Mi móvil vibra y miro la pantalla, voy por el camino que no es, giro sobre mis talones y desando lo que había caminado desde el cruce, me meto por la otra calle, miro de nuevo el GPS y veo que ya es al final de la calle a donde quiero llegar. Lo bloqueo y lo meto en mi bolso a medida que acelero el paso, el viento me da de frente y parece cortarme la cara con el frío típico del invierno, el edificio es un bloque con una apariencia bastante sobria, y aunque puede dar el aspecto de estar un poco viejo porque al rededor de las ventanas la pintura está un poco suelta, es elegante y sé perfectamente que ahí trabaja gente algo por encima de la media normal en lo que a dinero se refiere. La puerta giratoria se mueve y sale un hombre de unos cincuenta años con el maletín en la mano, viste un traje negro y una corbata roja encima de la camisa, parece enfadado y desaparece al fondo de la calle en poco tiempo.
Me muerdo las uñas debatiendo si entrar o no. Me quedo mirando el agua de la fuente que hay delante, es de piedra oscura y tiene la forma de dos elefantes, el agua cae con suavidad, tiene algo de diferente de las otras fuentes.
Diviso un banco entre la acera y el carril bici así que me siento y saco el iPod, enchufo los auriculares y me los coloco. Doy al play en modo aleatorio y Grow de Holly Henry empieza a sonar. Observo la puerta mientras las canciones se suceden una detrás de otra.
La gente sale pero nunca es la persona que quiero ver. Mi rodilla se mueve arriba y abajo con los nervios, ni siquiera sé que voy a decirle cuando lo vea. Tras un par de canciones más mis ojos divisan una cara conocida y sonrío, va hablando por el teléfono, al girarse me ve y se acerca. Cuelga poco antes de llegar y luego me saluda.
"¡Skylar! ¿Qué haces por aquí?" me dice con una sonrisa antes de sentarse.
"Solo... esperaba a una persona" le devuelvo el gesto y entrablamos conversación un rato.
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"Lo siento, tengo que irme" vuelve a sonreír. "Ha sido agradable encontrarte y charlar contigo de nuevo, Sky. Hasta pronto."
"Espero verte de nuevo, Luke, hasta la próxima."
Me despido con la mano hasta que se gira y luego vuelvo a mi mundo cuando la música vuelve a sonar. Sigo mirando la puerta por un buen rato y entonces me doy cuenta de que habría podido salir mientras estaba hablando con el rubio. Expulso todo el aire de mis pulmones y cuando ya me estoy levantando para irme le veo salir, me quedo parada y quieta, no sé qué hacer, mi cuerpo se ha congelado, le tengo a tan solo diez metros, he venido a hablar con él y ahora solo me invade el miedo y los nervios. Él levanta su cabeza y me ve, puedo apreciar como niega con la cabeza con mueca de decepción y luego sigue su camino. Reacciono y voy detrás de él a paso rápido, cuando me falta poco para llegar estiro mi brazo e intento sujetarlo pero con un movimiento se suelta y sigue andando. No sé por qué pero las lágrimas se acumulan en mis ojos y tengo que respirar hondo para que no salgan. Me calmo, vuelvo a andar y cuando le adelando me paro delante suyo, haciendo que también frene sobre sus pies. Se mueve a un lado e intenta seguir pero me muevo yo también, le miro y separo mis labios, debería tener algo pensado pero simplemente digo lo primero que se me viene a la cabeza:
"Te echo de menos" y entonces las lágrimas que me había tragado para mi misma vuelven a mis ojos pero esta vez caen. "¿Podemos hablar?"
No dice nada pero me tiende un pañuelo de tela. Me seco las gotas saladas y se lo devuelvo, él lo guarda de nuevo y desliza sus dedos entre los míos haciendo que siga su paso hasta el aparcadero de la empresa. Se para delante de un BMW negro y mete la mano libre en un bolsillo, acto seguido se oye un pitido y me abre la puerta del copiloto para que entre, no digo nada y él se sienta en el asiento de conductor, arranca y en poco tiempo estamos ya en su casa a las afueras. El trayecto ha sido silencioso pero agradable y mi mente no dejaba de divagar en qué le iba a decir cuando hablásemos. Abre la puerta y me hace un gesto para que pase, cruza hasta otra habitación y le pierdo de vista, quedándome plantada en medio del recibidor asombrada por todo el lujo de la casa pese a que por fuera parece sencilla.
"Sky, ¿has comido?"
"Sí" contesto mientras sigo el sonido de su voz hasta la cocina. Le veo echar un puñado de espaguetis en un cazo y luego se apoya en la encimera. Me mira y sonríe de lado, siento que mi cuerpo empezará a temblar en cualquier momento.
"Ven aquí" mis pies le obedecen a pesar de que mi cerebro está colapsado. Cuando llego a estar en frente a él tira de las dos presillas delanteras de mi pantalón acercándome a su cuerpo y me rodea con sus brazos, creo que es el abrazo más fuerte que me ha dado nunca. Uno mis manos detrás de su espalda y dejo caer mi cabeza en el hueco de su cuello.
"Te echaba de menos."