Stay With Me.

Від hyori17

68.8K 6.1K 1.3K

Después de tanto tiempo, Catalina vuelve a encontrarse con su primer amor, mismo que resultaba imposible debi... Більше

¡Anunció!
Prólogo
Conocerte.
#01
#02
#03
#04
#05
#6
#07: Fiesta de cumpleaños.
#08 Fiesta de cumpleaños.
#BookTrailer 1
#09
#10
#11
#12
#13
#14
#15
#16
#17
#18
#19
# 20
#21
#22
#23
#24
#25
#26
#27
#28
#29
#30
#31
#32
#34
#35
#36
#37
🌻N O T A🌻
#38
#39
#40
#41
#42
#43
#44
#45
#46
Capítulo Final parte I.
Capítulo Final parte II
Epílogo.
💫AGRADECIMIENTOS💫

#33

825 88 10
Від hyori17

Capítulo 33| Una sola mirada basta para darme cuenta de que no estás bien.

Catalina Russell.

Después de diez intentos logre conseguir el número telefónico de la Sra. Duncan (la madre de Austin) necesitaba urgentemente hablar con ella, así que gracias a Lisa pude conseguir su número. Y fue entonces que me citó en un lujoso hotel, así que en estos momentos estaba a la espera de que ella llegara a nuestro encuentro.

— ¿No vas a dirigirme la palabra, en serio?— Se quejó Lisa, mirando a mi mejor amigo quien miraba en otra dirección con sus brazos sobre el pecho.— Joshua...

— No entiendo que es lo que hace ella aquí, nena.— Suspiré, mi amigo decidió no hablarle pero estoy segura que cuando se entere de lo que paso va a cambiar de opinión.

Me giré hacia ambos con una sonrisa.

— Ambos tienen muchas cosas de que hablar, sobre todo Lisa que tiene algo importante que decirte.— Joshua miró de reojo a la rubia.— Después de la conversación que ambos tengan aun estas en la postura de no querer estar cerca de ella, créeme que lo entenderé.

Han pasado días desde que Lisa llego destrozada a las puertas de mi casa para pedirme perdón. Estaba tan asustada, tan mal que no durmió en varias noches desvelándose llorando e incluso gritando.

El primer intento de hablar con Joshua le hizo más daño y entiendo que él no desee hablar con ella pero creo que lo necesitan, sobre todo él.

— Aceptare hablar contigo, Lisa, pero no estoy seguro si llegue a perdonarte de corazón.— Lisa, simplemente asintió con una sonrisa triste en sus labios y volvió a dirigir su mirada sobre mí.— Y tú, ¿le dijiste a tu novio que viniera?

Luke, habíamos quedado vernos al día siguiente desde que mi amiga había acudido a mí pero...sus piernas de pronto no le respondían y con el dolor de su corazón me pidió que no nos viéramos y que no me atreviera ir a su casa a verlo.

Luche contra lo que me pidió pero aun así fue a verlo y ahí estaba él, acostado en su cama mirándome con asombro y luego una linda sonrisa.

"Voy a estar bien..."

— Sí, no tardará en llegar.— Contesté.

— ¿Sabe él que te encontraras con ex suegrita?— Niego con la cabeza.— Ustedes dos me están ocultando algo, ¿cierto?

Ambas compartimos miradas.

— Y yo te lo voy a contar todo.— Habló Lisa.

Joshua le sostuvo la mirada y asintió como respuesta. Entonces ambos decidieron marcharse y yo me dirigí a tomar el ascensor.

"Nos vemos en el hotel Grand Hyatt a las 4p.m, en el bar de décimo piso".

Ya dentro del ascensor apreté el botón al piso al cual iba. El ascensor llego al décimo piso y yo mantenía las manos empuñadas por los nervios.

Han trascurrido más de un año desde mi último encuentro con aquella familia, los padres de Austin siempre han sido unos padres de mucho trabajo, viajes de negocios de dos semanas y siendo padres ausentes para sus hijos.

"La verdad es que mis padres ni siquiera me conocen..."

