Epilogo
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Era sábado por escasos diez minutos pero Momozo no había podido dejar de pensar en ello. En todo. En la semana. En Teru.
Se repetía que no le gustaban los coqueteos y los intentos y toda esa mierda. Pero esta noche se repitió que, sólo quizás, si y sólo si le gustaran, no es que fuese algo malo. No es que le gustasen los chicos. Nada de eso, a él le gustaban las chicas (era lo normal, ¿Verdad?). Pero quizás, si le gustase Teru, era por todo lo que sabía y por todo lo que podía llegar a saber. Porque era inteligente, complicado y había más para saber, y. Y quizás quería saberlo.
Siendo sábado por menos de una hora empezó a escribir una cadena de mensajes, los más vergonzosos de su vida. Porque nunca había invitado a un chico a salir y se lo tuvo que dejar saber. Cosa de la que después se arrepintió, era tan patético haberlo mencionado. Pero siguió escribiendo sin dejar a Teruki responder.
"claro. Vamos al cine? Yo pago las entradas, tú las palomitas. Se que eres pobre ☆"
Teruki rió para sí mismo de lo dulce que Momozo estaba siendo. Y dejó que el teléfono siguiera sonando por largo rato, avisando de otra cascada de mensajes incoherentes que sólo le agradecían y se avergonzaban en continua sucesión. Estaba siendo dulce. Pero molesto. Dejó de importarle poco tiempo después de silenciar su teléfono. Ahora era hora de su sueño. Necesitaba al menos 7 horas. Esta belleza no se mantenía sola.
....
Era sábado por al menos doce horas, quizás trece, y Takenaka había dormido exactamente dos. Se sentía nervioso, como si hiciera falta explicarlo, y estaba inseguro aunque se había esforzado en vestirse... más o menos bien, y peinarse un poco más de lo habitual. ¿No podía ser tan malo, verdad?
-Hola~
No. No se lo esperaba. Sumado a lo tenso que estaba, casi suelta un grito, que se convirtió en una sarta te insultos, que se terminó de golpe. No, no. Esto es una cita. Tenía que portarse bien. Se había prometido a si mismo portarse bien. Eso significaba sin insultos, sin sarcasmo ni cinismo. Pero ni bien Teruki empezó a hablar, a sonreír y jactarse de lo divertido que era que tuviesen una cita pese a todo... Sí, no iba a ser tan fácil. Aunque agradecía que dentro de tantas burlas, Teruki había mencionado no se lo voy a decir a nadie si no quieres. Y... no es que no quisiera, es que... Cómo decirlo... Era una prueba de fuego. Y si fallaba, mejor mantenerlo en secreto.
-Sólo no seas una mierda y yo no lo seré, ¿Te parece?
-Oh, pero hacerte enojar es la parte más divertida -y con sólo eso consiguió hacerlo. Un enojo de cara roja, al que no dejó decir nada porque continuó hablando por su cuenta-. Vamos, acompáñame, paseemos un rato, quiero ver algunas tiendas.
-Pero, ¿y la película?
-¡Empieza en una hora, Momo!
Al no saber de qué quejarse, se quejó del nombre. Sobraban cosas de que quejarse en tan pocos minutos que habían pasado desde que se saludaron.
No es que Teruki estuviese siendo grosero, al contrario. Se daba cuenta perfectamente cuando su cita no estaba cómoda, experiencia no le faltaba, y para el caso de Takenaka, llevarlo a algo más... familiar, lo calmaría. Y qué más familiar que pelear. De otra forma, seguiría siendo socialmente inepto y eso no sería nada divertido. Era agradable que esté intentando ser lo más dulce posible, pero él estaba bien con el usual Takenaka gruñón.
Además, no iba a negarlo, también es que le divertía a sobremanera verlo ponerse rojo, como ya había dicho, eso lo hacía verse adorable. Pero también ayudaba a que no hubiese (muchos) de esos silencios en que Takenaka no sabía qué decir, o qué hacer, o se confundía consigo mismo y acababa sólo mirando sus manos y moviendo los dedos. Todos ganaban así. En especial él, que podía seguir hablando - en especial molestando, teniendo a Momozo de rehén mientras miraba algunos artículos innecesarios que totalmente no necesitaba para decorar su casa, y que totalmente compraría por la única razón de que así lo quería.
