Al día siguiente me levanté justo a la hora, si seguía durmiendo de seguro llegaría atrasada.
—Creí que te habías quedado dormida, hija.
—Por poco... bueno ya me voy.
—Pero no has tomado desayuno.
—Cierto, con esto bastará. — tomé una manzana de la mesa y salí rápidamente de la casa. —Adiós mamá.
—¡Cuídate!
En cuanto salí me di cuenta de que ni siquiera me cepille el cabello, pero al menos no llegaría tan tarde. Caminé algo apurada alrededor de 15 minutos, ya podía ver la entrada de la escuela y también lo vi a él. Era Tsukishima, ojalá no se dé cuenta que estoy cerca, de seguro me molestará de alguna manera.
Caminé un poco más rápido y pasé al lado de él.
—Así que ahora ni saludas
Mierda ¿porqué no solo siguió mirando hacia adelante?
—Lo siento, no quería llegar tarde.
—Ya veo ¿acaso no pudiste dormir por estar pensando en mí?
—¿Qué? ni que fueras Brad Pitt. — dije riéndome un poco. Aunque él tenía algo de razón, ayer me quedé pensando un poco y prometiéndome a mí misma pensar un poco antes de decir las cosas.
—Hola Tsukki. — había aparecido su amigo, siempre andan juntos a todos lados o al menos Yamaguchi sigue a Tsukishima a todos lados.
—Hola. — dijo indiferente como siempre.
—Hola Yamaguchi, ¿cómo estás?
—Hola Yamagawa-chan. ¿Muy bien y tú?
—Bien, aunque cansada ya que llegué casi corriendo para no quedar ausente la primera hora.
—Ya veo. — dijo mientras se reía. Sonó el timbre.
—Bien, nos vemos en el gimnasio después de clases. Adiós. — me di la vuelta y me fui corriendo a mi salón.
—No crees que Yamagawa-chan es linda? — mencionó Yamaguchi
—¿Linda? la verdad no me interesa. — luego de decir eso Tsukishima comenzó a caminar en dirección a la entrada dejando atrás a Yamaguchi.
—Ah, ya veo. — desde que la vi entrar al gimnasio pensé que ha sido la chica más linda que he visto. Es opuesta a mí, quizás por eso es que me llama tanto la atención. Ojalá ella también gustara de mí, sería muy feliz.
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Sonó el timbre del segundo receso y me paré para ir al baño a refrescarme. Cuando salí me encontré con Yamaguchi, él tan solo venía pasando por fuera de los baños.
—Hola Yamaguchi ¿tu salón está por acá cerca?
—Ah sí, está 4 salones antes que el tuyo. — respondió amablemente.
—Oh ya veo, así que eres compañero de Tsukishima.
—Así es, hemos estado juntos desde hace mucho tiempo.
—¿Hace cuánto es que se conocen? — pregunté.
—Un par de años, cuando éramos más pequeños él me ayudó con unos chicos que me molestaban y él siempre fue alto entonces daba algo de miedo...
—¿En serio siempre fue alto?
—Siempre me ganó por al menos 15 centímetros
—Pero también eres alto o yo soy la pequeña... mira. — me acerqué un poco a él. —¿Ves? tan solo te llego un poco más abajo del hombro.
—Eh sí, creo que tú eres la pequeña. — dijo mientras reía nerviosamente.
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—¿Así que eso pasó ayer?
—Sí, es algo vergonzoso recordarlo.
—¿Crees que Tsukki pueda llegar a gustarte? ¿a eso quieres llegar?
—Sí, eso creo. No le digas que pienso eso por favor.
—Tranquila, no le diré nada. — creo que no será posible que ella guste de mí, Tsukki es mucho más alto y tiene más que ofrecer que yo, supongo que no le soy competencia.
Sonó el timbre. —Oh, gracias, Yamaguchi. Entonces nos vemos luego.
—C-claro, nos vemos. — regresé a mi salón y Tsukki se veía algo molesto. Hace un rato estaba bien, quizás qué le habrá pasado...
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Luego de que terminaron las clases fui a cambiarme para ir al gimnasio, nuevamente estaba Hinata y Kageyama entrenando.
—¿No se cansan de entrenar tanto?
—¡Para nada Yamagawa-chan!
—Este idiota tiene la energía de un niño de 4 años. — dijo Kageyama.
—Puede ser. — me reí ante su comentario. —¿No ha llegado nadie más?
—Acaba de llegar alguien. — dijo apuntando detrás de mí.
—¿Eh? — me giré y era aquel rubio. —Oh, Hola "Tsukki". — dije haciendo referencia a como siempre le dice Yamaguchi.
—¿Eh? ¿por qué me ignoras? — siguió caminando. —Oye, te estoy hablando.
—Solo déjame en paz. — se detuvo un momento sin mirarme y siguió su camino.
—¿Pero que le hice ahora? ¡dios! que molesto. — me giré de vuelta con Kageyama y Hinata. —Oigan chicos, recuerden que hoy deben ir a estudiar a mi casa.
—Claro, ahí estaremos. — dijo Hinata.
Mierda, con Yamaguchi y ahora con estos dos idiotas... Mejor dejo de pensar tanto.
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—¡Bien chicos ordenen y vayan a casa a descansar! — gritó Daichi.
—¡Sí! — respondieron todos.
—Ten tu agua Yamaguchi. — le acerqué la botella.
—Gracias. —sonrió.
—Por cierto ¿viste a Tsukishima?
—Creo que se fue en cuanto terminó el entrenamiento.
—¿Sabes qué le pasó? Se le veía algo enojado.
—La verdad no, lo vi así desde que entré al salón después de hablar contigo. — aclaró Yamaguchi.
—Ya veo, gracias. Nos vemos mañana.
Regresé a mi casa junto con Hinata y Kageyama para estudiar y revisar algunos ejercicios, repasamos alrededor de 1 hora.
Luego de cenar me di un baño y me acosté, habrán pasado unas 3 horas en total y en todo ese tiempo no logré dejar de pensar en por qué ese idiota estaba tan enojado, quizás mañana le pregunte.
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