Fue inevitable no recordar aquellas palabras, Austin siempre se había mostrado conmigo un chico fuerte que nada le afectaba pero sé que le afectaba mucho más de decía la ausencia de sus padres en casa, en su vida.

Y, como me han citado ya estoy en el bar de hotel justo a las cuatro de la tarde. Me gustaba ser puntual así que tomé asiento en un lugar prudente a lo que la Sra. Duncan podría notarme con facilidad.

— Buenas tardes, ¿desea algo para beber?— Un camarero se acerca a mi mesa.

— Un vaso de Whisky, por favor.— El camarero lo anota y se retira a buscar mi pedido.

Dejé mi bolso sobre mi regazo y busque mi celular, confirme que Luke ya está esperándome abajo en la recepción del hotel. Le escribí a que me esperara que no tardaría en bajar.

Los minutos transcurrían y transcurrían y yo ya me había bebido mi primer vaso de Whisky. Cuando creí que la Sra. Duncan no llegaría, ella apareció alzando la mano en forma de saludo.

Como siempre ella vestía elegante y formal, una falda tubo color beige, una blusa de color negro trasparente de lunares blancos con un moño en el medio y unos tacones de aguja del mismo color.

— ¡Siento la tardanza, cariño!— Dejó su bolso de marca sobre la mesa, la rodea y se inclina para besarme ambas mejillas.— ¿Has esperado mucho?— Preguntó, sentándose frente a mí.— Lamento citarte aquí pero era el lugar más cercano y aproveche que el dueño es amigo de mi esposo.

<<Algo la verdad...>>

— No.— Miento.— Que gusto de volver a verla Sra. Duncan.— Le sonrío.

Ella agita las manos frente a mí con una sonrisa.

— No me llames señora, puedes llamarme Charlotte como en los viejos tiempos.

Como en los viejos tiempos...

— B-bueno, si así le parece.

Charlotte saco de su bolso un espejo pequeño para verse el maquillaje y luego lo volvió a guardar.

— No te veo desde...—Se relamió los labios.— El funeral de mi hijo.— Agaché la mirada, algo apenada por haberme desaparecido así como así de sus vidas.— Dime, ¿Cómo has estado?

¿Quiere oír la verdad?

— Bien, he estado bien ¿y usted, su familia??— Dije.

<<Sabemos que nos has estado del todo bien...>>

— Todos estamos muy bien, pero sé que no me has citado aquí para hablar de cómo está mi familia y para que escuches de cómo nos ha tratado la vida ¿no es así, cariño?

Sonreí, olvidé lo bien que me conocía.

— Charlotte, la conozco desde hace muchos años y sé que usted sería incapaz de mentirme.— Comienzo hablar, ella cruza su pierna sobre la otra atenta a mis palabras.— Y es por eso es que estoy aquí.

— ¿Y qué por qué estás aquí exactamente?— Tragué saliva nerviosa.

Saqué de mi bolso un sobre donde traía las fotos que Lisa consiguió. Saqué las tres y coloqué la primera sobre la mesa.

— Él es Alex Baker.— Giré la foto y la deslicé hacia ella con cautela, sus ojos se desviaron de los míos y miro al moreno.— Usted ya conoce quien es Aarón Standall.— Deslicé la otra foto hacia ella.— Y por último él es Noah Lowell.— Coloqué en medio la foto del hermano de mi novio, noté como todo el cuerpo de la mujer que yacía sentada frente a mi te tenso. Sus largas uñas se clavaron sobre la mesa de vidrio y me miró.

— Catalina, ¿para qué las fotos de estos chicos?— Su voz es dura.

Lo conoce, los conoce a ambos.

— El día en que murió Austin no fue un accidente, ¿verdad?— Sus ojos verdes se clavaron en los míos. Sus hombros estaban tensos y miró de reojo la foto de Noah.— A él lo asesinaron, Charlotte, y estoy segura de que estos tres son los culpables.

Tragó saliva.

— Fue un accidente lo de esa noche, Catalina.— Dice, colocando una buena cara de ingenua.— Además no entiendo por qué culpas a Aarón si fue el mejor amigo de mi hijo.

