𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖈𝖚𝖆𝖙𝖗𝖔
Caminó con tranquilidad hasta los hombres, ya sabiendo quienes eran.
-buenas tardes, ¿Curly?- el hombre con más peso le sonrió y extendió su mano con una sonrisa.
-buenas, si, Curly soy yo, el es Charlie- apunto al contrario que le dedico un movimiento de cabeza mientras acomodaba las cuerdas.
-un placer, soy...- ¿estaría bien decir su nombre? Después de todo ellos no son de aquí, no la reconocerían- Scarlett, un placer señor Curly, lo mismo digo señor Charlie.
-¿qué necesita?- volvió a preguntar mientras limpiaba sus manos contra su ropa.
-un conocido me dijo que ustedes me podrían llevar a Birmingham, que les había pagado por ello- mostró su maleta con clara intención, el del gorro bufó.
-si, esperemos que no hables todo el viaje sobre todas las malditas cosas que le gustan a las mujeres- Charlie la miro de reojo, desconfiando de ella.
Que le hayan pagado por llevarla no significaba que no tendría cuidado con pensar que podría hacer un movimiento estúpido. Aspiro más de su cigarro dejando las cuerdas a un lado, Charlie se acercó a la mujer y extendió su mano.
-no lo creo, solo quiero disfrutar, no hablar con hombres que no conozco- le entrego la maleta y este la recibió, dejándola en la pequeña habitación que había en el bote.
-señorita, por favor, acomódese donde quiera.
-idiota, ve si tiene algo- con un movimiento de cabeza Charlie volvió a su posición inicial, Curly asintió y se acercó a Scar.
-permiso- ella le sonrió y levantó los brazos.
Pasó las manos por los laterales, moviendo su abrigo para ver si tendría algún arma, siguió con las caderas y bajo unos centímetros más, Scarlett alzo la mirada encontrándose con la seria de Charlie, por mero orgullo se quedó seria y retándolo con esta, ignorando el hecho de que el hombre agradable estaba revisando sus piernas, tocándolas por segundos para ver cómo la ropa se amoldaba a su físico.
-está limpia Charlie- asintió, dejando de mirarla- en su bolso tampoco hay nada. Solo los boletos y lo que parece ser comida.
Nunca antes había estado en un bote o similar a este, por lo cual le costó los primeros minutos adecuarse al movimiento constante. Veía cómo pronto se alejaba de Londres, veía más vegetación y menos humo por parte de industrias, Curly pasadas las horas se acercó con un poco de comida, al verla negó.
No por despareció o similar, sino porque ella traía la suya en su bolso, no necesitaría de su ayuda.
-señorita, ¿puedo... puedo preguntar porque irá a Birmingham?- al ver cómo el hombre regordete se sentaba cerca de ella para entablar una conversación, abrió su bolso y de este saco un poco del bocadillo que había preparado Maggie.
-mera curiosidad- Curly le daba confianza, aunque sabía que no podía confiar rápidamente en dos hombres que la llevaban por medio de la nada- he leído bastante de Birmingham, todo lo que ha sucedido, y quise salir de Londres.
Admitió con sorpresa, pensando por unos segundos que no debería de haber dijo eso, pero su lado positivo esperaba que no, que el hombre con un pendiente en su oreja y sonrisa agradable no era alguien de quien preocuparse.
-si... ¿sabía usted que agrada al instante?
Scarlett frunció el ceño por unos segundos, solo le había hablado al conocerse y ahora cuando estaban comiendo, llevo otro pedazo de queque a su boca, esperando que siguiera hablando. Quería escuchar alguna otra revelación para poder hablar ella.
-me refiero a su aura, es como los caballos- eso la confundió más, ¿cómo los caballos?
¿Debía de tomarse aquello de manera buena o de manera mala?
-¡Curly ven aquí!- Charlie grito desde su posición.
Se levantó disculpándose, Scarlett quedó más confundida aún, desvió la mirada buscando algo en los alrededores que le quitara el momento de la cabeza.
-¿qué le dijiste?- habló enojado el blinder.
