DEMONS, draco malfoy

By _itssky

514K 46.4K 17.6K

๐ƒ๐„๐Œ๐Ž๐๐’ โ”โ” โ› ๐˜ด๐˜ฐ๐˜ฎ๐˜ฆ๐˜ต๐˜ช๐˜ฎ๐˜ฆ๐˜ด ๐™˜๐™๐™ค๐™ค๐™จ๐™ž๐™ฃ๐™œ ๐˜ช๐˜ด ๐˜ข ๐™ฅ๐™ง๐™ž๐™ซ๐™ž๐™ก๐™š๐™œ๐™š โœ โฃโ €โฃโ € โฃ ๐“„ผ ื„แŽ draco malfoy... More

๐ƒ๐„๐Œ๐Ž๐๐’
๐„๐๐ˆ๐†๐‘๐€๐…๐„
oo. childhood
๐‹๐€ ๐Ž๐‘๐ƒ๐„๐ ๐ƒ๐„๐‹ ๐…๐„ฬ๐๐ˆ๐—
i. siblings
ii. slytherin's prefect
iii. real smiles
iv. promise
v. nightmares and potions
vi. the repellent pink toad
vii. the punishment
viii. the hogwarts high inquisitor
ix. the proposal
x. hog's head inn
xi. the grumpy ferret
xii. dumbledore's army
xiii. gryffindor vs. slytherin
xiv. draco's pride
xv. memories and thestrals
xvi. the worst 8แต—สฐ birthday ever
xvii. family christmas
xviii. mom
xix. the date non-date of Valentine
xx. the romantic side of draco malfoy
xxi. the quibbler and a surprise dismissal
xxii. stars
xxiii. patronus
xxiv. threats and dreams of future
xxv. a leap to freedom
xxvi. winners and private classes
xxvii. small moments big memories
xxviii. ordinary wizarding level
xxix. run away!
xxx. we are young
xxxi. loss of innocense
xxxii. the time of goodbyes
๐„๐‹ ๐Œ๐ˆ๐’๐“๐„๐‘๐ˆ๐Ž ๐ƒ๐„๐‹ ๐๐‘๐ˆ๐๐‚๐ˆ๐๐„
2. i. family
2. ii. listening to private conversations is of bad education
2. iii. amusement
2. iv. a new roommate and morning talks with Liz
2. v. amortentia
2. vi. luke travers and cursed necklaces
2. vii. cause i love you
2. viii. reparo and broken ankles
2. ix. your lucky day
2. x. the red thread
2. xi. reconciliations and failed invitations
2. xii. two drunks at a pathetic party
2. xiii. a pure proof of love
2. xiv. remus "the heartbreaker" lupin
2. xv. presents for venus
2. xvi. the visit
2. xvii. a safe place
2. xviii. harry
2. xix. how to bear two stupid in love
2. xx. sister's day and a crazy lovers
2. xxi. parcel
2. xxii. the history of viper
2. xxiii. the truth
2. xxiv. all it'll be okay
2. xxv. not a bad life
2. xxvi. just the beginning of the nightmare
2. xxvii. harmonia nectere passus
2. xxix. the escape
2. xxx. just two children
๐‹๐€๐’ ๐‘๐„๐‹๐ˆ๐๐”๐ˆ๐€๐’ ๐ƒ๐„ ๐‹๐€ ๐Œ๐”๐„๐‘๐“๐„ ๐ˆ
3. i. mirror
3. ii. the meeting
3. iii. wouldn't it be nice if we were older?
3. iv. reality check
3. v. the scary little boy and the lion-eyed girl
3. vi. everybody wants to rule the world
3. vii. the real hell
3. viii. safety net
3. ix. the day she was reborn
3. x. one day
3. xi. mine
3. xii. horrocruxes and voices
3. xiii. the resistance
3. xiv. potter
3. xv. always
๐‹๐€๐’ ๐‘๐„๐‹๐ˆ๐๐”๐ˆ๐€๐’ ๐ƒ๐„ ๐‹๐€ ๐Œ๐”๐„๐‘๐“๐„ ๐ˆ๐ˆ
4. i. the fine line between madness and sanity
4. ii. dreams and souls
4. iii. what was not but should have been
4. iv. before you go

2. xxviii. the end of injury time

2.9K 338 54
By _itssky

EL FINAL DEL TIEMPO DE DESCUENTO









VENUS TENÍA LOS OJOS CERRADOS Y LA ESPALDA APOYADA CONTRA LA PARED. TEMBLABA DE MIEDO, SABIENDO TODO LO QUE LE ESPERABA AQUELLA NOCHE.