— Por celos.— Frunció el ceño.— Aarón siempre estuvo enamorado de Austin, me odiaba porque su hijo me había escogido a mí y no a él. A usted siempre le parecieron raro las actitudes que él tenía con su hijo.

Lisa me lo había contado, a la mañana siguiente cuando estuvo más tranquila me contó todo lo que escucho aquel día. Y una de esas cosas era sobre la obsesión que tenía Aarón con mi ex novio.

— Vuelvo a repetirte.— Aclaró la voz.— Fue un accidente.

No, no lo fue.

— Sabe perfectamente que no es cierto, Charlotte.— Solté entre dientes, por la desesperación.— Ellos.— Con mi índice señale la foto de Noah y Alex.— Nombraron a Austin en una de sus conversaciones, no recuerdo que su hijo me los haya presentado alguna vez desde que estuvimos juntos. ¿Ustedes sabe en los problemas ilegales en que esos dos sujetos están involucrados?— Charlotte me miró con seriedad pero a la vez con cierto temor.— Ellos...

— Mi hijo también formo parte de esa padilla.— Me cortó.— Y sí, conozco a esos muchachos porque también fueron amigos de mi hijo.— La mandíbula de pronto comienza temblarme.— Y si él no quiso presentarte a ninguno de ellos fue para protegerte. Toda la fortuna que tú llegaste a conocer de nuestra familia fue gracias a todo el trabajo que mi esposo y mi hijo estuvieron haciendo de forma ilegal.

No, no...Austin no pudo haberse involucrado con gente como esa.

— N-no, no es cierto.— Niego con la cabeza.— ¡Dígame que no es cierto, Charlotte!— Alcé la voz, no me importo estar en un lugar público.

Charlotte cerró los ojos conteniéndose porque sé lo mucho que le enfadaba estos tipos de escenas.

— Todo lo que te estoy diciendo es cierto, ¿no querías la verdad? Pues te la estoy dando. El día en que Austin murió, mi esposo decidió alejarse de todo eso y con el dinero que tanto ahorraron se encargó de abrir una cadena de ventas de autos y de hoteles lujosos a lo largo del país.— Cogió la foto de Noah.— Y para mi Noah siempre me pareció un buen chico y cuidaba mucho de Austin en los negocios nocturnos.

Me doy cuenta de que estoy llorando al sentir una lágrima deslizarse por mi mejilla.

— N-no lo puedo creer.— Me llevé las manos a la cabeza.

— Austin sólo se encargaba de la contabilidad del dinero de los prostíbulos y de las drogas.— Su voz se quebró.

Dios...

— ¿E-estuvo involucrado con el prostíbulo?— Pregunté, ella sabía perfectamente a lo que me refería.— Charlotte...

— No, Catalina, sí se encargaba de la lista de las mujeres para confirmar que ninguna fuera menor de edad pero nada más que eso.

"Nada más que eso..."

— Es por eso que él no quería entrar a la universidad, no era porque deseaba viajar sino para seguir con los negocios ¿verdad?— Asintió como respuesta. Entonces me reí.— ¿Y protegerme de qué, eh? Claro, como estaba en una relación con uno de la pandilla debía protegerme para nadie me hiciera daño.

¿Por qué, Austin?

— Mi hijo te amaba, Catalina.— Niego con la cabeza y cubrí mi rostro con las manos.— Siempre fue muy prudente a la hora de hablar de ti con los demás y gracias al pacto que hicieron tú estás a salvo.

"Un pacto de sangre..."

Solté un sollozo.

— ¿E-entonces que pasó esa noche?

— No sé exactamente que es lo paso en esa fiesta, pero alguien le puso una bomba al auto de mi hijo pero no puedo decirte más porque no lo sé, Catalina.— Buscó mis manos y al tenerla entre las suyas las aprestó suavemente.— Quisiera responder a todas las infinidades de dudas que tienes ahora mismo pero no puedo hacerlo, es una promesa que le hice a mi esposo y debo cumplirla. Pero créeme que Noah y Alex no tienen nada de qué ver con la muerte de mi hijo.

