Capítulo Ocho.

4.4K 402 8
                                    

Retrocedió hasta sentarse en la orilla de la cama. No pude mover ni un dedo por lo inmersa que estoy en el paisaje. Verlo así; con su pantalón medio bajado solo para que su pene este afuera, con su camisa transparente por lo sudado que está, y claro, la gota que rebasó el vaso; verlo jalándosela, seguramente impaciente por mi tardanza.

—Mi verga esta apunto de explotar, y no estas chupando, ¿Qué pasa?

—Ugh …—no pude contener mi gemido, entonces gateando me le acerqué, parando justamente enfrente de su intimidad, lamí mis labios embobada… a todo esto, ¿Es normal que las venas se vean tanto? Y carajo, las bolas que tiene ahí… parecen albóndigas.

Cuando lo vi limpiar el sudor de su frente con su brazo, me sentí presionada, ¡No quiero que se aburra! Así que tímidamente lo agarré, es tan grueso que es difícil que mi dedo medio y pulgar se toquen.

Para preparar mi boca, porque dudo que esa cosa entre fácilmente, empecé a masturbarlo, subiendo y bajando mi mano mientras lo presiono, se siente rígido. Johan se echó para atrás recargándose sobre sus brazos, tirando la cabeza hacia atrás.

Preparada acerqué la punta hacia mis labios, causándole un mini sobresalto que también me asustó. Estoy tan nerviosa, ¡Se que anhelaba esto pero, no creí que fuera de tal tamaño! Así que temerosa solo metí la cabecita, para que mi lengua jugara en círculos a su alrededor.

—Ca..Carajo Verónica —gimió tensando las piernas. Por mi parte estoy tan entretenida con el sabor, curiosamente sabe bien, así que comencé a sorberlo como si quisiera llevarme su alma —Ve..Verónica…—de repente se repuso para agarrar un gran puño de mi cabello.

Cerré los ojos con fuerza cuando me empujó cabeza hacia adentro, no sé como se logró pero esa mierda alcanzó mi garganta, con ganas de toser quise alejarme pero su fuerza me lo impide..

—Ugh —dejé salir un quejido ahogado, siento que mi garganta se romperá. Temblorosa lo vi para que me soltara, tengo miedo de que su pene se quede atorado ahi, pero al ver sus reacciones tan transparentes, se me quitaron las ganas de interrumpirlo —Mm…

Por un momento pensé que no le causaría este tipo de cosas: como contracciones de placer, como una respiración tan agitada que hace que respire por la boca, como que arrugue el entrecejo y tire la cabeza hacia atrás ¡Pero lo logré! ¡Le gusta!

—Ahg…—gemí del dolor cuando me separó de su entrepierna, no pude evitar matarlo con la mirada, ¿Cree que mi cabello es de goma? Casi me lo arranca con ese jalón.

—Creo que te subestime…—acarició mi babeada barbilla con su dedo índice, cerré mis ojos deleitándome con su seductor toque —Ven, levántate… —me alcanzó su mano, la cual tomé para finalmente ponerme de pie enfrente suyo. Aparentemente su intención era ver nuevamente mi cuerpo desnudo porque sus ojos no tardaron en recorrerme por completo. Por primera vez me sentí avergonzada, así que desvíe la mirada sonrojada  —Mm…—lamio sus labios de forma coqueta.

Me exalté cuando sus manos tocaron mi cintura, extrañada lo volteé a ver. Fue cuando a base de mi cadera me obligó a sentarme en su regazo, (específicamente en su pene erecto) Sonrojada hasta de las orejas empecé a moverme, buscando la manera de no lastimarlo, siento que lo estoy aplastando y lastimando.

—Si tu intención era seducirme… créeme que lo hubieras logrado quitándote todo —me puse aún más nerviosa cuando agarró uno de mis senos, para comenzar apretarlo. Mientras lo hacía sus perlas grises se dirigieron a mi, después una sonrisa traviesa se formó en su semblante —Eres tan suave…

—Johan…—lo nombré con dificultad. No sólo es como me aprieta los senos, sino también la sensación de tener su pene tan cerca de mi agujero. Es decir, solo necesito acomodarlo para que se meta en mi —Ngh…—impaciente y sin ganas de faltarle el respeto al meterlo yo misma, empecé a moverme en círculos, con la intención de que por “accidente” se meta solo —Jo..Johan —me erguí de golpe cuando metió uno de mis senos en su boca. Así como un gato con un pedazo de carne me apretó para que no me moviera de lugar —Para… harás que me corra…—murmuré cubriendo mi boca, mis gemidos son tan fuertes que me da miedo que me escuchen mis vecinos.

Seduciendo A Las Rosas [Oficial]Where stories live. Discover now