Versos fríos [EN EDICIÓN]✔️

By laurel_writer

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El frío era un escudo para ella, una capa de invisibilidad para evitar que la dañaran. Pero ella ya estaba ro... More

Prefacio
1. Tan solo una sonrisa
2. Miedo a la soledad
3. Poco orgullosa
4. Sufrir en silencio
5. Sin tanto hielo
6. Sentimientos de hielo
7. Máquina perfecta
8. Los chicos de Indiana
9. Los estragos del pasado
10. Desastres de un recuerdo
11. Miedo a enamorarse
12. Viaje de emociones
13. Brillo
14. Libre de represalias
15. Impulsos destructivos
16. "Deudas"
17. El infierno que nadie merece vivir
19. El arte de sentir
20. El error al no escuchar
21. Objeto explosivo
22. Voluntad
23. Un heróe con debilidades
24. Una persona especial (parte 1)
25. Una persona especial (parte 2)
26. Inquebrantable
27. Marioneta
28. No todo está en el olvido
29. Es doloroso ser fuerte.
30. Hechizo
31. Sentirse útil
32. Vacío de incertidumbre
33. Dejar ir
34. Cristales rotos
35. Pensamientos que consumen
36. Antes y después
37. Cuestión de minutos
38. Alguien que ya estaba perdido
39. Desconocido
40. Intentar olvidar
41. Estallar
42. Sueños rotos
43. Inocentes
44. Versos fríos
45. Sospechas preocupantes
46. Luz en la penumbra
47. El villano que quería ser un héroe
48. Un recuerdo intacto
49. Dos copos de nieve.
50. En algún lugar de España
Epílogo
Agradecimientos

18. Palpar el amor

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By laurel_writer

Kyle.

Cerré la puerta detrás de mí a lo que vi directamente a Dely con su rostro sonrojado esperando lo que había postergado.

—no te dije que ese vestido te queda hermoso.

—pues ahora dilo.

—te queda hermoso, fantástico y glorioso ese vestido.

—¿ah si?

Me acerqué a ella acercando mi cuerpo al suyo haciendo que una ola de calor nos invadiera.

—claro que si.

—pues también te ves guapo con ese traje—sonrió.

—dos semanas sin besarte ha sido un martirio, el peor de mis castigos, Dely.

—ahora no tienes que sufrir más ni yo tampoco.

No dudé más en hacer que nuestros labios entraran en contacto. Se siente tan bien esa sensación de tener su delicado cuerpo entre mis brazos y sus labios puestos únicamente a mi disposición. Sin ataduras, sin miedo a que alguien pueda vernos, solo se trataba de nosotros dos dando rienda suelta a todos nuestros sentimientos. Su boca es aquel cálido lugar donde me olvido de todo, donde toda la reprensión que se acumulaba en mi pecho se apartaba para abrirle campo a su dulzura. Pero ¿por qué miento? Dely no es dulce, ella es como una tormenta, a veces fría, otras veces escandalosa pero que cuando llega a su fin puede formar un hermoso arcoíris. Loco, lo sé, pero ella es simplemente esa bella tormenta que amenaza con volver mi cerebro un desorden de lo más relajante.

Pasé mis manos por su cintura mientras ella caminaba sin saber hacia donde, cuando menos pensé ya estábamos cerca del sofá pero ella se detuvo.

—no quiero ir tan rápido—comentó un poco apenada.

—¿te molestó algo?—pregunté confundido.

—no, de lo contrario, me encanta esto pero... pienso que si voy a tener algo serio con alguien por una vez en mi vida debo darle tiempo al tiempo, no sé si me entienda o...

—Dely, te entiendo—la interrumpí.

No iba a obligarla a acelerar las cosas por un simple momento fuera de tono, si ella quería algo serio podía dárselo, ella lo vale.

—¿qué quieres hacer entonces?—pregunté.

—no lo sé, quizás acostarnos en el sofá y ver una película, ¿mala idea?

—no, es buena idea, voy por las cobijas y te traigo algo de Donna para que te cambies ese vestido.

—¿no te gusta el vestido?

—sabes que me encanta como te ves siempre—sonreí y ella se sonrojó discretamente.

—todo un poeta, bien, trae eso.

