Si No Veo Tus Ojos [Corrigien...

By gelyqv

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Camila sufre una enfermedad que le hace ver el mundo de una manera distinta, lo que la lleva a sufrir una dep... More

Bienvenid@s
SI NO VEO TUS OJOS.
CAPITULO 1
CAPITULO 2
CAPITULO 3
CAPÍTULO 4
CAPITULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPITULO 9
CAPITULO 10
CAPITULO 11
CAPITULO 12
CAPITULO 13
CAPITULO 14
CAPITULO 15
CAPITULO 16
CAPÍTULO 17
CAPITULO 18
CAPITULO 19
CAPITULO 21
CAPITULO 22
CAPITULO 23
CAPITULO 24
CAPITULO 25
CAPITULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
CAPITULO 29
CAPITULO 30
CAPÍTULO 31
CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 33
CAPÍTULO 34
CAPÍTULO 35
CAPÍTULO 36
CAPÍTULO 37
CAPÍTULO 38
CAPITULO 39
CAPÍTULO 40
CAPITULO 41
La carta de mi padre
GANAMOS
CAPÍTULO 42
CAPITULO 43
CAPITULO 44
CAPITULO 45
CAPÍTULO 46
CAPÍTULO 47
CAPÍTULO 48
CAPITULO 49
CAPÍTULO 50
EPÍLOGO
AGRADECIMIENTOS

CAPITULO 20

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By gelyqv

Cuando me sucedió lo de Daniel, junto con que mi enfermedad había empeorado, me había deprimido un poco, no era una depresión tan fuerte, tuve mucha ayuda, mucha compañía que no quería pero que ahi estaba, mucha motivación, muchas cosas que apesar de que no las quería simplemente ahí estuvieron.

Lo que me ayudó a salir poco a poco de ella, y ya después solo me ponía triste, me daba rabia, miedo y más, pero no llegué a caer una vez más en ese tipo de depresión que solo te llevaban a querer estar solo, te fastidiaban las compañías, no querías hablar con nadie, ni comer, absolutamente nada.

Lo que me llevó a pensar en el pasar de esos tres meses con esas bellas compañías, que no era tan importante esa persona por la que me había puesto así. Porque otra mucho mejor me enseñó lo que de verdad era querer.

*Había pasado una semana*

Una semana internada en aquella clínica, semana en la que no me permití ver a nadie. A pesar de que aún seguía con mis ojos vendados. Le había prohibido a mis amigas venir a verme, a mi propio hermano, y créanme que hasta a mí madre, pero ella no me hizo caso.

Dijo que ella era mi madre, que yo no podía mandarla, y que si ella decidía estar ahí conmigo lo estaría y que yo no podía impedírselo.

Había recibido en esa semana muchos recados de mis amigas y sobre todo de Marcus, pero incluso recibí hasta uno de Daniel.

Pero ninguno de él, osé preguntarle a su padre el segundo día de estar internada, pero al oír su respuesta negativa no le pregunté más.

Recibí 4 cartas con los nombres:

Marcus
Laila
Esmeralda
Abigail

Me pareció un poquito insólito sabiendo ellos que no podía leerlas, pero las mandaron con la intención de que mi madre las leyera para mí.

No me acostumbraba a estar con los ojos cerrados todo el tiempo, ver solamente penumbras. Creía que ya me había resignado, y que cuando el momento llegara yo ya estaría acostumbrada y no me pegaría y menos que sería tan difícil, pero era tan distinto a lo que me había imaginado.

Cierren los ojos y traten siempre de estar así o caminar de esa forma. Caminar era lo peor de todo, cuando me tocaba ir al baño, asearme o desplazarme al consultorio para algún chequeo, que eso último solo había sido una sola vez y según no habían visto ni un poco de avance, pero resultaba ser lo peor.

Mi madre me había leído las pequeñas cartas que me enviaron mis amigos y mi hermano, al final solo pude sentirme mal por ellos, pero no sentí lo que creí.

