Seduciendo A Las Rosas [Ofici...

By Shel_lv

145K 7.9K 504

No entiendo... No entiendo lo que me está pasando con él... Si, mi amor comenzó cuando lo vi, pero ahora má... More

°°°Introducción°°°
Capítulo Uno.
Capítulo Tres.
Capítulo Cuatro.
Capítulo Cinco.
Capítulo Seis.
Capítulo Siete.
Capítulo Ocho.
Capítulo Nueve.
Capítulo Diez.
Capítulo Once.
Capítulo Doce.
Capítulo Trece.
Capítulo Catorce.
Capítulo Quince.
Capítulo Dieciséis.
Capítulo Diecisiete.
Capítulo Diesiocho.
Capítulo Diesinueve.

Capítulo Dos.

5.8K 528 48
By Shel_lv

Lo vi incrédula, ¿En verdad dijo eso? Mis oidos afirman haberlo escuchado, pero mi cabeza se niega, ¿Cómo es posible? Si hace solo unos segundos estaba impactado por mi inesperada actitud.

Trate de contener mi sonrisa, ¡Ha reaccionado mejor de lo que esperaba! ¿Realmente era esto? ¿Bastaba con seducirlo para tenerlo a mi merced?

Salté del susto cuando lo vi ponerse de pie, supongo que mi silencio lo aburrió, pero no pude evitar perderme en mis sucios pensamientos. Tragué saliva cuando lo tuve enfrente, a veces olvido nuestra gran diferencia de altura.

—Te ayudaré…—me tensé cuando agarró delicadamente mi mano para darme una vuelta, la cual hice torpemente, pues estoy muy nerviosa. Mi excusa es que no estoy acostumbrada a su seductor tacto —Uhm... —lo vi atenta cuando suspiró ronco, parece tan entretenido examinándome —Se mira apretado, ¿No te duele? —rápidamente me sonrojé cuando sus pupilas se dirigieron a mi cara, no había notado lo cerca que estamos.

—Si, me aprieta un poco —susurré juguetona, cayendo en cuenta que tengo la puerta abierta para pedirle lo que tanto anhelo —¿Por qué no me lo quitas? —interrogué llevando las cosas un poco más lejos.

Hubo un silencio... no diría que incómodo porque me encanto, y espero jamás olvídarlo, porque es la primera vez que veo picardía en sus ojos y boca.

—Ahora…—jugó con los tirantes de mi baby doll. Le agradecí al cielo sonriente, ¡Estoy segura que lo haremos! —Estoy cansado, quizás otro día —borré mi sonrisa, ni siquiera me dio tiempo a responder porque se alejó, claro, sin antes pasar tocando mi mentón delicadamente, quizás para que la caída al concreto llamado "realidad" no me doliera tanto, posteriormente se tumbó en la cama —Y sobre tu pregunta... siento que esa clase de ropa no es la adecuada para dormir, ¿Por qué no sigues usando tu pijama de algodón? —preguntó de lo más inocente.

Me le quedé viendo como estúpida, esperando a que todo fuera una pésima broma, pero cuando agarró su celular y se dispuso a verlo, respiré profundamente..

¿En serio…?

Le di la espalda indignada, ¡Quiero quemar todo! ¡Es un desgraciado! Es decir, si no quería hacer nada ¿Por qué encenderme? ¿Acaso tuvo idea de cómo sus ojos me quemaban? ¿De cómo su tacto me ahorcaba? ¿De cómo sus malditas palabras calentaban mis oidos?

Roja de la furia fui en busca de mi ridícula pijama, al encontrarla me dirigí al baño molesta, incluso fui capaz de azotar la puerta, pero rápidamente me arrepentí, ¡No puedo ser tan infantil!

Al final, debo admitir que su reacción fue muy respetuosa... es decir, pasé la raya que nos mantenía en una relación distante y monótona, cualquiera se hubiera incomodado.