Subí a la recámara de Donna para sacar algunas de sus cosas que de seguro no le molestaría prestárselas a Dely. Tomé de su cajón una sudadera negra junto con un pantalón holgado. Cuando saqué la sudadera esta se desenvolvió mostrando así un estampado de la banda Electric Way, donde antes pertenecía Newt. No tenía idea que ella guardaba cosas como esa así que aproveché y le di un vistazo más a su cajón, así estuviera mal fisgonear en su privacidad. En el fondo de este me topé con una agenda, la agenda con las notas de mamá. Tomé una respiración mientras sacaba la agenda cuya portada llevaba una bella rosa dibujada por ella misma, ese fue su legado para Donna así como me dejó su álbum de dibujos a mí. Me senté en la cama de Donna y abrí la agenda apartando todos los impulsos de miedo que podía sentir.

Ahí estaba su delicada letra plasmada entre las páginas desgastadas.

Muchos no conocen el significado de lo que trata el amor, otros creen ya saberlo pero pocos lo han experimentado. Y vale más una experiencia que unas simples palabras escritas con el objetivo de definir. Definir, todas las personas buscamos definiciones de todo, porque no vivimos tranquilos sin conocer la razón de porqué las cosas existen o porqué simplemente suceden. Así pasa con el amor, muchos buscan definirlo como el sentimiento más puro y bello que puede existir, si se transmite de una forma sincera, pero quizás el amor no es algo a lo que se le deba buscar un significado; simplemente nos desprende emociones y sensaciones que nos hacen sentir más fuertes y vivos. Justo como me sentí hoy, al ver esos lindos ojos que transmitían tanta honestidad y felicidad, ya entendí que soy una víctima más al ser atrapada por las garras de tal sentimiento, pero debo admitir que al tenerlo cerca puedo palpar el amor sin necesidad de apropiarme de una definición, porque simplemente mi corazón acelerado habla por sí solo. Octubre 23 de 1984.

No tenía idea que mamá había escrito acerca del día que conoció a papá hace ya tanto tiempo, de alguna manera leerlo me hizo sentir que una parte de ellos sigue aquí contando su historia. Entonces supe lo que debía hacer, me veía obligado a ocultar ciertas informaciones y a veces a mentir un poco con tal de evitar que me juzguen pero sinceramente creí que ya había llegado el momento para contarle a Dely lo que había pasado con mis padres.

Bajé las escaleras para entregarle la ropa a Dely. Me quedé en el sofá con la agenda en la mano esperando a que ella saliera del baño y cuando lo hizo se acurrucó a mi lado pero luego vió la agenda muy confundida.

—¿qué es esto?—preguntó.

—hay muchas cosas que no te he dicho y creo que es momento de hacerlo. Esto lo encontré en el cuarto de Donna así que no le digas, por favor—rió—, es como la herencia que le dejó mi mamá a Donna, a mí me dejó su álbum de dibujos y tal vez lo veamos luego pero quisiera ver lo que hay en este diario contigo.

—¿te das cuenta de que vas a violar la privacidad de tu madre y tu hermana?

—suena mal, lo sé, pero leí una página y no puedo detenerme—reí—. Me gustaría leer lo que queda de su agenda personal como para sentirla más cerca que con sus dibujos y de paso contarte lo que sucedió.

—puedes decirme lo que quieras.

Inhalé hondo, no era un tema que me gustara tocar porque traía muchos recuerdos dolorosos pero ya era hora de soltar todo.

—murieron en un accidente en Nueva York... iban a visitar a Donna en el conservatorio y luego vendrían a Los Ángeles para verme a mí pero... nada de eso se pudo. Ambos estaban en un taxi y según lo que determinaron el conductor iba ebrio... papá iba en el asiento de adelante y su cabeza chocó contra el vidrio y mamá... el impacto del otro auto golpeó justo en el lado de la puerta donde ella estaba. Donna se ha sentido culpable desde ese día... por eso decidió irse del conservatorio y volver a Indiana donde poco después, luego de ser diagnosticada con depresión, intentó suicidarse pero no lo sé, no sé cómo sobrevivió a eso pero simplemente pasó. Luego que lo volvió a intentar poco tiempo después del concierto... Newt apareció en el apartamento ese día encontrándola tendida en el suelo y cuando llegó al hospital el doctor dijo que había llegado a tiempo.

—¿Newt le salvó la vida?

—si, es una de las razones por las que a pesar de que nos peleemos y él me deje un hematoma en el rostro, no podré estar más agradecido por eso y él no dejará de ser mi amigo.

—ahora todo tiene sentido, ¿y qué pasó luego?

—peleé con mis tíos y la traje a Los Ángeles para que estuviera más segura pero fue un error...—los ojos se me cristalizaron en cuestión de segundos—. Cuando Newt tenía uno de sus primeros conciertos como solista, invitó a Donna para que ella bailara en el escenario y ella no le vió problema, cuando eso aún le gustaba bailar... yo tuve mucho trabajo por hacer ese día y... no pude ir—tomé una gran bocanada de aire—. Newt la perdió de vista al salir del concierto y...