-que su aura es como la de los caballos, es fuerte y...- Charlie quiso pegarle por un momento.
-¿y por qué mierda le dices eso?- estaban susurrando detrás de la habitación que sobresalía, Curly pego sus manos a su cuerpo.
-porque me agrada, tengo una buena impresión de ella- asintió confirmando lo que decía, Charlie negó al escucharlo.
La tal Scarlett tenía aura de caballo, Tommy se reiría al escuchar aquello, porque aunque quisiera negarlo, a Charlie le había dado gracia.
Scarlett se fue a dormir, el calvo le había acomodado algunas cosas para que tuviera una buena siesta dentro de lo que cabe, acepto confiando mas en él, debido a que Charlie tendía a mirarla como si estuviera escaneándole, le incomodaba aquello.
Mientras el sol comenzaba a salir Thomas Shelby suspiraba bebiendo del whiskey en su mesita de noche, las pesadillas no lo habían dejado por segunda noche consecutiva, dejándolo pensativo con respecto a lo que haría, iría a comprometer a su hermano con Esme Lee. Valdría la pena, después de todo cuidaría su espalda siendo amigo de los enemigos más cercanas.
Mentiría cuando diría que se sintió mal el hacer que John no se casara con Lizzie Stark, había tenido unas noches con ella, y ahora que John le prometiera amor eterno lo hacía mofarse.
Prendió el primer cigarro del día mirando la pared frente a su cama, con la pintura de un hombre con ovejas y el estampado de verde que la rodeaba, pasó una mano por su cabello, desordenándolo. Hoy llegaría Charlie y Curly, dentro de estos días Ada iría a la boda de John, sellando un pacto de paz momentánea.
Si todo saldría como tenía pensado, serían días gloriosos para el lider de los Peaky Blinders.
Cuando salió ya arreglado avanzó hasta el Garrinson, con su gorro y los cigarrillos en los bolsillos. El olor a hierro y carbón ya eran tan cotidianos que hasta disfrutaba de pasar por las fábricas que trabajaban con esmero en hacer todo bien. Al entrar al pub se detuvo al ver como una mujer estaba en la barra.
Sus ropas no eran de aquí, nunca vería esas prendas cerca de un lugar como Birmingham, se quedó varios segundos estático en su lugar, Herbert, quien hablaba con la mujer al verlo se puso pálido. Negó varias veces y apunto la puerta que estaba detrás de Scarlett.
¿Por qué Curly le recomendaría el Garrinson para luego no poder ni siquiera beber un vaso de cualquier alcohol? Cualquiera que no fuera ron, por supuesto.
-¿qué sucede?- la voz grave y con acento marcado hizo que Scarlett se diera la vuelta.
Choco directamente con los ojos azules de Thomas Shelby, los centímetros que los separaban eran poco, el hombre frente a ella era ligeramente más alto, al verlo mantuvo la mirada en sus ojos. Siendo Tommy quien quitó la vista primero.
-ella quiere beber aquí, señor Shelby.
Scarlett al escuchar aquello entreabrió los labios, había venido al lugar indicado para conocer al blinder.
-¿cuál es el problema con eso?- susurró Thomas quitándose su gorro, lo tiro a la barra observando nuevamente a Solomons-¿qué quiere beber, señorita...?
-Scarlett- no diría su apellido, hasta podría robar alguno de los hombres con los que trabaja, pero su nombre como presentación estaba bien- puede decidir por mi, sorpréndame.
La duda era, ¿qué Shelby era con el que estaba hablando por el momento? Recordaba los nombres de cada uno como si fuese una oración que tuviese que repetir constantemente.
-whisky, dame dos vasos- Scarlett cambio la mirada al hombre que antes le había negado cualquier oportunidad, este asintió al blinder mientras giraba y le entregaba lo que pidió.
-invita la casa, señor Shelby.
Quiso reír al escucharlo, pero aguantó las ganas, recuerda con algo de nostalgias aquellas palabras, pero en este contexto no creía que fueran dirigidas con amor, sino con respeto y miedo.
