Versos fríos [EN EDICIÓN]✔️

By laurel_writer

1.6K 209 15

El frío era un escudo para ella, una capa de invisibilidad para evitar que la dañaran. Pero ella ya estaba ro... More

Prefacio
1. Tan solo una sonrisa
2. Miedo a la soledad
3. Poco orgullosa
4. Sufrir en silencio
5. Sin tanto hielo
6. Sentimientos de hielo
7. Máquina perfecta
8. Los chicos de Indiana
9. Los estragos del pasado
10. Desastres de un recuerdo
11. Miedo a enamorarse
12. Viaje de emociones
13. Brillo
14. Libre de represalias
15. Impulsos destructivos
16. "Deudas"
17. El infierno que nadie merece vivir
18. Palpar el amor
19. El arte de sentir
20. El error al no escuchar
21. Objeto explosivo
22. Voluntad
23. Un heróe con debilidades
24. Una persona especial (parte 1)
25. Una persona especial (parte 2)
26. Inquebrantable
27. Marioneta
28. No todo está en el olvido
29. Es doloroso ser fuerte.
30. Hechizo
31. Sentirse útil
32. Vacío de incertidumbre
34. Cristales rotos
35. Pensamientos que consumen
36. Antes y después
37. Cuestión de minutos
38. Alguien que ya estaba perdido
39. Desconocido
40. Intentar olvidar
41. Estallar
42. Sueños rotos
43. Inocentes
44. Versos fríos
45. Sospechas preocupantes
46. Luz en la penumbra
47. El villano que quería ser un héroe
48. Un recuerdo intacto
49. Dos copos de nieve.
50. En algún lugar de España
Epílogo
Agradecimientos

33. Dejar ir

11 2 0
By laurel_writer

Días después.

Dalia.

Ultimamente tomar cerveza con Newt en su apartamento se había vuelto uno de mis pasatiempos, él escuchaba mis quejas y yo las suyas, era como una reunión de alcohólicos anónimos mientras bebíamos cerveza y nos quejábamos del mundo en el que vivimos solo que bebiendo un leve porcentaje de alcohol.

—¿en unos días sale tu canción?—pregunté y él asintió.

—Moyra dice que será un éxito.

—¿he mencionado lo mal que me cae Moyra?—gruñí con fastidio.

—miles de veces—reí.

—aún no estoy lista para presentar declaraciones a la prensa, ¿tu si?

Desde que las fotos de Kyle y yo habían salido todos los medios de comunicación estaban presionándonos para que diéramos declaraciones sobre el asunto, en especial yo, ellos querían saber cómo era posible que le hubiera puesto el cuerno al perfecto de Newt con un chico que nadie conoce.

—ella quiere que vaya a un show y supongo que ahí me preguntarán ciertas cosas.

—si tienes que hacerme ver como una perra hazlo, ya a este punto me vale madres—rió.

—tranquila, no haría nada para perjudicarte.

—entonces, salud por eso.

Chocamos ambas botellas de cerveza y dimos un gran trago.

—¿has vuelto a ver a Donna?—negué.

—lo último que supe es que ella está buscando otro apartamento donde vivir. Stella me ha dicho que su recuperación ha sido muy rápida y que ahora está bien.

—¿Stella la está cuidando?

—si, ahora les ayuda en el apartamento.

—¿y qué hay de ti?

—viene a visitarme algunos días.

—Hablo de ti, de tu vida, ¿cómo ha estado tu madre?

—pregunta difícil—Le di un trago a la cerveza y proseguí—. A veces olvida quienes somos, otras ni siquiera nos habla.

—no sabes cuánto lo siento.

—por favor, odio la lástima—le di un trago a la cerveza y decidí cambiar de tema—. ¿Fuiste a visitar a tu mamá?

—si—bufó—. Ya me acostumbré a eso. Llega un momento en el que parece no doler más.

—¿cuánto tarda más o menos? Estoy cansada de irme a dormir y llorar como un fantasma lamentándose. No quiero ni imaginar cuando mamá se vaya.

—¿aún lloras por lo de tu padre?—asentí.

