¿ᴇɴᴀᴍᴏʀᴀᴅᴀ ᴅᴇ ᴜɴ ɴᴏʙʟᴇ?

By Daughter_of_Uranus

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Cadis Etrama Di Raizel (Rai) y tu. Eva Ramírez, una joven de Estados Unidos, viaja a Corea del Sur por temas... More

I
II
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
XIV
XV
XVI: Plan de captura 1/2
XVII: Plan de captura 2/2
XVIII
XIX
XX
XXI
XXII
XXIII
XXIV
XXV
XXVI:
XXVIII

III

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By Daughter_of_Uranus

Narra Eva:

Mis ojos se abrieron debido al dolor que comenzó a hacerse presente en mi cuello, recordé que me había quedado dormida en el sofá apenas había llegado a casa ayer.

Me senté y me hago unos masajes en el cuello para aliviar el dolor, no sabía que hora era, solo opté por mirar fuera de la ventana, estaba de día. Agarre el bolso y saqué mi celular, eran las 12:34 de la tarde, había dormido hasta muy tarde y seria en vano ir a la secundaria ya que tengo la falta del día.

Me paré y por último me estiré, recordé que debía de ir a la casa del director esta tarde, si me soy sincera no tenía ganas, pero debía de hacerlo por mi y de paso para saber que diablos soy o que tengo en mi interior.

A paso lento, entre a la cocina y saqué dos paquetes de ramen instantáneo, haría algo rápido y sencillo, muchas ganas de cocinar no tenía.

Me senté en la silla de madera y le mandé un mensaje a Shinwu, sabía que andarían preocupados por mi ausencia.

___________________

—Hey, buenos días, Shinwu.
(Visto 12:36 p. m )

—El ya estaba en línea cuando le escribí.—

—¡Eva, ayer nos has preocupado! El director nos dijo que te sentiste mal y tuviste que irte más temprano.

—Si, tuve que irme. Andaba mal del estómago desde la mañana, pero estoy mejor, los nervios del segundo día, no pensé que acabaría así.
(Visto 12:37 p. m )

—Entiendo, ¿Mañana vendrás? Rai parecía estar triste por algo, se la paso mirando todo el día la ventana, tampoco se levantó de la silla para ir a almorzar, incluso se tuvo que ir temprano...

—¿Raizel estuvo triste? Me sorprendió el hecho de leer que se retiró antes.—

—¿Que? Si, si. Mañana iré ¿Raizel esta mal? ¿Tienes su número? Así le mandó un mensaje para asegurarme de que este bien.
(Visto 12:40 p. m )

—Si, ya te lo paso. (+81 876 221 660), ese es su número, no sabe usar bien su celular, por si te escribe mal o no contesta. No es fan de la tecnología como nosotros.

—Bien, gracias por todo Shinwu, mañana nos vemos :)
(Visto 12:44 p. m )

—¡Hasta mañana, Eva!

____________________

Dejé el celular en la mesa y me paré para servirme los fideos, ayer Raizel estuvo mal por algo y hoy también, ¿Acaso estaría así por mi? No quería hacerme falsas esperanzas ni pensar como una idiota enamorada.

Dejé el plato en la mesa y volví a agarrar el celular para agregar a Rai a mis contactos y de paso mandarle un mensaje, para descartar mi leve preocupación.

____________________

—Buenas tardes, Raizel soy Eva. Le pedí tu número a Shinwu, me enteré que te fuiste temprano de la secundaria por malestar, espero te encuentres bien.
(Visto 13:01 p. m )

—Sin olvidar el mensaje de Shinwu, el no sabía manejar bien su celular, por lo tanto, no voy a insistir.—

_____________________

Dejando el celular a un lado del plato, quizá si estaba mal y no quería hablar con nadie, no suelo preocuparme, tampoco por mi persona, pero ahora, siento que debo de hacerlo, vine aquí para tener una nueva vida, pero el pasado me tiene atrapada aún, he intentar mostrar interés en la gente; mi mente ridiculiza todo, dejándome mal.

Metí fideos en mi boca mientras pensaba en que hacer después, quizá explore la casa y limpie un poco, o haga los deberes de la secundaria, de paso, hablaría con Yuna, ella me podría pasar los apuntes de hoy.