-¿me permite beber con usted?- con un movimiento la guió hasta una pequeña habitación que estaba dentro del pub.
Avanzó con tranquilidad hasta adentrarse en ella, Tommy la observo detalladamente mientras caminaba, cerró la puerta detrás de si quedando en privacidad con la nueva mujer que estaba en su ciudad.
Al quedarse solos Scarlett se sentó, lo observo con más atención, dándose el tiempo de poder apreciar sus rasgos. Lo que más le llamaba la atención era su corte de pelo, más que nada por lo poco común que le era ver a hombres ir así por la calle, siguió su rostro, facciones duras y perfiladas, los ojos extremadamente celestes que cambiaron de tonalidad al estar fuera de la habitación y al estar dentro, además de las cejas que le daban profundidad a estos; cuando se sentó a su lado detalló las leves pecas que había en su nariz y parte de los pómulos.
Era atractivo, no lo negaría, por ello aceptó sentarse y charlar un poco con él, probablemente disfrutaría de los minutos de conversación.
-usted pregunto mi nombre, ¿cuál es el suyo?- comenzó con delicadeza, el contrario sirvió ambos vasos para luego prender un cigarro.
Aprovechando el tiempo de espera, lo detallo más.
Sus movimientos eran bastante prácticos, como si hubiese repetido tantas veces la acción de servir el whisky para luego prenderse el cigarrillo.
Scarlett esperó.
-¿fumas?- extendió la cajetilla viéndola a los ojos, asintió quitándole uno.
Cortésmente le encendió el cigarro, Tommy se alejó y soltó el humo preso en su boca.
-Thomas Shelby, un placer.
¿Quién era Ella? ¿Qué hacía en su cuidad? ¿Cómo había llegado a la misma sin saber él?
Recordó el tren, auto y bote, cualquier alternativa le habría servido, pero comenzaría a descartar posibilidades mientras hablan.
-Gracias por haberme ayudado a beber algo- movió el vaso para luego llevarlo a sus labios.
El Shelby observo sus movimientos, su rostro, sus manos, lo hizo con la sutileza que le caracterizaba, deleitándose con los rasgos de la mujer.
Le parecía interesante, podría acostarse con ella, quizás hasta disfrutarla y utilizar su inocencia.
-¿por qué me mira así?- pregunto Scarlett sabiendo que él la miraría.
Estaba emocionada, ya había oído hablar de él, pero tenerlo frente suyo, bebiendo whisky era algo que pensaba que tomaría más tiempo, no en las primeras horas después de llegar al lugar.
-la estoy observando.
Expresó en afán de querer ganarse unos minutos antes de comenzar a saber más de ella, planearía una conversación y el saber por qué está en Birmingham, el por qué irrumpió esa mujer en su territorio.
Pero le convendría su estadía, parecía inocente, la leve sonrisa que tenía la hacía dar un aspecto coqueto e ingenuo, lo que necesitaría para que sea sus ojos y oídos con Kimber. Necesitaba saber cuáles serían sus últimos pasos antes de traicionarlo, para ello tendría que calcular bien sus acciones.
Volvió a fijarse en ella, esperando que sea una carnada para el dueño de los hipódromos.
Sus labios eran gruesos, cejas perfiladas, sus ojos brillaban en una ilusión que le sería difícil ocultar, espera, ¿estaba emocionada por verlo a él?
Esbozó una pequeña sonrisa, ocultándola mientras tomaba el vaso de whisky.
-me dijo su nombre, pero no su apellido- dejó de tomarle atención para disfrutar los escasos rayos de sol que entraban por la ventana de enfrente.
-sabiendo quien es usted, señor Shelby, preferiría que no sepa de mi apellido- Thomas desvío la mirada nuevamente.
"Sabiendo quien es usted"
La miro con más intriga aún, debería ser algún intento de Campbell para acercarse a él. El desgraciado no había parado de intentar saber dónde estaban las armas, irrumpiendo en muelle y casas cercanas al lugar, mandando una mujer que logre cautivarlo podría sacar información. Quizás se le habían adelantado con utilizarla para buscar información.