Tiré mi ropa al suelo y fui al lavabo a mojar mi caliente rostro, ¡Maldito calor infernal, libera mi cuerpo de tus sucias garras!

[…]

Tomo un poco de mi humeante taza de té mientras intento disfrutar del paisaje que me regala la ventana, pero solo hay enormes casas con estructuras simples. Creo que por fin entiendo la incomodad que Johan siente al quitar las cortinas, pues solo se disfruta del sol.

Pasé los dedos por mi frente estresada, ¡Lo que menos quería era recordarlo! Porque aunque quiera negarlo si me molestó su actitud, si, quizás estaba cansado pero… no debió calentarme de esa forma.

Gracias a eso no pude dormir, porque a cada minuto lo volteaba a ver, insegura por cualquier movimiento, asustada por causarle incomodidad con mi presencia, pero el desgraciado durmió como un ángel.

Dejé mi taza sobre la mesa de mármol, y me senté en uno de los taburetes, ¿Qué se supone que haga ahora? Podría actuar normal, como si nunca lo hubiera seducido pero creo que eso solo lo hará incómodo. O puedo seguir, no sería una mala opción pues sé que no se molestó a la primera.

Pero ¿Y si me vuelve a rechazar?

《Ahora… estoy cansado, quizás otro día》

Recuerdo perfectamente sus palabras al rechazarme. Tal vez soy muy insistente pero si hubiera querido que lo dejara en paz no me hubiera dado alas... no hubiera dicho ese; “Quizás otro dia”.

[…]

Finalmente decidi seducirlo una vez más, ¡No soy de las personas que se rinden rápido! Además, lo seducí una vez, ¿Qué importa hacerlo de nuevo?

...

Me paré indecisa frente al espejo, sigo insegura acerca de mi maquillaje porque mi atuendo es claro; escogí un pequeño corset de lencería blanco, transparente y con algunas pequeñas flores blancas bordadas, la parte de abajo también es igual, por ende debo maquillarme más natural.

Después de unos minutos, volví a examinarme con la intención de buscar algún defecto, pero todo bien. Jamás me había esforzado tanto en mi apariencia; puesto que pasé horas rizando mi cabello para que quedara igual al de una leona hambrienta de sexo, también para escoger mi vestimenta, que curiosamente hace que mis diminutos senos se vean grandes, así mismo me encargué de cuidar cada detalle, porque algo que aprendí de Johan es que le gustan las buenas presentaciones.

Antes de salir junté mis manos, deseando con todas mis fuerzas que esto se lleve acabo. ¡Realmente quiero terminar con mi hormonal situación!

Faltan unos minutos para que llegue, así que me quedé en medio de la habitación pensando en cuál postura sería perfecta para recibirlo, porque salir del baño fue algo abusivo de mi parte.

Intentaré acostarme en la cama...

Entonces me dejé caer boca abajo, estaba por buscar una posición sensual pero desde el espejo del armario me di cuenta que así se me ve un gran trasero.

Le sonreí a la nada, porque oficialmente he encontrado la posición correcta.

Inevitablemente mi mano empezó a temblar cuando escuché la puerta principal cerrarse, intenté respirar profundamente para calmarme pero mi mente no puede evitar crear escenarios en donde me rechaza de una forma cruel.

—Cálmate, Verónica… ayer no se molestó —intenté darme palabras de aliento, pues comienzo a escuchar sus pisadas por los escalones que dan directo aquí. Supongo que eso funcionó porque cuando la puerta fue abierta mis nervios se fueron.

Entró distraído, al principio no se dio cuenta de mí porque su mirada estaba puesta en la puerta del baño, quizás pensó que saldría de ahí nuevamente, entonces dejo su maleta plateada en el suelo, para después sacarse su saco e intentar lanzarlo a la cama pero afortunadamente sus ojos se centraron en mi.

