Cuando te enamores de mí.

By angel1810

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Cuando Liana termina la preparatoria, sus padres deciden regalarle un viaje a cualquier parte del mundo. Sus... More

Sinopsis
Prólogo.
CAPÍTULO 1: Sobredosis de belleza
CAPÍTULO 2: Un mes con Theo (Editado)
CAPÍTULO 3: Una simple explicación
CAPÍTULO 4: Cuidando de Liana
CAPÍTULO 6: "Coricella" (Editado)
CAPÍTULO 7: Limoncello (Editado)
CAPÍTULO 8: Lista mental (Editado)
CAPÍTULO 9: Tócame
CAPÍTULO 10: El acantilado (Nuevo)
CAPÍTULO 11: Primo
CAPÍTULO 12: El robo
CAPÍTULO 13: Políticamente correcto.
CAPÍTULO 14: El silencio
CAPÍTULO 15: Brazos definidos
CAPÍTULO 16: La nueva niñera
CAPÍTULO 17: Fogata I
CAPÍTULO 18: Transparente
CAPÍTULO 19: Favor
CAPÍTULO 20: Alma
CAPÍTULO 21: La sesión
CAPITULO 22: No se lo digas
CAPÍTULO 23: El trabajo
CAPÍTULO 24: Gracias, Liana
CAPÍTULO 25: Hogar
CAPÍTULO 26: La bañera
CAPÍTULO 27: Trato hecho.
CAPÍTULO 28: Zángano
CAPÍTULO 29: El primero de muchos
CAPÍTULO 30: "Lovely"
Capítulo 31: Noche de helado I
CAPÍTULO 32: Tacones
CAPÍTULO 33: Lo que tú desees
Capítulo 34: Reglas
CAPÍTULO 35: Libertad
CAPÍTULO 36: Estrellas
CAPÍTULO 37: Tratos rotos
Capítulo 38: Desde Charlotte
Capítulo 39: La verdad

CAPÍTULO 5: El muelle

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By angel1810


LIANA

Adrián me recuerda a todo lo que papá me describió como chicos que no deberían estar cerca de mi círculo. Tiene el cabello desenfadado, un piercing en la ceja , otro en el labio inferior. Hay tatuajes asomándose encima del cuello de su camiseta y tiene otros cuantos en los brazos. Su cabello es negro y muy pegado, y tiene unos ojos hermosos. Es muy difícil para mí detectar algo malo en él cuando me siento completamente deslumbrada por lo atractivo que es. Y esta es precisamente la parte de la que habló mamá. 

Está bien que te dejes deslumbrar un momento, pero no te ciegues por una cara bonita y un lindo trasero...

Bueno, la última parte la dijo Chloe.

Encontrarlo a unas pocas calles de la casa de Theo, fue todo un milagro. Al principio me rehusé a aceptar su invitación de llevarme porque aún no olvidaba que él me había besado sin mi permiso. Después de unos buenos minutos de insistencia, logró que suba a su motocicleta y junto con eso, que empiece a caerme un menos mal. 

Al menos sirve para poner de los pelos a Theo y eso me encanta. No sé por qué, pero lo hace. 

Adrián toma mi mano mientras me lleva a lo largo del muelle. Lo acepto porque él parece querer hacer de esta noche algo inolvidable para mí y se lo agradezco, me parece un gesto mucho menos egoísta que el de Theo. Theo prometió muchas cosas antes de que yo llegue a Procida, pero hasta lo ha olvidado por completo.

Está un poco oscuro por aquí, los faroles iluminan de manera tenue y hay mucho viento golpeando y agitando mi cabello.  Todo se mezcla con la sensación de que estoy tensando la cuerda demasiado con Adrián, después de todo, él es un desconocido para mí y sumándole a eso, me besó. 

No puedo decir que no me gustó.

—Cuéntame de ti, Liana. 

Su pregunta me hace pensar en muchas respuestas a la vez, pero nada claro.

¿Quién soy?

No puedo decir que soy una ingenua chica de dieciocho años que tiene mil reglas en la espalda y un cuidador encima que parece no querer divertirse conmigo. Debe sonar más interesante. Debo serlo.

—Terminé el bachillerato y decidí venir a Procida para tomar un respiro antes de entrar a la universidad. Vivo en Charlotte con mis padres, pero... será por poco tiempo, planeo mudarme a California. Mi hermano es médico y...