Mientras ordeno mis ideas mentalmente, alguien había tocado la puerta. Sentí curiosidad por ver de quién se trataba, no recordaba haber hablado con alguien sobre esto de las visitas, con curiosidad me paré de la silla y asomé mi cabeza por la ventana.

Viendo quien es, mis ojos se abrieron de golpe, era Raizel , ¿Qué hacia aquí? Esa era la pregunta que me hacía.

Me acerqué a la puerta y la abrí, dejando ver la alta silueta del chico, pensé que el director vendría con el, pero solo estaba

—¿Raizel? Buenas tardes, no pensaba verte por aquí...—Me hice a un lado para que pasara y el lo hizo unos segundos después.

Cerré la puerta y se me quedo viendo con una curiosidad mal disimulada, luego, su mirada se movió por toda la casa. Camino hacia la cocina, donde se sentó en la silla que estaba a mi lado izquierdo. Su comportamiento es gracioso y extraño.

—¿Has venido hasta aquí por la comida? Salir de la secundaria por alimento no es justificable.— Me cruce de brazos, observando al chico con atención.

El solo me observó y asintió.

Solté el aire de mis pulmones y volví a la cocina para buscar otro plato. Con todo en mis manos, le acomode las cosas frente a el.

—¿Te gusta el té? Suelo comer ramen con eso o con agua.— El volvió a asentir en silencio y serví todo, menos mal tenía agua en la jarra caldera eléctrica.

Estoy segura de que probablemente no almorzó nada. Por eso caminó hasta aquí solamente para llenar el estómago, pero, ¿Por qué aquí? Las casas de los demás estaban cerca. No me molesta, su presencia es agradable.

—Buen provecho, cualquier cosa que necesites, pídelo.—  Ambos comenzamos a comer en silencio.

La presencia de el es para cuestionar. Por alguna razón, me sentía bien, es como, si lo conociera de toda la vida, y tuviera la confianza para mostrar quien soy.

—¿Te ha gustado el ramen? Tengo de varios sabores, si en otra ocasión quieres probar otro podemos cocinar y probar cosas nuevas. Te puedo asegurar que todo puede que termine siendo un desastre.— Murmuré mientras sonreía con un nerviosismo notorio, el me observaba con curiosidad.

—Verás, en algunas ocasiones pruebo crear nuevos platos, todo se va para la basura debido a que sabe asqueroso o termina explotando, nadie sale lastimado y la casa no se destruye, solo...es un desperdicio de ingredientes, igual dejé de hacerlo porque a mis padres no les gustaba verme hacerlo seguido.— Agarré los platos y los metí en el lavabo para limpiarlos, mientras llenaba estos de detergente, no podía evitar estar atenta ante cualquier movimiento que el haga. Un recuerdo fugaz paso rápidamente por mi mente; aquella criatura que tenía dentro de mi me había dicho que el no era un mortal, si no un noble, y al parecer, el director también parecía ser uno.

—Raizel, hay algo que quiero saber.— Dije mientras volteaba y lo observaba, el se giró y me observó fijamente, respiré profundo y decidí hablar, esperé una respuesta.

—Se que no eres humano, ayer quedó más que demostrado. Decirte que no me da miedo, es mentira, pero, solo pido una cosa. -Voltee a verlo con una expresión de tristeza. -Si cometo un error, no me mates, realmente estoy esmerándome por ser feliz.

Vi como su rostro neutro cambió a uno sorprendido, ahora yo tampoco era una humana, o eso creo, quizá haya alguna manera de quitar esto que tengo dentro.

—No quiero que me des una respuesta o me digas algo al respecto. Guardaré tu secreto, y tu guarda el mio, se que no le dirás a nadie sobre mi situación.— Solté un suspiro, cuando terminé de lavar todo caminé hacia la sala de estar, donde tenía una cantidad imponente de mensajes de Frankenstein preguntando sobre Raizel, aso que decidí contestarle no sin antes lanzarle una mirada al Noble.

