Ese dia, Arnold se sentía muy mal, había peleado con Melissa, ya que esta insistia en que conociera a sus padres, pues llevaban saliendo un par de meses y obviamente era el siguiente paso en su relación, pero el rubio aun no se sentía seguro de dar ese paso y para colmo, su abuelo se había sentido mal últimamente, estaba muy enfermo a pesar de que negara cualquier síntoma, ello se debía también al hecho de que habían internado a su abuela hace poco en el hospital, sabía que estaba deprimido, pero lo mejor era que ambos estuvieran internados, al menos tendrían mejores cuidados en el hospital, pero sabía lo terco que era su abuelo
Por otro lado, la escuela era otro tormento para él, debido a cierta jovencita rubia y su joven y apuesto novio castaño, quienes nada más daban un paso por los pasillos de la escuela y una ola enaltecida de fanáticos los rodeaba, caminando por el lugar era como si fueran los reyes de la escuela, tomados de la mano y con la estúpida sonrisa de Harry presumiendo a Helga como la chica mas hermosa de la jodida escuela y claro, como su novia
-Hola- escucho que le llamaban
Una arrepentida pelinegra le miraba apenada
-Hola, Melissa- le respondió Arnold sin importancia y siguió su camino
-Arnold, por favor, disculpame, se que eres muy tímido al respecto y por eso no quería presionarte para que aceptaras conocer a mis padres, perdón- le decía la joven
El rubio se sentía morir, no era eso lo que pensaba, él no era tímido, simplemente, ya había entendido que había utilizado a la pobre Melissa como clavo que saca a otro clavo y ahora, no sabía cómo remediarlo, ya no quería ilusionarla más
-hablemos más tarde- le dijo apenado, esa misma tarde explicaría todo y terminaria con ella
Ya no quería sentirse mal, se sentía patético y no quería arrastrar a nadie con él, esa semana debían entregar el reporte de su trabajo social, Arnold había ayudado en la biblioteca, todo porque Melissa le había pedido inscribirse a ese trabajo, esto había ocasionado muchas peleas en casa, pues su madre le había dicho que se podía inscribir como voluntario en el hospital donde estaba internada su abuela y obviamente, se enojó más al saber que el rubio no se inscribió por su novia
-¿cuántas veces te he dicho que no dejes tu ropa tirada por ahí?- le reclamó su madre entrando en su habitación
-mama, podrias haber tocado- le reclamó el rubio
-yo puedo entrar a donde sea- le regaño
-Stella, cariño, ¿no estás siendo muy dura con él?- comentó su padre tratando de defenderlo
-no, Miles, hemos educado a un insensible que prefiere largarse con su noviecita- dijo su madre muy molesta
Era evidente que su madre todavía no lo perdonaba y faltaba mucho para que lo hiciera, pero lo que Arnold no sabía es que no estaba enojada solo por que no se inscribió donde ella le pidió, pues en el hospital de Hillwood, una hermosa jovencita rubia se había ganado el apodo de "el ángel guardián" por parte de los pacientes
-Señorita Pataki, ya aceptara casarse conmigo- le dijo un adorable anciano a la joven rubia
-claro, señor Murray, solo ponga la fecha y por favor, termine su comida- le decía la chica
-todos te adoran- decía Harry llegando con la bolsa de basura para vaciar los botes de las camillas
-el hombre está senil, Harry, un dia sabe mi nombre y al otro cree que soy Marilyn Monroe- le decía la rubia ayudándole a sacar la basura
-bueno, Helga, es que si te pareces a Marilyn- el castaño el guiño un ojo
-Oh no, vete de aquí, kennedy, tú tienes a la hermosa Jaqueline- grito el anciano al ver al castaño
Helga y Harry rieron divertidos ante las ocurrencias del anciano de la cama 38, era un hombre de 84 años con demencia senil, siempre los confundia con algún famoso, ellos habían decidido hacer su trabajo social en el hospital de Hillwood, aunque también tenían otra razón por la cual estar cerca de un hospital era lo mejor, y ese motivo era que las repentinas recaídas del castaño, las cuales se habían vuelto más constantes y violentas, la última de ellas asustó mucho a la rubia, ya que Harry había convulsionado y eso casi la mata del susto
-¿cómo te sientes hoy?- le pregunto la rubia ayudándole a cargar la bolsa de basura
-estoy bien, tranquila, solo me dan ataques de taquicardia, migraña, fatiga y a veces convulsionó, pero eso no disminuye mi fuerza varonil- explicaba el castaño divertido
-Harry, en serio no es gracioso- le regaño la rubia molesta porque Harry se lo tomara tan a la ligera
Últimamente el castaño se la vivía en revisiones y con medicamentos, Helga por fin entendía la razón de la hiperactividad de Harry y era que la mayor parte del tiempo se la pasaba medicado, lo cual era un alivio, pues odiaba verlo retorcerse de dolor, deprimido y pesimista
-Capitana, estamos listos para el ataque- escucharon la divertida voz de la anciana de la cama 40