—Eso suena muy planificado.

—No lo es —meneo la cabeza—. Para nada es algo planeado.

—Pues se escucha como un plan.

—¿Y eso sería tan terrible?

—Prefiero vivir un poco antes se sentarme frente a un escritorio o en el pupitre de un salón.

—¿No has ido a la universidad?

Adrián camina hacia las barandas del muelle. 

—Sí, pero dejé la carrera.

—Entiendo.

Saca un cigarrilo de su cajetilla y luego un encendedor de su bolsillo izquierdo. 

— Cuando te dije que me contaras de ti, me refería a qué tipo de chica eres.

¿Más preguntas que me hacen tener crisis existencial?

—No estoy dentro de un adjetivo calificativo. No lo sé, no me puedo clasificar en un grupo. Solo soy yo. 

—Eso me gusta — dice, al segundo le da una calada honda a su cigarrillo, unos cuantos segundos después expulsa el aire entre sus dientes apretados. 

La acción me hace hiperventilar un poco.

—¿Te gusta que no me halle dentro de un grupo en específico?

Sonríe de lado.

El tipo de sonrisas que papá dijo que eran obra del diablo de siete colas.

Pues yo lo veo muy sexy hasta ahora, papi.

— ¿Alguna vez has nadado desnuda?

Su pregunta me toma por sorpresa otra vez.

—¿Ser una recién nacida cuenta? 

Él ríe. Su rasposa risa empieza a oírse como algo relajante. 

—Lo sabía — ladea la cabeza y guarda el cigarrillo usado en su chaqueta—. En ese caso...

Rotrocedo cuando lo veo quitarse las botas y la chaqueta.

—Espera, ¿qué mierda estás haciendo?

—Uhh, eso me gusta.

—No, hablo en serio, ¿vas a desnudarte frente a mí?

¿Eso es malo?

—¿Sí? ¿Nunca has visto a un chico desnudo?

¿Los videos pornos de Chloe cuentan?

—Bueno...

Toma los bordes de su camiseta y tira hacia arriba. Sus pectorales desnudos causan el primer efecto de barbilla caída. La levanto al instante y niego con la cabeza, intentando no verme demasiado impactada aunque lo esté.

Mierda, ¿qué rayos le dan a los chicos de Procida?

¿Popo de unicornio?

Cuando lo veo tomarse los bordes de sus jeans, cubro mis ojos con una mano.

—Oye, para. 

—¿Qué?¿Qué pasa? 

Puedo oír que está conteniendo una carcajada.

—¿Me trajiste aquí para desnudarte frente a mí?

—Dijiste que viniste aquí para relajarte, ¿no?

Levanto la cabeza, aún con los ojos tapados.

—No incluía ver a un chico que, acabo de conocer hace unos minutos, desnudo. 

—Ou, me equivoqué. 

Escucho el sonido de algo golpeando con el agua, me descubro los ojos y ya no veo a Adrián frente a mí. Me acerco a los barandales para averiguar si ha caído al mar, pero no encuentro rastro de él. 

Carajo. 

Su ropa aún está tendida en el piso y... sus boxers. 

Doble carajo. 

Me acerco un poco más hasta que lo veo emerger del agua.

—¡¿Estás loco?! —chillo.

—¡Ven, salta!

—¡Claro que no!

—¡El agua está riquísima!

Lo veo zambullirse y Dios, veo su trasero. Aprieto los ojos. 

—¡¿Vas a quedarte ahí?! ¡Algún día te vas a arrepentir de no haberlo hecho! 

—¡Créeme, no gano nada!

—¡Ganas una experiencia más, ¿no es suficiente?!

Buen punto.

—¡Tengo una lista!

—¿Y qué la encabeza?

Me apoyo un poco más en las barandas.

—¡Robar la ropa de un idiota que decidió nadar desnudo!

Sonríe. Me agrada que lo haga de lado. 

—¡Vamos, Lia! ¡Cuando tengas ochenta años recordarás este puto día toda tu vida! ¡Nadaste desnuda con un atractivo chico de Procida! ¡No te estoy pidiendo que tengas sexo conmigo!

Dios, papá habría muerto con estas oraciones.

Papá. Papá. ¿Puedo de dejar de pensar en reglas arcaicas de mi padre por un segundo?