__________________

—Frankenstein, buenas tardes, no se preocupe, el esta conmigo y de paso almorzó en mi casa, ¿Quiere que lo lleve a la suya?
(Visto 13:37 p. m )

— Si serías tan amable de tráerlo me harías el favor, estoy ocupado con algunos proyectos. De paso, cuando llegues quédate, así hablamos de lo sucedido, y buscamos alguna solución.

—Me parece bien, en unos minutos ando allí, hasta luego.
(Visto 13:40 p. m )

__________________

Apagué el celular y voltee a ver a Rai, quien estaba parado a mi lado.

—El director te quiere en casa, está preocupado de que te pase algo, ¿Te molesta si te acompaño? De paso me quedo, el quiere que hable de lo que sucedió ayer en la mañana.—Le comenté sin mirarlo.


Sacudí mi cabeza y borre aquellos pensamientos, quizá había alguna cura para esto, tampoco podía andar dando la poca confianza que tengo a cualquiera que vea.

Salí de mis mente y miré mi ropa, seguía con el uniforme de ayer hecho pedazos, bufé y solte un suspiro irritada.

—Antes de irnos deja que me cambie, será rápido.— Al terminar de hablar, subí rápidamente a mi cuarto, donde saqué ropa limpia y me metí al baño para ducharme unos minutos, no quería hacerlo esperar mucho.


Lavé mi cabello y cuerpo lo más rápido que pude, al terminar me seque y coloqué perfume, como de costumbre.

Me puse la ropa interior y salí del baño lista para ponerme la ropa con la que iría a la casa del director. Primera vez que lo hacía, ¿Nerviosa? Si, mucho.

Con rapidez me vestí y acomodé la ropa un poco, era algo que casi nunca usaba, siempre me guié por los colores oscuros, como el negro, gris y otros.
Caminé a paso rápido hacia el espejo y me observé por unos segundos, no estaba tan mal, no lo podía negar, pero podía sentir que una parte de mi estaba incomoda al usarla.

Peine mi cabello y me lo recogí en una coleta alta, esta vez con un listón negro, para combinar. Sonreí leve y baje rápidamente para ver a Rai sentado en mi sofá cruzado de piernas y mirando algún punto fijo de la sala. Al verme no pude evitar sentirme algo nerviosa.

—¿Vamos? Así no preocupamos más al director.— Agarré mi celular de la mesa y ambos salimos de la casa con tranquilidad, el día estaba cálido y soleado, el viento soplaba con tranquilidad y algunas personas caminaban tranquilamente a nuestro alrededor.

Alcé la mirada y observé el enorme cielo celeste, me era difícil de creer que yo este acompañada de alguien, normalmente estoy sola y metida en las redes leyendo cosas sobre mi u otra chica, ahora que Mónica estaba aquí, posiblemente se le haga difícil, y más si entraba a la secundaria que yo estaba, no puedo lidiar con ella, apenas verla me provoca un miedo que jamás experimente con otra persona, si me hubiese defendido en aquellos momentos ella se hubiese salido con la suya como de costumbre.

Salí de mis pensamientos por segunda vez y alcé la mirada, Rai había parado de caminar, al parecer una había llegado y en efectivo así fue, el director estaba parado en la entrada de la casa, una muy bonita por cierto. Con algo de vergüenza lo salude y el hizo lo mismo con una sonrisa amigable.

Claro, sin antes de sacarme las botas y colocarme unas pantuflas, en mi casa era lo contrario, podías entrar y no sacarte nada, igual no estaba acostumbrada este tipo de cosas ya que yo viví en otro país con costumbres tradiciones, pero si me quedaré aquí debo de aprender las de este país.

Observé la casa sorprendida, era perfectamente ordenada y grande, incluso aunque suene estúpido, podía sentir lo espaciosa que era. Di unos pasos más y ví que estaban los guardias de la secundaria.

—Bienvenida, ¿tu eras Eva, no? La joven que luchó ayer con los científicos de Crombel, me has sorprendido, pensé que eras una mortal.—Con sorpresa en su mirada, comento aquello, mientras que sus otros dos compañeros permanecían en silencio.

Por mi parte, no sabía que decir, estuve la mayor parte del momento dormida o algo así, cuando Raizel llegó junto a los demás pude recuperar mi conciencia y ver en que me había metido. En un lío muy grande.

