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El silencio en el auto era sepulcral. Jugaba con mis dedos mientras miraba por la ventana observando algunas casas distanciadas en la carretera, pero eso no hacía que el nudo en mi estómago desapareciera.
Irina conducía con tranquilidad. Había aprendido muy bien de Nathan y Noel estos tres días. Así que no me preocupé por morir estrellada antes de cumplir dieciocho.
Nathan iba delante de mi en el asiento del copiloto. Me atrevía a observarlo cada algunos segundos por el espejo lateral, pero el no me veía, estaba muy concentrado y distraído mirando la carretera delante de él.
Thais iba a mi lado, jugando un juego de carreras en el celular de su hermano. Me recordó a mi de pequeña, solía jugar con muñecas pero los juegos de carrera eran mi perdición.
Renzo iba detrás de Irina, también observando la nada misma en su ventana. Me pregunté si el también contaba las vacas que veía cada algunos kilómetros. Yo llevaba unas doce aunque seguro me había salteado varías observando a Nathan.
—¿Que les parece si ponemos un poco de música? —Irina movió la mano y encendió el estéreo.
Una melodía suave inundó mis oídos y agradecí que el silencio se acabara.
Maybe i'm wrong, won't you tell me if I'm coming on too strong?
Me petrifiqué en mi lugar al oír esa canción. La reconocería en cualquier momento.
This heart of mine has been hurt before, this time I want to be sure
Foreigner sonaba en la radio al mismo tiempo que me estremecía, recordando la vez en mi casa que el dijo que esta canción le recordaba a mi.
I've been waiting for a girl like you to come into my life
Observé a Nathan por el espejo lateral y lo vi tensarse. Clavó sus ojos en la carretera delante de él, como si estuviese recordando algo.
I've been waiting for a girl like you, your loving will survive
Lo vi sonreír y negar con la cabeza.
I've been waiting for someone new to make me feel alive
Extendió su mano y apagó el estero abruptamente, callando la bella voz de Lou Gramm.
—Oye, te gusta Foreigner —dijo Irina—. Al menos que escondas algo extraño dentro de esas cajas de cd's. —Se rio ella, insinuando que el tenía algo secreto y el la siguió riéndose.
—No quiero escuchar esa canción ahora. —Soltó un suspiro y ella asintió.
—Está bien. —Se encogió un poco de hombros y miró por el espejo retrovisor para observarme.
Supo entender que tenía que ver conmigo cuando simplemente la miré. Volvió a mirar al frente y apoyé mi cabeza sobre la ventana.
¿No quería escuchar esa música por que le recordaba a mi? ¿O no quería despedirse? Sabía que quizá estaba un poco triste o tal vez molesto porque cuando me vio subir al auto no vió valijas ni maletas que le indicaran que iría a San Francisco con el, pero tenía que hablarle de algo a pesar de no acompañarlo.
—Aquí es —le indicó Nathan—, dobla a la izquierda.
Ella obedeció y pude ver el gigante aeropuerto que se abría paso a un costado de la carretera. Había algunos autos estacionados afuera y dos aviones en la pista del otro lado del edificio.
Mi hermana estacionó el auto en un espacio y bajamos de él. Renzo se dirigió a sacar las maletas de Nathan y Thais de la cajuela mientras yo admiraba el edificio. No estaba tan lejos del pueblo, habíamos hecho menos de una hora pero aún así sentía el culo entumecido.
Solté un suspiro observando la magnitud del lugar y me recordó la última vez que estuve aquí hace casi dos años. Lo recuerdo como si fuese ayer...
—Muévete Alison —gruñó Renzo cargando su maleta y la mía también.
—No —dije cruzada de brazos apenas bajando del avión. El se acercó a mi y tiró de mi brazo, forzándome a caminar. Me dejé arrastrar porque la gente me estaba mirando extraño.— ¿Por qué tuvimos que venir aquí? —me quejé como una niña pequeña.
—Deja de preguntar eso. ¿No crees que fueron suficientes las primeras treinta veces en el avión? —Fingí pensar.
—Mm, no. Vamos por las cuarenta —contesté sarcástica cruzándome de brazos y lo vi afilar sus ojos en mi.
—Basta. Compórtate como si no tuvieses dieciséis años por una vez en tu vida. —Comenzó a caminar mientras las maletas se destartalaban por chocarse entre sí.
—Pero si tengo dieciséis —respondí molesta.
—Exacto. —Sonrió falso y la borró al instante. —Finge que no.
—¿Finjo que no viviré en Hills Town? ¿que no iré al único y triste instituto de este pueblo? ¿que no me ocultas la razón de traerme? —Una de las maletas se dio vuelta y detuvo su caminata.