Escuchaba como la Orden peleaba contra los mortífagos, y aunque su cerebro le ordenaba a sus piernas que se moviera, no reaccionaba. Estaba congelada en el sitio.

Pero tenía que cumplir con las palabras de Dumbledore, debía impedir que Draco lo asesinará, o al menos ganar tiempo hasta que llegará Snape.

Venus respiró varias veces, soltando y cogiendo aire. Sacó su varita de su bolsillo, y armándose de valor, comenzó a andar hacia la Torre de Astronomía.

No fue difícil, todos parecían muy ocupados batallando como para fijarse en la pequeña figura de Venus. Tonks fue la única que pareció notarla.

Gritó su nombre asustada, pero Venus no frenó. Quiso ir detrás de ella pero tuvo que agacharse para evitar que un maleficio le alcanzara, cuando se levantó del frío suelo la rubia ya no estaba.

Tal vez debería haber ido detrás de ella. Tal vez debió arrastrarla hasta su lado y protegerla, pero no lo hizo.

Si Tonks hubiera sabido todo lo que ocurriría más tarde, no habría dudado en ir a por su pequeña amiga.

A Venus nunca se le habían hecho tan pesadas y angustiosas las escaleras de aquella torre. Sintió sus piernas temblar cuando escuchó la débil voz de Dumbledore.

Venus avanzó con más velocidad, y se posiciono detrás de Draco. Harry, aprisionado en su paralizado e invisible cuerpo, observaba el tembloroso cuerpo de Venus que parecía que en cualquier momento se iba a desvanecer. Draco Malfoy, sin percatarse de la llegada de la rubia, seguía mirando fijamente a Albus Dumbledore, quien, aunque pareciera increíble, sonrió.

—Draco, Draco... tú no eres ningún asesino.

—¿Cómo lo sabe? . Usted no sabe de qué soy capaz —dijo con tono más convincente—, ¡ni sabe lo que ya he hecho!

—Sí, sí lo sé —repuso Dumbledore con suavidad—. Estuviste a punto de matar a Katie Bell y Ronald Weasley y llevas todo el curso intentando matarme. Perdóname, Draco, pero han sido unas pobres tentativas. Tan pobres, a decir verdad, que me pregunto si realmente ponías interés en ello...

—¡Claro que ponía interés! —afirmó Malfoy—. Es cierto que he estado todo el curso intentándolo, pero esta noche...

—Draco —habló Venus con voz suave.

Malfoy se puso tenso y volvió la cabeza.

—¿Qué haces aquí? —inquirió temeroso el chico, con Venus delante no sería capaz de llevar a cabo su cometido.

Venus abrió la boca, pero ninguna palabra salió de ella, en cambio un grito amortiguado procedente del castillo resonó en la torre.

—Hay alguien que está defendiéndose con uñas y dientes —observó Dumbledore con tono despreocupado—. Pero dices que... ah, sí, que has conseguido introducir mortífagos en mi colegio, algo que yo, lo admito, consideraba imposible. ¿Cómo lo has logrado?

Pero Malfoy no respondió: seguía observando a Venus; parecía casi tan paralizado como Harry.

—Quizá tengas que terminar el trabajo tú solo —apuntó Dumbledore—. Tal vez mi guardia haya desbaratado los planes de tus refuerzos. Como quizá hayas observado, esta noche también hay miembros de la Orden del Fénix en el castillo. Pero bueno, en realidad no necesitas ayuda. Me he quedado sin varita y no puedo defenderme. —Draco pasó sus ojos a Dumbledore de nuevo—. Entiendo —prosiguió con tono cordial al ver que Malfoy no hablaba ni se movía—. Temes actuar antes de que lleguen ellos...

—¡No tengo miedo! —le espetó Malfoy de repente, pero sin decidirse a atacarlo—. ¡Usted es quien debería tener miedo!

