Versos fríos [EN EDICIÓN]✔️

By laurel_writer

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El frío era un escudo para ella, una capa de invisibilidad para evitar que la dañaran. Pero ella ya estaba ro... More

Prefacio
2. Miedo a la soledad
3. Poco orgullosa
4. Sufrir en silencio
5. Sin tanto hielo
6. Sentimientos de hielo
7. Máquina perfecta
8. Los chicos de Indiana
9. Los estragos del pasado
10. Desastres de un recuerdo
11. Miedo a enamorarse
12. Viaje de emociones
13. Brillo
14. Libre de represalias
15. Impulsos destructivos
16. "Deudas"
17. El infierno que nadie merece vivir
18. Palpar el amor
19. El arte de sentir
20. El error al no escuchar
21. Objeto explosivo
22. Voluntad
23. Un heróe con debilidades
24. Una persona especial (parte 1)
25. Una persona especial (parte 2)
26. Inquebrantable
27. Marioneta
28. No todo está en el olvido
29. Es doloroso ser fuerte.
30. Hechizo
31. Sentirse útil
32. Vacío de incertidumbre
33. Dejar ir
34. Cristales rotos
35. Pensamientos que consumen
36. Antes y después
37. Cuestión de minutos
38. Alguien que ya estaba perdido
39. Desconocido
40. Intentar olvidar
41. Estallar
42. Sueños rotos
43. Inocentes
44. Versos fríos
45. Sospechas preocupantes
46. Luz en la penumbra
47. El villano que quería ser un héroe
48. Un recuerdo intacto
49. Dos copos de nieve.
50. En algún lugar de España
Epílogo
Agradecimientos

1. Tan solo una sonrisa

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By laurel_writer

2017

Dalia.

Entré en el camerino con un tacón en la mano y una expresión de enojo total. Odiaba que me exigieran hacer algo que no quiero hacer.

—¡¿en qué estabas pensando?!—el grito de Marcus me hubiera espantado años atrás pero ya estaba acostumbrada a sus reproches.

—sabes que odio hacer de modelo.—protesté.

—¡eso no es pretexto para lanzarle un tacón al fotógrafo!

—lo siento—dije restándole importancia mientras me desmaquillaba.

—sólo dijo que una sonrisa, ¡¿cuánto cuesta que sonrías?! ¡¿Tiene precio o qué?! Me gustaría saberlo para ver si puedo pagarlo—reprochó.

—sabes que no sonrío si no hay motivo para hacerlo. Igual, hay modelos que ni sonríen, ese idiota sólo quería fastidiarme.

—claro que hay motivo, ¡estás al borde de la quiebra y este contrato podría habernos salvado!

—¿ya me despidieron?—comenté sin sorpresa alguna y con un toque de sarcasmo.

—¿tú qué crees? Dalia, el último álbum no se vendió y un concierto tuvo que ser cancelado porque no se vendieron las entradas como se suponía que se venderían.

—yo no tengo la culpa de eso, si no hacen publicidad, ¿cómo esperan que compren?

—¡pagamos un dineral por la publicidad tanto de tu nuevo álbum como el concierto! ¡Es tu culpa!

—¡no me hables así! ¡Sigo pagándote!

—y eso se acabará si no haces lo que te digo—comentó bajando su tono de voz.

—Marcus, no sé qué pretendes que haga.

—como decía, si no quieres terminar en bancarrota tendrás que hacer lo que dijo Moyra.

—¿quién es Moyra?—pregunté mientras soltaba mi cabello rubio el cual estaba tieso debido a la laca.

Noté mi rostro en el espejo el cual se veía pálido y un tanto demacrado pero traté de compensarlo diciéndome a mí misma que era por haberme quitado el maquillaje, incluso sabiendo cuál era la verdadera razón.

—Moyra es la agente de Newt Easterling.

—¿y quién es Newt?

—odio la atención que me prestas cuando te hablo—comentó cansado, se sentó en el sofá de la parte de atrás y desajustó un poco su corbata—. Newt es el chico ex vocalista de esta banda... ah... ya, Electric way—lo miré confundida—. Electric way era una boy band cuyo éxito fue avasallador entre el 2012 y 2014 pero ahora se separaron porque su vocalista...

—¿Newt?

—Newt causó que el baterista y el guitarrista se agarraran a golpes en pleno concierto por un pésimo comentario, fue un video muy viral. El caso es que han intentado salir como solistas y que sus canciones se vuelvan un éxito pero solo Newt lo ha conseguido... bueno, hasta que un día lo vieron drogándose en un estacionamiento y esa fama cayó al piso ya que lo interpretaron como una mala influencia a la sociedad y a la juventud que antes lo seguía.