Negó mientras bebía.
-¿por qué dice eso, Scarlett?- ella dejó de ver su rostro para pasar a mirar la mesa.
Tommy quería que siguiera viéndolo a los ojos, así podría detallar si lo que decía era verdad o no. El sabía que muchas veces las mujeres podían mentir mirando a los ojos, se lo había dicho Polly, pero por la inocencia e ilusión que desprendían sus ojos y pequeñas acciones lo hacían saber que era inexperta en mentir.
-de donde vengo llego un oficial que no paro de hablar de usted, de su banda, Peaky Blinders ¿no?- intentaría hacerse la interesante, como si no supiera ya cosas de ellos.
-está en lo correcto, ¿no le asusta el hecho de que probablemente la mate?
Scarlett se asustó levemente, su corazón bombardeó más rápido conste el hombre la miraba fijamente.
Ella cambió la mirada a sus labios y negó, fumo despacio quitándose los nervios.
No ponerse nerviosa, no hablar rápido, mantener la calma como lo hiciste con Fields. Se repetía aquellas palabras buscando relajar sus emociones al escuchar a Thomas.
El por el otro lado estaba divertido, cuando amenazabas de muerte a alguien o le ofrecías dinero por hacer algún favor, solían mostrarse tal cual como eras. Y ella había fumado en seguida después de, dándole desconfianza.
Tenía algo que proteger, o información que llevar, su cabeza estaba formando distintas opciones del qué hacía aquella mujer.
-creo que no hay mejor oportunidad que morir en medio de una aventura, ¿qué hará conmigo, Thomas?
Tommy por primera vez aguanto la respiración, la oración final lo había dejado quieto, no era miedo, no daba esa impresión, era coqueteo.
¿Acaso ella sabía con quien estaba hablando?
Le había sorprendido, su cambio de miedo a audacia le mostraron que estaba siendo algo impulsiva.
Podría aceptar su propuesta si es que usaba la palabras correctas, eso haría.
-¿quiere follar conmigo?- soltó mirando esta vez sus movimientos, frunció el ceño pareciendo verdaderamente interesado en saber la respuesta.
Y aunque su intención por el momento no era esa, quería observar su reacción.
Scarlett mantuvo su mirada fija en los labios, sonrió buscando que decir a continuación.
No tenía nada, y si Shelby la seguía mirando así notaría cuán nerviosa estaba con todo esto, si es que no se había dado cuenta ya.
-¡Tommy! ¡Johnny boy tiene una jodida buena noticia!- Arthur entró abriendo de golpe la puerta, sorprendiendo e irrumpiendo el ambiente.
Cuando el contrario apartó la mirada Scarlett pudo soltar el aire que comenzaba a aguantar sin haberse dado cuenta.
-oh... ¿no fue buen momento?- John quito su gorro a la vez que el mayor lo hacía.
-está bien- Thomas volvió a mirar a la mujer.
Estaba esperando tu respuesta, quería que fuera una positiva, iba más allá de sus deseos sexuales, quería fastidiar al inspector, por ello se tomaría su tiempo si es que finalmente se acuesta con ella. No sería un sacrificio grande, después de todo lograría disfrutar con ella, además de querer que la nombrada Scarlett tenga el mismo placer que él. Por lo cual la interrupción de sus hermanos ya no era reversible.
-me retiro, no quiero molestarlo, Thomas- se le iba a ir Scarlett.
No lo permitiría.
-Scarlett, estos son mis hermanos- se levantó pasando una de sus extremidades por la espalda de la recién llegada, sin llegar a incomodarla, con su mano disponible apuntó a los imbeciles que habían interrumpido su momento.
-John Shelby.
El rubio, que era algo más alto extendió su mano, con una sonrisa amistosa y lo que parecía era un palito de madera, Scarlett correspondió sujetando la suya.
-un placer John- el nombrado rio, había dicho su nombre con una entonación distinta.
Le había hecho reír pero no le incomodaba, golpeo a Arthur en la espalda para que lo siguiera.
