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El camino a casa fue corto. Luego de nuestra tarde de chocolate y galletas en el Café de Stan con mis amigos de la escuela, había decidido volver antes que oscureciera.
Estuvimos unas tres horas charlando de las vacaciones de cada uno, era la primera vez que nos veíamos desde el último día de clases y teníamos mucho de que hablar.
Ninguno me había preguntado por Nathan por suerte, algo que agradecí internamente. Pero no faltaron las preguntas por mi nueva hermana Irina y respecto a Tadeo, que según ellos lo habían visto algunas veces rondando el pueblo conmigo, seguramente yendo a casa de Bernarda. Me limité a decir que éramos amigos, porque era cierto, pero no quería otro sermón de Coni sobre alejarme de chicos extraños.
Aunque a diferencia de Nathan, Tadeo era bastante social y tenía muchos conocidos en la escuela, sin incluir la larga fila de chicas con las que se había acostado. Pero Nathan no. El hablaba solo cuando era necesario y no compartía sus cosas con todo el mundo. Era mucho más reservado y sabía con quien abrirse.
Elimine las imágenes de Nathan observándome en silencio en la cafetería de la escuela y negué con la cabeza. Tomé las llaves, recordando que mi hermano había dicho que volvería por la noche de su día con sus amigos, y abrí la puerta.
No esperaba ver esto.
Detuve mi acción en seco y ni siquiera pude cerrar la puerta detrás de mi. Me quedé completamente estática en mi lugar, sin entender que estaba pasando o que estaba haciendo el aqui.
Como si mis pensamientos fuesen traídos a la realidad, Nathan estaba sentado en mi sofá, bebiendo una lata de refresco y cambiando canales en la televisión.
— ¿Que haces aquí? —fue lo único que mi boca pudo decir cuando logré moverme y cerrar la puerta. Ni siquiera pude sonar enfadada como hubiese querido.
—Cumpliendo mi turno —contestó neutro sin siquiera mirarme.
¿Donde estaba Noel o Tadeo?
—¿Creí que estabas muy ocupado como para querer cuidarme —me crucé de brazos y me sentí una completa idiota al darme cuenta que le estaba reprochando el no preocuparse por mi.
Lejos de sentirse mal por ello, sonrió con todos y cada uno de sus dientes, haciendo que mis piernas temblaran un poco.
—No estoy aquí por ti. Irina y Tessa desastrosamente están en sus periodos al mismo tiempo —lo miré expectante, intentando descubrir si decía la verdad—. Cato parece tener mucho que hablar con Tadeo —revoleó los ojos y pude entender porqué mi amigo no había venido a hacer guardia en mi sala. —Y por último, Danali y Jade discuten cada tres minutos como si ambas tuviesen seis años —fruncí mi ceño, recordando que la niña en realidad si tenía seis años, pero lo dejé pasar—. Además, tenía que pedirte disculpas.
¿Que?
—¿Por qué? —pregunté intrigada, aunque sabía porque, pero quería que el lo dijera.
—Por creer que Tadeo te estaba obligando a algo que tú no querías —dijo mirando la televisión.
—Nadie me estaba obligando a besarlo —me excusé.
—Danali te estaba tentando —respondí y sonreí.
—¿Y qué hay del resto de las veces que nos besamos? —sabía que estaba mintiendo, que nunca antes nos habíamos besado, pero si eso servía para fastidiarlo entonces yo salía ganando.
Pero lejos de molestarle, solo se encogió de hombros.
—En ese caso, está bien. Eres libre de besar a quien tú quieras —mi sonrisa se borró, al darme cuenta que estaba respondiendo como una persona coherente y no con un idiota—. Por mi está bien si quieres estar con Tadeo. En tanto te cuide y te respete.
Pues claro, de igual manera nunca te importé mucho.
—Entonces te ofreciste deliberadamente para malgastar tu noche —me crucé de brazos.
—¿Malgastar? —se lamió los labios mirándome descaradamente de arriba a bajo y me sentí un poco intimidada por eso.
—Como sea —ignoré por completo toda su explicación, dándome cuenta que mi humor había cambiado extremadamente rápido gracias al idiota en mi sala—. Estaré arriba hasta que mi hermano llegue —avisé esperando que no dijera más nada, pero como siempre, el debía tener la última palabra.
—Tu hermano no vendrá —detuve mi primer paso hacia la escalera y volví a mirarlo—. Trabajará en la pizzería hasta tarde hoy —fruncí mi ceño—, Alison, hay un grupo donde se avisan estas cosas.
