La fiesta ya había comenzado, algunas luces de colores iluminaban el lugar, la música sonaba a un volumen medio y la decoración era perfecta.
— Mírate por Dios, nunca imaginé verte tan elegante— Dijo Samantha acercandose a mi— Si aquél día en que hicimos la fiesta en mi casa estabas elegante, no sé que decirte ahora que estás así.
— Gracias, tu también estás hermosa— Respondí viendo su vestido largo de color vino— Y esa rosa es perfecta— Señalé la rosa que adornaba su cabellera.
— Eso no estaba planeado, Maikel la tomó de unos de los arbustos de la entrada— Respondió.
De pronto ví como Maikel se acercaba hasta nosotros con un vaso de ponche.
— Primito, no te reconozco con ese traje— Comentó— ¿Acaso eso es?— Preguntó tocando suavemente la manga derecha de mi traje— ¿Eso es oro?
— Eh, sí— Afirmé encogiéndome de hombros.
— No puede ser— Dijo Samantha tocando mi otra manga.
— Fué un regalo de Zack— Comenté.
— No jodas, yo tuve que gastar todos mis ahorros para comprar éste traje— Bufó Maikel.
— Espero que algún día, mi novio también me regale algo así— Musitó Samantha.
—¿Quieres ponche?— Me ofreció Maikel a lo que asentí.
—¡No cambies la conversación!— Exclamó Samantha riendo.
Los tres caminamos hasta una de las mesas que habían colocado en el lugar, había sobre ella una gran variedad de dulces y bocadillos. Maikel tomó un vaso de vidrio, sirvió ponche y me lo dió.
De pronto una cuarta persona también se acercó a la mesa.
— Viva el amor— Comentó Matt al ver a Maikel y Samantha juntos.
— Matt ¿Que tal? ¿Cómo estás?— Pregunté acercándome más a él.
— Muy bien, disfrutando mi último día acá en América— Respondió— Por cierto, felíz cumpleaños.
— Gracias, pero joder, me harás mucha falta— Respondí.
— Tu también me harás falta, pero igual, cada vez que pueda te escribiré por internet.
— ¿Cuándo sale el vuelo?
— Mañana por la mañana— Respondió un poco desanimado.
—¡Ánimos! Que te aceptaron en una de las universidades más prestigiosas de Europa— Exclamé tomándolo del brazo y sacudiendolo un poco.
— Está bien, está bien, subiré mis ánimos— Dijo sonriendo.
Ambos estábamos hablando cuándo el pelinegro se acercó hasta nosotros.
— Hola— Saludó a Matt.
— Hola, Zack ¿Cierto?— Preguntó.
— Así es, un placer— Respondió Zack extendiendo su mano.
— El placer es mío, me llamo Matt.
Incómodo.
— Adrián ¿Puedo hablar un momento contigo?— Me preguntó el pelinegro.
Asentí y ambos nos alejamos de Matt, el cuál se quedó hablando con Samantha y Maikel.
— ¿Que sucede?— Le pregunté para luego tomar un trago de ponche.
— Quiero conocer a tus padres— Respondió.
Sentí como aquel trago de ponche se iba a devolver por mi garganta, pero no fué así, lo evité.
— Eh... Claro— Asentí muy nervioso, no sabía cómo reaccionarían mis padres ¿Qué tal si no les agrada?
— Perfecto.
Moví mi cabeza buscando con la mirada a mis padres, logré ver a mi papá hablando con uno de mis tíos y por otro lado estaba mi mamá hablando con Ren.
— Sígueme— Le dije a Zack.
Caminé despacio con algo de miedo, estaba muy seguro de mi relación con Zack, y no me avergonzaba de ello, pero estaba nervioso, temía por la reacción de mis padres, más por la de mi papá, por eso preferí acercarme primero a mi madre.
— Mamá— Dije llamando la atención de ésta y de Ren.
— Mi cielo, estás muy hermoso— Comentó colocandose de pie— Estoy muy orgullosa de ti, te quiero mucho.
Su cuerpo se unió al mío mediante un abrazo.
— Yo también te quiero— Respondí.
Cuando su cuerpo se separó del mío los ojos de mi madre se posicionaron sobre Zack.
— Madre, él es Zack, mi novio— Dije con firmeza.
— Es un placer conocerla señora— Dijo Zack con cordialidad.
— El placer es mío, las palabras que dijiste hace rato sobre mi hijo fueron increíbles, se ve que realmente lo quieres mucho— Respondió mi madre tomando las manos de Zack.
