Entre Orquídeas y Secretos ✓

By Gimenabazante

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La vida para Mikhail Gurevich había perdido el encanto hacía muchos años, cuando había sido desprovisto de al... More

Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Epílogo

Capitulo 10

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By Gimenabazante

Mikhail no cambió de expresión a medida que oía a Ilya con la noticia sobre el casamiento de Victoria. Mientras tomaba vodka solo en el salón pensaba en ella. Seguramente por eso había pedido el dinero. Se preguntó qué tenía pensado hacer. Y cómo le afectaba a él saberlo. No era algo que lo dejaba indiferente. Ella no necesitaba casarse con alguien mayor. 

  Miró a su hermana que bajaba las escaleras recién cambiada con una bata encima de su largo camisón blanco y se sentaba a su lado. 

— ¿Qué haces tan tarde levantado? 

 Él la vio servirse un vaso de vodka y tomarlo como agua. 

— Esta noche fue horrible. La señora Lidia casi me encadena a su lado. 

— ¿Viste a alguien que te interese? 

— No. — Svetlana le sirvió Vodka.  — Escuche algunos comentarios interesantes.

 Puso los ojos en blanco cuando su hermano la miró inexpresivo. 

— Oí que la señorita Victoria se va a casar. — Abrió los ojos sorprendida y después negó cuando la expresión de su hermano siguió impasible. — Victoria Jackson. 

 Él se limitó a mirarla. 

— No me hagas eso jamás Mikhail. — Suplico. 

— Hasta mañana Svetlana. 

 Él se levantó y se llevó la botella de vodka a su habitación. 

  Le pareció una habitación vacía y austera demasiado grande para el. La enorme cama con dosel le pareció demasiado grande para él solo, las dos sillas que estaban acomodadas en las ventanas que daban al frente de la casa le parecieron fuera de lugar. ¿Por qué Ilya habría puesto dos sillones enfrentados cortando la ventana y entrada de luz? Se acercó y miró el jardín. El botón rojo resaltaba con la luz de la luna. Se sintió orgulloso de haber participado en algo tan simple y hermoso. 

 Corrió la cortina y se sumió en la oscuridad. 

Victoria se sintió incómoda cuando se sentó en el jardín de sol junto a Oksana que parecía que no podía evitar sonreír sin razón. 

— Veo que el matrimonio te ha sentado bien. — Musitó mientras cortaba algunas ramas secas. 

— No me puedo quejar. 

— Supongo que lo sabré Pronto. — Hizo mala cara y dejó que el comentario haga efecto. 

— ¿Conociste a alguien para casarte? 

— Mi padre me casara con el señor Mowsac. — Le dijo sin mirarla. 

 Oksana se puso lívida. 

— No hablas en serio. — Murmuró horrorizada. — ¿Ethan está de acuerdo con esto? 

— Él ha sido el que ha acelerado todo. 

— ¿Por qué? — Oksana la miró indignada. 

— Al parecer creen que he perdido la razón después de aceptar arreglar el jardín del señor Gurevich. 

— ¿De Mikhail? ¿De verdad aceptaste? — Oksana negó suavemente. — No tendrías que haberlo hecho. 

— ¿Por qué? 

 Oksana negó suavemente y dejó de cortar las plantas para mirarla. 

— Mikhail Gurevich asesinó a un hombre Víctoria. — Le dijo como si se hubiese vuelto loca. — La verdad es que no se qué es lo que pasó ahí pero tiene prohibido pisar tierra que esté bajo el imperio ruso. Y además vive hace diez años ahí arriba en Bishop y jamás ha sido visto más que lo justo y necesario. 

— ¿Y por eso yo debo casarme con un hombre porque él es un hombre extraño? 

 Oksana la miró perpleja. 

— Tienes razón. ¿Que tiene que ver Gurevich contigo? Tú le estás haciendo un trabajo como cualquiera, nadie le haría un escándalo porque Lara le haga sus cuentas ¿O si? 

— A eso me refiero. — Victoria la señaló dándole la razón. 

— Aquí pasan cosas raras. — Suspiro indignada. — Esa mala costumbre de meterse en la vida de los demás. — Dio una palmada como matando un bicho. — Hay que aplastarlos como moscas. — Hizo un mohín triste. — ¿Te casaras con ese hombre? 

— No tengo otra opción ¿O si? 

— ¿No piensas hacer nada para evitarlo? 

— No tengo idea de nada. 

 Oksana negó suavemente. 

— Me meteré en problemas ¿Sabes? — Sonrió desafiante. — Pero ahora que recuerdo mi padre ya no puede castigarme. — Ambas sonrieron cómplices. — Un carruaje te esperará en la salida del pueblo a las cinco de la mañana del lunes. Te llevará donde le pidas. No me lo digas, es mejor que no tenga tanta información. ¿Tienes dinero? Puedo darte…

— No acepte hacer el jardín de Gurevich gratis. 