—Vamos Tao, la estas dejando abrumada, mejor sigamos con nuestro trabajo, hasta pronto, Eva.— Dijo el de cabello purpura, Takeo. M-21 y Tal se había retirado de la sala, dejándonos a los tres solos, el director Frankenstein,Rai y yo.

—Gracias por traerlo, también haberle hecho de almorzar, apenas vio tu mensaje y desapareció.— Soltó un suspiro, ya aliviado.

—No se preocupe, de todos modos iba a acompañarlo hasta aquí, sabiendo como son estos barrios, hay que salir acompañado.

—En eso no te equivocas, están robando y asesinando personas fuera de lo normal. Ten más cuidado y no salgas en la noche, incluso cierra bien la casa. Cuando menos quieras creer, tienes a un tipo dentro de la casa.— Asentí, tiene razón, últimamente la ola de robos y asesinatos se ha incrementado más de lo que pensé.

—Maestro, ¿Quiere café? Antes de que llegara lo he preparado, Eva, ¿Qué te gusta tomar?

—¡No se preocupe por mi! Estoy bien, cualquier cosa le aviso.— Solté rápidamente, mientras sacudía mis manos con nerviosismo.

El asintió con una sonrisa y se fue a la cocina para servirle café a Raizel, giré mi cabeza y vi que el no estaba a mí lado, ahora se encontraba sentado en un banco cuadrado color blanco, con timidez me senté en uno negro con almohadones blancos, nunca había ido a la casa de otra persona, siempre me mantuve alejada de todos pero ahora se sentía diferente, quizá por el hecho de haber depositado un poquitito de confianza en ellos.

Incluso, debo de decir que Frankenstein se parece a mi padre, si, suena raro, pero son parecidos, el cabello rubio y largo, la altura alta, el tono de piel pálido y el color de los ojos, no se como se cual es la personalidad del director; mi padre es cariñoso, baboso y muy respetuoso cuando se trata de cualquier persona, inclusive sus enemigos o los vecinos rompe quinotos, aún me sigo preguntando de donde saca tanta paciencia.

Miré disimuladamente al director, quien estaba parado al lado de Raizel, junto con una sonrisa en el rostro, ¿Por qué aquella mujer pensó que el director es familiar mío? ¿Acaso es el parecido? Digo, ambos somos rubios, piel pálida, aunque nuestros ojos no son del mismo color, los míos son grises tormentosos y los de el son un azul muy bonito y brillante, quizá es por los poderes, recuerdo haber escuchado a aquella mujer decir que los poderes de ambos eran similares, nunca vi al director usar sus poderes, no puedo confirmar si eso es cierto.

—Eva, ¿Te parece iniciar ahora? Simplemente te haré preguntas y te sacaré sangre.

Alcé la mirada al escucharlo y asentí con la cabeza.
El me hizo una seña con su mano y lo seguí por el largo pasillo hasta entrar a una enorme sala llena de computadoras y objetos de tecnología muy avanzada. Mis ojos se abrieron de lo increíble y futurista que se veía, la inteligencia del director es increíble, ni a mi me daría para poder crear todo esto.

Ante ese pensamiento, pude oír reír al director, una risa encantadora, mientras agarraba un formulario vacío, suponía que allí iría mi información.

—Gracias por el halago, me ha costado mucho obtener todo esto. Y contestando tu duda, si, aquí irá tu información personal, nombre completo, fecha de nacimiento, entre otros, ¿Éstas de acuerdo en llenarlo?— Dudé unos segundos, aunque tenía confianza en que esa información no saliera de este lugar.

Asentí y el me indicó que me sentara en una camilla, así fue y el se acercó a mi con una silla, donde se sentó frente a mi y sacó un bolígrafo, abrió la carpeta e inició con las preguntas.

—¿Nombre completo?

—Eva Delfina Ramírez.— Frankenstein me vio curioso ante el segundo nombre.

El nombre delfina vino de un delfín con ese nombre. Mi madre trabaja en un acuario donde crió de bebé a un delfín, me llamó así porque ese delfín fue un gran amigo para ella, en su honor, me lo colocó a mi.

