Entre Orquídeas y Secretos ✓

By Gimenabazante

94.7K 13.1K 1.1K

La vida para Mikhail Gurevich había perdido el encanto hacía muchos años, cuando había sido desprovisto de al... More

Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Epílogo

Capitulo 23

2.6K 453 35
By Gimenabazante

Mikhail supo cuando entraron a Rusia, porque le pusieron una bolsa en la cabeza. Fueron parados varias veces en el camino. Varios preguntaron por él y siempre era la misma contestación. 

— Una entrega para Oleg Petrov. 

— ¿Para uno de Ojrana?* — Preguntaban sorprendidos. 

Cuando le quitaron la capucha de la cabeza miró el oscuro lugar que no conocía y se removió inquieto. 

— Aquí está el hombre que se hace pasar por Zhnets. *— ( * La parca) Dijo su secuestrador en ruso. 

 Lo miro con los ojos abiertos. No lo buscaban a él, buscaban a quien se había pasar por la parca. La rabia de Mikhail se incrementó. 

— ¡ublyudok! — (hijo de puta) Gritó furioso. 

  Lo último que vio fue como el palo se acercaba a su rostro y recibía el golpe en la sien. Mikhail cayó desmayado. 

  El frío no lo dejaba descansar, no lo dejaba dormir, no lo dejaba de atormentar. Había hablado, dicho todo lo que sabía, explico lo que le había hecho su hermano y nadie le había creído. Cuando Oleg Petrov llegó trato de convencerlo; pero a ojos de los demás era un traidor que aunque no se había demostrado sus pecados años atrás, ahora si podían hacerlo. 

Las palizas lo remontaban a diez años atrás, las preguntas eran diferentes. Le pedían detalles y mas detalles sobre lo que habían dicho o hecho. Repetía una y otra vez su inocencia. 

  No sabia cuando era de día a veces. Los primeros días o semanas, en realidad no sabia cuando hacia que estaba ahí, lo habían metido en un agujero negro, sin ventanas, sucio. Lo despertaban con baldasos de agua fría, y después lo llevaban arriba para interrogarlo otra vez. Horas y horas las mismas preguntas, las mismas respuestas. 

— Esa es la magia de la ignorancia. —  Le habia dicho a Oleg cada vez que le hacía preguntas. — Ni siquiera se de que estas hablando porque no estuve presente. 

— Me sorprende tu sorpresa ante cada pregunta. 

— Ya te lo dije. — Susurro y se encorvó porque el vientre que le dolía. 

 Estaban sentados en una silla destartalada, con una lámpara como toda claridad. 

— Hace diez años que no piso Rusia. 

— ¿Y que te hizo volver? 

— Me trajo mi hermano. 

— Tu hermano… tu hermano te envió con una carta diciendo que había encontrado al traidor, a la parca. — Lo señalo. 

— Mi hermano es la parca. ¿Por que crees que no esta aquí? Esta en mi casa con mi mujer y mi hermana. 

— Secuestradas. — Le dijo despectivo. 

 Mikhail miro sus ojos verdes, pequeños. 

— ¿Por que no esta aquí llevandose los vítores? — Le pregunto asqueado. 

 El hombre le dio una carta. Él la miro encima de la mesa que los separaba. 

— No llegó a leer. Entenderás que mis ojos no estén en su mejor forma. — Ironizó debido a que tenía uno hinchado y medio cerrado y el otro le molestaba debido al sudor que le entraba. 

— Tu hermano aquí dice que esta buscando a tus ayudantes. 

— Patrañas. 

— Debo decirte Mikhail que tu sumisión a la situación a la que estas me sorprende, creí que pelearías. 

— ¿Serviría de algo? Se muy bien de que va esto. ¿Me crees imbécil? Puedo representar ese papel si quieres.

— Yo creo que aguantas porque crees que tus colaboradores vendrán a rescatarte. 

— Aguanto porque quiero vivir. — Le dijo con intensidad acercándose. El ruido de las cadenas que acompañaban sus movimientos lo exasperó. — Quiero volver con mi esposa ¡maldita sea! 

— Hable con el hermano de Vasiliev. — Comento mirándose las uñas Oleg. 