Revoleé los ojos, recordando que mi celular no paró de sonar en la primera media hora que estuve en el Café y decidí silenciarlo, como supuse que haría cuando se creó, ignorando todos los mensajes del grupo.
—Da igual —solté molesta antes de dirigirme a las escaleras, esperando subir e ignorarlo el resto de la noche.
—Avisa cuando quieras comer —me detuve una vez más y volví a mirarlo. Por primera vez me miró y podía jurar que sus ojos eran menos intensos.
—¿Que eres, mi niñero? —pregunté cruzando mis brazos sobre mi pecho, como si yo no pudiese preparar mi propia cena. Vi como se rio y miró hacia la televisión otra vez.
—Eso suena a uno de tus libros —detuvo su risa pero no paró de sonreír—. No. Estoy a cargo de ti, lo que significa que no puedo permitir que te desmayes por no comer o que prendas fuego la casa intentando cocinar. Incluso que no resbales en la ducha —afilé mis ojos en duda hacia el, intentando descifrar a qué se refería—. Porque tendría que entrar en la ducha si te resbalas. ¿Lo entiendes, no? —su sonrisa de autosuficiencia no desaparecía y quise arrancársela cuando entendí a qué se refería. Dejé salir un gruñido.
—Eres detestable. Bajaré cuando tenga hambre —lo oí reírse mientras me dirigía escaleras arriba.
Decidí tomar un ducha, ignorando por completo que tenía a Nathan Clarke en mi sala. Luego de salir, gracias a Dios y para equivocación del idiota, ilesa y sin resbalarme en la ducha, decidí vestirme para comer.
No usaría la playera que usaba siempre. Porque si bien, hace algunos meses me hubiese dicho que cualquier cosa se me veía bien, sabía que hoy se reiría de mi. Así que decidí usar una blusa de tirantes negra y un short gris de tela que solía usar.
Sin secar mi cabello y ya con un poco de hambre, bajé las escaleras. No sabía cuánto tiempo había tardado en todo el proceso, pero si supe que había sido casi una hora.
Nathan aún miraba televisión aburrido, con su celular en la mano, desviando sus ojos de un aparato al otro. Pude ver una caja cuadrada sobre la mesita y dos vasos junto a un refresco.
—¿Tu compraste comida? —pregunté algo atónita cuando vi que era una pizza.
—No, apareció en la televisión, la tomé y con magia la transformé en una real. ¡Ta-da! —sonrió divertido y lleno de sarcasmo. Quise fulminarlo con la mirada pero su cara me había causado gracia, así que seguro era muy notorio que estaba intentando no reírme. —Tú hermano la trajo antes que pudiera levantarme a preparar algo —asentí con la cabeza, sentándome en el sofá, lo más lejos posible de él.
No iba a decir nada, no tenía demasiadas ganas de hablar con él. Pero al parecer, hoy no estaba en modo insoportable.
—¿Que diablos estás escuchando? —observé la televisión y pude reconocer el logo de MTV en un rincón.
—Foreigner —se encogió de hombros.
—¿Te gusta esto? —revoleé los ojos, recordando ese dvd que mi tía Marcia amaba escuchar, que tenía unas tres horas de música ochentosa que solía cantar mientras limpiaba o cocinaba.
—Solo esta canción, me recuerda a ti —confesó sin dejar de ver la televisión. Lo miré extrañada. ¿Pero que mierda?
—¿De que habla la letra? —pregunté intrigada. No me sorprendería que de alguien asesinando a otro alguien, pero la melodía sonaba muy hermosa y suave para hablar de eso.
—Nada muy importante —dijo rápidamente para cambiar de canal.
Extraño.
—Nunca supe mucho de tus gustos de música —me miró expectante. Mi ceño se frunció y mis ojos se abrieron en una cara horrible seguramente. —Dime que te gusta.
¿Acaso estaba demente? Definitivamente había un problema dentro de la mente de Nathan.
—No lo sé, soy muy variada con la música.
—Dime algunos —insistió.
—Bueno... me gustan los Beatles, Elton Jhon y Withney Houston. Mucho más que eso, pero me llevaría mucho tiempo —dije intentando que se callara y me dejara comer rápido para volver a mi habitación.
—Tenemos toda la noche —esperé que eso tuviese algún doble sentido pero su cara estaba neutra—. Vamos, hazme escuchar tu música —dudé si sacar mi celular de mi bolsillo pero cualquier cosa era mejor que discutir por tonterías o una cena en silencio incómodo.
Abrí mi reproductor de musica y puse aleatorio para que sonara cualquier cosa, pero al parecer mi celular me odiaba un poco porque When i was your man de Bruno Mars comenzó a sonar. Nathan, sonrió.