Laila:

Mila, no sabes cuánto estamos preocupadas por ti, no soporto que no nos dejes ir a verte, eres nuestro fuerte, sin ti no somos las mismas. Sabes que te amamos y que te apoyamos. Saldrás adelante

Te quiere Laila.

Abigail:

Ami, estoy que me pican los pies por romper esa petición que has hecho e ir a verte. Siempre hemos estado contigo en buenas y malas y tú con nosotras. Y no soportamos que ésta vez no nos permitas estar a tu lado. Pero respeto esa decisión, espero verte pronto.

Abi te quiere no lo olvides.

Esmeralda:

Hay una cosa que nunca olvidaré de ti, y es que por más que alguna de nosotras te pedíamos no hacer algo igual lo hacías, siempre has sido nuestro talón de Aquiles, siempre has estado para nosotras, somos unas locas sin rumbo sin tenerte a nuestro lado. Por favor te pido con este mensaje que nos permitas ir a verte aunque sea cuando estés en casa. Sino iré a verte quieras o no.

Te amamos. Por favor piénsalo.

Te quiere Esme.

Marcus:

Mi pequeño bebé ermitaño, no soporto solo quedarme acá en la casa sin poder verte, abrazarte, y aunque sea molestarte, pero respeto tu decisión.

Solo quería hacerte saber que te quiero, que te apoyo, y que no permitiré que nadie más te haga daño, de eso me encargaré yo.

Te quiere Marcus.

Eso último que Marcus me había dicho me había dejado un poco confundida pero no le di mucha importancia y seguí descansando, dado que era lo único que podía hacer.

Según me había contado el doctor si llegaba a darse lo de la intervensión quirúrgica debía guardar reposo una semana aca en la clínica porque debía mantener la cabeza en una sola posición, sin poder moverla. Me imaginaba eso muy torturador para mi. Pero las consecuencias de todo eso habían sido mi culpa así que no había con quien pagar la rabia, por qué ni con lo enfermedad, que no tenía nada que ver con ese inconveniente.

Bueno tal vez un poco, porque eso sucedía a mi edad solo si padecía de una enfermedad de la retina y adivinen que...

Retinosis, retinosis, retinosis, retinosis, era lo único que escuchaba desde que tenía uso de razón, bueno desde los 10

¿Que entendí a esa edad?
Solo que tenía un problema en la retina, y nisiquiera sabía lo que era retina.

Conforme fue pasando los años apenas iba entendiendo la mitad de la cosas que decían en mis consultas.

Y justo en ese entonces, cuando apenas tenía 19 años de edad ya casi 20 había perdido mi visión por primera vez, solo por incumplir las indicaciones que me había dado mi doctor.

¿Por qué lo hacía?
Por tonta enamorada

¿A que me había llevado ese amor?
A nada.

A nada, porque nisiquiera una oportunidad me dio, esa estupidez me había llevado a cometer imprudencias y nisiquiera podía gozarlo, porque si fuera dado frutos por lo menos hubiera estado ciega pero feliz.

*Una semana más pasó*

Pasó la siguiente semana de espera para ver si solo debía guardar reposo, o si me harían la intervensión.

Estaba muy muy nerviosa, porque la verdad prefería solamente esperar, irme a mi casa y encerrarme en mi habitación y no salir más.

A sólo hacerme esa intervensión, quedarme más tiempo acá, seguir con mis ojos tapados y sin nisiquiera poder mover la cabeza.

¿Que más había pasado en esa semana?

Nada del otro mundo, les resumiré.

Esme había decidido no hacerme caso e ir a verme, muy claro lo había dicho en su carta, pero en el momento no le di la importancia necesaria. Solo se lanzó a abrazarme sin soltarme diciéndome cuanto me querían y me extrañaban todas.

Como ya yo estaba más ida que nunca las respuestas que le daban eran solo monosílabos.

Esme comprendió y supo de inmediato en que estado estaba, y solo se quedó ahí en la cama acostada conmigo haciéndome compañía, nada más, solo compañía.

Al despedirse me dio un beso y se fue.

