Versos fríos [EN EDICIÓN]✔️

By laurel_writer

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El frío era un escudo para ella, una capa de invisibilidad para evitar que la dañaran. Pero ella ya estaba ro... More

Prefacio
1. Tan solo una sonrisa
2. Miedo a la soledad
3. Poco orgullosa
4. Sufrir en silencio
6. Sentimientos de hielo
7. Máquina perfecta
8. Los chicos de Indiana
9. Los estragos del pasado
10. Desastres de un recuerdo
11. Miedo a enamorarse
12. Viaje de emociones
13. Brillo
14. Libre de represalias
15. Impulsos destructivos
16. "Deudas"
17. El infierno que nadie merece vivir
18. Palpar el amor
19. El arte de sentir
20. El error al no escuchar
21. Objeto explosivo
22. Voluntad
23. Un heróe con debilidades
24. Una persona especial (parte 1)
25. Una persona especial (parte 2)
26. Inquebrantable
27. Marioneta
28. No todo está en el olvido
29. Es doloroso ser fuerte.
30. Hechizo
31. Sentirse útil
32. Vacío de incertidumbre
33. Dejar ir
34. Cristales rotos
35. Pensamientos que consumen
36. Antes y después
37. Cuestión de minutos
38. Alguien que ya estaba perdido
39. Desconocido
40. Intentar olvidar
41. Estallar
42. Sueños rotos
43. Inocentes
44. Versos fríos
45. Sospechas preocupantes
46. Luz en la penumbra
47. El villano que quería ser un héroe
48. Un recuerdo intacto
49. Dos copos de nieve.
50. En algún lugar de España
Epílogo
Agradecimientos

5. Sin tanto hielo

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By laurel_writer

Dalia.

Llevaba una semana con el régimen de Stella y habíamos notado que aumenté un poco de peso, no demasiado, pero era suficiente para considerarlo un avance. Con Newt no habíamos vuelto a tocar el tema de Donna y Kyle llevaba desaparecido desde hacía ya varios días pero no me atreví a preguntarle a Newt sobre la vida de él.

Solté un suspiro al terminar de de vestirme para la salida con Newt, últimamente los de la prensa estaban actuando como locos y debíamos darles más de que hablar antes de concederles una entrevista en la que negáramos todo, justo como lo indicaba el plan de Moyra y Marcus. Estaba agotada por tener que lidiar con todo esto y más aún con el indicativo de que Stella se encontraba en casa por mi culpa, no digo que no me guste verla pero ella aparece cuando las cosas no van bien, y claramente no lo iban.

—¡ya estoy aquí!—el grito que venía de la sala era de Newt quien se había acostumbrado a gritar para informar su llegada.

Bajé las escaleras y Newt me vió con el ceño fruncido.

—no llevarás eso, ¿o si?

—¿qué tiene de malo?

—iremos a caminar, con esos tacones no quiero ni imaginarme cómo se verán tus pies luego de llegar.

Rodé los ojos y volví a subir las escaleras. Si no fuera porque no quería ganarme unas ampollas innecesarias en mis pies, le hubiera dicho a Newt que se jodiera pero simplemente asentí para evitarme discusiones y posteriormente cambié mis zapatos por las ya constantes zapatillas y bajé de nuevo.

—así está mucho mejor, ¿dónde está Stella?

En el poco tiempo que Newt llevaba yendo al apartamento Stella ya lo había consentido lo suficiente con sus batidos y snacks deleites de su paladar.

—hoy debía acompañar a su hermana al doctor.

—que triste, hoy quería un batido.

—sin llorar, Newt.

—bien—bufó como niño pequeño—. ¿nos vamos?

—supongo.

Subimos al ascensor y estábamos en un silencio muy incómodo hasta que Newt habló:

—no sé si Marcus te lo dijo pero mañana haremos unos ensayos en la disquera para la colaboración.

—¿mañana? Marcus no lo mencionó.—dije un poco confundida.

—pues ya te lo informo.

—¿no se suponía que Kyle nos ayudaría con eso?

—cierto.

—¿y dónde está?—bajamos del ascensor y caminamos por el sótano del estacionamiento—. Sería bueno usar la cabina para un cambio de ambiente o algo así.

Newt se detuvo mirándome con una sonrisa pícara que nunca antes le había visto.

—¿un cambio de ambiente? ¿Solo para eso?—inquirió con un tono de voz que me pareció extraño el cual lo acompañó con una ceja levantada.

