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❝ Dos príncipes del año 1600 se enamoran, pero no pueden estar juntos porque él es el prometido de su hermana... More

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Almas Gemelas
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By RapMonsterxxxz

[ Maratón 2/3 ]

Taehyung levantó las cejas sorprendido de manera dulce, mirando cómo Jungkook lo tomaba de la cadera y sujetaba bien su mano.

Mientras que detrás de él, Leeteuk sacó una flauta transversal la cuál lleva años sabiendo tocar, cuando Taehyung era un bebé solía tocar para él pero tal vez no lo recuerda pues llevaba un tiempo sin hacerlo, en fin, relamió sus labios y comenzó a tocar.

[ reproduzcan el vídeo de arriba ]

Jungkook no esperó y comenzaron a bailar, en lo amplio del pequeño lugar, mirándose el uno al otro, fijamente mientras sonreían, disfrutando de la música, sintiéndola y sintiéndose.

Hay telepatía entre sus corazones, la complicidad que esconden en sus pestañas ni un diccionario podría definirlo. Consiste de amarse en secreto, extrañarse en silencio y cuando lo necesitan se abrazan a sus recuerdos.

Leeteuk tocaba mientras los miraba deslumbrado, cuando están juntos irradian brillo natural, esas sonrisas lucían sinceras y sus miradas parecían perdidas el uno en el otro.

Son sólo dos enamorados, los cuales se buscan como locos porque quieren entregarse, les preocupa el amor y lloran porque no lo pueden salvar. Enamorados que viven al día, porque no saben si habrá un mañana para ellos y que al estar juntos son un manjar de sentimientos de felicidad que sólo un afortunado podría presenciar.

Al menos así lo describe Leeteuk.

Terminó la canción, al igual que sus pasos, teniéndose tan cerca sería imposible no darse un beso.

Durante toda la canción desearon hacerlo, Taehyung tomó la iniciativa de la situación, sujetando el mentón de Jungkook con delicadeza, dejando un ligero beso sobre sus labios curados mientras cerró los ojos.

El príncipe Jeon correspondió, cerrando los suyos también y a los segundos de escuchar la risa adorable de Leeteuk se separaron, recordando que él estaba ahí.

Taehyung se sintió avergonzado porque presenció su beso, miró al suelo y habló; —lo siento.—

Jungkook le sonrió. —la música fue preciosa, gracias, Leeteuk.— entrelazó su mano con la de Taehyung mientras él asintió por lo mencionado acerca de la canción.

para mí es un placer, ahora he cumplido con mi tarea, los dejaré cenar cómodos.— hizo una pequeña reverencia, y al colocarse recto;

espera, puedes quedarte con nosotros.— Taehyung dió un paso hacia adelante.

te contemplé para la cena.— Jungkook amable.

lamento negarme, pero tengo que ir a descansar no estoy tan jóven como ustedes y éste tipo de desvelo no me hace bien.— Leeteuk con tranquilidad habló guardando su instrumento, se despidió de ambos chicos y se marchó.

Quería descansar, pero también quería dejarlos solos, después de tantos días separados necesitaban conversar sobre todo, más cuando al ser llamado por Jungkook, Leeteuk le hablo de cómo se sentía el príncipe Kim respecto a él.

Al quedarse sólo los dos, Jungkook lo abrazó por la cintura levantándolo del suelo, mientras le sonreía. —te extrañé.—

Taehyung se sujetó de sus hombros y devolviéndole la inmensa sonrisa habló. —y yo a ti, no sé lo que sucedió.— poco a poco se le borró la sonrisa.

Jeon lo bajó, abrazándolo. —te explicaré mientras cenamos.— lo llevó a la mesa, se sentaron, dejando la silla sobrante ahí a su lado.

El ambiente cambió un poco, parecían haberse puesto tensos y eso era desagradable para Taehyung, estar juntos siempre fue su lugar seguro. No les gustaba el silencio mientras Jungkook servía la cena y las copas.

Por su parte, en la cabeza de Jungkook no sabía cómo iniciar, estaba avergonzado por no haberse presentado aquel día y la mirada de Taehyung serio sobre él lo hacía sentirse nervioso.

Terminó de servir, tomó su copa y dió un gran trago al vino, empezó a comer y Taehyung hizo lo mismo. Tratando de dejar atrás el momento incómodo, aunque no funcionaba del todo, el silencio era abrumador.

¿qué quisieras saber?— fue lo único que se le vino a la mente a Jeon para decir, mentiría si dijera que Taehyung no lo hace tambalear con su mirada.

Kim levantó una ceja. —amm .. todo.— tampoco se animó a iniciar la conversación que al parecer era incómoda.