—¿entonces?

—ha estado limpio más de un año pero su música lo está llevando a la ruina. No se venden sus canciones y la disquera está a punto de terminar el contrato con él pero Moyra ofreció una alternativa para que esto no suceda.

—¿y...? ¿A mí eso qué me afecta?—inquirí confundida al no saber qué ritmo estaba tomando esta conversación.

—hay muchos famosos que ganan más fama cuando cabe la posibilidad de un romance entre ellos—dijo tratando de escucharse animado pero la verdad yo no cambiaba mi expresión de hastío.

—ay no, Marcus. Esa es una de las cosas más ridículas que he escuchado—repliqué.

—sólo sería por unos meses. Dejan que los vean juntos y que el mundo saque sus propias conclusiones, más gente escuchará tu música y también la de Newt. Todos ganan—anunció como si fuera tan simple.

—¿se supone que debo vender mi dignidad a cambio de no caer en bancarrota?

—puede decirse que si—contestó apenado.

—soy cantante, no un objeto de chisme como he sido obligada a verme por muchos años.

—si tan solo hubieras mejorado tu actitud frente al público no tendrías que hacerlo—añadió con decepción—. Fue interesante al principio tu rostro inexpresivo pero la gente quiere ver cosas nuevas y te rehusas a tan siquiera intentarlo. Sabes que no lo digo únicamente por las personas, también tú me preocupas.

—no me interesa—negué con cansancio.

—bien, dejaré que lo pienses a no ser que quieras volver a casa de—le lancé una mirada asesina y Marcus rió—. Piénsalo bien.

Se levantó del asiento pero yo dije algo antes de que se fuera:

—¿por qué tengo que cambiar, Marcus? No quiero pasar el resto de mi vida sonriendo para aparentar que estoy bien cuando en realidad no hay motivos para estarlo, y tu sabes porqué.

Marcus tomó una respiración profunda y luego se acercó con precaución para hablar en tomo bajo.

—tú eliges qué vida vivir, así lo hice yo y será mejor que lo intentes porque te has enfocado tanto en el pasado que ahora eres infeliz y me duele saber que ya no queda rastro de quien eras. Está bien que no tengas motivos para sonreír, no te juzgo por eso, pero sería bueno para tu salud intentar gozar más de la vida aunque sea una sola vez.

—la vida no ha querido gozar conmigo en mucho tiempo, Marcus—añadí con la mirada gacha.

Marcus pasó las manos por su rostro, a él siempre le ha preocupado mi actitud y sé que teme que algún día yo llegue a cometer alguna locura. Se acercó y tomó una silla que estaba vacía a mi lado, en sus ojos podía notar la preocupación constante de hace tantos años.

—sabes que quiero lo mejor para ti y sé que si entramos en quiebra puedes ponerte peor.

—estaremos bien—traté de convencerlo pero Marcus no dejaba de verme esperanzado.

—sabes que no. Al menos dime que lo pensarás, ¿lo harás?—inquirió con paciencia.

Lo pensé por un momento, no era algo muy complicado lo que me pedía, sólo era dejarme ver en público con una persona y luego volvería a casa como la misma de siempre, sin tener que fingir el resto del día. Pero bueno, la mayoría del tiempo fingía para que no me hicieran preguntas así que dudo mucho que sea un muy trabajo complicado. Bufé para disimular un poco y no darle muchas ilusiones a Marcus quien me veía impaciente.

—lo haré... pero prométeme que será solo por un tiempo.

—lo prometo, volverás al mismo nivel de reconocimiento de antes y podrás ser tú misma de nuevo.

Yo ni siquiera sabía quién era. Podía hasta nombrar cada uno de mis defectos pero ninguna virtud estaba presente entre ellos. Tenía la capacidad de nombrar cada aspecto que no me gustaba de mi cuerpo, la celulitis que ya ni siquiera tenía en mis piernas, las estrías que las acompañaban, mis ojeras o simplemente la forma de mi rostro. Lo más curioso era que eso no se debía solo a mí, también era producto de la impresión que causaron los medios, no podía salir a la playa sin que alguien tomara una foto y detallara cada error para que luego las personas opinaran y opinaran. Lo triste es que aunque no hubiera querido que esos comentarios me afectaran, lo hacían, llevándome lentamente al oscuro hoyo negro del inconformismo, haciéndome tomar malas decisiones como saltarme comidas o simplemente vomitar luego de cenar. La opinión pública me destruía cada vez más pero yo no encontraba forma de salir de ahí, no tenía escapatoria y más aún cuando mi situación económica dependía de eso.