—¡Suficiente! —gritó molesto. —Supéralo de una vez y acostúmbrate a esta nueva vida, porque será la que tengas hasta que cumplas dieciocho y puedas fugarte si quieres. —Revoleé los ojos ante su tono acusador.
—Agradece que no dije "Bomba" estando sobre el avión —dije con los dientes apretados pero el sonrió.
—Si lo quieres hacer ahora, nunca saldrás de este pueblo —gruñí porque tenía razón.
Me reí de mi misma recordando esos tiempos en los que apenas llegamos al pueblo. Que locura se volvió mi vida aquí. Irina apretó mi brazo y volteé a verla.
—¿Estás bien? —preguntó mirándome a los ojos. Su cabello volaba un poco por el viento de lo descampado.
—Si, estoy bien. —Le sonreí de vuelta y nos adentramos en el aeropuerto.
Había poca gente, aunque tampoco había mucha cuando yo llegué. Todos caminaban de un lado al otro con sus maletas. Con caras tristes y felices. Con destinos nuevos o antiguos.
—Tenemos que acercarnos a la plataforma trece —le dijo Nathan a Thais y ella asintió con la cabeza.
Caminamos en silencio hasta la plataforma indicada y nos quedamos mirándonos como idiotas. Irina abrazó a Nathan de la nada y lo vi rodear su cintura con los ojos cerrados.
—Te voy a extrañar, Nate —dijo ella en su hombros.
—Yo a ti, hermana. —El besó su cabello y se separó sonriéndole.
Thais abrazó a Irina mientras Renzo y Nathan se paraban uno frente al otro. Ups, incómodo.
—Se que nunca te caí bien porque siempre creíste que mentía. —Renzo se cruzó de brazos con una expresión seria. —Y no espero caerte bien ahora, porque se que no hice las cosas en la forma en la que debí. Lo acepto y lo asumo, solo me gustaría que pudieras conocerme de verdad en algún momento. —Nathan extendió su mano a él.
Me hice pequeña en mi lugar. Sabía que mi hermano no era la persona más fácil de persuadir, sin embargo, las palabras de Nathan habían sonado honestas y supo usarlas de forma correcta.
Renzo apenas levantó las comisuras de sus labios, lo que no llegó a ser una sonrisa pero si una aceptación.
—Cualquiera que pueda proteger a mi hermana de cualquier peligro e ir en rescate de la suya, merece otra oportunidad. —Extendió su mano y la estrechó con la de Nathan. El sonrió sin importarle que Renzo no se la devolviera.
Sentí mis piernas temblar cuando noté que era mi turno de despedirme de ellos.
—Te esperamos en el auto —dijo Irina.
Oh, genial. Mis hermanos me daban privacidad cuando no la quería. Gracias. Moví mis manos sobre mis piernas un poco nerviosa y decidí comenzar por lo más sencillo. Al segundo que me acerqué al suelo, Thais enrolló sus brazos en mi cuello y me atrajo a ella.
—Te voy a extrañar —dijo con voz suave.
—Yo también a ti, enana. —Sonreí, observando que ambas llevábamos las mismas zapatillas. Ella se separó de mi con la intención de decirme algo.
—Por favor, no odies a mi hermano —suplicó su voz. Nathan se tensó ante las palabras de ella. —Es tonto y no sabe cómo manejar las cosas con chicas listas, nunca estuvo con las listas. —Me reí observando sus hermosos ojos. —Por favor, eres más bonita y tu si me quieres. —Hizo un puchero.— ¿Cierto? —Coloqué su cabello detrás de su oreja y le sonreí.
—Por supuesto que te quiero. —Besé su cabeza y ella me sonrió. —Y por el momento, estaré aquí. Cuando quieras venir puedes quedarte conmigo y con Irina todo el tiempo que tú quieras. —Toqué su nariz como si fuese un botón y ella abrió la boca emocionada.
El vuelo de Nathan fue anunciado por los altavoces, lo supe cuando lo vi observar el avión en la pista.
–Thais, ¿quieres esperarme por allá?—preguntó el, tomando uno de los pasaportes de su mano y entregándoselo. Ella asintió y caminó lejos de mi, moviendo su mano y arrastrando su maleta rosa con rueditas.
Los ojos de Nathan conectaron con los míos y no pude evitar sentir que estábamos solos en todo el aeropuerto.
—Lamento no ir contigo. —El negó con la cabeza.
—No te disculpes. Es completamente tu decisión y lo entiendo. —Moví mi cabello nerviosa.