Después de esa tienda, se dirigieron a otra, y una más. A la tercera Takenaka empezó a quejarse y fue el momento que esperaba Teruki. Con una pequeña sonrisa sostuvo su brazo, un pequeño destello de su aura. Y así como si nada, de pronto, lo único que escuchaba Momozo era su propia voz. Una barrera activa alrededor de ellos, permitiendo que sus (normalmente alborotados) poderes se enfocaran y no escuchasen nada de más. Momozo parpadeó. Un poco tarde recordó que tenía que agradecer.
-Oh. Gracias... Esto es... Bueno -se encogió, murmurando-. El único día que no me molestaría no escucharme a mí mismo.
-Una lástima, porque quiero sorprenderte ¡Así no harás trampa! -no era esa la única razón. Era un buen gesto, y los dos lo sabían. Pero la actitud de cretino de Hanazawa tenía que estar presente, así como la de gruñón de Takenaka.
La sorpresa que tenía, no muy elaborada, fue acompañarlo a una tienda un poco más de su agrado. Un local de música. Un lugar no muy grande, del tamaño perfecto para estar lleno de esa música indie y desconocida que Takenaka escuchaba, justo al lado de pop y electrónica con la cual molestarlo. No era mucho, pero había buscado ese lugar de antemano, y se llenó de orgullo cuando todo resultó según su plan. Tal y como debía ser.
Con un Momo feliz, y un Teru complacido consigo mismo, la hora de la película se hizo sobre ellos y regresaron hacia el cine. Un lugar mucho más privado, y silencioso, e... intimo. De nuevo los nervios y la incomodidad de Momozo regresaron cuando estuvieron en sus asientos. En todo este tiempo no supo cuándo ofrecer algo o cuando quedarse callado, ¿Era tratarlo como una nena? ¿Era descortés ofrecer cosas, ser un caballero? Todo resultando en, más que otra cosa, quejarse todo el tiempo. Y dejar que Teruki hiciese todo por él. El llevarlo de un lado al otro, el conversar.
-... Yo sé que es estúpido, y... obvio. Pero nunca salí con otro chico en mi vida. Perdón si estoy siendo un imbécil. No sé bien qué hacer -se rio de sí mismo, a razón de ser un idiota. Se encogió de hombros, evadiendo miradas-. Sólo quiero decir que... -¿qué? No estaba seguro. O no quería decirlo.- Que me mates, por cualquier cosa que haga falta. Solo matame.
-Sólo tómalo como cualquier otra cita. Solo que podemos usar el mismo baño. -Teruki se rio de él, como no podía ser de otra manera. De su inexperiencia, de su ternura. Pero le guiñó un ojo, como siempre coqueto-. Y no te preocupes, va a ser muy fácil matarte.
-Por favor. Termina mi sufrimiento. -se quejó y se escondió, de nuevo rojo.
Finalmente se encontraron riendo, tranquilos. Aunque también se encontraron con una terrible decisión de película.
Terror - o eso se suponía que era. Porque no podía ser menos amenazante, o más desastrosa. Pasados los quince minutos no podía ser más aburrida. Y después de media hora ya era graciosa, al punto de que no podían evitar unas risitas. Se miraron una y otra vez, miradas cómplices que no podían creerlo. Poco después empezaron a cuchichear - sangre innecesaria, gore no-tan-bueno, tramas de cliché.
Un sonoro Shhh, de alguien que sí le interesaba, los silenció. Y no fue más que reírse de nuevo. Hasta que Teruki escuchó algo, claro y fuerte. Algo que no salió de la boca de Takenaka, o de ningún lado en realidad. Un murmullo en voz alta.
"¿Qué te parece?"
Y le tomó al menos un instante, y dos diálogos sobreactuados, terminar de clasificar eso como un pensamiento, en la voz de Momozo, mientras él lo miraba con una sonrisa. Oh, claro. Tenía una barrera - hacia afuera. Por lo que Momo encontró el punto en el que podía conectar con él, sin llegar a ser una invasión. Y les venía bien. Porque, oh, cuanto tenía que decir al respecto de la pésima actuación.
"¿No es obvio?"
Compartieron una risa cuando estuvieron en sintonía. Más bromas internas, pequeñas risas, un poco de atención a la pantalla de tanto en tanto. Quizás acercarse un poco más el uno al otro. ¿Así la telepatía funciona mejor, verdad? La corriente de pensamientos entrando en su cabeza era algo confusa, algo desorientadora, y mierda, eran los de sólo una persona, y bastante puntuales. No quería saber lo que era recibir eso continuamente. Pero aún así, él tenía suficiente talento para seguir y comprender todo, adaptándose a eso como a cualquier nuevo poder.