Su reacción hizo que me sintiera todavía más rica; una maldita sonrisa de lado que en mi puta vida olvidaré se formó en sus hermosos labios, poco después exhaló profundamente mientras se aflojaba su corbata. Tensé todo mi cuerpo, deleitándome con su sola imagen, ¿Seré una enferma por mojarme con solo verle la cara?

Debe ser una agonía cargar con una belleza tan grande, y sobretodo cuando se debe lidiar con personas tan enfermas como yo, ¿Por qué diablos es tan guapo?

—Perdón, ¿Te desperté? —me retorcí al escucharlo inocente, es estimulante imaginar que en verdad pensó que estaba durmiendo, pero sé perfectamente que de Santo no tiene nada y solo quiere jugar conmigo —¿O acaso está es otra pijama que quieres que examine? —tomó asiento al costado de mi cara. No supe como reaccionar al verlo desde abajo, jamás tuve una perspectiva así de él, con esa sonrisa juguetona y esos ojos en llamas, se ve tan poderoso.

—Mm, posiblemente... ¿Qué te parece? —en el momento en que sus ojos cayeron sobre mi cuerpo, me retorci levemente, para ayudarle a que su paisaje sea mejor.

—Me gusta… te queda lindo —susurró sonriente, sin despegar la mirada de mi trasero, traté de contener mi sonrisa al mismo tiempo que sigo retorciéndome —¿Por qué deseas cambiar de pijama? La que usas te queda bien —afirmó deslizando sus suaves dedos por mi curvada espalda, arrugué las sábanas intentando aguardar mis gemidos, ¡Su maldito tacto! Sumado a lo que acaba de decir causa que allá abajo pida desesperadamente atención.

—T..Tal vez sea el cambio de temporada pero cada vez que duermo contigo me siento caliente —me recargué sobre mis codos, para ver claramente su reacción.

—¿En verdad? —levantó una ceja incrédulo, hasta un poco burlón —Entonces creo que deberíamos comprar un ventilador, ¿No crees? —de repente se levantó, juro que lo habría tomado de la mano para que se quedara pero fue muy rápido —Pero dejemos eso para mañana, ahora tengo sueño...—susurró yendo a su armario.

Rápidamente me senté sobre la cama, ¿Qué pasa? ¿Otra vez acaba de recharme?

...

¡No! ¡No estoy dispuesta a quedarme con las ganas! ¡No estoy dispuesta a verlo dormir tranquilamente mientras yo me muero de calor!

—¿Otra vez con sueño? Si aceptas puedo quitártelo —susurré coqueta, Johan volteó a verme con una sonrisa despectiva, parece agraciado y orgulloso por mi insistencia.

—Me encantaría... pero no estoy muy enérgico hoy —dijo desabrochando su camisa. Tragué saliva, ahora mismo ¿Quién seduce a quién? ¡Él lo hace a propósito! Pero si piensa que lo dejaré ir tan facil, está equivocado.

—No te preocupes, me encargaré de hacer todo —mordí mi uña juguetona, al mismo tiempo que meneo mi cadera para que la cama se mueva, haciendo que todo mi cuerpo rebote.

Johan se acercó con media camisa desabrochada.

—No, Verónica, en serio… déjame dormir esta vez ¿bien?  —pidió con esa angelical sonrisa. Apreté la mandíbula, insegura de cómo sentirme, ¿En serio está cansado? Sé que su empresa le exige mucho esfuerzo, pero… también me esforcé en llamar su atención,

—claro, perdón —vocalice desviando la mirada molesta.

[…]

—Cambiando de tema ¿Cómo va tu intentó de seducción?  —Madison preguntó curiosa. Sonreí burlona pues sabía que no podía faltar esa pregunta, en verdad traté de mantenerla ocupada para que olvidará preguntar, pero a ella nada se le escapa.

Acomodé el teléfono entre mi oreja y hombro para poder abrir mi botella de agua.