Solté sus manos con delicadeza, saqué dinero para pagar el Whisky y lo dejo al lado de mi vaso ya vacío. Me pongo de pie y cogí mi bolso.

— Gracias por su tiempo, Sra. Duncan.— Ella también se puso de pie.

— Catalina.

— Espero no nos volvamos a ver, que tenga buena tarde.

Dicho eso me apresuro hasta el ascensor, ya dentro busco mi celular para marcarle a mi novio. Por fortuna me encuentro un mensaje suyo indicándome que está a fuera del hotel esperándome.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron me limite a mirar mis pies y choque con algunas personas disculpándome hasta que atravesé las puertas de la entrada del enorme edificio, sintiendo el aire fresco chocar contra mi cuerpo.

— ¡Blanquita!— Gritó Luke.

Me detuve y al alzar la mirada. Luke, permaneció de pie mirando hacia mí, esperando a que vaya a él. No estábamos tan lejos pero al parecer notó mi rostro desencajado, afligida, comencé a caminar a paso lento hacia su encuentro.

A pesar de que quería sentirme alegre por verlo no pude. Aun me resistía a creer que Austin había formado parte de todo aquello ilegal. Se empeñó en mentirme en muchas cosas y eso era lo que más dolía.

Entonces al ver como Luke abría sus brazos para mí, comencé a correr torpemente hacia él y me lancé a sus brazos que correspondieron inmediatamente a mi necesitado abrazo.

Me abracé más a él y no pude evitar echarme a llorar, estaba tan llorona y sensible últimamente y no era simplemente porque andaba con el periodo sino porque desde que me entere del estado de salud de mi novio todo me afectaba.

— No llores, blanquita. Recuerda que este día no tiene por qué ser triste.— Me alejó de él y una sonrisa tierna se curvo en sus labios.— Te prometí que sería un día especial.— Limpió enseguida las lágrimas de mis mejillas.

— Me encanta que estés aquí.— Volví abrazarlo.— ¿Cómo te diste cuenta de que estaba mal?— Le pregunté, contra su pecho.

Y él no tardo en contestar.

— Una sola mirada basta para darme cuenta de que no estás bien.— Dijo con una voz, apenas audible.— Así que ya no llores.

Besó mis labios con ternura.

— ¿Vas a contarme de por qué luces tan afligida?— Besé su frente.

— No quiero arruinar nuestra cita, así que después te lo contare.

La verdad no estaba segura si contárselo, primero porque su relación con Noah aún sigue en la cuerda floja y no quiero darle más problemas.

— Por cierto, te ves muy linda.— Sus ojos azules me miraron con un brillo y alegría.

— Gracias.— Volví a besar su frente, debía alzarme de puntillas para poder alcanzarlo.

— ¡Mi pelota!— Ambos nos separamos de golpe y Luke intenta atrapar la pelota del niño pero sus reflejos le fallan y la pelota cae a su lado.

Luke queda unos segundos en shock y vuelve a fijar sus ojos sobre mí. Me sonríe pero esta vez con nerviosismo.

— ¿Estás bien?

— ¿Podríamos irnos en taxi?— Preguntó.

— ¿Por qué? creí que iríamos aquí cerquita.

Luke seguía plantado en donde estaba, como si tuviera miedo de dar un paso.

— Bien, pero tendrás que ayudarme.— Dice, cogió la bolsa que estaba a su lado.

Empezó a caminar pero se le notaba el esfuerzo que hacía para hacerlo. Se apretó el corazón y lo ayude, pero para no hacerle el trabajo tan difícil decidimos irnos en taxi algún restaurante cerca para comer los dos solos.

— El lunes tengo neurólogo.— Habló, ya nos encontrábamos el restaurante y habíamos ordenado que comer.— Todos quieren ir conmigo a la cita con el doctor pero quiero ir solo esta vez.

Lo miré.

— ¿Por qué? yo podría acompañarte.

— No quiero que escuches lo que tenga que decirme. Blanquita.

