-Dejaré las maletas en su cuarto señorita, ahora vaya a clases que no querrá empezar mal su primer día
Su mayordomo llevaba las maletas bajo brazos.
-Gracias Frank, nos vemos en vacaciones
Es mitad de curso, y hoy empezaría el primer día en un internado ¿Por qué a estas alturas del año? Bueno, sus padres son personas muy ocupadas, con una cadena de hoteles, ¿A quién no se le pasa inscribir a su hija a una preparatoria en tiempo y forma, de manera que deberá tomar clases en casa nuevamente hasta que se encuentre una escuela que la admita? Claro, al señor y la señora Yamada.
Gracias al cielo que Frank, había podido contactar con la academia MoriMori, y al escuchar el apellido, el director accedió de inmediato a la solicitud, por lo que hoy sería el primer día en el lugar que será su hogar durante los próximos años.
La chica iba caminando, se mantenía aferrada a las correas de la mochila por lo nerviosa que se encontraba, digo, una persona nueva, que no hizo amigos por iniciar tarde el curso, que además ha visto solamente a hombres en el camino a su aula y que, al parecer, está llamando mucho la atención, ¡Claro que estaba perdiendo los estribos! Estaba tan distraída hasta que
-¡Auch!
-¡Oh! Lo lamento mucho... ¿Señorita? - Un chico de apariencia adorable, acababa de chocar con ella.
La chica estaba más preocupada por encontrar su salón, que en fijarse si se había hecho daño o no.
-Disculpe, estoy un poco, muy perdida, ¿Sería tan amable de indicarme el salón 1-D? -pidió de forma tímida.
-Amm, claro, yo estoy en él, sígame- El chico estaba confundido ¿Qué asuntos traerán a una chica a la academia? ¿Qué hace con una falda parecida al uniforme? Aunque, le parecía linda - por cierto, mi nombre es Kyousuke Yaguchi, ¿Qué te trae por aquí?
-Mucho gusto, yo soy Yamada Kai, y ahora... Oh - Ya se encontraban delante del salón- Pronto lo sabrás – Kai sonrió.
Todos los chicos que estaban ahí entraron al salón, le parecía raro, ya que no había visto una sola chica, ni dentro ni fuera del aula, pero no le tomó importancia, seguramente ya le dirían los horarios y las reglas, era posible que las chicas tuvieran un horario distinto, o estuvieran en otro edificio, algo parecido, se intentaba calmar a ella misma, sabiendo lo poco probable que sonaba eso, así que los nervios amenazaban con volver por la rara situación.
Casi de inmediato llegó el profesor, el hombre la miró de arriba abajo y soltó una expresión de asombro, le dijeron que habría un nuevo alumno en su clase, pero no que sería una chica.
-Mucho gusto, soy la nueva alumna y...- una llamada estaba entrando a su teléfono, debía de ser urgente, ya que no se atreverían a interrumpir sus clases- un segundo por favor-dio media vuelta- ¿Diga?
-Señorita, lamento mucho mi falta, debí haber investigado más acerca de la academia- la voz de Frank se escuchaba desesperada.
-¿De-de q-qué me hablas?- ahora si estaba muriéndose de nervios.
-Lo lamento, en verdad lo siento, me dicen que mínimo deberá acabar el año ahí, pero ya estoy buscando la manera de sacarla- seguía dándole vueltas.
-¡FRANK! ¿Dime qué es lo que está pasando? ¿Por qué me quieren sacar de la escuela?
- ¡Ay mi niña!, la academia Morimori es un internado masculino.
La voz de su mayordomo se alejaba más y más hasta que no pudo escuchar otra cosa y todo se volvió negro, de ahí, no recuerda nada.