"Es un asco."
"Lo sé, es estúpido. Flying Dead Pig es mucho mejor"
"Nunca la vi"
Lo que siguió fue un Teruki personalmente ofendido de que Momozo, diciéndose fanático de las películas de terror, nunca haya visto su película favorita. Explotación de gore, cine artístico, mucho mejor que la película que habían elegido sólo porque convenientemente estaba programada a esta hora - y porque era esto, o una comedia romántica. Ahora tendrían que ver Flying Dead Pig. Sí. Definitivamente. La siguiente cita... aunque eso era asumir que habría otra cita. Pero él era Teruki Hanazawa, definitivamente Momozo iba a rogar por otra cita. Un momento. ¿Momozo estaba leyendo sus pensamientos ahora mismo? Lo siento Takenaka, así son las cosas. Próxima cita, Flying Dead Pig. Y quizás el tan aludido vestido de mucama.
-¡Oh por favor!
Shhh
Perfecto. Lo distrajo lo suficiente. Un buen trabajo.
Por el resto de la película la charla continuó mínima, necesaria para reírse y burlarse de la película. Teniendo todo en cuenta, mientras los créditos rodaban por la pantalla, Momozo podía, absolutamente, catalogar la cita como un éxito. Catalogar que quizás si le gustaba Teru, era cierto. Ok. Sí, sí era cierto. Porque en cuanto lo vio ponerse de pie para abandonar la sala, le tomó el brazo, bajándolo de nuevo a su asiento, mordiéndose los labios.
Bésame.
Fue un pedido. Y ninguno estuvo del todo seguro si lo pensó o lo dijo. Pero era el lugar adecuado, ¿verdad? En la oscuridad, casi solos a esta altura. La prueba de fuego de la prueba de fuego. Y si algo iba a decidir algo en este momento, sería eso.
-Momo...
Teruki estaba un poco sorprendido - no tanto. Cientos de citas y no es que fuera la primera vez que alguien requería besarlo. Pero Momozo era... tierno. Tan tierno. Algo le hacía sentir. Que no quería darle nombre, porque solo quería dejar esta cita como una más... aunque quizás no. Con cariño, sus dedos acariciaron suavemente la cara del otro, y dejó que sus movimientos fueran los que hablaran por él. No su voz, ni tampoco sus pensamientos.
Bésame.
Un suspiro. Ok, podía dejar pasar el Momo esta vez. No sonaba tan mal. No en esa situación. Se dio a si mismo el coraje para acercarse, para probar. Un beso corto, y superficial. Pasar lentamente sus brazos alrededor de su cintura, mientras Teru acariciaba su cabello.
Se separaron, sólo un poco. Bien. Okay. Podía decirlo. Sí. Le gustó. Le gustaba eso. Se acercó a Teruki una segundo vez, para tener una mejor prueba de sus labios. Más profundo, más duradero, sintiendo una lengua que se deslizaba contra la suya, y un deje de ¿Frutilla? ¿Labial? Bien. Bien. Era lo de menos. Era dulce. Sí. Definitivamente. Cualquier heterosexualidad ida. Estaba seguro.
Excepto porque Teruki tenía que hablar de nuevo
-Hm... ¿Y bien, Mo~mo? ¿Ahora si me vas a decir que sí a la mucamita?
-... Te voy a matar.
Teruki pareció pensarlo. Hasta que dio con la respuesta correcta.
-¿☆Te-Ru-ki☆ll?
-No.
Quizás... Quizás le gustaba Hanazawa. Pero todavía lo ponía de nervios.
Había sido sábado por al menos 20 horas. Habían estado juntos una semana. El saludo del último día fue el más raro. Fue un beso, otro más. Mariposas en el estómago, y sin ganas de decir adiós, así fue el último saludo de la semana.
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Gracias todos por acompañarme y leer esta historia de una pequeña pareja que me inventé alguna vez allá hace un par de años.
Agradezco especialmente a Frigs por ayudarme con las ideas roleando Teru para mi Momo, Dyo por betear, mi S/O por tolerarme, y @/Arquimidna en twitter por el arte de portada.
Hasta la próxima, gracias de nuevo por acompañarme.
Frey
Esto es un re-posteo de mi cuenta en Ao3 -con el mismo nombre-, que decidí hacer para probar esta plataforma.