—¿Que? —espeté, feliz de tener la excusa de darle un golpe si se burlaba de mi música—. Si estás pensando insultar esta canción, dejame decirte que estas comprando muchos numeros para el sorteo de una gran patada en las pelotas.
—Shhh —me dijo cerrando los ojos y tirando la cabeza hacia atrás. Una vez más, me sorprendí. —Es una de mis canciones favoritas —revoleé los ojos. Por supuesto que lo era.
My pride, my ego, my needs, and my selfish ways
Caused a good strong woman like you to walk out my life
Now I never, never get to clean up the mess I made, And it haunts me every time I close my eyes
(Mi orgullo, mi ego, mis necesidades, y mis hábitos egoistas,
causaron que una chica fuerte y buena como tú,
se fuera de mi vida.
Ahora, nunca, nunca llegaré a limpiar el desastre que causé,
y me atormenta cada vez que cierro los ojos.)
—¿Que? ¿Te sientes familiarizado con la letra? —sonreí sarcástica.
—De hecho si —abrió los ojos y me miró—, me recuerda a ti. —¿Ahora todas las canciones le recordaban a mi? Claro que si. Estaba esperando que se riera pero no lo hizo. Su mirada no idiota me estaba poniendo nerviosa así que decidí cambiar de canción. —Si pudieses dedicarme una canción, ¿cual seria? —lo miré aún mas extrañada.
—No creo que exista una canción hecha con tal nivel de crueldad —sonreí falsa—. Pero de ser asi, supongo que seria Emperors new clothes de Panic at the disco —el frunció el ceño mirando el suelo.
—¿Si sabes que la letra habla sobre el poder y control? —preguntó ahora si mirandome.
—Por supuesto que lo se —me reí un poco—, por eso me recuerda a ti. ¿Como dice la letra? —fingí pensar y entonces me acordé —, ah si. "A los mentirosos los enchufamos, activa el interruptor y míralos correr" —se rio negando con la cabeza.
Abrí la caja y tomé una porción cuando vi que comenzó a cambiar de canales. Noticias, deportes, algunos dibujos y...
—Para, para —le dije antes de llevar la porción a mi boca. El volvió un canal hacia atrás y pude reconocer esos dos actores. La película que estaba mirando esa noche que Tadeo llegó para hacer su turno como mi guardia.
—Creí que no te gustaban estas películas —dijo mirándome extrañado mientras yo intentaba escuchar el diálogo sobre su voz.
—No me gustan, sh —aclaré callándolo. Lo vi negar con la cabeza y tomar una porción de pizza, mientras mi mano seguía en alto hacia el, pidiendo que no cambiara de canal.
Tendrás que ver el final...
La protagonista decía el típico final de películas cliché, cuando ella se da cuenta que en realidad estaba enamorada de ese amigo que siempre estuvo ahí para ella, y no del idiota que rompió su corazón. Ambos se besaron con una música demasiado emotiva para mi gusto y comenzaron los créditos. No me gustaban las películas de triángulos amorosos y todos saben eso, lo que era terriblemente irónico cuando parecía estar en medio de uno.
Tadeo me había dicho indirectamente que estaba enamorado de mi. Bueno, más bien, directamente.
Parpadeé intentando entender el truco o la broma detrás de eso. Ahora tenía sentido su cercanía, su casi beso, la manera en la que se quedó conmigo luego de mi pesadilla.
¿Pero no le gustaba Danali? ¿O era una estupida fachada para ocultar lo que en realidad sentía por mi?
—Am... ¿hola? ¿ya puedo cambiar? me están aburriendo los créditos —la voz de Nathan resonó en mis oídos y reaccioné, comiendo de mi porción como si no acabara de darme cuenta que le gustaba a mi amigo. —¿Alison? —preguntó con un dejo de preocupación.
—Si, puedes cambiar —mastiqué torpemente, luego de darme cuenta que había mordido un pedazo demasiado grande.
—¿Estás bien? —se me quedó mirando extrañado y asentí con la cabeza, observando sus ojos fijos en mi. Continuó cambiando canales y una imagen muy conocida se detuvo frente a mi.
—¡Alto! ¡Alto! ¡Para ahi! —me levanté del sofá como si yo hubiese sido quien apareció en la tele. El obedeció y volvió un par de canales.
—No me detendré si es otra película de amor. Tuve suficiente cuando me hiciste ver Titanic. —Una tensión extraña se formó cuando hizo mención de ese recuerdo.