Al otro día ya nos encontrábamos en el edificio de la disquera donde nos habían prestado una oficina para legalizar el contrato con Newt. Algo patético que lo podían resolver los mismos representantes pero Marcus me había obligado a asistir.

—ya llegaron—dijo Marcus mientras colgaba el teléfono y se sentaba en la silla a mi lado.

—¿y qué se supone que debo hacer en esta reunión?—pregunté.

—se supone que es para definir los términos, conocer a Newt y empezar con el papeleo para trabajar en conjunto. Su agente se llama Moyra Tracy, espero que seas amable.

—que emoción—dije con sarcasmo.

—por favor, guarda el sarcasmo para cuando termine la reunión.

Miré la carpeta que tenía en frente, habían varias hojas dentro de ella, hojeé un poco y encontré mi nombre plasmado en ellas, también el de Newt. Ese era el contrato de nuestra relación, así los dos quedaríamos legalmente protegidos en caso de robo o rompimiento del mismo contrato.

Al cabo de un rato la secretaria abrió la puerta de la sala de juntas y entró una señora de unos treinta y tantos con cabello castaño corto y piel pálida como la de un vampiro. Seguido de ella entró Newt, el ex vocalista de la banda Electric way, hombre ex drogadicto de cabello castaño rubio y ojos verdes. Marcus se levantó y le extendió la mano a Moyra y a Newt para saludarlos mientras yo seguía en el asiento pero esta vez mirando cosas en mi teléfono para evitar el menor contacto posible con ellos.

—Dalia—carraspeó Marcus—. Saluda a Moyra y a Newt.

Levanté mi mano a modo de saludo sin apartar la vista de mi teléfono mientras Marcus pronunció unas palabras de disculpas por mi comportamiento. Moyra y Newt se sentaron frente a nosotros y Marcus explicó de qué trataba el contrato, se la pasaron como una hora negociando los términos y antes de que Newt firmara Moyra habló:

—¿ella está de acuerdo con esto?—le preguntó a Marcus mientras alternaba la mirada entre nosotros dos.

Yo levanté mi vista.

—¿vamos a firmar?—pregunté hastiada para que el proceso se agilizara.

Newt resopló y logré ver como ponía los ojos en blanco.

—¿algún problema?—inquirí mirándolo desafiante, no me gusta que juzguen mi forma de ser y ese idiota con sólo su mirada lo estaba haciendo.

—si que tenías razón, Moyra. Ella es todo un dulce de miel—replicó con sarcasmo.

—¿acaso debo serlo contigo? Ni lo sueñes, estoy aquí para no caer en bancarrota, no para agradarte a ti ni a tu mamita.

—Dalia, ya basta—comentó Marcus para calmarme.

Me reacomodé en mi lugar. Newt tomó un bolígrafo y firmó el contrato, Moyra y Marcus hicieron lo mismo. Tomé el bolígrafo y firmé restándole importancia al asunto.

—creo que ya queda el contrato pactado—dijo Moyra levantándose de su asiento—. ¿Les decimos?

—¿decirnos qué?—preguntó Newt y yo miré a Marcus en busca de una buena explicación.

—que hoy saldrán—anunció este tratando de escucharse amable—, se conocerán, así se forja la química y desde hoy pueden comenzar las especulaciones de que a penas se están conociendo.

—¡¿qué?!—repliqué levantándome de la silla.

—¿no que tenía más tiempo para procesar la información de convivir con esta arpía? Ahora no puedo, Moyra.

—lo harán, sin peros, el contrato empieza a contar desde hoy y más les vale cooperar porque no planeamos echar esto a la borda por culpa de sus egos—comentó Moyra con demasiada autoridad.

—¿y usted quién se cree que es?—Moyra me observó con indignación—. ¡Marcus, diles algo!

—yo ya había acordado esto con Moyra, obedecerán y fin de la conversación.

—a veces eres detestable—le dije a Marcus completamente molesta.

—andando, no queremos desperdiciar el día—comentó Moyra al abrir la puerta de la sala de juntas.

Salí y le di un golpe en el hombro a Marcus quien estaba delante de mí y bajamos en el ascensor para salir del edificio.

—vayan a comer algo y si quieres, Newt, puedes llevarla a la cena que hará tu papá hoy por su cumpleaños.