—¿Por qué iba a tenerlo? No creo que vayas a matarme, Draco. Matar no es tan fácil como creen los inocentes. Pero dime, mientras esperamos a tus amigos, ¿cómo has conseguido traerlos aquí? Veo que has tardado mucho en hallar la manera de hacerlo.

Daba la impresión de que Draco estaba reprimiendo un impulso de gritar o vomitar. Tragó saliva y respiró hondo varias veces sin dejar apuntarle con la varita directamente al corazón.

—Tuve que arreglar ese armario evanescente roto que nadie utilizaba desde hacía años. Ese en el que el año pasado se perdió Montague.

—¡Aaaah! —La exclamación de Dumbledore fue casi un quejido. Cerró los ojos un momento y dijo—: Muy inteligente... Supongo que la señorita Rosier te ayudó.

—No —espetó demasiado fuerte como para que alguien le creyera—, ella no tiene nada que ver con esto. No meta a Venus, ni siquiera sé qué hace aquí.

Volvió su mirada a Venus que estaba completamente paralizada.

—El armario, tiene una pareja, ¿cierto? —artículo Dumbledore llamando la atención de Draco.

—El otro está en Borgin y Burkes —reveló el rubio—, y entre ellos se forma una especie de pasadizo. Montague me contó que cuando lo metieron en el de Hogwarts, quedó atrapado como en un limbo, pero algunas veces oía lo que estaba pasando en el colegio y otras lo que ocurría en la tienda, como si el armario viajara entre los dos sitios, aunque él no lograba hacerse oír por nadie. Al final consiguió salir y se apareció, a pesar de que todavía no se había examinado. Estuvo a punto de matarse. Todo el mundo quedó muy impresionado con su relato, pero yo fui el único que supo lo que significaba; ni siquiera Borgin lo adivinó. Yo fui el único que comprendió que podía haber una forma de entrar en Hogwarts a través de los armarios si lograba arreglar el que estaba roto.

—¡Vaya astucia! Y así es como han venido los mortífagos para ayudarte, desde Borgin y Burkes... Un plan muy ingenioso, sí señor, muy ingenioso. Y, como bien dices, en mis propias narices.

—Sí —dijo Malfoy, y curiosamente parecía extraer alivio y coraje de las alabanzas de Dumbledore—. ¡Sí, era un plan muy inteligente!

—Pero ha debido de haber momentos en que no estabas seguro de si conseguirías arreglar el armario, ¿verdad? Y por eso recurriste a métodos tan rudimentarios y tan mal vistos como enviarme un collar maldito que tenía muchas posibilidades de ir a parar a otras manos, o envenenar un hidromiel que no era probable que yo llegara a catar...

—Sí, ya, pero aun así usted no descubrió quién había detrás de esas acciones — contestó Malfoy con tono mordaz, mientras Dumbledore resbalaba un poco por el parapeto, como si las piernas ya no pudieran sostenerlo en pie.

—La verdad es que sí —dijo Dumbledore—. Estaba seguro de que eras tú.

—Entonces, ¿por qué no me lo impidió?

—Lo intenté, Draco. El profesor Snape tenía órdenes de vigilarte.

—Snape no obedecía sus órdenes. Le juró a mi madre...

—Sí, claro, eso fue lo que te dijo a ti, pero...

—¿No se da cuenta, viejo estúpido, de que Snape es un espía doble? ¡No trabaja para usted, como usted se cree!

—En este punto es lógico que discrepemos, Draco. Resulta que yo confío en el profesor Snape.

—¡Si confía en él es que está perdiendo la cabeza! —se burló Malfoy—. Snape me ha ofrecido su ayuda. Claro, él quería llevarse toda la gloria, quería participar en la acción... «¿Qué estás haciendo? ¿Has sido tú el del collar? Eso ha sido una locura, habrías podido estropearlo todo...» Pero no le expliqué qué hacía en la Sala de los Menesteres, así que mañana, cuando se despierte, verá que todo ha terminado y él habrá dejado de ser el preferido de lord Voldemort. ¡Comparado conmigo, no será nada, nada!