—ahora es peor porque todo parece estar concentrado en mi cerebro. Mamá enferma y cada día empeorando más, el recuerdo de mi padre, la prensa y paparazzis...—bajé la voz y la mirada recordando lo muy patética que me sentía—, también Kyle.

—te entiendo. ¿Otra ronda?

—por favor.

Le entregué la botella de cerveza vacía y fue a la cocina para traer otra más. Cuando regresó escuchamos un ruido en la puerta como si esta se hubiera abierto. Fruncí el ceño y Newt me entregó las cervezas para ir a inspeccionar pero no hizo falta porque Kyle ya había entrado en la sala.

Automáticamente me tensé. Llevaba varios días sin verlo y si yo me veía mal pues él se veía peor. Sus ojeras ya eran parte permanente de su rostro y llevaba una barba de unos cuantos días sin afeitarse. Al vernos a Newt y a mí en la sala con cervezas se sorprendió, tanto que hasta me imaginé lo que podía estar pensando.

—¿qué haces aquí?—preguntó Newt confundido.

Ellos no habían solucionado sus problemas desde lo de Donna, básicamente convivían en el hospital con mucho esfuerzo hasta que Donna decidió alejarse de Newt. Sí, nosotros éramos como los residuos que habían desechado los Hinton a la calle. Con razón Newt y yo nos entendíamos tan bien.

—eh... yo...—musitó este divagando con inseguridad.

—¿piensas hablar?—reprochó Newt.

—si, creí que estabas solo y que podíamos hablar.

—pues no estoy solo, por si no lo notaste aquí está Dalia—Kyle me miró.

—por supuesto que lo noté—agaché mi cabeza evitando mirarlo y acomodé las cervezas en la mesa.

—¿qué quieres, Kyle?—inquirió Newt.

—arreglar las cosas, Newt.

—aquí no hay nada qué arreglar.

Sentía cómo sobraba en esa conversación y la verdad la presencia de Kyle me intimidaba demasiado, patético, lo sé pero era imposible no volver a recordar sus palabras en las que repitió que ya no quiere lidiar conmigo.

—Newt, yo me voy.

—espera afuera, no tardo y yo te llevo—contestó.

—puedo tomar un taxi.

—ya es muy tarde, no tomarás ningún taxi.

—estaré bien, Newt—supliqué esperando a que dejara su paranoia y me permitiera irme tranquila.

—lo más probable es que tardemos, te acompaño a dejarla en su apartamento—dijo Kyle causando que me tensara aún más.

—¿estás bien con eso, Dalia?

¿Cómo iba a decir que no sin verme como una rencorosa?

—si, igualmente ya me quiero ir.

Newt tomó las llaves y bajamos en el ascensor. Al llegar a recepción para cruzar al estacionamiento Ed detuvo a Newt.

—lamento molestarlo joven Newt pero me acaba de llamar su agente diciendo que como no contesta el teléfono llamó al edificio.

—¿está ahí?

—si, acaba de llamar—Newt bufó.

—no tardo, vayan al auto—dijo y me entregó las llaves.

Newt se acercó a la recepción y nos dejó a ambos solos. Decidí avanzar con tal de evitar estar más de dos segundos de silencio incómodo con Kyle. Al llegar al estacionamiento abrí las puertas y lo encendí para poner música en la radio. Kyle subió en el lado del copiloto y yo desvié mi mirada.

—la música está muy alta—comentó un poco fuerte porque la verdad era que si estaba muy alta y era debido a que quería evitar a toda costa escuchar aunque sea su respiración.

Quería dejarlo así pero Kyle se veía algo herido por mi total indiferencia por lo que bajé un poco el volumen pero seguí sin dirigirle la palabra.

—con que estabas con Newt—dijo y la verdad no le veía el caso de porqué decía eso. Simplemente asentí—. Ya son amigos entonces—asentí—. ¿Podrías dejar de ignorarme?

Me quedé completamente quieta como si un balde de agua fría me hubiera caído encima. Fui muy evidente al tratar de ignorarlo. Kyle extendió su mano y apagó la radio.