—¿también tengo que presentarla a la familia como si fuera algo oficial? No es nada para mí.

—tranquilo, el sentimiento es mutuo—comenté cansada.

—vayan en el auto de Newt y por favor no la lleves muy tarde a su apartamento, debe madrugar mañana—dijo Marcus.

—¿madrugar a qué?

—a pedirle una disculpa al fotógrafo de Versace por lo de ayer.

—¿y para eso debo madrugar?

—Dalia—sentenció serio.

—bien—bufé.

—por aquí—señaló Newt con desánimo llevándome hasta el estacionamiento.

Desactivó la alarma de un Audi plateado con dos puertas.

—odio los autos diminutos.

—¿qué no odias?—preguntó con fastidio y se subió al auto, yo hice lo mismo.

—puedes dejarme en mi apartamento, te paso por correo las cosas que me gustan o disgustan, haces lo mismo y todos felices.

—Moyra me mataría si descubre eso.

—¿acaso Moyra es tu mamá? Nunca he visto que un agente controle tanto a su jefe.

—mi mamá está muerta, Moyra es lo que me queda así que no la veo como mi empleada.

—¿no que tienes una cena con tu familia ahora?

—si pero no sabes lo que significa perder a alguien tan cercano.

—sí que no conoces nada de mí—dije en tono bajo.

Saqué mi teléfono para evitar esta conversación hasta que sentí que el auto se detuvo frente a una casa de ladrillo limpio y muy pequeña, debo agregar que no estaba ubicada en una localidad muy segura en la ciudad.

—se suponía que me dejarías en mi apartamento.

—por el momento fingiremos algo en casa de mi familia, ya se está oscureciendo un poco así que deben estar todos dentro.

—no me gustan los lugares con mucha gente.

—vuelvo y repito, ¿qué no odias? Afuera.

Salí del auto y traté de caminar con mis incómodos tacones sobre el sendero de concreto deforme que había en el pequeño jardín delantero. Newt tocó la puerta y luego un niño pequeño de cabello rubio como el de Newt la abrió.

—¡Newt!—dijo efusivamente y Newt lo cargó en sus brazos.

—Quentin, hace mucho que no te veía, ¿dónde está Megan?

—adentro con el tío Mike. ¿Quién es ella?

—se llama Dalia, no hables con ella porque es muy antipática y eso se pega.

—difundiré la información—comentó el niño bajándose de los brazos de Newt.

—que gracioso—repunté enojada.

—no me importa.

Nos adentramos en la casa, no era muy grande. No podía entender cómo Newt ganaba demasiado dinero antes de enloquecerse con las drogas e incluso ahora que está limpio ¿por qué no consideró darle una mejor vida a su familia en un lugar menos peligroso?

—Papá—Newt abrazó un hombre muy parecido a él, la diferencia era su cabello, el hombre no tenía rastro de cabello en la parte de arriba de su cabeza—. Ella es Dalia... mi novia—dijo con esfuerzo.

—mucho gusto, soy Mike—extendió su mano para que la tomara y lo hice con algo de incomodidad.

—Dalia—contesté incómoda por el montón de ojos que me miraban. Todos posados sobre mí, como si nadie me hubiera visto en ninguna parte y expectantes a que dijera algo para criticarlo.

—el resto son: mis tíos Gertrud, Fred, Lily, Carl—señaló unas personas que estaban en la sala viendo un partido de fútbol con cervezas en las manos—. Los niños que juguetean por ahí son mis primos Quentin y Megan. Y aquí con mi papá están mis otros tíos y primos: Garret, Lewis, Michael, Tim y Amy.

—tienes una familia bastante grande—agregué algo nerviosa por todas las personas viéndome de arriba a abajo.

—así es—contestó y luego el niño llegó corriendo de nuevo a los brazos de Newt—. ¿Qué pasa, pequeño?

—queremos jugar contigo.

—vamos. ¿Estarás bien sin mi por unos minutos?—preguntó a lo que yo asentí quedándome de pié frente a su padre y sus tíos.

—así que, ¿tu nombre real es Dalia?—preguntó un primo de Newt a lo que negué—. ¿Cuál es tu nombre entonces?

—no me gusta decirlo.

—¿no te cansas con esos tacones?—preguntó un tío de Newt y yo negué con mi cabeza.

—¿por qué eres tan callada?—inquirió Amy, su tía.

—eh... yo...

—dejen de llenarla con preguntas sobre ella, más bien cuéntanos sobre cómo conociste a Newt—añadió Mike.