Claro que sí.

Desabotono mi camisa, la prenda cae al suelo en pocos segundos. La mirada de Adrián sobre mi cuerpo me hace sentir como un conejo deslumbrado por las luces de un auto. Aún así, tomo una honda respiración e intento sacarme los broches de mi sujetador. 

—¡Así se hace, nena!

Dios, no puedo-creer-que-este-haciendo esto. 

Cuando voy por el tercer broche, escucho la irritante y fuerte voz de alguien a mis espaldas. Giro y aún con las manos en los broches del sujetador, veo a Theo Burckhardt corriendo hacia mí como si la vida le dependiera de ello. Aprieto los brazos sobre mi pecho, extrañamente, siento más pena de que Theo me vea desnuda que Adrián. Siento como todo el calor corporal empieza a concentrarse solo en mis mejillas. Theo se acerca y yo no sé que hacer. Mientras tanto, Adrián parece haber descubierto que la diversión está a punto de irse al caño.

—¡¿Qué mierda crees que haces, Liana?!

—Yo... yo... estábamos.

Theo tiene los ojos agrandados y los labios muy apretados. Me toma de un brazo, recoge la camiseta del piso y me hala para que camine junto a él.

—¡Oye, idiota ! ¡¿acaso le preguntaste si quería irse contigo?! — escucho gritar a Adrian.

Theo se detiene y me suelta, me entrega con hostilidad la camiseta y yo trato de cubrir mi cuerpo con ella. Se dirige a la ropa de Adrian y con un pie hace que esta caiga al mar.

—Ya que te gusta tanto desnudarte...

—¡Imbécil!

Theo le enseña el dedo de en medio.

—¡No vuelvas a meterte con mi prima, maldito enfermo! ¡Solo tiene dieciocho años!

—¡Nos estábamos divirtiendo!

—¡Jódete, imbécil!

Theo vuelve hacia mí, me toma del brazo y me hace caminar junto a él. Me siento como una niña estúpida que ha sido pillada por su padre teniendo sexo en el garaje. Y, rayos, lo único que hice fue...

¿Desnudarme en un muelle frente a un chico desconocido?

—¡Suéltame! — gruño.

Fuera del muelle me apoyo sobre una columna de madera y trato de estabilizar mi respiración. Tengo frío y siento que voy a desmayarme. Me siento tan avergonzada, pero no por el hecho de que Theo haya visto que iba a lanzarme desnuda al mar, sino porque me siento un poco humillada. Theo está pasando los límites de protección conmigo. 

—No eres mi padre — susurro.

—Claro que no, si fuera así estarías de vuelta en Charlotte mañana temprano. 

—Arruinas mis vacaciones, Theo.

—Llegaste el día de hoy y ya está involucrándote con un tipo de esa calaña, creéme, debo interferir.

—Adrián parece un tipo agradable.

—¿Agradable? — ríe de forma sarcástica—. A él solo le importa encajar su pene en cualquier lado.

—¡Theo!

—Oh, vaya, ¿no dijiste que no eras una niña? Pues así como es el mundo, Liana. A los chicos como Adrián solo le importan cazar chicas como tú para tener sexo. No eres lo suficientemente fuerte para aceptar cuando llegue el final.

—¡No iba atener sexo con él! ¡Iba a nadar desnuda!

—¿Y después que sigue? ¿Ver una serie de netflix en su departamento? Por Dios, Liana. No seas ingenua. Él quería aprovecharse de ti. 

Camino hacia él con el mentón levantado. Cuando estoy muy cerca a él, me coloco de cuclillas para mirarlo a los ojos.

—¿Y si yo quería eso? Entonces no estaría jugando conmigo. ¿Qué pasa si yo también quiero divertirme y ya? Es por eso que vine a Procida, Theo. 

—Creí que venías a visitarme y pasar el tiempo juntos después de tanto tiempo separados.

—Era la excusa perfecta para salir de casa.

Mentira.

Estoy tan enfadada con él que podría decir cualquier estupidez para lastimarlo.

—Así que fui tu pretexto —deduce.

—No lo sé, dímelo tu, ¿se ve como que quiero pasar el tiempo contigo?

Theo asiente un par de veces, coloca las manos en sus caderas y se muerde el labio inferior. Me gusta cuando hace eso mientras tiene una sonrisa sarcástica. Aunque sepa claramente que debajo de esta hay un poco de resentimiento.