—Es que... si quiero estar contigo —aclaré y lo vi sorprenderse por mi respuesta—, pero no quiero mudarme de Hills Town. —Parpadeó varias veces, intentando entender. —Yo... quiero terminar la escuela aquí y luego elegir una universidad. Independientemente de si tú estás cerca o no —hablé con la mayor sinceridad.
—¿Entonces quieres estar conmigo pero vas a quedarte lejos de mi? —pregunté con duda. Mordí mi labio, esperando no cometer un error y asentí.
—Si. No es que no confíe en ti, pero no quiero tirar mi futuro por la borda si esto no llega a funcionar. Espero que me entiendas. —Sus brazos rodearon mis hombros al instante y tuve que sujetarme de él para no tambalearme.
No entendía este repentino gesto. Creí que estaría enfadado por no elegir ir con el, o dolido o algo más, pero esto no lo esperaba.
—Alison. —Se separó de mi y tomó mi rostro en sus manos. —Te amo, y quiero tu felicidad. Incluso si no es conmigo, o si es conmigo pero a miles de kilómetros de distancia. No me importa. Quiero que tú estés bien y si no me incluye, estaré bien con eso. Es lo mínimo que puedo hacer después de manejar tan mal la situación. —Vi dolor y arrepentimiento puro en sus ojos.
—Gracias —emití en un hilo de voz algo perpleja.
—Te amo y es mi única verdad. No me importa quien me crea y quien no. Te he amado desde que te cruzaste en mi camino, sin importar las cosas que haya hecho, siempre fuiste mi prioridad. Me voy en paz porque se que mis sentimientos siempre fueron honestos. Si tú ya no me amas, yo...
—Nunca dejé de amarte. —Lo atraje hacia mi y enlacé sus labios con los míos.
Estaba lista para un largo beso de esos que el sabía dar, de esos que solían relajarme y hacer que mis piernas temblaran a la vez, pero la voz habló una vez más, obligándonos a separarnos.
—Llámame cuando llegues. —Sonreí nostálgica y lo vi alejarse hacia Thais con su pasaporte y su maleta rodando.
—Lo haré. —Besó su mano y la extendió hacia mi.
Abordaron el avión y me quedé esperando unos cinco minutos a que el avión despegue. Lo vi montar vuelo en el cielo y cuando ya estuvieron demasiado alto, solté un suspiro.
Oficialmente, se había ido. Y a pesar de que no quería que se fuera, no iba a pedirle que se quedara. El había estado esperando el momento de volver con su familia durante muchos años, no iba a ponerme por encima de ellos, queriendo convencerlo de que se quede.
Giré sobre mis talones y caminé lo más lento que pude por el aeropuerto hacia la salida, queriendo disfrutar un poco del recuerdo del reciente beso y esperando que no fuese imposible tenerlo lejos.
Llegué hasta el auto donde Renzo e Irina estaban sentados.
—¿Todo bien? —preguntó Irina, mirándome por el espejo retrovisor, algo preocupada de mi reacción ante lo que Nathan respondiera.
Yo sabía que Irina y Renzo habían metido mi maleta preparada en el baúl a escondidas para que yo no los vea, pero hicieron demasiado ruido preparándola. Ambos sabían que cualquier pequeña cosa podía hacerme cambiar de opinión en un segundo. Renzo me había preguntado mil veces si estaba segura de no ir, porque yo amaba California y había odiado irme de allí, pero ahora amaba Hills Town y no querría despedirme. Irina dijo que Nathan era una persona muy convincente , que con un par de palabras y algún que otro beso me tendría yéndome con el, aunque no era tan sencillo.
Pero estaba feliz y plena con mi decisión. Iba a tener tiempo para prepararme mentalmente para dejar Hills Town, para extrañar a Nathan, y disfrutar de los pocos Clarke que quedan aquí.
—Todo perfecto —contesté sonriendo nostálgica y feliz a la vez.
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Nota de la autora: Ali no se va, no se va, no se va🎶 pero Nathan puede volver😏 que les pareció el capítulo? Ali debía irse o quedarse? Yo sería Irina con la maleta en el baúl😂💜 perra inteligente
PD: Les dejo la parte de la letra de la canción de Foreigner. También les dejo el video de Youtube por si quieren escucharla entera y conocer mas a fondo los sentimientos de Nathan, no se van a arrepentir.
Tal vez me equivoque, ¿tú me dirías si vengo con demasiada fuerza?
A este corazón mío lo han herido antes,
esta vez quiero estar seguro.
He estado esperando a que una chica como tú entre en mi vida.
He estado esperando a una chica como tú,
y a un amor que sobreviva.
He estado esperando a alguien nuevo que me haga sentir vivo.
Gracias por leer, votar y comentar😍
Besos sobrenaturales,
Sofi Garrido.