Nada es peligroso si... —me atrevo a pronunciar. Me detengo. ¿Qué pachotada estoy a punto de decir?

—Si tienes a Theo Monstruo del helado contigo —completa—. No creas que lo he olvidado. 

Mi sonrisa se ensancha de oreja a oreja. 

Increíble. Ni siquiera estoy a pie del acantilado y ya siento como si lo estuviese. Mi corazón acaba de dispararse a mil por hora. 

***

THEO

—¿Cuándo dejarás de decirme Tigger?

—Nunca —respondo.

Liana me da una mala cara y continúa subiendo una a una y con cuidado cada roca que nos lleva hacia la cima del primer nivel del acantilado.

Voy detrás de ella. Analizando cada movimiento que hace y muy atento a cada una de sus pisadas. Si cae, además de que puedo morir por desangramiento de bolas, me sentiría la persona más horrible del mundo entero. Mi deber es cuidar de ella y protegerla de todo, y puede que esté fallando a mi trato en muchas cosas, pero no quiero volver a ver su rostro decepcionado nunca más. 

—A mi me suena a que soy como un gato o algo así. Y podrás... —dice agitada—. Comprobar que la agilidad y avidez de un gato no es ninguna de mis características.

—Quizás no seas la persona con más habilidades físicas del planeta, pero eres intrépida e imprudente y eso te hace muy similar a Tigger. 

Además de que sabes de que eres hermosa.

Pero eso no lo digo.

No es muy apropiado. 

Y en realidad no es apropiado que piense esto ahora mismo.

—Entonces puede continuar diciéndome así. 

—Lo iba a hacer de todas formas. 

—Pero yo iba a cortarte un rizo por cada vez que lo menciones, así que ibas a terminar pelón.

Sonrío. 

No ha cambiado en nada. 

Segundos después, oigo su voz nuevamente.

—¿Falta mucho? Me siento ligeramente cansada.

—Lo estás haciendo de maravilla. Solo quedan un par de rocas más, ¿vale?

Gira el rostro encima de su hombro y suelta un bufido que hace que uno de sus cabellos se levante. La miro y lo segundos en que ella también lo hace, siento como si estuviese lanzándome a un abismo. Quito la vista con un parpadeo  y levanto la mano hacia el frente.

—Aún queda un pequeño camino, sigue subiendo —digo.

 Ella niega con la cabeza y continúa esfozándose en escalar. Lleva un buen ritmo y no me sorprende. Liana ha guardado mucha enrgía durante mucho tiempo de su vida. He sido testigo de eso. Me hubiese encantado que disfrutara más de su niñez. A duras penas y salía a un parque de vez en cuando, y las veces en que lo hacía era a hurtadillas de sus padres. O, en otras, porque yo la acompañaba. Y no es que los Cooper hayan sido malos padres. Estoy segura de que aman a Liana más que nada en el mundo, pero su concepto de protección estaba un poco fuera de foco. 

—¡Theo! 

—¿Qué? —mi corazón salta.

—¡Hemos llegado!

—Oh, mierda, Liana. Casi me matas de un susto.

Ella ríe de manera inocente.

—¡Tenías razón! ¡Es una vista maravillosa! 

Coloco el último pie en una roca a lado de ella y admiro el paisaje. Sin embargo, me distraigo con la expresión embelesada de Liana. Sonrío. Habla, ríe y grita. Todo a la vez. Señalando de aquí a allá cada cosa que sus grandes ojos azules logran ver. Empiezo a sentirme una buena persona otra vez. Un buen chico. Como lo solía ser cuando vivía en Charlotte. 

—¡Esto es lo más hermoso que he visto, Theo! ¡Estos lugares no existen! ¡No... —se toca las mejillas—. ¡Gracias, gracias, gracias! 

—Sabía que te iba a encantar.

—¡Sí, sí! ¡Claro que me encanta! 

Mi pecho se siente cálido.

No es solo Liana la que necesitaba este reencuentro. En el fondo, también lo necesitaba yo. 

Entonces, ocurre algo inesperado. Liana se inclina hacia mí y me abraza. Me quedo quieto como un idiota. Con las manos levantadas sin tocarla a lado de su cuerpo. No sabiendo cómo actuar debido a lo ocurrido de anoche. Aún puedo sentir el tacto de mi piel con la suya. Aún me siento culpable por haberdejado mi mano ahí, aunque solo hayan sido unos segundos. Ella no estaba consciente de lo que hacía. 

—Gracias por hacer esto por mí —me dice muy cerca del oído.

Y mis piernas tiemblan un poco cuando la escucho decir eso. 

Mis manos aún continúan suspendidas. 

Entonces, la escucho sollozar. 

Me cuesta solo unos pocos segundos estrecharla entre mis brazos.


********************************************************************************************

HOLA DESPUÉS DE MUCHO TIEMPO POR AQUÍ.

ESTE YA ES UN NUEVO CAP CON RESPECTO A LA EDICIÓN ANTERIOR.

NO ES QUE HAYA SIDO MUY DIFERENTE. 

SOLO HABÍA AVANZADO HASTA EL CAP N° 9.

ESTA ESCENA ESTÁ BASADA EN UNA PELÍ ME GUSTÓ MUCHO.

NO SE LAS DIRÉ HASTA EL OTRO CAP QUE NARRA LIANA AGAIN.

GRACIAS  A LAS PERSONITAS QUE SE HAYAN QUEDADO LEYÉNDOLA.

Y GRACIAS A LAS NUEVAS POR ESTAR POR AQUÍ.

NOS LEEMOS EN EL OTRO CAP QUE ESTÁ CARGADO DE UN POQUITO DE CELOS.

BLESSINGS.















Continue Reading

You'll Also Like

60.3K 5.4K 9
ACELERANDO EL DESTINO | Camila Clement, la próxima gran promesa de la música argentina, decide aceptar la invitación de Bizarrap para colaborar en un...
88K 9.9K 19
Kim nunca pensó que mentir en su currículum la llevaría a una completa travesía con su joven jefe. Nico nunca pensó que darle una oportunidad a Kim...
606K 45.3K 63
El mundo da un vuelco cuando la primer mujer en la Fórmula 1 se hace presente en el Paddock. Camille Watson, hija del gran piloto de la F1 tendrá que...
103K 9.2K 79
El amor es extraño, no lo buscas y de pronto... lo encuentras?