-¿Entonces eso te paso con Bella?
El se encogió de hombros, acababa de contarme un poco acerca de la imprimación de Sam con la prima segunda de Leah, Emily. Y pensar que todo eso trajo problemas cuando Leah también se volvió parte de la manada...
-No estoy seguro, como dije es una excepción, no una regla. Es básicamente lo que paso contigo y tu vampiro, encontraron a su alma gemela.
-Y no importa que no te puedes alejar de ella...
Culmine sorprendida ante su historia, ciertamente sentía mucha pena por Leah, había perdido a su padre, a su novio y ella junto con su hermano eran licántropos. Menudo lio había hecho con mi decisión de volver.
-Dime, si solo yo y Edward no hubiéramos regresado, ¿habría pasado todo esto?
Pregunte con curiosidad, y lo vi asentir, ya me temía yo que era el problema aquí.
-Pregunta, ¿el puede leer tus pensamientos?
Negue con la cabeza y luego asentí con una mueca.
-Es parte de nuestra ¿conexión?, de hecho todas las parejas de la familia tienen esa conexión especial... Eso creo.
El ladeo la cabeza.
-Yo tampoco lo entiendo muy bien, ¿ok? Podemos comunicarnos telepáticamente pero solo cuando queremos hacerlo, o mejor dicho cuando yo quiero hacerlo...
Decidí callarme, dándole entender a mi amigo que no quería hablar de eso y continuamos haciendo los deberes, esta historia se la tendría que contar en algún otro momento.
Sera un hombre lobo, pero seguía siendo un estudiante, un enorme estudiante que se colaba por las ventanas como una enorme gusano acosador.
Pasamos el resto de la tarde haciendo tareas, pues al parecer los chicos se estaban divirtiendo cazando, Charlie había ido a conversar con los próximos compradores de la casa, pues quería irse antes de la fiesta de graduación. Pobre Charlie debía de ser muy duro para el.
Sin embargo había algo que tenia que comprar, desde hace un tiempo pensaba que necesitaba algo para defenderme en caso de emergencia, había estado haciendo ejercicio nuevamente solamente para esto.
-Necesito ir al centro, me acompañas.
Realmente no planeaba preguntarle, de todas formas lo iba a hacer, pero era mejor ahora que nunca.
-¿Porque? ¿Qué planeas?
Sonreí.
-Huir antes de que nos atrapen, andando, trajiste tu moto ¿verdad?
El asintió rápidamente mientras que bajábamos y cerraba la casa con llave, me puse mi casco y le hice una seña a la par que arrancaba mi hermosa moto plateada en dirección a Port Angeles. Necesitaba conseguir un hacha.
-Ahora si estamos muertos... ¿Por qué necesitas esa cosa? Si uno de esos fríos te encuentra no esperara a que la levantes.
Aun así sonreí, claro que esperaría, tendría que hacerlo y en esta ocasión no tendría piedad.
-Tengo mis trucos Jacke, hora de volver a casa, y lo mejor será irnos ahora...
Murmure cuando vi el volvo plateado de Edward afuera de la tienda rondando, salimos corriendo y nos subimos a nuestras motos con mi hacha bien enfundada en mi espalda.
-Creo que mejor me iré, ¡suerte!
-¡Traidor!
Grite mientras que arrancábamos las motos a la par y salíamos en dirección de regreso a Forks, todavía no había anochecido y no parecía que fuera a llover por lo que no habría problema. Exceptuando claro que Edward comenzó a conducir detrás de mi, me sentía nerviosa y ya me esperaba la tremenda reprimenda que me iba a lanzar cuando llegáramos a casa. Pero por el momento bien sabia que no podía hacer nada mas que escoltarme, el traidor de Jacob había acelerado hace un rato dejándome atrás.
Se suponía que estaría cazando, pero esta aquí persiguiéndome, por lo que solo me toco suspirar y bajar la velocidad para aparcar a un lado de la carretera.
-¡Sabia que el era una mala influencia!
Exclamo luego de darle un portazo al auto y literalmente aparecer frente a mi con mi nueva hacha en un miserable parpadeo.
-Oh créeme que el intento tanto como tu quitarme esa cosa...
-Como que inten...
Literalmente me tuve que trepar a el como si fuera un maldito árbol a recuperar mi hacha, pero esta cayo el suelo al igual que nosotros. Lo cual era extraño, eso nunca solía pasar, a menos que...
Gire mi visión hacia abajo notando como Edward observaba hacia otro lugar mientras...
OH...
-¡Lo siento!
Estaba tan acostumbrada a ser pequeña que mi cabeza siempre quedaba en su pecho, nunca había sido al revés...
-No te preocupes...
Estoy segura que de haberse podido sonrojar lo habría hecho, pero al menos estaba nervioso, me levante de nuevo para tomar mi hacha pero ya lo tenia encima de nuevo.
-¡Déjame coger lo que es mío de una vez!
Exclame rindiéndome, pues si movía mal mis manos estas se podrían romper, a veces maldecía que parecieran estar hecho de maldito mármol. En momentos como estos es cuando desearía no haberme detenido.
-Porque...
Note su mirada, se sentía muy mal, su agarre se aflojo lo que permitió que mis manos escapen y pueda abrazarlo con total libertad.
-Si tengo aunque sea una oportunidad de defenderme lo hare Edward, necesito defenderme.
Como si no pesara nada se levanto, o mejor dicho nos levanto del suelo y me abrazo con fuerza.