 Mikhail lo miró inexpresivo. 

— Me dijo que habías aguantado todas y cada una de las palizas en silencio, jamas pudieron hacerte hablar, confesar, nada. 

— Porque no había nada que confesar, ahora te estoy diciendo la verdad y estas ahí parado como un imbécil. — Lo Escupió furioso. 

 Un puñetazo le hizo volver la cabeza. Se revolvió enojado. 

— Si el Zar se tropezara con una piedra me culparían a mi. — Le dijo con intensidad. 

— Sera mejor que descanses. — Oleg se levanto. — Mañana hablaremos nuevamente. 

 Mikhail se levanto y se acerco todo lo que le permitió las cadenas en sus manos a su espalda. Cuando se acerco al hombre pequeño le dio un cabezazo. 

 Grito como un animal salvaje mientras lo alejaban. Se gano que la cadena también este sobre su cuello como un perro. Grito mientras los llevaban a rastras por la escalera. Lo dejaron atado toda la noche. 

  La veía en sus sueños, sus ojos azules, sonriendo y hablando. 

— Dime algo que no sepa… — Susurro a la oscuridad. 

La amaba tan intensamente que le cortaba el aliento. Pero había sido tan tonto como para no ponerlo en palabras. Habia llegado a su vida como el sol sale en la mañana, fresca, cálida con su luz. Le había dado sentido a su miserable vida. Siempre extrañando, siempre añorando lo que no podía tener y ella había llenado cada espacio vacío con su amor. Con su infinita paciencia le había enseñado a amar, a valorar la vida. Le había enseñado a admirar la belleza simple de una flor, a hacer de una casa un hogar. 

  Su hermana, pensó con dolor. Esa jovencita loca que no sabia utilizar un cuchillo porque sus sirvientes le entregaban la comida cortada. Con sus incesantes charlas y cariño. 

  Lloro por ellas, lloro por lo que había perdido. Por favor señor, rogó, no me apartes de ellas. Salvalas de ese perro que había creído que era un hermano.  No permitas que le pase nada. Ese era su único pensamiento, rogaba porque Ilya se haya salvado, que alguien ayude a su familia. 

 Para él ya era tarde, lo sabia desde que su hermano lo había entregado. No saldría con vida de ese lugar, lo sabia, podía sentirlo. Se moriría en ese pozo oscuro. Me llevo tantas cosas, pensó. Se llevaba el saber que había aprendido a amar, que había conocido el amor. Se llevaba mucho y nada. Todo te dejo, todo lo que tengo te lo dejo a ti, nos volveremos a ver, se prometió, aunque yo este en otra parte te esperaré. 

  Recuerdame… recuerdame como el hombre a quien enseñaste a amar, a darle un sentido a su vida. 


  Cuando el agua lo despertó suspiro aliviado al saber que estaba vivo y gimió al saber lo que le esperaba. Sabes que las cosas van a ir a peor cuando en vez de levantarte para que camines directamente te arrastran de la cadena y tu cabeza se golpea sobre los escalones. Al sentarlo sobre la silla destesto al hombre que lo interrogaba. 

— ¿Sabes por que tenemos personas ahí observándolos dormir? — Le pregunto. 

— Seguramente porque les gusta gastar los rublos en estupideces sin sentido. 

— Porque a veces los hombres hablan en sueños, o confiesan sus pecados al creer que morirán. 

 Mikhail lo vio en silencio esperando tenso. 

— Tu has hablado toda la noche Gurevich. — Le dijo tratando de ver alguna emoción. — Has repetido un nombre muchas veces, creo que el guardia hasta lo dice con adoración. 

Él trato de controlar su respiración. 

— Ojos océano. — Murmuro en ruso. — Ojo océano. Una y otra vez. Victoria una y otra vez. ¡Diría que te has enamorado! — Exclamo abriendo los brazos. — ¿Que piensas del Zar? 

— No estoy bajo sus dominios, no me gobierna hace diez años, no me interesa. 

 Recibió un cachetazo,no llegaba a doler pero era mas para humillar y Mikhail lo miro con odio. 

— ¿Que piensas del zar? — Repitió. 