—Muy gratificante —repuso Dumbledore con gentileza—. A todos nos gusta que los demás reconozcan nuestro trabajo, por supuesto. No obstante, tú debes de haber tenido algún cómplice, alguien de Hogsmeade, alguien que pudiera pasarle a Katie el... el... ¡Aaaah! —Volvió a cerrar los ojos y asintió despacio, cabeceando como a punto de quedarse dormido—. Claro... Rosmerta. ¿Desde cuándo está bajo la maldición imperius?

—Por fin ha caído en la cuenta, ¿eh? —se mofó Malfoy.

Se oyó otro grito, mucho más fuerte que el anterior, éste del interior de la torre. Malfoy volvió a girar la cabeza, nervioso, y luego miró a Dumbledore, que continuó:

—Así que obligasteis a la pobre Rosmerta a esconderse en su propio lavabo para que le entregara ese collar al primer alumno de Hogwarts que entrara allí solo, ¿no? Y el hidromiel envenenado... Bueno, como es lógico, Rosmerta pudo envenenarlo antes de enviarle la botella a Slughorn, quien a su vez me lo regalaría a mí por Navidad. Sí, muy hábil, muy hábil... Al pobre señor Filch jamás se le habría ocurrido examinar una botella de Rosmerta. Y dime, ¿cómo te ponías en contacto con ella? Creía tener controlados todos los sistemas de comunicación entre el colegio y el exterior.

—Mediante monedas encantadas —respondió Malfoy como si no pudiera contenerse de seguir hablando, aunque la mano de la varita le temblaba cada vez más—. Yo tenía una y ella otra, y así podía enviarle mensajes...

—¿No es ése el medio de comunicación secreto que el curso pasado utilizaba el grupo que se hacía llamar Ejército de Dumbledore? —preguntó el anciano en voz baja y tono indolente.

—Sí, ellos me dieron la idea —dijo Malfoy componiendo una siniestra sonrisa—. Y la idea de envenenar el hidromiel me la dio esa sangre sucia de Granger; un día en la biblioteca oí cómo decía que Filch no sabía distinguir las pociones...

—Te agradecería que delante de mí no emplearas esa expresión tan injuriosa — dijo Dumbledore.

Malfoy soltó una estridente carcajada.

—¿Le molesta que diga «sangre sucia» cuando estoy a punto de matarlo?

—Sí, me molesta —confirmó Dumbledore—. Pero, respecto a eso de que estás a punto de matarme, Draco... Has tenido tiempo de sobra para hacerlo. Estamos completamente solos. Ni siquiera habrías podido soñar con encontrarme tan indefenso, y sin embargo no te has decidido...

Malfoy hizo una mueca involuntaria, como si hubiera probado un sabor muy amargo.

—Pero hablemos de lo de esta noche —prosiguió Dumbledore—. No acabo de entender qué ha pasado... ¿Sabías que había salido del colegio? ¡Ah, naturalmente! —se respondió a sí mismo—. Rosmerta me vio marchar y te avisó por medio de vuestras ingeniosas monedas, ¿verdad?

—Así es. Pero ella me dijo que usted sólo había ido a tomar una copa y que volvería enseguida...

—La tomé, la tomé, y más de una... Y he vuelto, si a esto se lo puede llamar volver. Así que decidiste prepararme una trampa, ¿no?

—Decidimos poner la Marca Tenebrosa encima de la torre para hacerlo regresar al castillo. Usted querría saber a quién habían matado. ¡Y ha salido bien!

—Bueno, sí y no... Pero ¿significa eso que no hay víctimas mortales?

—Sí las hay —dijo Malfoy con voz más aguda—. Uno de los suyos. No sé quién es porque estaba oscuro, pero he pasado por encima de un cadáver. Yo tenía que estar esperándolo aquí arriba cuando usted llegara, pero ese bicho suyo, el fénix, se interpuso en mi camino...

—Sí, tiene esa mala costumbre.

Entonces se oyó un fuerte estrépito, seguido de gritos cada vez más fuertes procedentes del interior de la torre; era como si hubiera gente peleando en la misma escalera de caracol que conducía a la azotea, donde se encontraban ellos. El corazón de Venus, inaudible, latía con violencia. Draco había pasado por encima de un cadáver... había muerto alguien... pero ¿quién? Venus sentía que iba a vomitar.