—no entiendo tu asquerosa expresión—comenté indiferente y abrí la puerta del auto.

—llevas una semana evitando hablar de él, has resistido mucho porque era de lo único que se podía hablar contigo.

—no he tocado el tema porque te pones como loco—repliqué—, y más cuando menciono a Donna.

Newt me miró indignado.

—no me pongo como loco.

—lo haces.

—no lo hago—espetó con rudeza.

—como sea, solo lo preguntaba porque se supone que él hará la edición de todo.

—¿y por qué no lo llamas? ¿O le pides a Marcus que haga el trabajo sucio como acostumbras?

—deja de tratarme como una inservible—bramé harta de su actitud.

—¡deja de comportarte como si nada te importara cuando realmente te importa!—soltó con obviedad.

—aw, que tiernos—una voz del asiento trasero me sobresaltó—, ya se ven como una verdadera pareja y eso que me fui por una semana. Se notan los avances.

—carajo—musité al reconocer la voz de Kyle y al verlo desde el retrovisor con una enorme sonrisa.

Él se encontraba como niño pequeño en el asiento trasero del audi. Menos mal no dije nada fuera de contexto.

—¿por qué no me preguntas lo que quieres saber y así Newt se ahorra el trabajo de lechuza?—inquirió levantando las cejas con el mismo tono que antes Newt estaba usando.

—solo quería saber si harías la edición de nuestra colaboración...

—y también que quiere ir a tu cabina para cambiar de "ambiente"—volvió a añadir Newt con el tono que ya detestaba.

—¿ambiente?—preguntó Kyle divertido y yo solo giré para evitar verlo—. ¿Y ahora me ignoras? Que madura.

—ustedes son los inmaduros—espeté—. Andando, Newt, se supone que estaríamos allí a las tres

—no era solo que llegaras para que volviera a ser la misma arpía de siempre—dijo Newt encendiendo el motor del coche.

—déjame en mi apartamento, Donna está ahí y no quiero dejarla sola por mucho tiempo.

—¿entonces por qué vienes a hacer del mal tercio ahora?—inquirí sin mirarlo.

—¿tanto te molesta mi presencia?

—me fastidia más que el sol brillándome directamente en los ojos.

Kyle soltó una carcajada haciéndome verlo instintivamente por el retrovisor. Él  tenía una enorme sonrisa de arrogancia plasmada en el rostro y aparte de eso sus ojos marrones no dejaban de verme con burla desde el espejo.

—ya te extrañaba, Delilah—comentó a lo que yo rodé los ojos.

—no me llames así—sentencié cansada del mismo asunto.

—entonces Dely, para que se escuche más ameno.

—no hagas enojar a Dalia, hace unos días por poco me lanza un tacón como al fotógrafo de Versace—dijo Newt.

—¡deja de mentir, llorón!

Newt nos llevó hasta el apartamento de Kyle. Creí que él se bajaría solo pero al parecer estaba equivocada.

—¿no vas a saludar a Donna?—preguntó Kyle codeando a Newt.

—¿cómo se te ocurre tan siquiera preguntarlo? Es obvio que si—Newt se quitó el cinturón y yo lo miré confundida—. Llegaremos a tiempo, ven, vamos a saludar a Donna.

Bajé del auto y los seguí hasta el apartamento. Cuando llegamos, Kyle dejó sus llaves sobre la barra de la cocina.

—¿Donna?—por lo visto nadie respondió—. Iré a ver si está en su cuarto—dijo Kyle.

—voy a la cocina—comentó Newt.

Me quedé sola en el pasillo así que decidí ir en busca de la intrigante cabina de sonido. Encontré la puerta y entré, la luz estaba apagada por lo que a tientas busqué el interruptor y al encenderlo vi algo que me espantó por un segundo. Al parecer se trataba de Donna quien estaba envuelta en una sábana con el cabello en una coleta y los audífonos de Kyle puestos. Sus ojeras eran notables a distancia y su cabello no estaba negro como lo había visto en la imagen que me mostró Marcus sino que lo llevaba teñido de un rubio más claro que el mío.

—¿y tú quién eres?—preguntó con precaución y algo de miedo.

—eh... soy... soy Dalia. Conocida de Kyle.

Donna me miró con el ceño fruncido por un momento hasta que suavizó su expresión para luego restarle importancia al asunto.

—ah... eres una de las que trae para... si, lo entiendo.

Abrí los ojos de la impresión que me causó su comentario, definitivamente no quería que me viera como algo así.