—tranquilo, Donna ya me lo dijo—comentó acariciando mi espalda con su mano suavemente para tranquilizarme.

—cuando volvió del hospital... ella estaba muy mal y... traté de ayudarla a vestirse porque estaba muy adolorida pero... ella empezó a gritar y llorar como si no se tratara de mí...

—tranquilízate, no tienes qué decirlo...

Tomé aire y decidí abrir la antigua agenda.

—¿sabes por qué te di la agenda?—ella negó—. De alguna manera me recuerdas a ella.

—eso se escucha raro—rió.

—no de esa forma—sonreí—, digo que son muy parecidas, mamá era una mujer fuerte que trataba de ocultar sus debilidades de los demás  y también era algo dura y desconfiada con los extraños, no le agrada mucha gente para ser sinceros.

—ahora que lo escucho, si nos parecemos.

—te regalé la agenda porque yo recordaba esta, ella anotaba todas sus experiencias ahí, según me contaba Donna, porque ella se escabullía en su habitación para sacar la agenda y leerla; pensándolo bien, tal vez por eso se la regaló—reí—, el caso es que como me recuerdas tanto a ella sabia que de alguna manera podría gustarte escribir tus emociones ahí.

Los bellos ojos oscuros de Dely se iluminaron conteniendo una grata alegría, y me hacía también muy feliz el saber que yo estaba ocasionando que una leve sonrisa escapara de sus labios.

—es lo más hermoso que me han dicho.

—¿ah si? Y eso que a penas es el comienzo.

Dely soltó una sonora carcajada.

—normalmente escucho cosas muy estúpidas.

—¿cómo cuáles?

—no querrías ni escucharlas.

—bien pues ahora que se guarden sus comentarios porque soy el único con el privilegio de tenerte a mi lado.

—hoy fue tu día de suerte porque si hubieras aparecido con esa ramera en algún otro momento me hubiese negado rotundamente a arreglar las cosas. Por cierto, ¿de dónde la sacaste?

—¿qué importa eso ahora?—extendí mi brazo rodeando sus hombros—, lo importante es que estamos juntos y...

—quiero saber, Kyle.—dijo con bastante seguridad.

—bien—bufé—. Ayer fui a un bar con Newt, tomé unos tragos y...

—no puede ser, se supone que la que hace el ridículo cuando toma soy yo, ¿desde cuándo me has estado robando el puesto?—me reí.

—la respuesta a eso es desde ayer, encontré a esta chica...—traté de recordar su nombre pero era imposible. Dely negó—, y al otro segundo yo estaba invitándola a la entrega de premios.

—no pudiste ni recordar su nombre.

—como te dije: fue algo sin importancia, solo tú me interesas.

—claro, sigue intentando compensar esa estupidez.

—y eso hago—protesté riendo—. No acostumbro a hablar tan abiertamente de mis padres, solo lo hago porque eres tú.

Extendí mi mano para alcanzar la agenda y la abrí. Dely se apegó más a mí así que empecé a leer en voz alta la segunda nota.

—A veces se me es difícil distinguir entre alguien bueno o malo, tal vez por eso me da miedo acercarme a Dwayne, temo tanto que me termine topando con alguien completamente diferente a lo que es en realidad. Tengo muchos miedos, como que me vayan a traicionar o se burlen de mi ingenuidad, tengo miedo de que él no sea para mí y que pueda perder tiempo y lágrimas en alguien que no vale la pena. Pero a pesar de que en mi cabeza existen todos esos miedos, al tenerlo frente a mí no puedo sentirlos, solamente fluyen las palabras y mi corazón se acelera, es como si me transportara a un lugar donde mis miedos son olvidados abriendo paso a mis sueños e ilusiones.

—¿quién es Dweyne?—preguntó—, ¿tu padre?—asentí—. ¿Cómo se llamaba tu mamá?

—Elle.

—escribía cosas muy profundas.

—no tenía idea de que ellos se hubiesen conocido tan pronto—confesé un poco atónito—, al parecer se conocieron en la universidad.

—¿podemos adelantar un poco?

—¿a qué parte?

—me imagino que ella tuvo que escribir sobre ti.

No había pensado en eso, y no estaba seguro de querer leerlo.

—si no quieres...

—no—la interrumpí—, si quiero.

Pasé las páginas hasta llegar al año de mi nacimiento. 1992.