—Sea como sea, nos queda poco tiempo —dijo Dumbledore—. Es hora de que hablemos de nuestras opciones, Draco.

Y como si ese hubiera sido el empujón que Venus necesitaba, dio un paso hacia delante. La vista de Dumbledore pasó a ella, haciendo que Draco también fijará la suya en Venus.

Seguía temblando como un pequeño cachorro mojado, sus ojos estaban cristalizados, y se veía que aquella situación la estaba superando.

—Draco, tú no eres un asesino —dijo Venus con voz temblorosa.

—Estoy a punto de convertirme en uno —repuso con voz fría.

—Tú no eres así, tú no quieres esto —dijo dando otro paso hacia el chico con cautela—Podemos encontrar otra opción.

—¿Opción? ¿Qué opción? —gritó Malfoy—. Tengo mi varita y estoy a punto de matarlo...

—Amigo mío, no tiene sentido que sigamos fingiendo —dijo interviniendo Dumbledore—. Si pensaras matarme lo habrías hecho en cuanto me desarmaste, en lugar de entablar una agradable conversación sobre los métodos de que dispones para hacerlo.

—¡Yo no tengo opciones! —dijo Malfoy, que se había puesto tan pálido como Dumbledore—. ¡Tengo que matarlo!

—Siempre hay más opciones, Draco —suplicó la chica—. La encontraremos, pero baja la varita.

—¡¿A caso no lo entiendes Venus?! —gritó Draco sollozando—. ¡Si no lo hago, él me matará! ¡Matará a mi familia! —su labio tembló—. Te matará a ti.

Draco negó repetidas veces sus cabeza, tan asustado como un niño pequeño.

—Me hago cargo de lo comprometido de tu posición. ¿Por qué, si no, crees que no te planté cara antes? Porque sabía que lord Voldemort te mataría si se daba cuenta de que yo sospechaba de ti.

Malfoy hizo una mueca de dolor al oír el nombre de su amo.

—No me atreví a hablar contigo de la misión que sabía que te habían asignado, por si él utilizaba la Legeremancia contra ti —continuó Dumbledore—. Pero ahora, por fin, podemos hablar sin necesidad de andarnos con tapujos... Todavía no has cometido ningún crimen, ni le has causado ningún daño irreparable a nadie, aunque has tenido suerte de que tus víctimas indirectas hayan sobrevivido... Yo puedo ayudarte, Draco.

—No, no puede. —La mano de la varita le temblaba cada vez más—. Nadie puede ayudarme. Él me dijo que si no lo hacía mataría a Venus, y no puedo permitir eso. No tengo alternativa.

—Tú lo dijiste una vez, podríamos marcharnos —dijo Venus dando otro pasó hacia el chico—. Un lugar seguro donde no nos encontrará —Venus alzó la mano—. Tu y yo solos, como siempre quisiste. Sin magos oscuros, ni misiones absurdas. Solo nosotros dos —Venus tocó la mano de Draco con delicadeza.

—Pásate a nuestro bando, Draco, y nosotros nos encargaremos de esconderte. Es más, esta misma noche puedo enviar miembros de la Orden a casa de tu madre y esconderla también a ella. Tu padre, por ahora, está a salvo en Azkaban... Cuando llegue el momento también podremos protegerlo a él. Pásate a nuestro bando, Draco... Tú no eres ningún asesino.

Draco titubeó sin saber que decir.

—Encontraremos la manera de salir de esto, siempre le hacemos —dijo Venus sonriendo mientras bajaba la mano de Draco lentamente.

Harry vio como su brazo caía derrotado hacia abajo. Venus soltó un sonoro suspiro mientras sonreía y tocaba las mejillas sonrojadas de Draco.

El chico lloraba en silencio observando a Venus.

—Lo siento —susurro—, yo...

—Está bien, Draco —hablo de forma tranquila Dumbledore—, pero creo que deberías marcharos antes de que...

En ese momento se oyeron unos pasos que subían atropelladamente la escalera, y un segundo más tarde cuatro personas ataviadas con túnicas negras irrumpieron por la puerta de la azotea.

Draco se colocó delante de Venus de inmediato cuando Ella Rosier se hizo presente.