—¡no! No creas que soy así, vine con él y Newt.

Ella levantó las cejas sorprendida.

—ah, ya sé, ¿eres la chica que se supone sale con Newt?—inquirió en un tono de voz bajo.

—si... no es nada serio pero por favor no lo comentes en otro lugar.

—descuida, no me agrada el chisme.

Ella se giró y retiró los audífonos de sus orejas. Tecleó algo en la computadora y se levantó de la silla.

—¿te vas?—pregunté un poco incómoda.

—creo que Kyle debe estar buscándome así que...

—¿qué hacías aquí?—dije para tratar de ganarme un poco de su confianza al ver que trataba huir de mí.

—me gusta ver las pistas que él graba y había una nueva, quería escucharla para saber con quién estaba grabando pero luego escuché unos gritos y entraste tú.

Oh no... él había guardado la grabación.

—¿gritos?

—la grabación se llama Delilah, creo que debe ser de alguna chica que conoció y trajo la semana pasada.

Un tanto apenada y deseando que no me hubiera reconocido como la chica de la grabación, me crucé de brazos para tratar de tener otro punto de vista que no fuera el mismo de siempre.

—¿y qué te pareció?

—canta bien pero lo que dice mi hermano es verdad, le falta más sentimiento.

No me sorprendía escuchar lo mismo de todo el mundo.

—creo que deberíamos ir... afuera.

Donna asintió y salimos de la cabina. En la sala encontramos a Kyle marcando en su teléfono un número con desesperación pero al encontrar a Donna se calmó.

—¿dónde estabas?—preguntó tratando de controlar su respiración.

—estaba en la cabina con Dalia—dijo señalándome.

—lo siento, no las había presentado aún—comentó Kyle.

—¿dónde está Newt?—preguntó Donna.

—en la cocina.

—¿te molesta si...?—Kyle le restó importancia y Donna se dirigió a la cocina.

—¿por qué fuiste a la cabina?—preguntó un tanto serio cruzándose de brazos mientras se acercaba de a poco hasta donde yo estaba.

—curiosidad...—contesté mientras me sentaba en el mueble tratando de no hacer mucho contacto con él.

—¿solo curiosidad?

—no te creas tan importante—reproché—. Además, ¿por qué guardaste mi grabación? Dijiste que solo sería una prueba.

—y lo es...

—¿entonces por qué la guardaste sobre el nombre de Delilah?—lo interrumpí esta vez mirándolo con molestia.

—no te creas tan importante—dijo retándome.

—usar mis propias palabras en mi contra, eso solo demuestra lo patético que eres para omitir dar una respuesta.

—eso es pagar con la misma moneda.

—exacto, es ridículo.

—en fin—bufó—, ¿cómo te va con tus desórdenes?

Cerré mis ojos tratando de en serio imaginarme que no había dicho eso.

—tu sí que sabes lo que una mujer quiere escuchar—hablé con ironía—, es mejor que pares con eso porque no pienso responder.

—algún día lo harás.

—no estoy obligada a decirte nada.

—tampoco estabas obligada a reírte en la cabina de sonido pero aún así lo hiciste, ¿y sabes quién logró eso? Yo—dijo con orgullo.

—disfrútalo mientras puedas, imbécil.

—disfrutaré cada segundo—añadió sin borrar la sonrisa triunfal de su rostro la cual estaba enloqueciéndome mucho.

—¡Newt! ¡Debemos irnos ahora!—grité poniéndome de pie nuevamente.

—eso es, refúgiate detrás de Newt, él no estará siempre para sacarte del apuro.

—¿y quién dijo que él es indispensable para mí?—solté.

Kyle se acercó un poco más.

—yo no lo he dicho.

—pero lo insinuaste.

—hay una gran diferencia entre ambas palabras.

—prácticamente son lo mismo.—refuté encogiéndome de hombros.

—siempre discutiendo, no durará toda la vida, Dely.

—no tienes derecho a llamarme Dely—bramé con seriedad.

—es tu nombre real, creo que así deben llamarte.

—ya estoy registrada en todos lados como Dalia.

—para mí seguirás siendo Delilah, Dely.

—y para mí seguirás siendo un subdesarrollado, idiota.

—¿sabes? Al tenerte tan cerca creo que hasta puedo oler el perfume que usas. ¿Cuál fragancia es: veneno de víbora o iceberg del Titanic?

Al darme cuenta de lo cerca que estábamos lo obligué a apartarse para esclarecer una buena distancia entre ambos. Kyle se rió un poco negando con su cabeza.