—nunca creí que un día como este fuera posible, ¡tuve un hijo! La emoción que recorre por mis venas es incontenible, al principio estaba asustada pero, con solo ver sus lindos ojos abiertos y su cara sonrojada...—tomé una pausa al notar mi vista distorsionada—, entendí que no había porqué temer, desde ahora sé que... sé que será un hombre maravilloso cuando crezca, que será creativo y espontáneo, que se esforzará por sus sueños, que se convertirá en aquel motivo de cualquier sonrisa...—recordé el día de mi graduación y su hermosa sonrisa—, sé que él crecerá tan lleno de amor en su ser que no le haría daño a nadie...

Defraudar. Esa palabra vino a mi mente formando un taco en mi garganta. La respiración se me cortó por una milésima de segundo impidiendo que alguna palabra saliera de mi voz. Sentí como la defraudaba y también una culpa inimaginable.

—¿quieres que continúe?—preguntó en tono bajo a lo que yo asentí. No sabía si estaba listo para escuchar el resto pero dentro de mí había algo que quería saber lo que seguía.

—por favor—supliqué.

Dely tomó la agenda en sus delgadas manos y entrelazó una de esas con la mía.

—Kyle es alguien tan magnifico que a pesar de aún no poder hablar sé que con solo su presencia podrá llenar muchos vacíos, sé que sin importar unas próximas dificultades él podrá triunfar sin olvidarse de donde viene ni a dónde se dirige. Ese es mi hijo, y estoy orgullosa de haber dado a luz a un niño tan hermoso y especial, y no me creo que esto esté pasando, que él esté en su cuna durmiendo mientras yo escribo todas mis sensaciones que algún día él las leerá con solo verme a los ojos. Porque ese será mi Kyle, lleno de esperanzas y alegrías que aún en los días más oscuros podrá alegrarlos. Febrero 7 de 1992.

Dely cerró con cuidado la agenda y me acercó a ella para abrazarme. Intenté retener mis lágrimas porque me avergonzaba que me viera así pero era imposible. Yo solo imaginaba los ojos de mamá que rondaban por mi mente recordándome una y otra vez que estoy cometiendo un error. Pero en ese momento mi rencor era tan grande que era imposible dar vuelta atrás. Yo solo quería paz y en mi cabeza solo existía esa opción para alcanzarla. Mamá no conocía lo que hicieron, por eso lo decía.

—Kyle... tu mamá tiene razón.

—¿en qué?—añadí al verla con mis ojos empañados.

—en que te convertiste en el motivo de muchas sonrisas—dijo sonriéndome y la imagen que tenía ante mis ojos era tan hermosa que se me hizo inevitable no sonreír—. Y también en todo, eres magnífico, Kyle, lo eres.

—¿crees que en verdad lo soy?

—estoy segura de que si, ahora quisiera que me mostraras sus dibujos, si no hay problema.

—¿quieres verlos?—asintió—. Ven.

La ayudé a levantarse del sofá y la guié hasta mi cuarto. Abrí la puerta, encendí la luz.

—al menos eres más organizado en tu cuarto—se burló.

—eso si, si quieres puedes sentarte en la cama.

Abrí la puerta del armario buscando en mi cajón de carpetas. Saqué el último sabiendo que ese era el álbum que mi mamá había dejado para mí. Me senté frente a Dely extendiendo el álbum frente a ella. En la portada había una rosa, al igual que en su diario.

—¿por qué dibujaba tanto rosas?

—ella decía que las rosas son muchas cosas, desde una pequeña demostración de amor hasta una señal de belleza.

—déjame adivinar algo, heredaste tu talento de ella, ¿cierto?

—¿cómo lo supiste?

—creo que lo de mi agenda negra que tiene un dibujo de un copo de nieve en la primera página es muy parecido como decir la rosa de tu madre.

—adivinaste.

—¿por qué copos de nieve y no rosas?—reí.

—porque los copos de nieve son como la personalidad de mamá y también la tuya, ambas se muestran frías y crudas ante las demás personas pero cuando están solas o con alguien en quien confían sienten que ya el frío no es necesario y que pueden ser ustedes mismas, al igual que cuando el copo se derrite al ser tocado por una mano cálida.

—¿no debería ser algo que te represente?

—me representa, soy muchas cosas de mamá.

—pero tu no eres frío ni antipático—rió.

—en eso tienes razón pero yo hablo de confiar en las personas, no necesito ser como un copo de nieve cuando me siento como uno en el momento donde no estoy en confianza con alguien, no sé si me entiendas.

—¿quieres decir que cuando no estás en confianza con alguien te sientes como un copo de nieve sin necesidad de mostrarlo abiertamente?

—oh—suspiré—, si que me entiendes—Dely rió—. Así es, me siento como un copo de nieve sin necesidad de verme como uno.

—tiene lógica.