— Muy bien. — La alabo. 

Cuando el reloj marcó las cuatro de la mañana del lunes Victoria se levantó de la cama. Ya estaba preparada, con un vestido de viaje marrón oscuro, el cabello estaba trenzado y atado en su nuca. Saco de debajo de la cama un bolso lleno y tomó su bastón. Necesitaba toda la ayuda posible. No le era imposible subirse sola a un caballo pero si le costaba y le llevaba tiempo. Asique bajó rápidamente y despacio las escaleras hasta el establo. Resolvería como bajar una vez que haya llegado a su destino. Cuando llegó el carruaje ya estaba ahí y ella se dio cuenta de que había tardado más tiempo del que habría querido preparando el caballo y subiendo. Le hizo señas al cochero para que la ayude a bajar y soportó impasible mientras el hombre la tomaba de la cintura y la ayudaba a bajar. Camino apoyándose en el bastón y acepto la ayuda del hombre para subir pues sus piernas le temblaban debido a las caídas que había tenido cuando había tratado de subir sola al caballo. 

  Se fue Surrey primeramente. Lo mejor que pensó fue en alejarse de Essex y Londres. El carruaje la dejo en la primera posada y ella espero que se marche para irse a otra. Sabía muy bien que tarde o temprano le preguntaría dónde la había dejado. Camino hasta la avenida principal y tomó un carruaje de diligencia. Después de tres viajes consecutivos en carruajes de diligencia sin parar en todo el día llegó a Chichester y se instaló en la primer posada que encontró. Estaba sucia, con hambre y toda dolorida. Lo único que quería era darse un baño y acostarse. 

  Después de comer como si fuese su última cena se acostó en la cama y se sintió tranquila pues nadie la conocía ahí. Se recuperaría y luego empezaría viaje. En realidad no sabía a dónde iría pero se podía dar unos días de tranquilidad para recuperarse de los moretones en sus piernas. 

Mikhail estaba desayunando con su hermana tan charlatana como siempre cuando lo interrumpieron unos gritos y escándalo en la entrada. Svetlana se levantó alarmada. 

— Siéntate. — Le dijo Mikha tranquilamente. — Ilya se ocupará. 

— ¿No tienes curiosidad? — Su hermana lo miró sorprendida. — ¿Que especie de humano eres? — Ella se rió consternada. — Nunca te sorprendes, nunca tienes curiosidad… 

 Antes de que ella continuará entró Ethan Jackson llamándolo a gritos. 

— ¡Gurevich! 

— Señor. — Se disculpó Ilya. 

 Él se levantó despacio fulminando a Ilya con la mirada, posó su mirada en el intruso y lo miró esperando que hable. 

— ¿Señor Ethan está todo bien? — Preguntó Svetlana levantándose alarmada. 

— ¿Dónde está mi hermana Victoria? 

— Ella no… — Comenzó a decir Svetlana.

— Svetlana sube a tu habitación. — Dijo su hermano suavemente. 

— Mi hermana ha desaparecido. — Dijo Ethan entredientes. 

— ¡Oh Dios! — Svetlana se puso las manos en los labios asustada. — ¿Cómo ha desaparecido? Mikha… — Exclamó Svetlana horrorizada. 

Ya skazal vam, chtoby uyti. Ne zastavlyay menya povtoryat' Svetlana, ukhodi. *( Te dije que te retiraste. No me hagas repetir Svetlana, retírate.) Le dijo señalando la escalera. 

 Ethan observó a la furiosa joven que fusiló a su hermano con la mirada, levanto su falda y subió las escaleras corriendo. 

— No sabría decirte nada. — Mikhail se sentó y lo invitó con la mano. Ethan vio a Ilya abrirle la silla rápidamente. — Creí que la vería hoy, el jueves nos informo que nos veríamos hoy sin cambios. 

— ¿Qué hacía tu perro fiel en mi casa hace dos días? — Ethan señaló a Ilya. 

— Ilya no es ningún perro. — Murmuró inexpresivo. 

— Gracias señ… — Ilya hizo silencio cuando él Levantó la mano exigiendo silencio. 

 Mikhail no quitó la mirada de Ethan. 

— Mi empleado fue a llevarle lo acordado a tu hermana. 

— ¿De qué hablas? 

— ¿Creíste que me hacía un favor? — Mikhail disfruto de su sorpresa. — La señorita Victoria se ha cobrado por cada planta de mi jardín y por cada hora que ha pasado aquí. 