—es... como si lo hubiera conocido hace unos minutos—intenté de que se escuchara como una broma pero nadie rió—. Eh...

—¿cuántos años tienes?—preguntó otro primo de Newt interrumpiéndome.

—veint—

—¿por qué usas chaqueta en Los Ángeles con tanto calor que hace?—inquirió Amy.

—¿eres cantante como Newt?

Esa familia me estaba enloqueciendo, ¿cómo era posible que hicieran tantas preguntas en solo unos segundos? Me sentía tan incomoda y sofocada recordando también a mi familia quienes siempre juzgaban mi aspecto de una forma u otra.

—voy a tomar aire—dije para tratar de escapar.

Salí por la puerta trasera que vi en la cocina para poder evitar a todas esas personas. Nunca me gustó eso, me sentía cómoda en conciertos o frente a las cámaras, era algo a lo que me había acostumbrado pero ellos me miraban diferente. Siempre había detestado la forma en la que mi propia familia posaba sus miradas en mí, esperando a verme cometer un error, a juzgarme por mi personalidad y lo peor, juzgar a mi hermano, en este momento sentía cómo la historia se volvía a repetir.

—¿no deberías estar adentro?—preguntó el niño que estaba en el jardín.

Me senté en la silla que se encontraba sobre el césped.

—¿no deberías estar jugando con Newt?

—está buscando a Megan adentro. Si que eres antipática—comentó. El niño se sentó a mi lado en silencio por un rato. Pero no por mucho—¡¿Kyle?!—ese grito me hizo sobresaltar. Miré a mi lado y el niño rubio estaba levantándose del asiento. No me veía a mí, veía al final de la cerca la cual se estaba abriendo.

De las sombras salió una persona con una gran y resplandeciente sonrisa.

—te pago cinco si no les dices a nadie que me fui—le propuso al niño.

Yo observaba la escena confundida, no parecía ser parte de la familia, todos adentro eran rubios y con ojos verdes o azules, él en cambio llevaba el cabello oscuro y unos ojos cafés con un aire misterioso. Los ojos de aquel hombre se posaron sobre mí y no supe cómo reaccionar.

—guárdalos, te veo adentro—le dió a Quentin un billete y luego se acercó a mí.

—¿quién eres?—preguntó frunciendo el ceño.

—¿quién eres tú? No es normal entrar a casas ajenas por la parte de atrás.

—creo que estás confundida, aquí la única ajena a esta casa eres tú.

Enfoqué mi mirada en la suya, no borraba esa estúpida sonrisa de superioridad, y me sentía como si su presencia me incomodara.

—Newt me invitó a venir—añadí tratando de sonar firme en lo que decía.

—ah, eres la cantante que está en quiebra.

—no estoy en quiebra—repliqué.

—claro que si. Creo que te llamas... ah... ya sé ¿Dalila?

—Dalia—corregí apartando mis ojos de esos oscuros juguetones que me veían con gracia.

—Dalia, si, tu fama cayó en picada cuando las personas notaron que dentro de ese cuerpo no hay ningún alma que lo controle—se burló.

—¿y tú quién eres para decirme cosas como esas?

—no las digo yo, no te conozco pero los demás creen conocerte y esos son los que han dicho todo ese montón de cosas. Y hasta el momento, creo que tienen razón.

—como tu mismo has dicho, no me conoces así que no sabes si tienen razón o no.

—¿entonces si tienes alma? No lo creo.

—no me importa si lo crees o no. Al fin y al cabo ni te conozco.

Se quedó en silencio por un momento pero luego sonrió.

—Kyle—extendió su mano pero no la tomé.

—ya sabes mi nombre—dije grotesca.

—creo que deberíamos llevarnos bien, se supone que eres la nueva novia de mi mejor amigo así que supongo que nos vemos en la obligación.

—no tengo obligaciones contigo, las tengo con Newt.

—como quieras. ¿Qué haces aquí sola?—preguntó cambiando de tema.

—tratando de pensar pero tu presencia no me deja.

—que ruda—comentó con burla—. Veo que ya conociste a la familia de Newt.

—no los conozco pero en lo que estuve ahí dentro noté que son muy exasperantes.

—¿por qué lo dices? Hasta donde sé son muy amables.

—me llenaron de preguntas en un par de segundos y me hicieron recordar a mi familia, los cuales tampoco me agradan.

—¿por qué?—indagó.

Volví a sentarme en la silla del jardín y él me siguió.

—no me agrada hablar de mi vida privada con extraños.