Trague saliva.

— Luke.

— ¿Sí?

— ¿Hace cuánto te detectaron la enfermedad?— Me atreví a preguntar.

Bebió un poco de su jugo de frutas y volvió a dejar el vaso sobre la mesa.

— Hace un año. Empecé a caerme en el colegio durante las clases de educación física y en los entrenamientos de Lacrosse.— Sonrió con melancolía.— Cuando las caídas y la dificultad de visión que tenía comenzaron a serse muy seguidas fue cuando mi madre decidió hacerme un chequeo completo, al principio no entendíamos de que iba la enfermedad hasta que lo entendí cuando dijeron que lo yo tenía no existía cura alguna.— Suspiró. Sus ojos azules conectaron con los míos.— Mis padres fueron los primeros quienes se enteraron y no quisieron decirme nada hasta que los oí discutir y nos le quedo remedio que decírmelo, al día siguiente tuve mi primer control con el neurólogo y fue él quien lo confirmo todo con la resonancia de mi cerebro.

— Luke, tengo miedo.— Admito.

Porque si tenía miedo de perderlo.

— Yo también tengo miedo.— Confesó.— Y me pregunto a veces, ¿por qué esta enfermedad me escogió a mí?— Soltó una risita, mientras que su mano buscó la mía.— Aunque no haya encontrado respuesta a esa pregunta, debo aceptarlo.

— Luke...

— Pero me estoy esforzando mucho para estar bien, por mi familia y por ti.— Aprieto mis labios con fuerza.— Es una enfermedad complicada pero voy a seguir adelante.— Se inclinó un poco hacia adelante, para acariciar mi mejilla con sus dedos.

— ¿P-por qué la vida tiene que ser tan cruel?— Coloqué mi mano sobre la suya.— Tú no mereces esto, no lo mereces.— Un hoyuelo se forma en el lado izquierdo de su labio.

— La vida no es justa, Blanquita. Pero eso no va impedir a que me levanté y luche, porque como me dijo Noah una vez.— Su sonrisa se ensanchó.— Luchar es de valiente y quejarse son de cobardes.— Pero bueno, no quiero que arruinemos este momento ¿vale?

Colocó una bolsa de regalo sobre la mesa y la acerco a mí. Antes de hablar me tragué el nudo de mi garganta y forcé una sonrisa.

— ¿Es para mí?

— Por supuesto, ábrelo.

Coloque la bolsa sobre mi regazo y la abrí con cuidado, solté una risita al sacar el cerdito rosa. Estaba sentado y su cabeza era enorme.

— ¿Un cerdito?

— Una cerdita.— Corrigió y me reí.— Recuerdo que me dijiste que cuando eras pequeña te hubiese gustado tener una cerdita como mascota pero que tu padre no te lo permitió así que pues ¿sorpresa?

Ladeé la cabeza, su sonrisa estaba intacta en sus labios y yo no podía dejar de mirarlo y darme cuenta de lo maravilloso que Luke Lowell es conmigo.

Aunque me duele lo que se avecina, quiero decirle a este increíble chico que estaba comenzado a enamorarme de él.

<<Prepare mis pañuelos, chica...>>

Gracias Luke por hacerme olvidar todo y enfocarme únicamente en ti.

Продовжити читання

Вам також сподобається

89.4K 8.9K 23
Esto es despues de los sucesos de la pelicula (Extremadamente Goofy 2) despues de que Max junto a su padre lograron ganar la competencia de Los juego...
39.2K 3.1K 8
¿Qué ocurriría si una noche despertaras y te dieras cuenta de que tu gato es ahora un humano? Suena como una fantasía, pero para Hyunjin, esto se con...
75.9K 3.9K 17
Para lenna el solo era el mejor amigo de su hermano aún si ella quería que fueran más. Para alessandro ella era más que que la hermana de su mejor a...
83K 10.3K 23
Jungkook es echado de su casa junto a su pequeño hijo de apenas 1 año, su anterior Alfa tomó la decisión de correrlo al llevar a una nueva Omega a su...