-no me golpes idiota- le dirigió una mirada enojado que se ablandó cuando cambió de objetivo- Arthur Shelby, soy el mayor de estos estúpidos, si quieres puedo llevarte a un lugar en el que te sientas cómoda, yo me encargaría de toda la demás mierda.
Era coqueteo directo de llevarla a la cama, Scarlett lo encontró gracioso más que incómodo. Parecía que obtenía todo lo que quiere y por eso hablaba con la seguridad de que aceptaría.
-un placer Arthur, pero estoy bien en el lugar en el que me hospedaré.
Avanzó por detrás de Thomas, tomo su vaso y bebió de la última gota.
-espero verlo nuevamente señor Shelby- le sonrió, mostrando una dentadura en la que sus colmillos sobresalían levemente.
Tommy no le quedó más que apreciar a la mujer.
No dudaría en buscarla nuevamente, en conocerla mas, en saber que quiere Campbell con él, si es que lo conocía, sino, su inocencia seducirá a Kimber para saber lo que necesite.
-caballeros.
-señorita- ambos hermanos de Thomas hicieron un movimiento de despedida, cerraron la puerta con fuerza.
-¿quien es ella, Tom?- John fue el primero en preguntar, Arthur golpeó la ventana que daba con la barra.
Pidió un vaso más y se sentó donde antes estaba la mujer.
-una conocida- mintió, no quería que sus hermanos se entrometieran.
-si, las prostitutas siempre son conocidas- Arthur soltó una carcajada mientras servía el whisky, Thomas negó- ¿no es una maldita prostituta? Mierda, pensé que lo era.
Bufo arreglando su cabello.
-¿conocida de donde?- pregunto el menor, Thomas fumo buscando una respuesta para que quedaran satisfechos y dejaran de hacer más preguntas.
-del garrinson, ella será mi peón- sonrió a su hermano al ver cómo este se quedaba callado, procesando la información que le había sido entregada.
Mientras los hermanos comenzaban a discutir, Grace se quedaba mirando a la mujer desconocida, ¿por qué Tommy la había invitado a beber? ¿Por qué habló con ella a solas?
No quería decir que estaba celosa, pero ardió en enojo cuando la observo caminar hasta la habitación. Grace quería escuchar que conversación mantenían, pero tenía que servir lo que le pedían y acatar las órdenes de Herbert, sino la despedirían y era lo que menos quería en este momento.
La observaba mientras bebía con tranquilidad del trago entre sus manos, su jefe se lo había entregado luego de salir de la habitación, con una mirada despectiva, ella lo acepto y hasta le sonrió burlona, a Grace le llamaba la atención, dentro de estos días intentaría mantener aunque sea una conversación con ella, la más mínima ayudarla a saber si era o no algún contacto del líder de los Peaky Blinders.
Scarlett dejo el dinero en la mesa y salió, conoció a la mayoría de los hermanos Shelby en menos de un día, lo cual era un avance bastante grande dentro de su planeada rutina.
Camino por las calles de Birmingham, notando como el olor a carbón y hierro comenzaba a envolverla, si iba a estar en la ciudad quería conocer donde se encontraba todos los lugares importantes, comisaría, alcaldía, bares y más.
Cuando se dio cuenta caminaba por un barrio con casas muy similares, por los edificios podía recordar que estaba a algunas calles del Garrinson, al ver la tranquilidad dentro de estas calles dudo de si algo sucedería.
Por lo visto Birmingham siempre tenía algo que la sorprendería, algo que la hacía saber que no todo era moralmente correcto.
Al llegar al edificio donde se estaba hospedando se sentó, el lugar era pequeño, una chimenea en la sala, la habitación y la cocina, siendo la habitación suya una de las más pequeñas, con las paredes de un estampado blanco sucio, y un pequeño mueble cerca de la cama. Observo su equipaje sin saber que hacer, podría comer un poco para luego irse a dormir, después de todo la pequeña siesta que tuvo con los hombres no había sido del todo placentera, despertaba cada cuánto y la desconfianza que le trasmitía Charlie la habían hecho dormir con un ojo abierto.