Jungkook se quedó observándolo unos segundos, pensando en que no debería sentir pena o éste mal ambiente con él, es su chico, es el amor de su vida.

Hay tanta confianza como amor en la relación, eso lo relajó y le dió seguridad para tomar su mano sobre la mesa y hablarle con la verdad; —han sido días sumamente cansados para mí, he trabajado tanto con mi padre que físicamente me siento agotado y esa fue la razón por la que no pude venir aquel día, lo lamento.—

Con su mano libre, Taehyung bebió de su copa y después apretó los labios, mirándolo sin decir nada, quería dejarlo hablar.

también he conversado con él y nos hemos vuelto cercanos, ha hecho que me de cuenta de cosas que yo no notaba sobre él, sobre el reino y mis grandes responsabilidades.—

El principe Kim pasó saliva, escuchando atentamente lo que estaba por decir.

a pesar de todo eso, en tu ausencia me di cuenta que no quiero vivirlo así nunca más, alejarme sólo me hace desear estar más cerca de ti. Me han enseñado un amor con límites, sin verdadero compromiso y no lo quiero, quiero partirme la vida en un beso contigo porque lo vale todo, estamos tan cerca y tan lejos como el día y la noche en el amanecer pero no podemos cambiarlo, que la lejanía de nuestros labios no haga tambalear nuestros cimientos del corazón, porque no debes dudar de mi amor profundo hacia ti.— Jungkook soltó su mano, buscó de nuevo en la cesta, junto a la botella de vino sacó un pequeño ramo de la flor favorita de Taehyung, la cuál le costó conseguir y se la entregó en las manos. —moriré por ti.—

—Jungkook.— Taehyung miró las flores en su mano, una lágrima de nostalgia cayó por su mejilla, la cuál estaba mezclada con paz, felicidad y amor.

Y Jungkook la detuvo, quitándola de su mejilla con un suave toque.

Taehyung vulnerable ante las palabras tan dulces de su príncipe, lleno de impotencia. —maldición, detesto no poder amarte libremente.— agachó la mirada y sin soltar las flores cubrió su rostro, avergonzado de estar así de frágil ante él pero realmente deseaba estar junto a él a pesar de todo, frente a quien sea, pero no era posible.

Jungkook se levantó de su silla, tomó a Taehyung de la muñeca y con suavidad lo levantó para envolverlo en un abrazo, dejándolo desaparecer por al menos un minuto entre sus brazos y sollozar por éste prohibido amor, el cual los hace pasar sus mejores y peores días.

Después de un rato, Jeon habló; —Taehyung.— el mencionado se separó y dejó que su amado secara sus lágrimas, escuchándolo decir; —no maldigas.—

—¡Jungkook!— trató de separarse del abrazo.

Pero se aferró más a él, hablando y calmándolo; —si el amor fuese tan fácil, no arrancaría suspiros en mí o no me dejaría sin aire cada vez que te observo, si el amor fuese fácil, no valdría la pena sufrir y lo vale, tú vales todo.— se separó de él, sujetando sus manos. —no necesitamos que los demás lo sepan, teniendo de nuestros testigos a la luna, al sol y a las estrellas.—

Jungkook tocó la barbilla de Taehyung y lo hizo observar el cielo, la luna llena estaba reluciente, el cielo tan repleto de estrellas como ninguna otra noche.

Provocó una sonrisa en el príncipe Kim, quien por un momento sintió que el cielo lucía precioso ésta noche, sólo para ellos dos. Mientras las admiraba, Jungkook hacía lo mismo con él.

Admirando la belleza en él, su belleza en todo esplendor. También sonrió, sintiéndose afortunado de estar sujetando sus manos en éste momento. —te amo.— dijo mirándolo a los ojos.

Taehyung bajó la vista a él, sin lágrimas en sus ojos y esa paz en su pecho; sonrió. —también te amo.—

Jungkook lo besó cerrando sus ojos, abrazándose a su cadera mientras el príncipe Kim se adhería a sus hombros encajando suavemente las uñas y cerrando sus ojos, necesitaban tanto volver besarse. Era una realidad, una dulce adicción, el placer que creaban al hacerlo le corresponde el nombre de libertad.

Tras conversaciones aleatorias continuas, terminaron en la banca juntos, cada uno había bebido bastante del vino que compartían, estaban bien.

Taehyung estaba de lado sobre el regazo de Jungkook, admirando su flor mientras su chico acariciaba con ternura el contorno de su curveada cadera. —es tan preciosa.— dijo admirándola.

tú eres precioso.— Jungkook jamás dejó de mirarlo a los ojos, estaba tan enamorado de él que no se cansaba de mirar la magnificencia que le pertenecía a su príncipe.

