Ｄａｎ
—Bueno, el día ha terminado —dije cuando comenzó a meterse el sol—. Deberían quedarse un par de días.
—Debemos seguir —respondió Sasuke.
—Itachi —lo miré suplicante.
—Lo siento, prometemos volver pronto —solté un suspiro y asentí.
—Muy bien, Vendrán a la boda, ¿Cierto?
—No lo sé —dijo Sasuke con tranquilidad.
—Son imposibles, entonces nos vemos —los abracé en forma de despedida y luego de ver cómo se iban fui a casa.
Mi madre se había ido de viaje hace unas dos semanas, pero dijo que volvería antes de la boda de Naruto. Al llegar a casa me dirigí a mi habitación arrojando mi ropa al suelo y me puse mi pijama para después dejarme caer sobre mi cama.
—Tengo sueño.
Mis ojos comenzaron a cerrarse poco a poco, hasta que escuché un ruido haciendo que me ponga alerta y arrojé una Kunai en esa dirección.
—¡Soy yo! —dijo cayendo al suelo apenas esquivando la Kunai.
—¡Shikamaru! No deberías entrar de esa manera, pude matarte —se levantó y me miró.
—¿Qué haces aquí? Creí que tenías mucho trabajo —se sentó frente a mi.
—Lo terminé tan rápido como pude, creí que estarías aún con Sasuke —dijo con un tono extraño.
—Se fueron hace unas horas —solté un suspiro triste—. Les dije que se quedaran unos días más, pero no quisieron.
—Menos mal —golpeé su hombro—. ¿Qué hicieron?
—Nada, solo comer, hablar, pasear —asintió sin mirarme—. ¿Celoso?
—¿Por qué lo estaría? —me incliné un poco al frente acercando mi rostro al suyo.
—Exacto, no deberías, Sasuke e Itachi solo son mis amigos —le sonreí—. Por cierto, noté lo popular que te volviste entre las mujeres.
—¿Eh? No sé de qué hablas, problemática —me miró—. Y tu también eres popular entre los hombres.
—¡No hablamos de mi! —golpeé su cabeza levemente.
—Aunque así fuera, nunca estaría con ella cuando te tengo a ti, además, aprecio mucho mi vida —solté una pequeña risa y besé su mejilla.
—Que bueno que lo hagas.
—Kakashi-sensei me ha dicho que me dará menos trabajo, así que tendré tiempo para estar contigo —bajé la mirada hacia mis manos.
—Mañana ayudaré a Hinata con algunas cosas de la boda —lo miré sin borrar mi sonrisa—. Y también a Naruto.
—¿Por qué tú? —preguntó con el ceño levemente fruncido.
—Por qué soy mejor amiga de Naruto y él es un poco despistado —me senté a su lado apoyando mi cabeza en su hombro—. Puedes ayudarme.
—Que fastidioso suena, no quiero ayudar a Naruto —me senté sobre sus piernas y puse mis manos sobre sus hombros.
—¿Qué tal si intento convencerte? —Shikamaru arqueó una de sus cejas mientras forma una sonrisa divertida.
—¿Cómo lo harás? —acerqué mis labios a su cuello y comencé a dejar cortos besos sobre el.
—Ya verás —quité su chaleco y junté nuestros labios sintiendo sus manos sobre mi cintura.
Bajé mi mano hasta llegar casi a mi objetivo.
—Pensándolo bien, mejor no me ayudes —me quité y bajé de la cama caminando por mi habitación—. Puedo hacerlo sola.
Se escucharon sus pasos y me acorraló contra la pared con su rostro muy cerca del mío.
—¿Qué? —pregunté con inocencia—. ¿A caso quieres hacerlo?
Lo empujé un poco haciendo que se aleje mientras lo veo con una sonrisa.
—Pero no podemos, Shizune puede llegar en cualquier momento.
—Entonces sé callada —me sonrió de forma victoriosa.
Estiró los brazos a los lados y los míos se movieron al mismo tiempo, bajé la mirada y noté que usó su jutsu de sombras en mi.
—Eres un tramposo —me quejé con una sonrisa.
Llevó sus manos a su playera y las mías se pusieron sobre la mía, ambos nos quitamos esa prenda al mismo tiempo. Sus manos fueron a sus pantalones, solté una pequeña risa y los quitó con rapidez.
Se acercó haciendo que yo hiciera lo mismo y deshizo su jutsu cuando quedamos a centímetros.
—Solo debías decirme que querías verme desnuda —pasé mi mano por su torso muy bien trabajado y la bajé hasta meterla debajo de su última prenda—. Sí que lo necesitas.
Di un ligero apretón a lo que él solo soltó un suspiro. Me alejé y empujé a Shikamaru sobre la cama mientras me pongo sobre él sin dejar de besarlo.
—Extrañaba estar contigo —murmuró besando mi cuello mientras sus manos se encargan de quitar mi sostén y arrojarlo lejos.
Me tomó de la cintura acercando más nuestras partes íntimas haciéndolas rozar mientras sus labios se ponen sobre uno de mis pechos.
—Sh-Shikamaru~ —cerré los ojos aferrandome de sus hombros—. ¡Shika...! —apreté los dientes sintiendo sus dedos dentro de mi ropa interior jugueteando.
—No aguando más —me puso debajo de él quitando nuestras últimas prendas y se acomodó entre mis piernas—. ¿Lista?
—Sí —dije en un suspiro y comencé a sentir como poco a poco entra en mi.
Cerré los ojos mientras comienza a moverse cada vez más rápido sin dejar de darle atención a mis pechos.
—Shikamaru~ —grité sintiendo como el placer crece cada vez más.
—Un poco más —tomó mis manos y juntó nuestros labios al mismo tiempo en que ambos llegábamos soltando el nombre del otro en un gran gemido.
Shikamaru se dejó caer a mi lado con la respiración igual de agitada que la mía y yo me acurruque a su lado.
—Que bueno que no estaba Shizune —dije abrazándolo.
Lo miré con una sonrisa directo a los ojos.
—Me gustan mucho tus ojos, ¿Sabes? dicen muchas cosas —dije acariciando su mejilla.
—A mi me gustan los tuyos. Te amo.
—Lo sé, también te amo —me sonrió y me abrazó muy fuerte.
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