No. no, no... ¿Ahora qué hago? Si esque no me tendría que haber quedado escuchando, me lo merezco por cotilla. Cada segundo que pasa es tiempo que pierdo para pensar en qué hacer para no quedar como una psicópata que espía al chico que le gusta. ¿Qué le gusta?¿Me gusta Liam? A ver lo veo buena persona y es muy amable conmigo pero de ahí a que me guste... Ni siquiera lo conozco tanto, a penas llevamos una semana juntos. Bueno ahora mismo no es momento para ponerse a pensar en eso, si por algún caso me gustara y quiero tener alguna oportunidad con él no debe pensar que lo espío, no sé por qué lo he hecho, yo no soy así. Sacudo levemente la cabeza para dispersar mis pensamientos, tengo que reaccionar rápido. ¿Me voy corriendo y así no ve que soy yo? No porque me vería y pensaría que soy tonta. ¿Hago como que la bolsa se le ha caído a otra persona y yo solo la he recogido? Es muy sospechoso... Se me acaba el tiempo ¿Qué hago? Una voz interrumpe la discusión interna de mis pensamientos.
—¿Ivette? —mierda, me ha pillado. ¿Me odiará? Ay no, qué mal de verdad... ¿Qué le digo? Liam me está mirando fijamente y ha colgado el teléfono, se acerca un poco. —¿Estás bien? —Quiero inventarme mil excusas para salir de esta situación, pero no me sale ni una palabra. Intento hablar y lo único que consigo articular es un
—Em sí —él parece extrañado y levanta una ceja a modo de pregunta —¿Segura?
—Sí —noto como sonríe y mira a mi alrededor, sus ojos se detienen en la bolsa que hay en el suelo, mi bolsa. Luego mira a los lados y de nuevo a mí.
—Creo que a alguien se le ha caído aquí esta bolsa hace un momento... —empieza a decir —¿Es tuya? —No quiero contestar a esa pregunta, con lo cual me limito a negar con la cabeza. Él asiente y dice —Entiendo —me vuelve a mirar y yo sigo con la mirada fija en las piedras del suelo. —Oye, ¿Seguro que estás bien? —asiento y por primera vez en toda esta conversación lo miro a la cara. Está sonriendo, lo que provoca que se le marquen los hoyuelos —Creo que es mejor que dejemos aquí la bolsa, por si el dueño aparece...—asiento en silencio y él se ríe —Venga, vamos con los demás —me pasa el brazo por encima de los hombros de manera amistosa y me dice —Y cambia esa cara anda, ni que hubieras visto un fantasma... —suelta una carcajada y echamos a andar.
¿Ya está?¿Me he librado de que me pille? Me debería alegrar por ello pero yo no me siento bien... No sé si debería contárselo, ¿debería? Casi sin darme cuenta hemos llegado a la puerta de los lavabos, él se detiene, me mira y se separa
—Voy a ducharme —sonríe y me guiña un ojo —nos vemos luego.
Gira sobre sus talones y lo veo desaparecer por la puerta del lavabo de hombres, no acabo de asimilar lo que ha pasado. Me quedo unos instantes aquí, de pie, hasta que caigo en que tengo que ir a recoger la bolsa, una vez ya la tengo en mis manos un grito me saca de mis pensamientos.
—¡Claudia mi camiseta! —Es Estela, entro al lavabo para saber que pasa y veo a Claudia corriendo en ropa interior sacudiendo una camiseta con su mano derecha y Estela corriendo detrás de ella.
—¡A ver si me pillas! —grita Claudia a la vez que Estela se para para colocarse bien la toalla. En ese momento me mira y me dice
—Ivette ayúdame a quitarle mi camiseta a Claudia, no quiero que se manche... —No le da tiempo a acabar la frase porque Claudia grita desde el otro lado del lavabo
—¿Tu camiseta? —se ríe —Explícale a Ivette de quién es la camiseta. —Se acaba de subir en un banco y la agita como si fuera una bandera, y cada vez se ríe más.
—Claudia devuélvemela, ya. —está que echa humo por las orejas
Claudia parece entrar en razón y le devuelve la camiseta, Estela me explica que efectivamente no es suya, sino de Logan. Se ve que volviendo de la playa le ha entrado frío y él le ha dicho que se la pusiera. Me apresuro a acercarle a la pobre Lucía su toalla y ella me lo agradece, pero como he tardado tanto las demás ya están cambiadas y ella es la única que sigue así. Para compensarla decido quedarme a hacerle compañía y así la puedo ayudar con el maquillaje. No sé si contarle lo que ha pasado con Liam, sé que le cuente lo que le cuente me escuchará pero prefiero guardarme esta mala experiencia para otra ocasión.
Al llegar me doy cuenta de que solo tenemos cinco minutos para terminar de prepararnos, me pongo mis converse y cojo la primera sudadera que veo en el cajón. Lucía parece estar lista y las dos salimos a la pequeña terraza, justo a la vez que Claudia, Paula y Estela.
No tardamos mucho en estar todos reunidos en frente de nuestro bungalow, ya listos para cenar. Llegamos a la playa y es un escenario precioso, incluso mejor que el de esta tarde. Estamos todos muertos de hambre y nada más llegar devoramos los bocadillos que nos han preparado los chicos como muestra de agradecimiento por la hospitalidad. Al terminar se ofrecen a hacernos un pequeño concierto en exclusiva y nosotras aceptamos encantadas.