—Mierda, es un…—me mordí la lengua para no insultarlo, entonces para desquitar mi enojo tomé un gran tragón de agua —Usa la maldita excusa de estar cansado, ¿Puedes creerlo? —la primera vez se lo creí, pero ahora que lo pienso ayer se veía con tanta energía.

—Pues por lo que me dijo Felipe; las cosas han estado algo pesadas en la oficina, pero no creo que tanto como para que no quiera tener sexo —afirmó desconfiada, hasta un poco estresada.

Respiré profundo, realmente no sé qué sentir; estoy enojada porque me rechazó, pero a la vez lo compadezco… más con lo que acaba de decir Madison.

—¿Qué tal si intentas seducirlo una vez más? —sus palabras fueron como una punzada por todo mi cuerpo; ya había decidido no volver hacerlo —Créeme hoy es el mejor día para lograrlo

Sábado, día oficial para que los amantes puedan unirse como un oscuro eclipse.

Me rasqué la frente ansiosa…

—Madison… en realidad…

—Vero… solo dile que ya lo has esperado por mucho tiempo, también que entiendes que este cansado pero que lo necesitas —aconsejó. Desvíe la mirada al mismo tiempo que vuelvo a tomar de mi botella, eso funcionaría si nuestro matrimonio fuera verdad, si realmente tuviéramos tres meses sin tener sexo, ¡Si nos amaramos!

Quiero ser honesta con Madison, decirle que Johan y yo fuimos casados por nuestros padres, y que las historias que le conté acerca de nuestro noviazgo fueron falsas. Amaría pedirle consejos para enamorar a Johan, porqué a diferencia mía, ella sabe muy bien como complacer a los hombres.

Pero... siento que me juzgaria, y se enojaria por no haberle dicho desde el principio.

—¡Por cierto! También dile que lo amas, bueno al menos eso funciona con Felipe, mierda, créeme que eso los calienta aún más.

Decirle que lo amo…

No soy tonta, Johan no me ama, tal vez si me tenga cariño, pero eso es suficiente para imaginarme su reacción; seguramente se sentiría incómodo. Pero incluso sabiendo eso, mi estúpida cabeza no puede evitar pensar en una realidad en donde corresponda a mis sentimientos, y nos amamos por el resto de nuestras vidas.

—Si… podría hacer eso —le susurré al teléfono pensativa.
.
.
.

—Carajo Verónica, en que mierda estas pensando —le susurré al aire cuando me vi parada en el pasillo del segundo piso, justo enfrente del barandal de la escalera —¡No! ¡Estás loca!

¡No sé de dónde saqué valor para vestirme así!

...

¿Pero qué mierda estoy pensando? ¡Me he vestido mucho peor! Es estúpido avergonzarme por mi vestimenta.  Aunque este cabo dress es muy corto, si llego a inclinarme un poco se podrá ver mi braga... pero ¿Eso debería importarme? Me he mostrado más indecente ante Johan.

Intenté vestirme con una simple tanga y un sujetador pero no lo creí adecuado, ¡NO PARA LO QUE ESTOY APUNTO DE HACER! Declararme... decirle mis sentimientos frente a frente debe ser algo especial.

Me vi las manos... están temblando y no es para menos, su respuesta decidirá todo, decidirá si puedo seguir amándolo o debo dejarlo en paz.

Para intentar tranquilizar tanto mi corazón como las ganas de vomitar me dispuse a darle otra capa de color a mis labios, pero de repente abrieron la puerta principal, salté del susto por lo que terminé dibujando una línea larga que alcanzó mi mejilla, desesperada intenté quitarla con mi dedo.

¡Carajo! A este paso me verá haciendo el ridículo.

No muy segura de haberme limpiado bien, me repuse bajando mi vestido, para después dar unos pasos al frente, aquí cualquiera que entre podrá verme libremente, quizás por eso decidí posicionarme aquí, para darle una sorpresa.

Entonces lo vi entrar acomodándose su rizado cabello, inhale embobada, ¡Es que me enciende como le queda su traje!