—no me dijiste qué perfume—inquirió con picardía.

—puedo ser una combinación de ambos si sigues jodiéndome la vida.

—quisiera estar ahí para verlo.

—se nos hizo un poco tarde—comentó Newt al entrar con Donna en la sala cosa que me sobresaltó por estar tan atrapada en mi estúpida discusión con Kyle.

—no me jodas, ¿qué hora es?—pregunté.

—las tres con quince.

—carajo...—musité.

—¿por qué era tan urgente llegar a las tres?—preguntó Kyle.

—porque a esa hora iban a estar unos paparazzis en la calle ocultos para vernos pero creo que ahora... pues ya se tuvieron que haber ido—contestó Newt.

—eres un idiota, Newt—repliqué—. Llévame a mi apartamento, debo explicarle todo esto a Marcus.

Iba a caminar hacia la puerta pero Kyle tomó mi brazo haciendo que me detuviera  a lo que yo lo miré con hastío.

—todo con tal de huir, ¿por qué no te quedas?—murmuró Kyle.

—porque no quiero quedarme.

—anda, pediremos algo de comer y ya está—dijo Newt.

—si no vas a llevarme pues iré caminando—comenté zafándome del agarre de Kyle y yendo hacia la puerta.

—solo quédate un rato, ellos se comportarán—Donna me miró esperanzada de una respuesta.

Los miré a cada uno y pude notar que Donna tenía cierta mirada de ilusión puesta en mí así que no pude resistirme a decirle que sí.

—está bien.

Volví a sentarme en el sofá.

—subiré a arreglarme un poco a mi habitación—dijo Donna para avisarle a Kyle. Cuando Newt vió la duda en sus ojos, decidió intervenir.

—yo la acompaño. Esperaré en la puerta.

Newt y Donna se fueron de nuevo y el ambiente ya se estaba convirtiendo en algo tenso al estar Kyle y yo nuevamente a solas.

—¿qué quieres hacer?—preguntó Kyle

—pues quería irme pero tu hermana me cae bien y no quería decepcionarla.

—por fin piensas en alguien además de ti misma.

—no extrañaba para nada esos comentarios inoportunos, ¿y si vuelves a Indiana?

—igual me extrañaste—dijo sonriente y luego se acomodó en el sofá.

—sigue creyendo eso—respondí con ironía.

—sigue con esa actitud y publicaré el sonido de tu carcajada—lo miré con rabia.

—¿qué?

—quedó en la grabación—se encogió de hombros.

—vas a borrar esa grabación ahora mismo.

—no lo creo.

—bien pues la borraré yo.

Me levanté rápidamente del sofá para dirigirme a la cabina de grabación seguida por Kyle. Al llegar cerré la puerta evitando que él entrara.

—¡Dely! ¡Abre la puerta!—gritó golpeando la puerta sin cesar.

—no lo creo.

Me senté frente a la computadora y la encendí. La mala noticia era que estaba bloqueada.

—¿cuándo cumple años Donna?—pregunté.

—no lo conseguirás. Abre la puerta, Dely.

Decidí encender la otra computadora, esta vez la que había usado Donna cuando la encontré aquí. Por fortuna esa si estaba desbloqueada. Busqué en los archivos mi nombre hasta que encontré la grabación. Algo dentro de mí quiso  escuchar lo que había en ella, cómo fue que me reí tan fuertemente sin que Kyle se esforzara en nada. Abrí el archivo y me puse los audífonos escuchando todo lo que había sucedido ese día. Hasta que escuché los gritos y luego mi risa al ver el rostro de Kyle mientras gritaba, inevitablemente volví a sonreír, me gustaba sentirme de esa forma, tan alegre.

—con una vez que rieras bastaba pero ya que insistes...

Volteé a ver a Kyle quien había abierto la puerta al parecer ya hacía rato y quien estaba con una gran sonrisa frente a mí.

—yo... yo no estaba haciendo nada...

Me levanté del asiento para salir de la cabina pero Kyle me detuvo.

—quédate. Iba a hacer unos ajustes de un trabajo y creo que podrías darme tu opinión.

—yo no sé de edición.

—pero si de música.

—tú mismo me dijiste que era una insensible que no transmite sentimientos, ¿por qué serviría mi ayuda?

—deja de rezongar y siéntate.

Kyle se sentó en la silla giratoria y yo a su lado.