—¡Ha acorralado a Dumbledore! —exclamó un hombre corpulento, y se volvió hacia una mujer achaparrada que parecía su hermana y sonreía con entusiasmo—. ¡Lo ha desarmado! ¡Dumbledore está solo! ¡Te felicito, Draco, te felicito!

—Buenas noches, Amycus —lo saludó Dumbledore con calma, como si lo recibiera en su casa para tomar el té—. Y también has traído a Alecto... qué bien...

La mujer soltó una risita ahogada y le espetó:

—¿Acaso crees que tus estúpidas bromitas te van a ayudar en el lecho de muerte?

—¿Bromitas? Esto no son bromitas, son buenos modales —replicó Dumbledore—. Veo que Ella ha querido venir a ver el espectáculo.

La rubia sonrió con burla hacia el director.

—Sabes qué no me perdería por nada del mundo la fiesta, Dumby —hablo con sorna—. Además, he venido a por mi pequeña Venus.

Draco apretó la mandíbula con fuerza mientras apretaba la mano de la chica.

—¡Basta de charla! ¡Hazlo! —un nudo se formó en la garganta de Venus al notar que delante le dé ella estaba ni más ni menos que Fenrir Greyback, el hombre Lobo que había mordido a Remus.

—¿Eres tú, Fenrir? —preguntó Dumbledore.

—Exacto —contestó el otro con su ronca voz—. ¿A mí también te alegras de verme, Dumbledore?

—No, la verdad es que no...

Fenrir Greyback sonrió burlón, exhibiendo unos dientes muy afilados. Le goteaba sangre de la barbilla y se relamió despacio, con impudicia.

—Pero sabes cómo me gustan los niños, Dumbledore.

—¿Significa eso que ahora atacas, aunque no haya luna llena? Eso es muy inusual... ¿Tanto te gusta la carne humana que no tienes suficiente con saciarte una vez al mes?

—Así es. Eso te impresiona, ¿verdad, Dumbledore? ¿Te asusta?

—Bueno, no voy a negar que me disgusta un poco. Y debo admitir que me sorprende que Draco te haya invitado precisamente a ti a venir al colegio donde viven sus amigos...

—Yo no lo invité —murmuró Malfoy, ocultando con su cuerpo completamente a Venus. Greyback había estado mirando a la rubia fijamente de una manera asquerosa—. No sabía que iba a venir...

—No me perdería un viaje a Hogwarts por nada del mundo, Dumbledore — declaró Greyback—. Con la cantidad de gargantas que hay aquí para morder... Será delicioso, delicioso... —Levantó una amarillenta uña y se tocó los dientes mirando al anciano con avidez—. Podría reservarte a ti para el postre, Dumbledore...

—No —intervino la madre de Venus de forma brusca—. Tenemos órdenes. Tiene que hacerlo Draco. ¡Ahora, Draco, y deprisa!

Draco miró a Venus que le suplicó con la mirada que no lo hiciera.

—¡Bah, si de todos modos ya tiene un pie en la tumba! —dijo Ella con burla, y fue coreado por las jadeantes risitas de Alecto—. Miradlo. ¿Qué te ha pasado, Dumby?

—Ya no tengo tanta resistencia, ni tantos reflejos, Ella —contestó Dumbledore—. Son cosas de la edad... Algún día quizá te pase a ti, si tienes suerte...

—¿Qué quieres decir con eso, eh? ¿Qué quieres decir? —chilló Ella poniéndose violenta de repente—. Siempre igual, ¿no, Dumby? ¡Hablas mucho pero no haces nada, nada! ¡Ni siquiera sé por qué el Señor Tenebroso se molesta en matarte! ¡Vamos, Draco, hazlo de una vez!

—Draco no lo hagas, por favor —pidió Venus frenando al chico cuando levantó el brazo.

—¡Oh, pero mírate! —dijo Ella jactándose—. ¿Qué intentas hacer, pequeña Vee? No puedes salvarlo. Draco está tan condenado como tú.

—Él no matará a nadie —dijo dando un paso hacia delante.

Harry que seguía escondido se sorprendió por lo segura y firme que salió la voz de Venus. Estaba recta y miraba a su madre con desafío.