Tocan canciones de sus dos álbumes, sobre todo las más conocidas y nosotras hacemos de público enloquecido. Justo al acabar de cantar la última canción del "concierto" los cinco se quedan en silencio y dan un paso hacia adelante, nosotras seguimos aplaudiendo.
—Por favor, atención, atención —dice Zayn dándose golpecitos en la mano como si fuera un micrófono —Shh —dice con una sonrisa, y entendemos que quiere hablar.
—Hoy hemos tenido el gran placer de tocar para vosotros —nos mira a todos uno por uno —un público maravilloso.
—Pero tenemos que anunciar dos noticias —dice Niall, lo que provoca un silencio total, ¿De qué noticias hablan? —Una buena y una mala —enarca una ceja y pone una cara de póquer —¿Cuál queréis primero? —antes de poder decir nada Claudia se adelanta
—¡La buena! —Niall niega con la cabeza y le dice en voz baja
—Teníais que decir la mala... —se vuelve a incorporar y vuelve a preguntar
—¿Qué noticia queréis primero? —esta vez contestamos todas al unísono
—La mala —él hace una cara dramática y dice
—Antes de nada, quiero agradeceros —Harry tose exageradamente —queremos, queremos, eso es —se ríe y continúa —queremos agradeceros la amabilidad y la hospitalidad con la que nos habéis acogido durante estos días. —sonríe y mira a sus compañeros —Ha estado bien... ¿Qué digo? Ha sido genial, poder desconectar de una vida tan agitada. —y con gesto triste dice —Pero por suerte o por desgracia tenemos que irnos para terminar la gira de firmas para promocionar el álbum. —¿Se van? No puede ser, ahora no se pueden ir... —Solo nos queda ya la última, la cual incluye el concierto de despedida. —Noto como el sentimiento de tristeza invade mi cuerpo, miro a las demás y veo que están igual que yo.
—Gracias por habernos tratado tan bien —dice Harry —asentimos con la cabeza y no decimos nada más. Hasta que una voz interrumpe el silencio
—¿Y cuál es la buena noticia? —Estela, que está justo detrás de mí, ha sido la que ha hablado. Es verdad, por un momento se me había olvidado la otra noticia.
—Ah bueno, está bien que preguntes.—dice Liam —Sabíamos que después de deciros esto os ibais a poner tristes, así que —se gira y sus compañeros le dan siete bolsitas no demasiado grandes, las cuales no sé cómo han traído sin que nos diésemos cuenta —os hemos querido hacer un regalo —¿Un regalo? Estos chicos son un amor, ¿No se dan cuenta de que solo con su estancia aquí ya nos han hecho el mejor de los regalos? Liam se va acercando uno por uno y nos da la bolsa, no pesa casi nada, pero viene cerrada. Una vez las ha repartido todas vuelve a su lugar con los chicos, y dice con una sonrisa —Ya podéis abrirlas.
Con cuidado de no romper la bolsa quito el pequeño trozo de celo que cubre la superficie, nada más abrirla veo una tela con lentejuelas. La saco con cuidado y veo que no es una tela cualquiera, sino un vestido en toda regla. Es de color rojo y es el más bonito que he visto en mi vida, levanto los ojos y los dirijo a las demás. Parece que todas teníamos un vestido en la bolsa, pero el de cada una es diferente. Es como si el vestido reflejara nuestra personalidad, son todos increíbles.
—No tengo palabras —digo emocionada —muchísimas gracias —las demás hacen lo mismo.
—Eso, muchas gracias —dice Estela
—Gracias —esta vez es Claudia la que habla, la cual está saltando de alegría.
—Muchas gracias —dice Lucía con lo que parecen lágrimas en los ojos
—No hacía falta, muchas gracias —dice Paula
—Os habéis pasado —dice Logan, entonces me doy cuenta de que él y Tom también tienen un traje súper elegante. —Muchas gracias —dice con una sonrisa, la cual Tom imita.
—No hay de que —dice Louis —aunque me extraña que estéis tan emocionadas, ya que esta no era la noticia. —Por un momento me quedo impactada, a más a más de esto, ¿Hay otra sorpresa? Louis se ríe y dice con toda la elegancia del mundo —Por favor, ¿podríais volver a coger vuestras bolsas? —todos cogemos la bolsa que nos pertenece y escuchamos nerviosos a Louis —ahora mirad bien en el fondo —Vuelvo a meter la mano en la bolsa para comprobar si está vacía y efectivamente esta lo está.
—Pero, si la bolsa está vacía... —digo intentando entender lo que está pasando
—Está vacía —dice Louis con mucho énfasis —Así se van a quedar vuestros bungalows durante los próximos tres días. —Tiene una sonrisa de oreja a oreja —¿No me queréis preguntar por qué? —ahora mismo mis piernas están temblando cual flan y no sería capaz de decir ni una palabra. —Bueno, ya que no preguntáis lo digo yo. —Se agacha un poco y hace un redoble de tambores en sus piernas —Van a estar vacíos porque... ¡Os vais a venir con nosotros al concierto! —dicho esto nos ponemos todas a saltar de alegría, sin darme cuenta me he puesto a llorar. ¡Nos vamos a ir al concierto de One Direction! No me lo acabo de creer. Me acerco a donde están los chicos y digo
—Muchísimas gracias —hago una pausa y ellos sonríen —por los vestidos, las invitaciones y por vuestra estancia aquí. —Las lágrimas empiezan a caer por mis ojos y Niall se me acerca.
—No llores anda —me abraza y consigo parar de llorar. Cuando nos separamos echo la vista atrás y vuelvo al lado de mis chicas para celebrarlo.