—cuéntame, ¿cómo es eso de que quieres grabar aquí?

—pues eso pensaba...

—tu disquera no lo permitiría, lo sabes, ¿no?

—pero igualmente nos ayudarías con el video y eso.

—con el video sí porque la disquera me hizo un contrato a término fijo solo para hacer ese video, no tengo nada que ver con la canción.

—puedo hacer que nos dejen grabar aquí.

—y por puedes hacer te refieres a que Marcus lo hará.

—Marcus es el de los contactos, no yo.

—pobre, tener que trabajar para alguien tan exigente como tu... mi más sentido pésame—se burló.

—él sabe lidiar conmigo.

—ha tenido que acostumbrarse porque si no la cruel Delilah lo echaría a la calle.

—nunca sería capaz de echarlo.

—dime algo, ¿alguna vez te creíste capaz de arrojarle un tacón a un fotógrafo?—se burló.

—pues no pero con Marcus es diferente.

—¿por qué? ¿A caso es tu enamorado o algo así?—él levantó una ceja a lo que yo lo miré con cara de asco.

—primero que todo, que asco, eso sería incesto.

Kyle me observó apenado por el pésimo comentario que había soltado.

—¿son...familia?—preguntó confuso queriendo que se tratara de una broma.

—él es mi hermano, bueno, mi medio hermano pero igual... guácala.

—lo siento...—dijo incómodo.

—descuida, muy pocos lo saben y es porque he querido mantenerlo en secreto, a mí familia se le hizo difícil lidiar con los medios y es una forma de tenerlo alejado de esa perdición.

—vaya... no tenía idea.

—no se lo digas a nadie por favor.

—tu secreto está a salvo. Ahora dime, he estado viendo tus últimos videos para tener una idea de lo que puede haber en el que vamos a grabar.

—¿y qué encontraste?

—encontré que esas canciones tuyas... son una basura, sin ofender.

—tranquilo, no me ofende—agregué sarcásticamente.

—lo siento pero esos versos se escuchan más fríos que la misma morgue.

—vaya, tus comparaciones son muy patéticas. ¿No lo había dicho antes?

—como sea, estaba pensando en componerles una mejor canción y presentarla a la disquera para ver si les gusta.

—no sé si sea conveniente...

—piénsalo, si no les gusta seguimos con la de ellos.

—¿y sabes componer canciones?

—hablas con un experto—dijo con orgullo.

—bien, demuéstralo.

—¿de qué tema quieren hacerlo? ¿Amor para que se vea real su relación o algo así?

—supongo.

—bien, podemos hacer algo como de amores de la infancia, unos chicos que se conocen desde niños y luego uno de ellos debe irse del pueblo donde viven. Pasan los años y se vuelven a encontrar cuando la niña se mudó a Nueva York porque su sueño es ser bailarina.

—no puedo hacer de bailarina, no sé bailar.

—yo conozco a alguien que puede hacer de tu doble, solo para las escenas—yo sabía de quién estaba hablando.

—bien, ¿qué más tienes?

—pues ambos se encuentran en el teatro y para el cierre final pueden hacer un baile solos, como si no hubiera audiencia, solo ellos en el escenario, y cortamos en un acercamiento antes de que ellos se besen y ya.

—vaya, tienes gran imaginación—tuve que admitir.

—lo sé.

—¿y la canción?

Kyle me extendió una agenda negra que tenía dentro de sus cajones. Al abrirla en la primera hoja encontré un dibujo de un copo de nieve a blanco y negro.

—¿tú lo dibujaste?—pregunté.

—me gusta dibujar cuando no tengo nada más que hacer.

—te quedó increíble—exclamé asombrada por su talento.

—gracias.

Pasé de página y encontré un escrito, con la letra de Kyle:

«Para que escribas tus versos fríos sin tanto hielo. Kyle»

—que gracioso—añadí con ironía.

—es mi regalo por tu cumpleaños, lo traje directo de Indiana.

—falta mucho para mi cumpleaños.

—entonces me anticipé. Comencemos a trabajar, ponte cómoda si quieres.

Kyle se quitó los zapatos y yo también. Nos sentamos con más comodidad y comenzamos a trabajar en unos versos fríos sin tanto hielo.

**************************************
Son una ternurita, ¿no es cierto?
¿Se acuerdan cuando les dije que si un capítulo se me hacía corto pues haría doble actualización? Pues ya está disponible chiquibeibis.

No olviden votar y comentar.

Así que vayan a leer el capítulo 6 ;)

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