—Niña estúpida, deja de internarte de hacer la heroína —siseo la mujer acercándose peligrosamente a la rubia—. Te lo dije en Navidad, Venus, tu tiempo ha terminado. Es hora de que recibas la marca.

—Dijiste que, si cumplía con mi misión, dejaríais a Venus en paz —espetó Draco furioso—, el trato era ese.

—Ups, mentí —dijo llevándose la mano a la boca y riéndose como una loca.

En ese momento volvieron a oírse ruidos y correteos en la torre y una voz gritó:

—¡Han bloqueado la escalera! ¡Reducto! ¡¡Reducto!!

—¡Ahora, Draco, rápido! —lo urgió Amycus con brusquedad. Pero a Malfoy estaba demasiado ocupado asesinando a Ella con la mirada.

—Ya me encargo yo —gruñó Greyback, y avanzó hacia Dumbledore con los brazos estirados y enseñando los dientes.

—¡He dicho que no! —gritó Ella apartando la mirada del chico.

A continuación, hubo un destello y el hombre lobo salió despedido hacia un lado; dio contra el parapeto y se tambaleó, encolerizado.

—Hazlo, Draco, o apártate para que lo haga uno de nosotros... —chilló la mujer, pero en ese preciso instante la puerta de la azotea se abrió una vez más y apareció Snape, varita en mano; recorrió la escena con sus negros ojos.

—Tenemos un problema, Snape —dijo el contrahecho Amycus, con la mirada y la varita fijas en Dumbledore—. El chico no se atreve a...

Pero alguien más había pronunciado el nombre de Snape con un hilo de voz.

—Severus...

Por primera vez, Dumbledore hablaba con tono suplicante.

Snape no dijo nada, pero avanzó unos pasos y apartó con brusquedad a Draco de su camino. Snape compartió una mirada con Venus, y está asintió de manera casi imperceptible. Los mortífagos se retiraron sin decir palabra. Hasta el hombre lobo parecía intimidado.

Snape, cuyas afiladas facciones denotaban repulsión y odio, le lanzó una mirada al anciano.

—Por favor... Severus...

Snape levantó la varita y apuntó directamente a Dumbledore.

¡Avada Kedavra!

Un rayo de luz verde salió de la punta de la varita y golpeó al director en medio del pecho.

Venus soltó un jadeo ahogado dando un paso hacia atrás, chocó contra el pecho de Draco. Ambos vieron como los últimos atisbos de vida se iban de los ojos del que había sido su director por seis años.

Sería una imagen que tardarían mucho en olvidar, él como la vida desaparecía de una persona, él como su alma iba desvaneciéndose de su cuerpo.

Venus busco a tientas la mano de Draco mientras no podía apartar sus ojos del difundo director. Cuando la encontró, entrelazó sus dedos dándole un fuerte apretón.

Aquello simplemente no podía ser real.

El anciano quedó suspendido una milésima de segundo bajo la reluciente Marca Tenebrosa; luego se precipitó lentamente, como un gran muñeco de trapo, cayó al otro lado de las almenas y se perdió de vista.





Se supone que no iba a subir capítulo hasta el jueves, but he aprobado un examen importante y estoy contenta.

Así que os deja un pequeño regalito.

No os olvidéis votad y comentad!!!

Cuidaooos.

🖤

Continue Reading

You'll Also Like

88.2K 5.2K 23
๐’โ”Š๐’ ๐‚ ๐‘ ๐„ ๐€ ๐Œโ˜… ๐‹ ๐€ ๐‘ ๐€ no entendรญa el por que le temian tanto a su compaรฑero de universidad ๐“ ๐Ž ๐Œ, el tenรญa actitudes raras pero no lo...
70.4K 4.2K 18
Chiara se muda a Madrid en busca de nuevas oportunidades para lanzar su carrera como artista. Violeta se dedica al periodismo musical, trabajando en...
585K 63.5K 127
1era y 2da temporada โ™ฅ๏ธ Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. โš ๏ธ...
152K 8.2K 21
Un amor ยฟprohibido?. Quรฉ tan loca estoy para que me gusten siete chicos a la vez. Y que ellos estรฉn enamorados de mi. ยฟEsto estรก bien?. No lo se, per...