—ya no soy un extraño, ya me presenté.

—¿y eso qué?

—ya veo porqué el público no te soporta.

—eso no te incumbe—bramé volviendo a ponerme de pie, no iba a quedarme ahí para que él siguiera burlándose de mí. Tenía cosas más importantes que hacer.

—¿sabes qué? Me voy.

Abrí el mosquitero y volví a la casa, todos estaban ya dispersos. Avancé hacia lo que parecía ser la sala. Saqué mi teléfono e iba a pedir mi Uber pero unas pequeñas manos lo tomaron.

—¡dámelo!—le exigí a Quentin quien sostenía el teléfono sin mucha delicadeza.

—es muy costoso.

—¡lo es!—bramé.

—dámelo, enano—Kyle le arrebató el teléfono pero no me lo entregó inmediatamente sino que revisó la pantalla—. ¿Un Uber?

—si—respondí cortante.

—no lo creo.

—no me importa lo que creas. Mi teléfono—extendí mi mano esperando a que me lo entregara pero eso no sucedió.

—devuélveselo, tras de que es volátil sin que se le haga nada no quiero ni imaginarla cuando está molesta—intervino Newt—. ¿Cuándo llegaste?

—he estado aquí desde temprano—dijo Kyle.

—eso es...—iba a decir que era mentira pero Kyle me entregó el teléfono lo más rápido posible como si fuera un crimen que supieran de su ausencia.

Observé confundida a Kyle pero este simplemente sonrió.

—no te había visto. Noté que ya se conocen.

—yo no lo conozco—dije mientras pedía mi Uber.

—¿en serio? ¿Moyra no podía escoger algo peor?—comentó Kyle burlesco.

—al parecer ha sido víctima de su propia actitud y necesita ayuda—dijo Newt.

—al menos no me meto coca por la nariz en un lugar público—reproché.

—¡auch! Si que es muy ruda—dijo Kyle sonriendo con orgullo.

—como sea. Te llevo, si Moyra se entera que te dejé ir en un Uber, me castra—Newt sacó las llaves de su bolsillo y caminó hacia la puerta.

—yo la puedo llevar—añadió Kyle a lo que yo fruncí el ceño.

—¿no se supone que tu auto está en el taller?

—puedes prestarme el tuyo.

Newt le lanzó las llaves a Kyle quien las atrapó en el aire.

—vamos, tengo que ir a mi apartamento ya—dijo Kyle saliendo de la casa.

—si Moyra pregunta, estuviste aquí todo el tiempo—comentó Newt para que yo le salvara el trasero.

—bien—contesté indiferente.

Me subí en el auto de Newt donde ya Kyle estaba tras el volante.

—es al este—dije cortante, tanto que eso pareció molestarlo.

—¿sabes? Esa actitud de querer tratar a todos como tus empleados no me agrada.

—¿se supone que debo agradarte?

—no pero ten en cuenta que hay personas en el mundo que no planean soportar tales tratos. Entre esas estoy yo, es suficiente con mi hermana como para tener que aguantar esto.

—déjame pedir mi Uber y así no tendrás que soportar mi molesta actitud.

—Newt no me dejaría. Quédate callada y así será más fácil para ambos.

—Newt esto y Newt lo otro, ¿por qué tanta importancia con Newt?

—ya te dije que es mi mejor amigo.

—no sé mucho de amistades pero creo que no se le debe ocultar cosas a los amigos.

Kyle me miró con algo de rabia e indignación.

—no sabes nada de amistades.

—¿por qué no se podían enterar de que te fuiste?—inquirí retándolo con la mirada tal como él lo había hecho en el jardín hacía unos minutos.

—pide el Uber entonces—anunció entornando los ojos con disgusto—. Puedes irte.

—eso quería—dije orgullosa.

Saqué mi teléfono y pedí el Uber, no tardó mucho en llegar y cuando el auto estaba frente al jardín salí del Audi dejando que Kyle avanzara para irse a su apartamento.

**************************************
Como algunos pueden saber y otros que no xd pues aquí en esta parte les traigo las fotos de las personas en que me basé para la historia, muchos no han aparecido pero luego lo harán así que disfruten.

PD: más sin embargo puedes imaginar a quien quieras, no hay problema con eso ;)

A la Moyra que me imagino yo no le encontré ninguna mujer que pudiera representarla así que son libres de imaginar a esa arpía a su antojo (luego me entenderán el porqué de llamarla arpía)

Actualizaré todos los martes y viernes si se puede. Nos leemos pronto bebés.

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