— ¿Que quieres oír? Quizá si fueses mas específico podría recitarte lo que quieres que diga. 

— Quiero la verdad. 

— Ya te la dije. Nunca me intereso el zar, ni mi padre ni nadie de esa familia.

— Todos saben que eres ilegítimo de Constantino, que incluso cuando murió no les dejo nada a ti y tu hermana ¿Por eso lo quisiste derrocar? 

— Lo único que me habría gustado era haberle metido una patada en el culo a mi padre y haberle roto la polla a ver si dejaba de meterla en cualquier vagina para que deje de traer hijos al mundo. No me importa el zar ni su gobierno. Pueden irse al infierno. 

 Un cachetazo mas fuerte lo hizo voltear la cara. 

— ¿Por eso te uniste a los revolucionarios? 

— ¿Para que me uniría a los revolucionarios? — Él lo miro sorprendido. — Quizá no lo sabias pero hay vida fuera de la corona rusa. 

— Supongamos que te creo. 

 Mikhail entre cerro los ojos. 

— Supongamos que eres inocente, que tu historia retorcida es cierta. Aun así no saldrás de aquí con vida. 

— Lo se.  Lo único que quiero es que mi hermano arda en en el mismo infierno al que iré. 

 El fuego en los ojos de Mikhail sorprendieron a Oleg. 

— Es un perro traidor. Deseo que se queme en el infierno, con cientos de velas rodeando su corazón. 

— Averiguare que puedo hacer para saber el paradero de Vladimir Gurevich. 

— No debes buscar mucho, ve a mi casa y lo encontraras. 

 Le dijo enojado. 

Lo habían cambiado de celda hacia una semana y parecía que se habían olvidado de que él estaba ahí, supuso que lo dejaron morir de frío.
Vestido con un chaleco y un saco encima, Abrazado en la esquina de la celda,  en el cuadrado dónde sabía que el sol llegaba espero con ansias que el astro rey le de un par de horas de sol y se pueda entibiar un poco. Él vaho que salía de su boca era el único comprobante de que estaba vivo. Una luz se acercó despacio bajando las escaleras, el solo movió los ojos y vio al hombre que sostenía una lámpara. Rezo en silencio porque no lo lleven a golpearlo nuevamente, pues su piel estaba congelada y juraría que se rompería como el cristal si lo movían. Miro al hombre que estaba recostado fuera de su celda donde estaba siempre, lo envidio. Con una cantidad de mantas y abrigo de piel. Cuando lo reconoció se tenso. 

  Oleg Petrov miró al hombre impasible abrazado en la esquina de la helada celda, debía reconocer que admiraba su fuerza de voluntad. Sabía por algunos que diez años atrás había aguantado peores golpizas de las que había recibido. Pero esta vez había hablado contando una historia tan retorcida como posible. Había sospechado de Vladimir Gurevich demasiado tiempo como para no creerlo; pero no tenía pruebas y las palabras de un antaño traidor no era un aval confiable. Se agachó y lo miro, estaba lejos pero sus ojos estaban abiertos. 

— Han decidido tu destino. 

 Mikhail cerró los ojos vencido y espero. 

— Aunque sea verdad lo que has dicho estas condenado, tenías prohibido pisar suelo ruso. Seré benévolo y terminaré rápido. Hoy en la tarde terminare con tu sufrimiento. 

Ojrana: Cuerpo de policía secreta del régimen zarista.

Continue Reading

You'll Also Like

2K 184 10
Felix solo quiere un beso de JeongIn~✧ †Pareja principal:Jeonglix †habra alguna que otra pareja secundaria †original?... ENPIEZA:01/02/2024 TERMINA:0...
125K 5.6K 56
tus amigos llevaron a un amigo a tu casa desde ahi se conocen y pasar de los dias se van gustando
985K 50.5K 45
Desde el momento que subí al tren del expreso de Hogwarts y choque con Draco y Blaise mi vida no volvió a ser la misma. Más cuando el sombrero selecc...
1.2M 93.9K 79
Becky tiene 23 años y una hija de 4 años que fue diagnosticada con leucemia, para salvar la vida de su hija ella decide vender su cuerpo en un club...