De resto nada importante, solo pequeños mensajes que me enviaba Marcus diciendo que todo saldría bien y que al llegar a casa me tenía una sorpresa.

¿Y como no?

Uno de Daniel diciendo que esperaba mi pronta recuperación.

Justo esperaba a los enfermeros de siempre que me llevarían –en una silla de ruedas, ya que me había quejado– al consultorio del doctor Spencer.

°°°°

Me encontraba ya sentada en aquel consultorio, estaban por empezar a examinarme.

Era el momento decisivo de mi vida en ese entonces, de esa evaluación dependía todo, de cómo continuaría y más.

Era la segunda vez en dos semanas que las vendas de mis ojos eran retiradas, y otra vez tenía temor a abrir los ojos, la incomodidad, y la penumbra que apenas apreciaba en mi ojo derecho.

Para que se puedan hacer una idea de cómo era que yo podía ver, deberían tomar una hoja o cartulina oscura, hacerla en forma de cono y colocar la parte más grande en su cara, y ese pequeño hueco que queda al otro lado es el pequeño espacio por donde yo podía ver el mundo.

Y cada día, semana, meses y años, se iba cerrando cada vez un poquito más, hasta que ya no podría ver y quedaría como en un cuarto a oscuras.

Hicieron las revisiones necesarias, echaron unas gotas en mis ojos para examinar a fondo mi retina y creía eso fue todo.

Cuando mi vista se acostumbró un poco, era muy diferente apenas como podía ver con mi ojo sano, mi campo estaba más reducido gracias a que por el otro no podía ver aún.

— Muy bien Camila — comenzó a dar la explicación de todos los resultados— Según los análisis, los exámenes, y todas estas evaluaciones nos dan un indicativo de que ha comenzado una reabsorción en tu Humor Vítreo, lo que quiere decir que no necesitarás esa cirugía, y tú ojo podrá ir sanando él solo, sin ayuda, pero como ya te he explicado todo eso tardará unos meses.

Solté el aire que no sabía que retenía, en realidad resultaba todo un alivio que no sería operada, que podía regresar a casa y todo podría volver hacer como hacía 3 meses atrás

— Gracias doctor — fue lo único que dije al encontrarme completamente aliviada.

— Es mi trabajo, y sabes lo que te quiero — dijo con una sonrisa que apenas podía apreciar — Puedes volver a tu habitación, hablaré con mis colegas para que sea tramitada tu alta — Asentí y me retiré lentamente sabiendo que mi madre me esperaba afuera.

°°°°


El alta había sido tramitada y podía ya volver a casa. Me había cambiado con un poco de dificultad y me fui con mi madre directo a casa.

El doctor aconsejó que debía usar los lentes para más protección de mi ojo afectado, así que me los coloqué y evite como siempre ver por la ventana de camino a casa.

Al llegar bajé muy lentamente del auto, pues le prohibí prácticamente a mi madre ayudarme.

Pero como siempre ella decía, no acataría ningunas de mis peticiones, así que pasó una de sus manos alrededor de mi cintura para guiarme a la casa.

No había levantado la vista en ningún momento, me dirigía con la cabeza gacha hacia la puerta de mi casa, apenas podía escuchar algo que mi madre quería decirme.

— Mamá por favor no quiero hablar — le decía con el fin de que solo me llevara a mi habitación.

— Pero Camila — intentó volver a insistir.

— Mamá en serio, no quiero ni necesito hablar, solo llévame a mi habitación, quiero descansar — le volví a pedir.

— ¿Ni siquiera conmigo? — dijo una voz que hizo que levantara mi cabeza con el mínimo esfuerzo.

¿Que hacía aquí? — me pregunté

No estaba para hablar con nadie, y con él mucho menos.

°°°°°
Hola mis #PequeLectores
¿Qué creen que pasará?
¿Camila escuchará a Mason?
¿Lo dejará entrar?
¿Se perdonarán y seguirán adelante?
Muchas interrogantes en este nuevo Capítulo.
Nos leemos mañana.
Besos
#Gely

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