—¿qué?—pregunté al notar que me estaba mirando, sin embargo, no me atrevía a devolverle la mirada.

—sé que merezco tu odio pero por favor no me hagas esto.

—¿por qué no lo haría?—lo miré con indignación—. Yo también te pedí que te quedaras y aún así no me escuchaste.

—Dely...

—no vuelvas a llamarme así, ¿okay? No quiero escucharte—bramé cuando las lágrimas se estaban acumulando al escuchar la forma en la que decía mi nombre—. Se suponía que no me abandonarías, que no me romperías el corazón, lo prometiste.

Lo sé, me veía ridícula reprochando cada aspecto de las promesas vacías que nunca se cumplieron pero aún así debía hacer el esfuerzo de sacarlo de mi sistema porque cada noche me quemaba más y más.

—Dalia, lo siento.

—¿sabes? Dile a Newt que tomé un taxi, lo llamaré cuando llegue a mi apartamento.

Iba a salir pero al abrir la puerta Kyle tomó mi muñeca para detenerme lo cual me hizo dar un leve respingo al sentir el calor de su mano rozando mi piel.

—suéltame—pedí en voz baja.

Kyle escuchó y me soltó. Bajé del auto, solté un suspiro para evitar el paso de las lágrimas y cerré la puerta. Salí del edificio y pude ver dos estallidos de flashes frente a mí pero no me importó. Pedí un taxi y dejé que este me llevara hasta mi apartamento. Cuando bajé del taxi noté que habían más paparazzis a la espera de verme llegar a mi edificio así que llamé a John para que me diera una mano con eso. John salió y me ayudó a cubrirme de los paparazzis.

—lo siento por tener que hacerte lidiar con esto—le dije al llegar a recepción.

—descuida, Dalia. Espero que estés bien—comentó con una sonrisa.

Iba a subir al elevador pero me detuve observando por medio de las puertas color cromo a John tratando de llamar a alguien por teléfono para que sacaran al montón de paparazzis. Me giré y volví a acercarme a John.

—¿en qué escuela estudian tus hijos?—me atreví a preguntar a lo que él frunció el ceño y rio.

—el mayor ya va a entrar a la universidad y el menor va a una escuela pública en preparatoria.

—¿a qué universidad quiere ir?

—a la universidad de Nueva York pero no podemos pagarla, le diré esta semana que envíe su solicitud a una universidad pública.

—perfecto. Asegúrate de que pueda mandar su solicitud a la NYU.

—pero señorita, no puedo pagar esa universidad, sería como darle falsas esperanzas.

—yo lo pagaré.

El rostro de asombro de John era indescriptible. Él no sabia qué decir y en gran parte yo estaba alegre por poder ayudar, él se la había pasado lidiando con los problemas en este edificio y no era suficiente la migaja de salario que le daban para sostener a dos hijos.

—señorita Dalia... no sé cómo agradecerle.

—no tiene que agradecérmelo. Le daré el dinero, usted todos estos años ha sido como mi guardaespaldas en el edificio así que merece esto y más. Debo irme pero vaya a comentarle a su hijo, estará muy emocionado.

—así será—dijo con una enorme sonrisa plasmada en el rostro. John se lanzó a abrazarme cosa que me tomó por sorpresa, la antigua yo lo hubiera apartado, pero la yo de ahora dejó que lo hiciera.

Había olvidado de que fui mucho tiempo reacia con las personas de mi entorno que si valían la pena como John, quien a pesar de que por mucho tiempo yo había sido muy poco amable con él, siguió ayudándome cuando lo necesitaba.

—ya debo irme—dije y John me soltó.

—llamaré a Darren, estará muy feliz.

Tomé el ascensor y subí hasta mi piso. Abrí la puerta para luego ver que estaba oscuro y vacío. Cosechas lo que siembras, yo desde hace mucho era mala con las personas y esa era la razón por la que ahora estaba sola. Subí a mi habitación para cambiarme la ropa y acostarme en la cama a hacer lo típico que hacía últimamente cuando iba a dormir, llorar. Al liberar esa presión durante la noche creía que al otro día podría sobrevivir como si nada hubiera pasado, como si no hubiera llorado y gritado hasta quedarme dormida. Pero aún así era imposible no sentirme mal al otro día.