Levanté una ceja confundida cuando Johan vio para todos lados como si buscara a alguien, incluso fue capaz de acercarse a la puerta de la cocina y al no encontrarse con alguien formó una sonrisa traviesa. Reí cuando lo entendí, probablemente quiere saber si lo seduciré de nuevo. ¿Disfruta sentirse deseado? ¿O simplemente soy su distracción favorita de la semana? No lo sé, pero por ahora disfruto sus sonrisas coquetas al aire.

Metido en sus pensamientos se dirigió a los escalones, estaba apunto de subir uno pero se detuvo de golpe al notar mi presencia, ¡Dios mío! ¡Amo tanto verlo boquiabierta! Aumenta mi amor propio, ¡Me hace sentir deseada! Porque hasta su pie se quedó colgando por unos segundos, antes de devolverlo al suelo. Dejando de lado su impresión me hizo un escaneo de cuerpo completo, ¿Por qué sus perlas grises se sienten como bolas de fuego quemando mi piel?

—¿Qué haces ahí, Verónica? —demandó parpadeando varias veces sonriente, supongo que para volver a la normalidad, ¿Quién sabe? Tampoco quiero ser tan egocéntrica.

—Esperándote… no sabes las ganas que tenía de verte —agarrando el barandal negro me retorci cruzandolos los muslos para que disimuladamente calmaran mi intimidad en llamas —Te ves guapo…

—¿En serio? No me esforcé —mencionó entre simpleza, me burle divetida, no entiendo porque conmigo se tiene que hacer el inocente, es obvio que esta consiente de lo hermoso que es.

Puse rígido todo mi cuerpo cuando inició a subir los escalones, con la mirada clavada en mi, no supe como reaccionar, porque esa mirada es de deseo puro.

—No necesitas esforzarte para ser hermoso —me calmé poniendo una sonrisa coqueta, ¡Definitivamente lo tengo! Ahora sé que en verdad era su trabajo lo que impedía una noche fogosa, su mirada y aura lo dice.

Mientras terminaba de subir al segundo piso me recargué de espaldas en el barandal, moviendo mis piernas discretamente para que mi vestido se levantara un poco, tengo que morder mi labio porque esto es tan estimulante, el ambiente es estimulante.

Me sentí tan pequeña como una hormiga cuando empezó a caminar hacia mi. ¿Por qué se ve tan dominante? Con cada paso que da demuestra más su autoridad, incluso ahora podría arrodilarme ante él.

—¿Eso crees? —demandó parando a un metro de mi. Inhale ansiosa, quiero seguir jugando pero conociéndolo se irá a dormir.

Decidida me solté del barandal para terminar de romper la poca distancia que teníamos, dando una vuelta seductora a su alrededor. Aprovechando a que se quedó rigido pasé tocando sus tonificados brazos; cubiertos por la tela delgada de su resistente camisa blanca.

—Johan… tengo algo importante que decirte…—susurré parando enfrente suyo. Ver su semblante confuso me hizo dudar sobre lo que estoy apunto de hacer, porque creo que se espera todo menos esto —Me gustas…—finalicé temblorosa.

Continue Reading

You'll Also Like

15.9K 1.5K 22
Isabel Salvatore, es una joven princesa del reino Agua y la tercera hermana en la sucesión de la Corona. Ella sabe que jamás llegará a ser reina y...
72.5K 6.8K 49
"Nessy siempre recordó aquellos hipnóticos ojos grises que la cautivaron en una noche pasada. Ocho años después, el destino conspira para reunirla nu...
254K 23.4K 53
Park Jimin... Un chico pobre que solo está en busca de trabajo ya que su familia lo echaron de su casa por sexualidad y necesita encontrar un trabajo...
1.3K 159 31
Después de casi dos décadas sin magia en el mundo humano, ocurrirán una serie de eventos que forzaran a su regreso; ¿Que pasará? Los hijos de Sunset...