—Hoy iremos a casa, mañana tendrás el día que tanto deseas.

—Lo agradezco.

No me contesta más. 

Tomamos un auto después de eso, él sube adelante, yo en la parte de atrás. No nos dirigimos la palabra hasta que llegamos al edificio. Theo sube las escaleras sin decir nada y abre la puerta de su apartamento. Intento ir a mi habitación para cambiarme de ropa cuando vuelvo a oír su voz otra vez.

—Como ya no eres una niña, te quedarás sola esta noche. Yo voy a salir con mis amigos.

—¿Qué dices? Pasaré mi primera noche en Procida,¿sola? ¿en este apartamento?

—Sí, ¿tienes miedo?

—No, pero...

—¿Qué pasa, Liana? 

—¿A dónde irás?

—Tengo una reunión privada con mis amigos del club de fotografía.

—¿Y por qué no puedo ir?

—Dije privada.

—Ah, vale. Qué puto asco. 

—No me esperes, terminaré muy tarde. 

—No iba a esperarte despierta.

Camino hacia mi habitación y cierro la puerta. Bueno, en realidad es la habitación de Theo, pero de igual forma la cierro como si fuese mía. Me recuesto en la cama boca arriba y me limpio las lágrimas del rostro. Me siento enfurecida porque, claramente, me sigue tratando como a una niña pequeña. 

Luego de tomar una ducha y ponerme una de las camisetas de Theo, me recuesto en la cama. Cubro mi cuerpo con la manta hasta mi cuello y me quedo con la luz encendida de la lámpara. Miro la hora en el reloj de la mesita de noche. Ha pasado una hora desde que llegamos. Theo ya debió haberse ido a su estúpida reunión. Seguro debe estar con Korina, haciendo sabe Dios qué cosas. Quizás solo está en el apartamento contiguo y la bendita fiesta privada se refiere a tener sexo en la cama de su vecina. No lo sé y de todas formas no me interesa.  Planeo hacer algo cuando amanezca, pero por ahora debo concentrarme en cerrar los ojos aunque no pueda.

Media hora después, me resigno a pasar la noche en vela. Salgo de la cama y camino hacia los estantes, tomo un libro y me vuelvo a recostar. Empiezo a leer y, a medida que avanzo, descubro que me gusta lo suficiente como para leerlo toda la noche. Sin embargo, estoy tan cansada que en poco tiempo y sin darme cuenta, mis ojos empiezan a sentirse muy pesados. Me quedo dormida por completo.

***

Un ruido en la cocina me hace abrir los ojos de un tirón. Cuando miro hacia mis costados, la lámpara sigue encendida y por la ventana puedo notar que aún es de noche. La hora en reloj me confirma que son las dos de la mañana. Froto mis ojos y trato de tranquilizarme, pero entonces vuelvo a escuchar ruidos o voces en la cocina. Mis manos se aprietan a las sábanas y me debato entre salir huyendo de la habitación o quedarme aquí a esperar que todo pase. 

Podría ser Theo, como también podría ser un ladrón. Un loco asesina turistas.

Sacudo la cabeza y me petrifico. No voy a salir porque no soy como esas protagonistas estúpidas que van a averiguar de qué se trata el ruido. 

El ruido se transforma en voces y luego parecen ser susurros. Me armo de valor y camino hacia la puerta de puntillas. Pego mi oído a la madera y trato de escuchar.

Al principio se me hace imposible descifrar lo que están hablando, pero luego escucho el sonido de una silla moviéndose y la voz de Theo siseando y luego un "Cállate".

Es Theo y parece haber llegado borracho con alguien. Estoy segura de que ese alguien es Korina. Van a tener sexo en el sofá de su sala. Sería estúpida si no lo creyera así. 

Esto es repugnante y odioso. 

Vuelvo a mi cama y me tapo de pies a cabeza.  Se me es imposible dormir la próxima hora.

Puedo escucharlo todo.

**************************************************************************************


Regreséeeeeeeeeeeee

Y ya me voy.

A dormir.

Muchas gracias si estás leyendo hasta aquí.

Son unas cositas beshas.

BLESSINGS.

SÍGUEME EN INSTA Y TE REGALO UN SPOILER

ÑEH

¡BLESSINGS!

Insta:  VALERIAARMASN








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