Desperté y serví algo de desayuno. Me duché y vestí y cuando estuve lista llamé a John para que pidiera mi auto con el chófer que nunca usaba pero al menos servía tenerlo a la mano en algún momento. Me llevó hasta el hospital donde entré a la zona de psicología y esperé mi turno para entrar. Cuando la recepcionista me dejó pasar pude ver al doctor McGuire.

—pasa—dijo y me senté frente suyo.

—¿cómo ha estado?—él frunció el ceño.

—normalmente mis pacientes no vienen a preguntarme cómo estoy pero gracias y si, estoy muy bien.

—genial, tal vez no necesitemos hablar de mí.

—lo haces para evitar hablar de tus problemas, ¿por cuánto tiempo creíste que te seguiría el juego?

—como unos diez minutos pero hey, rompió mis expectativas—rió.

—cuéntame lo que te pasa, Delilah.

—¿por dónde empiezo? Es que es una historia muy larga.

—por el principio.

—tiene lógica—ironicé—. En fin, ¿se acuerda de mi novio?—asintió—, pues terminó conmigo hace unos días, mi mamá se está olvidando de mi existencia, Stella ya no está en casa y Marcus está en otros asuntos ya que yo misma llamé al amor de su vida para que se reencontraran. La cosa es que ayer me di cuenta de lo sola que estoy—añadí tratando de mantener una sonrisa cuando en verdad estaba al borde del llanto—. ¿Se acuerda que le dijimos de lo mala que he sido toda mi vida? Pues ahora sé que gracias a eso estoy más sola de lo normal.

El doctor McGuire soltó un leve suspiro y cruzó sus piernas apartando la pizarra que siempre tenía a la mano donde anotaba cada parte de las citas.

—es decir que hoy vienes a hablarme del ataque de pánico que tuviste ayer.

—¿cómo sabe que tuve un ataque de pánico?

—hablas muy rápido para evitar llorar, no paras de mover tus manos y dijiste que ayer llegaste a casa y te sentiste más sola de lo normal. Asumo que eso debió causar algún ataque de pánico.

—tal vez un leve, muy leve ataque de ansiedad pero, oiga, ya estoy más que bien.

—no lo estás.

—tiene razón, no lo estoy.

—¿qué te parece tomar un descanso?

—pero si apenas iniciamos con la sesión—dije haciéndome la tonta.

—Delilah, hablo de un descanso de todo. Por ahí en la televisión vi un escándalo y creo que también eso te ha afectado.

Lo que me faltaba, que hasta mi propio psicólogo hubiera visto como el mundo me estaba tratando como una zorra.

—¿qué sugiere?

—salir de la fama por un tiempo. Cerrar redes sociales, bloquear cualquier comentario que pueda ir en contra tuya.

—no es tan fácil, doctor.

—lo sé, por eso también sería bueno que te mudaras. Hacer un cambio de estilo de vida puede ayudar en mucho.

—mamá está enferma y no la puedo dejar.

—piénsalo, Dalia. Tómate tu tiempo pero en mi opinión necesitas descansar de todo, y en cuanto al tema de la soledad, ten fe en que eso no será para siempre porque lo que yo te digo es que si tienes la voluntad para cambiar, créeme que lo lograrás.

—lo pensaré. Otra pregunta... sé que no debe dar información de sus pacientes pero me gustaría saber si Newt ha venido a sus sesiones.

—si sabes que no debo dar información de mis otros pacientes, ¿por qué preguntas?

—Newt me preocupa.

—está bien. Si ha venido, ha sido constante y también ha asistido a los grupos de narcóticos anónimos.

—¿entonces no tengo de qué preocuparme?

—no te preocupes por nada. Ya sabes que debes pensar en lo de tu descanso, lo necesitas.

—está bien, doctor—me puse de pié—. Gracias.

—de nada, Delilah.