— Si lo quiero mucho, su hijo es muy especial para mí.
— Lo sé, él me contó todo lo que hiciste por él, gracias por mantenerlo a salvo en éste lugar durante todo ese mes.
Mi madre parecía encantada con Zack, sonreía mucho y eso era muy bueno, eso siempre era un gesto de aprobación por parte de mi madre.
— ¿Ya se lo presentaste a nuestro padre?— Me Preguntó Ren.
— No, aún no...
— Ojalá se lo tome de una buena manera, estuve hablando recientemente con él, le alegró mucho saber que estuvieras con vida.
— Gracias Ren— Le agradecí.
—¿Por qué?— Me preguntó confundido.
— Siempre te preocupas y piensas en el bienestar de nuestra familia, eso es admirable— Respondí con una sonrisa.
— Lo hago por todos nosotros, algún día incluso tus hijos me lo agradecerán— Dijo devolviendome la sonrisa— Piensas tener hijos ¿Cierto?
— Ehh— Musité algo incómodo— No lo sé...
— Hola— Saludó Zack acercandose a Ren.
— Ren, mucho gusto— Respondió Ren levantando su mano.
— Zack, el placer es mío— Correspondió el pelinegro al apretón de manos.
— Cuida mucho de mi hermano, es una persona con un increíble corazón, no sé lo destruyas por favor.
— Eso nunca lo haré, lo prometo— Prometió Zack.
Mientras Zack y Ren se conocían, dirigí la mirada hasta mi padre él cuál estaba con mi tío, no entendía lo que estaba ocurriendo pero mi padre se veía molesto al igual que su hermano. De pronto mi tío tomó sus cosas y se fué de la mansión, sin pensarlo dos veces me acerqué rápidamente hasta mi padre.
— Papá ¿Que sucedió?— Pregunté preocupado.
— Hola hijo, no nada, no quiero arruinar tu fiesta de cumpleaños— Respondió con voz agitaba.
—¿Estabas discutiendo con mi tío?— Le pregunté.
— Si, acabo de entender cómo me veías hace unos meses atrás— Dijo mi padre mucho más calmado— Mi hermano se acercó hasta mí para burlarse en mi cara, diciéndome que yo había criado a un maricón.
— No tenías que prestarle atención a eso— Comenté.
— Perdón hijo, pero si lo hice, le presté atención, lo tenía que hacer, tenía que defenderte.
De pronto nuevamente ese escalofrío se apoderó de mi cuerpo, no me terminaba de acostumbrar a la aceptación de mi padre.
— Él se molestó mucho porque te defendí, así que le pedí que se fuera para evitar más problemas y así lo hizo...
— Muchas gracias papá— Agradecí dándole un fuerte abrazo.
Mientras abrazaba a mi padre, ví como Zack se acercaba hasta nosotros, ya no estaba nervioso, con lo que me acababa de decir mi padre, me hacía sentir más seguro de su futura reacción.
— Papá, quiero presentarte a alguien— Comenté finalizando aquél abrazo.
Zack llegó hasta nosotros, un pequeño nudo se formó en mi garganta pero aún así decidí continuar.
— Papá, él es Zack, mi novio— Dije nuevamente con firmeza.
— Un placer señor, su hijo me ha hablado mucho de usted— Dijo Zack levantando su mano.
— Espero que no hayan sido cosas malas, pero igual, el placer es mío— Respondió mi padre correspondiendo al saludo.
Aquél apretón de manos era digno de una fotografía, realmente nunca me imaginé a mi padre estrechando lazos con Zack, realmente era extraño, pero a la vez perfecto.
— Nunca pensé que que ésto sucedería cuando te presenté a mi hijo en mi cumpleaños— Comentó mi padre haciendo reír a Zack.
— Le agradezco mucho por obligar a Adrián a conocerme esa noche— Respondió Zack.
Ahora que lo pensaba, ambos tenían razón, si mi padre no hubiese insistido en hacerme salir de aquélla burbuja imaginaria que yo mismo había creado, no hubiese conocido a Zack.
— ¿Me permite invitarle una botella de champagne?— Preguntó Zack.
— Por supuesto— Respondió mi padre con una sonrisa.
Yo también sonreí y me alejé de ambos, estaba muy felíz, éste día no podía ser más perfecto, era como el final felíz después de todos aquellos problemas.
— Tengo algo de sueño— Dijo Samantha bostezando.
— Pero sí aún es temprano— Respondió Maikel— Apenas la fiesta está comenzando.
—¿Qué sucede chicos?— Pregunté acercándome a mis amigos.