—Mi madre cuidaba a un delfín con el mismo nombre desde que nació, me gusta ese nombre, pero estoy acostumbrada a que me llamen Eva.— El Rubio sintió y anoto algo con rapidez.

—Un nombre interesante ¿Qué edad tienes?

—19 años, los cumplí hace unos 6 meses.— Balancee mis pies lentamente.

—¿Fecha de nacimiento?

—12/2/1998.

—¿Nombre de tus padres?

—Alexis Ramirez y Mariana Fernández.— Sonrió satisfecho y siguió con los apuntes.

—¿Que es lo que te gusta?— Mire uno de los monitores, ¿Qué me gusta? 

—Es algo complicado, no hago casi nada, solo enfoco mi mente en los estudios, pero, en tiempo libre uso el celular o estar sola la mayor parte del tiempo.— Dejó de escribir por unos segundos, parece haberse quedado pensando en algo, quizá en mi respuesta.

—Bien. Antes se seguir, pienso cuestionarte respecto a tus situaciones de bullying, si no quieres seguir, lo dejaremos aquí. Pero necesito tal información en caso de que algo te pase; puedo tomar medidas efectivas para esos problemas.— Apreté mis labios y le hice una seña para que siguiese.

—Nunca tuve amigos. Jamás supe el porqué de eso, soy mala socializando ya que hasta ahora no los he tenido. Recuerdo que al acercarme a alguien, me insultaban y se alejaban de mi. Por eso soy mala tratando de expresar lo que siento o pienso debido a eso, hay veces en las que no mido mis palabras y termino lastimando a alguien emocionalmente. He acudido al psicólogo de mis antiguos centros educativos, pero jamás se llegaba a una solución, ya que no encontraban malas conductas de mis compañeros.

—Entiendo. Háblame de tu experiencia en los colegios, el bullying, cómo se intentaba manejar la situación, principalmente que decían tus padres.

—Sobre eso, normalmente siempre hay grupos en donde se creen más que los demás. Siempre lastiman al que no tiene voz o al que no puede defenderse por miedo, mi caso es diferente, si me molestan yo no hago nada para defenderme; dejo que me golpeen hasta que se aburran de mi, aunque, eso los hace enfadar más, incluso si te defiendes se enojan, ¿Hay una manera de solucionar eso? Esa es la pregunta que siempre me hacía, ¿Qué hago? Si me defiendo me hacen papilla y si no lo hago lo harán igual. Asi fue en todos estos años, mis padres hablaron muchas veces, ¡Hasta amenazaron! Al parecer, el director no hacía nada, solo metía excusas y me trataba como basura, decía que yo era una niña caprichosa que se metía con ellos para llamar la atención, por eso le tengo un fuerte desprecio a los directores. La mayoría siempre cubre esos problemas para no acabar tras las rejas.— Ante lo último, el volvió a dejar de escribir para luego alzar la mirada y verme fijamente, por mi parte sonreí levemente.

—Lo siento, pero así los veo a todos. Quizá con usted sea diferente, me ha tratado bien en este corto tiempo, normalmente es así hasta que después de una semana te tratan como una estudiante rebelde, no dudo que vuelva a suceder con Mónica en la secundaria de usted.

—¿Mónica? ¿La estudiante nueva?— Me crucé de brazos y fruncí el ceño.

—Si, ella fue conmigo a una secundaria de New York, siempre se metía en problemas por ser una matona, la expulsaron por haber golpeado a una chica y mandarla al hospital, ese no fue mi caso, fue otro después de haberme venido para acá, aunque ella participo en mi "despedida", aún me sigo preguntando como se enteró de que yo me venía para acá.

—Eso lo sabía, tendré que tomar medidas al respecto, hay muchos chicos tímidos y de cursos pequeños, no quiero pensar en que algo saldrá mal, por cierto, me olvide mencionar que ella está en tu clase, me vi obligado a ponerla allí debido a que los otros grupos estaban con la cantidad exacta, en tu grupo habian dos o tres puestos libres.