—me debo ir. Ah, por poco lo olvido. Ayer hice mi primera obra de solidaridad.

—¿qué hiciste?

—el portero de mi edificio, ha sido como un guardaespaldas para mí cuando no estaba en su obligación de hacerlo así que le pregunté por sus hijos y me dijo que el mayor quería entrar a una universidad costosa pero no tienen dinero para ese gasto así que me ofrecí para pagarle la universidad.

—estoy orgulloso de ti, Delilah. Vas por buen camino.

—eso espero.

Salí del consultorio y volví al auto donde ya habían unos paparazzis escondidos que logré captar. Subí rápidamente y le pedí al chófer que me llevara al lugar donde residía mi madre y que tratara de no dejar que nos siguieran los paparazzis, lo último que necesitaba era que se enteraran de dónde está internada mi madre. Bajé del auto y entré. Al llegar la recepcionista me recibió para luego dejarme entrar pero esta vez mamá ya no estaba en el jardín sino que en su habitación acostada completamente quieta.

—mamá—dije al entrar a la habitación. Ella parecía no escucharme.

Una enfermera me siguió haciendo que conservara una distancia prudente para no asustarla.

—está muy delicada hoy. No sería bueno asustarla.

—¿cómo que delicada?

—ha estado más agresiva de lo normal, eso pasa cuando saben que falta algo que no recuerdan, se sienten frustrados y actúan de esa forma. Tuvimos que sedarla.

—¿mi hermano ha venido?

—vino ayer pero hoy no.

—¿puedes dejarme a solas con ella un minuto? Trataré de no asustarla.

La enfermera salió y yo tomé asiento al lado de mamá.

—con que estás asustada... no sé qué decir... no sé cómo te sientes pero yo también estoy asustada. Mamá, le he dicho a papá todos estos días que si estás sufriendo...—tomé una respiración profunda para continuar—, tal vez ya sea hora de que vayas a verlo... me dolería mucho que no estuvieras aquí pero... me duele más verte así—Posé mi mano sobre la suya para acariciarla suavemente—. Sé que no debería pero he pensado mucho en nuestra discusión el día que papá se fue y me he preguntado si la verdad algún día antes de que te diagnosticaran no me siguieras odiando... es que cuando Marcus me llamó ese día para decirme que tú querías verme me sentía muy feliz de que pudieras estar en paz conmigo así fuera a causa de tu enfermedad pero ahora quisiera saber si por voluntad propia decidiste dejar de odiarme... quisiera pensar que si y he tratado de convencerme pero en mi cabeza no para de retumbar la posibilidad de que nunca hubieras dejado de hacerlo. A pesar de todo esto... te amo, mamá y no sabes cuanto lamento haber estado ausente por esos años en los que lidiabas con la muerte de papá, mi miedo a volver a verte no debió haberse usado como excusa para ayudarte... porque sé que necesitabas ayuda. Mamá, si tu quieres irte, eres libre de hacerlo... papá estará esperándote con los brazos abiertos y yo estaré aquí recordándote todos los días de mi vida.

Me acerqué a su frente y deposité un suave beso a lo que agradecí que no se alertara, más bien, tomó suavemente mi mano con un leve apretón dejando que ya la soltara. La enfermera regresó para sacarme. Eché un vistazo más a su rostro como el otro día, nunca la olvidaría, de eso estaba segura.

Doble actualización así que sigan bajando :D

Continue Reading

You'll Also Like

37.2K 2.2K 17
Arodmy Darotski, no se enamora él se obsesiona. Su pensamiento siempre fue no perder el tiempo con crías menores que él, seres inexpertos como suele...
146K 7.8K 100
UN MALENTENDIDO, UNA REPUTACIÓN QUE MANTENER Y UN TRATO QUE ACEPTAR. Candace siempre lo ha tenido todo, hasta que un día decide cambiar su estudiada...
11.2K 628 5
"Solo tienes dos opciones, morir o sobrevivir, no es una decisión tan fácil" Secuela de Perdidos. Registrada en Safe creative. //Portada hecha por mi...