— Samantha tiene sueño— Me respondió Matt.
— Mucho sueño— Corrigió ella.
— Puedo guiarte a la habitación de invitados para que descanses un poco— Ofrecí— Y luego más tarde te unes a nosotros en la fiesta. Recuerda que eres la única de nosotros que no bebé alcohol, así que nos tienes que cuidar.
Samantha asintió, tomó sus cosas y caminó conmigo hacía la habitación de invitados.
— ¿No dormiste anoche?— Pregunté.
— Si, dormí muy bien, no sé lo que pasa, me siento algo mareada— Respondió Samantha con malestar.
— Oye, oye ¿No será que...
— No Adrián, no estoy embarazada— Me miró frunciendo su vista.
—¿Por qué tan segura?— Le pregunté.
— Maikel y yo aún no hemos tenido nada, tengo miedo a perder mi virginidad y él lo sabe, quiero que la primera vez sea especial.
— Eso es muy tierno, son mi pareja favorita— Le respondí sonriendo.
Cuándo llegamos a la habitación de invitados Samantha se quitó los tacones que traía consigo y se acostó sobre la cama, antes de salir le apagué la luz de la habitación. El ruido de la música no llegaba hasta ésta parte de la mansión, las habitaciones estaban alejadas de las otras salas de la mansión cómo lo eran la cocina, el comedor, la biblioteca y la sala principal, lugar dónde se estaba llevando a cabo la fiesta.
Iba caminando devuelta a la sala principal cuando de pronto escuché un ruido en una de las habitaciones, me pareció muy extraño porque el pasillo estaba completamente solo, todos los invitados estaban abajo y ésta parte de la mansión era privada.
La curiosidad me invadió complemente así que caminé lentamente hacia la habitación, pero de pronto antes de yo llegar, la puerta se abrió, traté de no hacer ruido alguno cuándo ví a dos personas salir de la habitación, mi cuerpo se paralizó completamente cuándo ví quiénes eran esas personas, eran imposibles de olvidar, eran aquéllas dos chicas que habían drogado a Zack esa noche del accidente.
Mi cuerpo no reaccionó, no había dónde esconderme ¿Que hacían ellas dos aquí? ¿Cómo habían entrado? De pronto una las chicas se percató de mi presencia y le tocó el hombro a la otra para advertirle.
— ¿Qué hacen ustedes aquí?— Pregunté.
— Maldición, ya nos vieron, ésto complicará más el plan— Dijo la rubia.
— ¿Qué plan? ¿De qué hablan?— Pregunté en voz alta— Salgan de aquí o llamaré a seguridad.
— Inténtalo— Dijo la otra chica sacando una pistola y apuntandome desde su posición.
— Joder...— Mascullé asustado— ¿Qué quieren? ¿Dinero?
— No, para nada. Solo cumplimos con nuestro trabajo— Respondió la chica que sujetaba el arma.
—¿Trabajo? ¿Que clase de trabajo?
— Haces muchas preguntas.
— Dile, igual lo vas a matar— Interrumpió la rubia.
Maldición, tenía demasiado miedo, la chica no bajaba el arma y ahora ambas se veían tan seguras de que acabarían con mi vida. Nadie estaba cerca, sólo Samantha, pero ella estaba dormida y todos los demás estaban abajo disfrutando de la fiesta.
— Bien, venimos a terminar lo que no pudimos completar la última vez— Dijo la chica— Trabajamos para Connor, nuestra misión es la misma, secuestrar a Zack.
— Connor...— Pronuncié en voz baja.
Ese maldito demente todavía seguía suelto, me había olvidado completamente de él por culpa de Ryan.
— ¿Él está aquí?— Pregunté
— ¿Connor? Claro, está abajo en la fiesta, nadie se ha dado cuenta de su presencia— Respondió la rubia— Él está decidido de acabar con Zack.
— Maldición, pero la última vez acabó con la vida de muchas personas— Dije muy molesto.
— Y lo volverá a hacer— Respondió la chica que sujetaba el arma— Todo con tal de ver a Zack muerto.
Mi vista se nubló por un leve momento, la adrenalina nuevamente se estaba apoderando de mí. Tenía que hacer algo, el psicópata de Connor estaba allá abajo, cerca de mis amigos, de mi familia, la vez anterior murieron muchas personas, fué un suceso muy trágico pero... Ésta vez es mi familia y mis amigos los que están allá abajo, ellos serán los que sufrirán las consecuencias, si algo sale mal.
¿Preparados para el final?