Ante lo que escuché, pensaba que me vendría un ataque de algo, ¿Mónica en mi grupo? Debía de ser una maldita pesadilla, sin duda me volvería loca.
Apreté mis puños con fuerza y sin darle cuenta, había clavado mis uñas en la piel. Incluso, llegué a sentir como poco a poco comenzaba a dormirme, noté como Frankenstein se paraba de la silla y colocaba sus manos en mis hombros mientras me llamaba, de pronto caí dormida.

...

La joven al caer dormida, poco a poco su apariencia, los brazos se cubrieron de aquella energía oscura, en el lado derecho de su cabeza salió el cuerno, su cabello perdió el brillo y sus ojos se abrieron de golpe mientras aquellas venas marcaban su rostro.

—Hey humano, ¿Acaso quieres que termine matando a esta humana?—  Frankenstein al escuchar la voz masculina salir de la boca de la joven, su rostro se volvió frío. Se paró derecho y ella o más bien "el" sonrió de lado.

—Se lo que eres, Frankenstein. Crombel creo una pequeña parte de mi, en ese tiempo eras famosillo entre los Nobles, recuerdo haberme reído al ver como los tontos vampiros no te podían atrapar, para ser un humano cualquiera eres astuto, si hubiera estado completo te hubiese llevado hecho mierda delante de los nobles.—  Ante aquello, la mano de Frankenstein cambio a ser una violeta con garras, incluso aquella energía comenzó a rodear el brazo del científico, en el rostro de la chica apareció una sonrisa, mostrando aquellos colmillos largos y afilados.

—Te recomiendo no atacar, si lo haces, lastimas a la chica, no a mi.-"Eva" se paró de la camilla, y fue a u a estantería con libros, dando saltitos. -Bien, no aparecí por esto, vengo a dar un pequeño aviso, he notado como Crombel ha avanzado más de lo normal, la perra de Aris y su títere han secuestrado más humanos de lo normal por esta zona, incluso no dudo en que aparezcan en la casa de Eva para secuestrarla y modificarla.— La criatura no estaba nada cómodo en aquel ambiente, y más si el era del mismo poder que el rubio psicópata.

Por otro lado, Frankenstein por primera vez, estaba en un conflicto mental, era la primera vez que lidiaba con una criatura de su mismo poder, aunque no creado de magia pura y bruta, estaba en ventaja, ya que es algo artificial.

—Eso lo sé, ¿Por qué debería de confiar en ti?

—Bueno, tengo información valiosa de aquella organización y de paso, se que no dejarías que se lleven a Eva, Raizel le tiene los ojos encima.— Aquellos ojos grises sin vida fueron sustituidos por unos ojos completamente negros junto a una iris branca brillante.

—Oh Rai, recién noto tu presencia. Se que sabes quien soy, me habías visto en varias ocasiones pasar por la noche cerca de tu mansión.— Ronroneó y soltó una risa.

Frankenstein abrió los ojos sorprendido y volteó a ver a su maestro, quien tenía una mirada bastante seria, incluso podía notarse el enojo.

—Maestro...— Frankenstein entro en pánico, su amo estaba débil aún, sería desastroso una lucha ahí.

—No te preocupes, la chica esta bien, solo esta durmiendo un rato. Despertara pronto.— El noble alzó su mano en dirección a la joven, quien lo observaba con una sonrisa de lado, de pronto, un humo negro comenzó a salir por la boca y ojos de ella por unos segundos, hasta caer al piso desmayada.

Poco a poco su apariencia fue volviendo a la normalidad.

Frankenstein camino hacia ella y la cargo en brazos, hasta girarse para ver a su maestro, quien ahora tenía una mirada tranquila, luego de unos segundos se retiró del laboratorio tranquilamente, dejando a ambos solos. Frankenstein suspiro y llevo a Eva a una camilla, donde la acostó y la cubrió con las mantas.

Sabia lo difícil que sería lidiar con Elen dentro de ella, pero sabia como donarlo, ya lo hizo una vez hace años, no le molestaría en volver a hacerlo, la complicación que tenían era tener al ser dentro de una mortal.

Ante eso, se retiro del lugar, dejando a Eva sola quien después de unos segundos, una pequeña sonrisa apareció en su rostro, dando a indicar que el juego comenzaba.

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