Dely abrió el álbum donde habían flores, caricaturas de Donna y de mí, y cientos de dibujos más.

—tenía mucho talento—dijo sin apartar los ojos del álbum.

—así es.

—ahora, si no es molestia...

—¿qué piensas pedir?—pregunté entornando los ojos.

—quisiera ver tus álbumes, asumo que son igual de buenos que los de tu mamá.

—eso si que no, confórmate con el copo de nieve de tu agenda—dije levantándome de la cama.

Me di la vuelta para salir esperando un comentario de Dely pero al no escuchar nada volteé y la vi a punto de sacar un álbum del armario. Corrí y la halé de la cintura apartándola del cajón blanco mientras ella reía y luchaba por soltarse.

—¡hey! ¡Quiero ver!

—y yo te dije que no—comenté llevándola conmigo hasta la puerta.

—¿ah si?—me retó con la mirada.

—¿me estás retando?

Dely sonrió distrayéndome por una milésima de segundo para darme un fuerte pisotón y correr hasta el armario. Sacó el álbum pero cuando llegué hasta ella ya era tarde.

—¿de dónde aprendiste a ser tan tosca?

—clases de defensa con Newt—mintió—. Bien, fue el día en que él estaba con sus ataques de locura por las drogas pero fue eso y ya.

—dámelo—dije tratando de arrebatárselo pero ella apartó la mano rápidamente jugando conmigo—. ¿Muy ruda?

—pues sí.

—bien—rápidamente la alcé del suelo para colgarla en mi hombro como si fuese una especie de costal de papas.

—¡esto es patético! ¡Solo quiero verlo!

—no te conformas con nada, ¿cierto?

—me conformé contigo—dijo en tono burlesco.

La bajé y miré a los ojos tratando de mantenerme serio como si el comentario me hubiera afectado.

—¿te conformaste?—su sonrisa desapareció. Siguiente paso, avancé un poco más cerca notando como se le cortaba la respiración—. Sería una lástima tener que conformarse con alguien como yo.

—eh...—musitó con las mejillas rojas debido a la cercanía.

—respóndeme, ¿te conformaste conmigo?

—pues no había muchas opciones para tomar—continuó tratando de sostener su postura anterior—. Eras tu o Newt...

—Newt nunca ha estado interesado en ti—dije acercándome tanto que su espalda tocó la pared.

—¿cómo estás tan seguro?

—porque le advertí que no lo hiciera.

La tenía justo donde la necesitaba. Bajé mi mano para tocar la suya y ella cerró por un instante los ojos pero luego volvió a abrirlos.

—¿te crees dueño de mis decisiones?

—no, solo me anticipé a que te derretirías por mí y no le haría perder el tiempo a Newt—dije un tanto arrogante.

—buenas tácticas.

—pero como dijiste que tuviste que conformarte... creo que ya son un poco dudosas—comenté acercándome a escasos centímetros de su boca donde ya respiraba con más lentitud—, sería una decepción saber que tuviste que conformarte.

—¿por qué lo sería?—su mirada viajaba directamente a mis labios esperanzada.

—porque no podría volver a besarte sabiendo eso.

—¿y si digo que siempre has sido la mejor opción?

—no lo sé...

—has sido la única y mejor opción.

Sonreí y cuando ella estaba a punto de besarme le arrebaté el álbum de la mano y luego me alejé, lo guardé en el cajón  cerrando la llave pero cuando me giré ella estaba otra vez a escasos centímetros de mí.

—eso no se hace.

—¿qué cosa? ¿Arrebatarte el álbum?—sonreí con gracia.

—algún día lo veré, por el momento podría intentar otra cosa.

—estoy ansioso de saber cuál.

—esta.

Me haló de la camisa para estampar sus labios con los míos y no pude evitar sentir su sonrisa que me hacía latir el corazón más fuerte de lo normal.  Y entonces, al tenerla tan cerca pude palpar el amor, tal como lo había mencionado mamá en sus bellos escritos. La cercanía de Dely me hace palpar el amor.

***********************************
Nota de la autora:
Jijiji. Ahora volviendo a la seriedad, sinceramente este fue uno de mis capítulos favoritos al escribirlo y ayer cuando lo volví a leer para ver si encontraba algún error (porque ya lo había escrito hace mucho tiempo) me dije a mi mi misma sorprendida *añadiendo dramatismo*: mi misma ¡¿tu escribiste esto?! Y ahí sonriendo a media noche como una mamá orgullosa al ver lo lindo que había quedado. Espero que a ustedes les haya gustado tanto como a mí este capítulo, si es así háganmelo saber en los comentarios.

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