 Ethan supo que eso cambiaba las cosas. Ella se había ido con un caballo que habían encontrado dando vueltas pedido en el pueblo. Había creído que lo había ido a ver y en cambio se había ido a otro lado. Ahora tenía dinero y eso cambiaba las cosas. 

— ¿No sabes dónde puedes estar? — Preguntó Ethan. 

— No. 

 Se fue inmediatamente furioso. Alguien había ayudado a su hermana y ya había despejado un sospechoso. 

Cuando la puerta principal se cerró espero que Ilya se acerque. 

— Ve al banco y paga lo que tengas que pagar para que te informen cuando Victoria Jackson retire dinero y de dónde. A nadie más que a ti te informarán ¿Entiendes? Buscala y encuéntrala antes que ellos. 

 Ilya asintió enérgicamente y salió. 

 Él golpeó la mesa con las palmas de las manos y arrastró lo que había furioso. ¡Maldita inconsciente! Pensó enojado. 

La noticia de desaparición de Victoria fue como las pequeña olas en un estanque cuando cae una piedra. Fue llegando la noticia a la casa de cada Kuznetsov a medida que se levantaban. 

 Larissa daba vueltas alrededor del salón con su pequeña hija que la miraba sentada con sus ojos preocupados. 

Elena en cambio observaba a su hijo correr y gritar junto a su marido y cuñado. Sentada con su beba en brazos la escuchaba reír viendo a sus payasos delante. Se quedó con sus hijos cuando ambos se fueron a ayudar a buscar a Victoria. 

 Sergei dejó a su esposa y su bebé desayunando cuando se enteró. Y se fue también a ayudar. 

 Cuando la noticia llegó a la casa de Oksana su marido observó su rostro sorprendido y entrecerró los ojos sospechoso cuando ella se ofreció a buscarla con los perros sabiendo que era imposible pues evidentemente se había ido en carruaje. 

— Tu la ayudaste. — Murmuró Michael negando sorprendido. 

— No. — Oksana le dio la espalda y llamó a su perra Akasha. — Iré a la casa de Papá para ver si puedo ayudar en algo. 

— Sabes que si. Vamos a ir juntos a la casa de tu padre. 

— No me voy a disculpar. — Oksana lo miró orgullosa. 

— No te pedí que lo hagas. — El se acercó y la abrazo susurrando en su oído. — Aunque serás debidamente castigada. 

 Ella se ruborizó y se rió divertida. 

Ethan y Oksana discutieron largamente en la casa de este cuando ella llegó con el cochero que la había llevado. Larissa apoyo a Oksana a pesar de todo, replicando enojada que él sobre todo había orillado a Victoria a hacer eso. Cuando llegaron a la posada donde supuestamente estaba alojada Victoria nadie la había visto. Ella jamás había entrado en ese lugar, dejándolos sin ninguna pista de dónde podía estar. Revisaron sus cosas, buscaron alguna pista pero no tenían nada.  El enojo de Ethan se desvaneció la primer semana que su hermana había desaparecido, dando paso a la desesperación y miedo de que algo le pase. 

Los hermanos Gurevich aparecieron a la tercer semana en la casa de sus padres. Aunque le habría gustado echarlos tuvo que morderse la lengua pues la preocupación en el rostro de la joven rusa era imposible de fingir. Svetlana charló largamente con la señora Alice sobre su hija lamentando y ofreciendo cualquier cosa que necesiten.

  Alice palmeó la mano de la amable joven que le hablaba de su hija y la hacía reír distendiendo el pesado clima de la habitación. Su hermano era una máscara de piedra que le ponía los pelos de punta. No podía negar que era un hombre apuesto y sus ambarinos ojos era muy felinos, pero su rostro estaba tallado en piedra, dudaba que ese hombre conozca lo que era una sonrisa y sospechaba si tenía dientes. No había dicho absolutamente nada más que buenos días. 

Ethan miró a Mikhail que miraba a su hermana impasible. De repente fueron interrumpidos por su sirviente. 

Prostite, ser, eto vazhno. * (Disculpe señor es importante) — Dijo desde la puerta. 

 Todos observaron lo agitado que estaba. 

— Ilya ¿Te encuentras bien? — Pregunto preocupada Svetlana. 

— Sí señorita, no se preocupe. 

Ethan vio con asombro que Ilya le hablo en lenguaje de señas a Gurevich que se levantó al instante. Larissa miró a ambos sorprendida. 

— ¿Entendiste? — Preguntó en susurros Ethan a su esposa. 

 Ella lo miro indiferente. 

— Hablo ruso no Lenguaje de señas  Ethan. — Contestó mirándolo saludar. 

— Puedo quedarme… — Empezó Svetlana.  

My dolzhny idti. *(Debemos irnos) — Le cortó el.  

Lara le tradujo a Ethan lo que había contestado Gurevich y puso los ojos en blanco. 

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