Taehyung mordió su labio inferior suavemente y después dejó un beso sabor a vino sobre sus labios el cuál se prolongó entre mordidas y algo de lengua.

Se separaron por falta de aire, pero con una gran sonrisa, se abrazaron fuertemente. Esta es su verdadera felicidad, siempre lo será, estar en los brazos del otro siendo sujetado con amor.

Pasaron la noche juntos, bebiéndose toda la botella y dándose dulces besos de vino con sabor a uva. Cuando el amanecer se asomaba, no queriendo se despidieron y cada uno se marchó a su castillo, pasando desapercibidos como siempre lo hacen.

Fue una gran velada para la pareja, pese a todo, las dudas jamás volverían a surgir.

Por la tarde, Jungkook no había sido molestado, lo habían dejado dormir hasta la hora que él deseara y cuando por fin se despertó, fue a tomar un baño de agua fría para quitarse el sueño restante.

Se vistió con una camisa azul marino, pantalones de vestir blancos de tiro alto y zapatos color café oscuro, arregló su cabello y bajó al comedor.

Había perdido el desayuno por dormir, así que en cocina ordenó un platillo delicioso y de provecho para él; con verduras cocidas, un poco de arroz y un corte de carne a punto medio.

Disfrutaba de su platillo cuando llegó Eunha al comedor y se sentó a su lado después de haber hecho una reverencia por respeto a su hermano mayor. —buenas tardes, Jungkook.— de buen humor.

buenas tardes, Eunha.— contestó antes de beber de su copa.

Sirvieron un plato para la princesa también, ella comenzó a comer también, observó un momento las manos de su hermano y se detuvo a preguntar; —¿y tu anillo de bodas?—

—en mi habitación.— Jungkook respondió sin mirarla.

no deberías quitártelo, ¿haz pensado en cómo se sentiría Jisoo con eso?— la princesa dijo en una tranquila forma.

Pero a Jungkook le molestó tanto su comentario que ni siquiera terminó su bocado cuando respondió cubriendo su boca llena; —deja de meterte en mi relación con Jisoo, eso no te importa.— rudo.

Eunha levantó las cejas, ella sólo trataba de conversar más con él sobre lo que creía que le hacía feliz; como su relación con Jisoo ya que oía de ella que él era dulce y que la amaba. La princesa quería que él confiara en ella y tomara sus consejos como Jisoo lo hacía, pero el mayor no se prestaba a ser cercanos. Se molestó por la nefasta actitud de su hermano, dejó su plato y se levantó de la mesa, marchándose molesta del comedor.

Jungkook la ignoró, siguió comiendo hasta terminar, se marchó a su cuarto.

Donde se sentó a organizar sus partituras, mientras re leía las que aún no terminaba, pensando en lo que podía cambiarles. Decidió practicarlo un rato, sacó su bello violín y comenzó a practicar, agregándole y quitándole a la canción.

La noche llegó.

Llamaron a la puerta de Jungkook, quien le dijo que su padre lo mandó a llamar a la entrada principal del castillo.

El príncipe se colocó un saco y bajó, luciendo presentable y encontrándose con que toda su familia se encontraba ahí, su padre tenía el brazo vendado aún pero su madre le ayudaba a colocarse un abrigo encima para disimular.

Eunha estaba conversando con Jisoo, mientras que sostenía a Yoongi de la mano pues ya podía caminar.

Al acercarse a ellos, Jisoo enseguida se acercó a él y acomodó el cuello de su camisa, con dos pequeños toques. Él le sonrió.

Después sintió como tomaba su mano su hermano menor; Yoongi, ya que estaba justo a si lado y al mirarlo vió que le estiró su otra manita, pidiendo que lo abrazara.

Jungkook no se negó, lo cargó con un brazo y el nene enseguida se recargó en él, tenía sueño. El mayor lo arrullaba, moviéndose levemente de lado a lado mientras que con su otra mano daba suaves palmadas en su espalda.

Los ojos de Jisoo brillaban al verlo, con tanta ilusión de tan sólo imaginar el gran padre que sería para el suyo.

El mayor de los príncipes Jeon puso atención a lo que su padre le decía a su madre; —¿las habitaciones están listas?—

Tiffany asintió.

espléndido.— Namjoon sonrió. —abran las puertas.— se dirigió a sus guardias.

Los cuales obedecieron abriendo la puerta principal, donde toda la familia salió, observando como una carroza llegaba hasta detenerse justo frente a ellos.

Donde la primer persona en bajar fue el rey de China, junto su esposa y detrás de ellos la princesa Hwasa, quien le sonrió a Jungkook cuando conectaron miradas.

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