Otra de las razones por la que Helga aceptó felizmente el trabajo social en el hospital, la abuelita de Arnold había sido hospitalizada debido a su avanzada de edad, por lo que requería extremos cuidados, sin embargo la anciana parecía olvidarse que ya era una anciana de casi 90 años y solía hacer espectáculos por todo el lugar
-claro, general shortman, proceda con el ataque- le siguió el juego la rubia
Después de darle de comer y ayudarla a cambiarse, llegó la mamá de Arnold quien estaba feliz de tener ahí a Helga, a quien veía más como una hija y claro que desearía que lo fuera
-ese estúpido cabeza de balón- dijo la mamá de Arnold
-Señora Shortman- exclamó Helga sorprendida
-perdón, Helga, se que es tu frase- comentó la mujer apenada revisando a su querida suegra
-no, lo digo porque aún sigue molesta con el- explicó Helga divertida
-pues claro, como prefirio estar con esa bruja en lugar de ayudar a su abuela en el hospital- decía Stella muy molesta
-oh vamos, todos hacemos locuras por amor- decía Helga apenada
-Helga, se que Arnold no quiere a esa chiquilla- le dijo la mujer castaña pero Helga le miraba incrédula -lo conozco, se como es el con la persona a la que quiere- explicó la mujer
-bueno, ya acabe, tengo que acompañar a Harry a su casa- se despidió la rubia de ambas mujeres y se fue de ahí
-es cierto, mi nieto sigue enamorado de la capitana- explicó la anciana
-así es, Gertie- le dijo Stella con cariño -solo espero que cuando se de cuenta... no sea demasiado tarde- explicaba mientras le aplicaba un suero con vitaminas a la anciana quien estaba feliz de estar tan bien atendida
Arnold había quedado de verse esa tarde con Melissa, estaba muy nervioso, pues no sabia que decir, ya no quería lastimarla y sobre todo, no quería mentirse asi mismo, entonces la vio, a la persona que menos esperaba
-Helga, ¿qué haces aquí?- le pregunto el rubio
-oh, espero a Harry, me dijo que lo viera en el parque ¿y tu?- le pregunto la rubia
-oh, también, me voy a ver con... Melissa- decía apenado -voy a terminar con ella- dijo en un susurro apenas audible pero que sorprendió a la rubia
-¿que?- pregunto Helga
-voy a terminar con ella, porque no quiero ilusionarla- explico el rubio -no quiero lastimarla, no siento lo mismo que ella- decía
Helga recordó las palabras de la señora Shortman, eran verdad, Arnold no quería a su novia
-¿entonces porque carajos aceptaste salir con ella sino sentías lo mismo?- le reclamó la rubia
-porque me dolía ver a la persona que amaba con alguien más- le gritó el rubio
-pero... lila lo está con alguien más- le dijo Helga confundida
-Helga, por el amor de dios, no hablo de Lila, hablo de ti, te amo- dijo el rubio tomándola de los hombros pero lo que le sorprendió no fue ver a la rubia en shock, sino que todo había sido escuchado por Melissa quien los miraba sumamente dolida
-así que es por esta razón- le gritó la chica indignada
-lo siento, Melissa, es la verdad, aunque no quería que lo supieras de este modo- explicaba Arnold apenado
Melissa se acercó al rubio y le tiró los cafés que traía con ella, Arnold grito porque el líquido estaba sumamente caliente, Helga salió de su shock y no pudo evitar reírse
-callate, no te rías, no es gracioso- le reclamó el rubio
-perdon, pero no lo siento, te lo merecias- le dijo Helga divertida
-genial, acabo de confesar mis sentimientos y lo único que me gano es que se rian de mi- expreso el rubio a sabiendas de la sobre reacción de Helga
-lo siento, Arnold- dijo Helga llamando su atención, ya que no le grito o le respondió feo sino que estaba muy tranquila -no voy a negar que tu fuiste mi primer amor y lo sabes- explico -pero... ahora estoy con Harry- dijo las palabras que sabía que le romperian el corazon en mil pedazos
-lo se, solo queria que lo supieras- dijo el rubio apenado
Alguien se aclaró la garganta y ambos se giraron para encontrar a Harry frente a ellos
-Harry- dijo Helga sorprendida
-perdon, solo queria que Helga supiera lo que pasaba- explicó Arnold sumamente apenado con Harry pues sabía que el castaño no era malo para ella
Harry seguía parado, estático, lo que confundió a ambos rubios y de repente, comenzó a llorar
-Harry, ¿estas bien? ¿que pasa?- le preguntó Helga sumamente preocupada
-lo siento, Arnold- decía entre lágrimas, el rubio le miraba confundido ¿que no era él quien debía disculparse?
-Harry, esta bien, no pasa nada, en realidad yo...- decía el rubio más avergonzado que antes
-No, no lo entiendes... lo que pasa es... es que...- Harry se ahogaba con su propio llanto
-Harry, por favor, que pasa, me estas asustando- decía Helga sumamente preocupada
-lo siento, Arnold, pero... tu abuela acaba de fallecer- dijo el castaño
Arnold cayó en shock
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LO SE!!! tarde una eternidad, pero que creen!!!! HE VUELTO, BABY!
oh si, y lo deje en la mejor parte, jijijiji, soy mala!
no, en verdad, lo siento por la adorable abuelita de Arnold, pero bueno, ya estaba muy anciana y esto tendrá mucho que ver con la relación de Arnold, Helga y Harry, asi que... ATENTOS!