Acomodó su cama, observó por la ventana indecisa.
¡Por dios! Eran las dos de la tarde, no podía simplemente quedarse en ese lugar cuando estaba en la ciudad que le llamo la atención cuando aquel oficial dijo su nombre. Con ese pensamiento en mente preparo la mesa en la sala, la casera le había dicho que si necesitaba comida ella se la brindaría, ella había visto como algunas libras sobresalían de su delgado abrigo.
Y no dudaría en buscar formas de quedarse con esas libras.
...
-¿cómo se que no me traicionaras a mi?- Thomas observaba a la vieja mujer.
-porque mi hermano se casará con su nieta- la había visto de reojo.
La chica era linda, sabría que John aceptaría luego de verla por primera vez, tenía que salir así.
-¿vendes a tu propio hermano, Thomas?
-el sabe de esto, no es necesario que critiques lo que hago, eh, es mi familia.- era una amenaza sutil por parte del masculino.
Odiaba cuando sus enemigos se entrometían entre ellos, lo que ocurría entre sus hermanos era asunto de él, de nadie más.
Ella al ver cómo Thomas se tensaba y estaba preparado para responder cualquier cosa, sonrió.
-tu familia matará y morirá por ti, ten en cuenta eso- apunto con su mano la salida- ¿cuándo será el compromiso?
-el jueves, antes de las 11.
Salió del pequeño compartimiento siendo observado por toda la familia Lee, camino con la seguridad que lo caracterizaba, bajo la mirada y siguió.
El camino hasta su casa fue tranquilo, lleno de hombres desesperados trabajando, otros pidiendo limosnas en el suelo, y niños corriendo por las calles, despreocupados de que pudiese sucederles algo.
Cuando estuvo cerca de su casa, Jeremiah lo interrumpió, caminando con el enseguida.
-varios comunista llegaron, fue por tren y se estima una revolución, otro pelotón de trabajadores llegó, están desesperados por lo que oí- Thomas esperaba lo demás, no dejaría en pendiente a la mujer, con un ojo sobre ella sabría todo.
-¿nada más? ¡Eh! - se detuvo cuando el predicador se estaba alejando- ¿no sabes si llegó una mujer entre los trabajadores?
-mujeres no, Tommy las mujeres no vendrían a un lugar como Birmingham a trabajar- Lo sabía, maldición que si lo sabía-¿quieres que busque a alguien en especial?
-cualquier mujer que te sea extraña, síguela Jeremiah, una libra por decirme dónde está o duerme- el moreno asintió con duda, no sabía la razón exacta del porqué se sintió raro, pero era un blinder y haría lo que Tommy le pidió.
Al entrar a su hogar, Polly fumaba con una taza de té en la mesa, acompañada de Arthur quien estaba decaído.
-Nos vemos Pol- el mayor de levantó y se fue, Thomas lo miro extrañado cuando dejo la casa.
-¿al final qué harás?- Polly bebió del té y el hombre se sentó donde antes estaba su hermano.
-John se casará con Esme Lee- susurró prendiendo un cigarro- invitaré a una mujer, ya obtuve lo que quería de Kimber, pero no se si el maldito tendrá algo más con lo que me quiera sorprender, hay que preparar las armas para ir a matarlo, y estaría todo bien, eh.
-¿invitarás a la camarera esa?- exclamo Polly con descaro.
No le agradaba Grace, mantenía pocas conversaciones con ella, pero había visto como quería acercarse a todos de inmediato, como le gustaba quedarse cerca de su sobrino, y su presencia en general la hacían callar para no decir nada de lo que pensaba constantemente.
-no, una tal Scarlett- movió las manos expresándose- ella quiere disfrutar, yo la haré arder.
Polly ladeo la cabeza sin saber lo que ocurría en la mente de Tommy, pero por la mirada que lo acompaño después, supo que su sobrino iba a joderlo todo.
Y quizás así sería para Scarlett, Tommy Shelby le jodería la vida.