-Miranda, eres humana...
Suspire mientras que enredaba mis piernas alrededor de el.
-Pero tengo un don, y creo que llego la hora de usarlo Ed...
Después de eso me soltó y me dejo delicadamente en el suelo, pero no me devolvió mi hacha.
-La llevare a casa, sube a tu moto, te escoltare.
Sonreí y le pedí que se agachara para besar su mejilla suavemente antes de ponerme mi casco nuevamente y encender la motocicleta.
¿Cómo es que un vampiro suspira y capta aromas si se supone que no respira?
Era una de las tantas preguntas que me hacia ahora que ya no vivía con mi familia, no entendía como es que había tomado todas sus costumbres como normales, ahora entendía porque me tomaban por loca en la escuela. Termine mi leche con chocolate mientras que Alice hablaba con alguien por teléfono, nos encontrábamos en uno de los pasillos y ella parecía un tanto atareada.
Naturalmente estábamos en un lugar donde las cámaras de seguridad no se dieran cuenta que ella estaba aquí, pues en cualquier momento saldría corriendo en dirección al volvo plateado conmigo. Los chicos se habían ido a cazar nuevamente, aunque desde mi pequeño incidente con el hacha Edward no se había pasado por la casa ni una sola vez.
Charlie había cerrado un trato por lo que esa noche iríamos a comer a Port Angeles con el resto de la comisaria para hacerle una fiesta de despedida, y mañana estaría regresando a casa.
-Ya esta todo listo, mañana me quedare contigo.
El hecho que Jacob ahora estuviera en la lista negra de los Cullen era algo gracioso a mi parecer, sin embargo realmente quería despedirme de él antes de probablemente no volverle a ver por más que videollamada.
-¿A que hora?
-No juegues, que se lo que vas a hacer.
-Yo no pienso hacer nada...
Seguí tomando mi lechita a la par que caminaba con ella a la salida, hoy tenia permiso para irme más temprano, y como Alice me iba a llevar no vine en mi motocicleta. No querían que fuera a la próxima fiesta que también se haría en la Push, lugar al que Alice no podía ir, sin embargo yo si quería ir.
Todavía debía de vengarme del traidor, y bueno despedirme de mis amigos.
Sin embargo Alice parecía tomarse muy enserio lo de mi repentina mudanza. Pues me ayudo a guardar todo aquello que realmente me pertenecía en cajas y a sellarlas. Literalmente estuve sentada mientras que ella, igual que mi tornado personal, corría de un lado a otro.
Antes de siquiera pensar en levantarme para ir a coger algo en la cocina escuche la puerta abrirse, probablemente se trataba de Charlie.
-Miranda, ¿ya volviste?
Pregunto desde el primer piso, a mi lado Alice comenzó a botar las cajas desde la ventana donde Rosalie se encontraba esperando para ponerlas en el volvo.
-Si, ¡estoy en mi cuarto!
Exclame a la par que veía como ella escondía unas cajas debajo de la cama para sentarse en la cama cogiendo la cajita vacía de leche con chocolate que iba a tirar a la basura.
-¡Oh! Hola Alice, creí que...
Me reí suavemente.
-Hola Sr. Swan, no se preocupe, los chicos se fueron de excursión por el fin de semana.
El asintió, parecía nervioso.
-Bien bien, ¿podrías dejarnos un momento a solas? Tengo que conversar de algo con Miranda.
Mi hermana mayor asintió y salió de la habitación, lo mas probable es que a ayudar a Rosalie a meter las cajas en el auto.
-Entonces, ¿Qué pasa?
Note como su mirada se dirigía a las maletas que ya se encontraban listas, hoy seria la fiesta de despedida de la comisaria y mañana de la Push, pues en la tarde estaría viajando a Hawaii.
-Veo que tienes todo listo, ¿eh?
Asentí un par de veces con la cabeza mientras que me acomodaba en mi asiento.
-Yo... solo quería decirte gracias por no haberte ido con los Cullen cuando volvieron, realmente me has dado una gran compañía y...
Sonreí y me acerque en mi silla giratoria para tomar sus manos entre las mías.
-No tienes que agradecerme Charlie, se lo mal que la estabas pasando y no podía dejarte sencillamente. Espero que disfrutes de tu viaje.
Le conteste y el solo me abrazo, realmente parecía sentirse triste pero esto era lo mejor, era mejor que se alejara de esta zona lo mas pronto posible.
-Realmente siento no poder estar en tu fiesta de graduación, aun así quería darte esto...
En sus manos se encontraba una cámara de fotografías instantáneas, de un precioso color verde pálido.
-Se la iba a regalar a Bella cuando cumpliera 18 pero... Ahora quiero que la tengas tu...
Murmura con una sonrisa mientras que se limpia un poco las lagrimas, seguimos conversando un rato hasta que el dijo que era hora de hacer las maletas. Un rato después Alice apareció en la puerta sonriendo.
-¿Que ves?
Pregunte con una pequeña sonrisa, y ella solo negó con la cabeza con cariño, si es que eso se podía hacer.
-Viajara un tiempo y luego volverá, sin embargo no volverá... La vida le sonreirá de nuevo, no te preocupes por él.
Mantuve mi sonrisa y mire a la puerta de su habitación, si el estaba bien todo estaba bien. Charlie era la única persona que debía proteger en este momento, después de todo, era el que mas había sufrido de todos nosotros.