Había sido la primera noche que habíamos tenido algo más que solo besos, y noté que ambos nos dimos cuenta del error que cometió al decir eso. Me concentré en la imagen del televisor y volví a comer de mi pizza, alegre con el entretenimiento de mi cena.
—¿Y esto que es? —preguntó tomando otra porción y lo miré con los ojos como platos, sin importarme verme escalofriante con el cabello mojado y los cachetes llenos de comida.
—Friends —hablé obvia—. ¿Nunca has visto Friends? —me tomé de la frente, esto era lo peor del mundo.
—No, ¿y? —se encogió de hombros, como si le importara poco y nada mi sorpresa.
—Tienes que ver Friends —olvidándome que se trataba del idiota de Nathan, corrí a apagar la luz en saltitos y volví al sofá para taparme con la manta que siempre estaba allí.
De alguna forma u otra, este programa siempre levantaba mi animo. Renzo y yo solíamos verlos las tardes de los cumpleaños de mamá. La recordábamos y llorábamos un poco, entonces poníamos Friends para alegrarnos un poco.
El me miró extrañado de mi repentino buen humor y volvió su vista a la televisión, negando mientras se mordía el labio inferior, como intentando no reir. Probablemente pensando que yo parecía una niña pequeña.
Dos capítulos pasaron y noté que ya no había más pizza ni bebida. No sabía cuanto tiempo había pasado pero estaba muy entretenida para pensar en eso. El ambiente era tranquilo, ya que no tenía que oír su voz, simplemente mis risas cada algunos minutos y algunos comentarios de su parte.
— No entiendo porque Joey es tan idiota —revoleé los ojos y lo miré. Vi sus intenciones de decir eso solo para fastidiarme, como siempre.
—Se supone que de risa —le aclaré, obviamente algo fallaba en la cabeza de Nathan—. ¿No conoces alguien tan idiota que siempre te ries de él? —el reprimió su risa y habló.
—Si, pero no voy a decir en voz alta que eres tú —entendí al segundo su referencia y lo golpeé con el cojín a mi lado, logrando que soltara su risa. Su brazo se levantó para cubrir su rostro, pero no me lo quitó de las manos.
—El idiota eres tú —volví a golpearlo y está vez si me arrebató mi arma mientras se reía. Bostezó y pude ver el cansancio en su rostro.
—Mira, ya terminó. A dormir —me señaló la imagen que aparecía cuando terminaba uno pero al segundo comenzó otro y se desinfló en el sofá. Comencé a reírme, sabiendo que no le quedaba opción de escape, porque el debería dormir en el sofá y yo no me iría mientras siguiera el programa en la televisión.
—Uno más, por favor —supliqué con mis manos mirándolo como cachorro abandonado, olvidándome que solía odiar a Nathan por ser un idiota, molestarme y jugar conmigo.
Pero hoy, en parte, había dejado de lado su faceta de idiota. No sabía si estaba relajado por no tener que soportar la locura que parecía haber en su casa o había otro motivo.
Tal vez, éste era el verdadero Nathan Clarke. Fastidioso, molesto, sarcastico pero no mal tipo. Tenia que recrear una nueva imagen de el, porque no sabía que si y que no era acertado de lo poco que conocía. Si, un idiota es seguro.
Me miró y pude ver un destello extraño en sus ojos. Sonrió suave y me sorprendí de que no fuese arrogante como todas las que me daba. No recordaba la ultima vez que había visto esa sonrisa tan sumisa, tan predispuesta a algo que yo decía o pedía.
—Está bien —susurró. Me moví en mi lugar, tarareando la canción de introducción, lista para otro capítulo más.
Me acomodé apoyándome sobre mi brazo y no me había dado cuenta lo cerca que estábamos comparado lo lejos que me había sentado cuando llegue hacía rato.
Sin darme cuenta mi cabeza cayó en su hombro y rápidamente me levanté, dándole una mirada de disculpa.
—Lo siento —dije parpadeando, y volviendo a mirar la televisión, un poco incomoda.
—No pasa nada —susurró y sentí como su mano comenzó a acariciar mi cabello. Me petrifiqué al sentir su tacto, sin prestarle atención a los diálogos de Mónica y Chandler. Tuve el instinto reflejo de golpear su mano para que la alejara, pero por alguna razón, no pude hacerlo. —Puedes recostarte —su voz sonó tan suave que me recordó el antiguo el. Sentía su mirada sobre mi mientras continúa enredando sus dedos en mi cabello húmedo.
—Yo... —no podía mirarlo, así que volví mi vista al televisor— ...no quiero quedarme dormida —me excusé, sabiendo que eso no pasaría mientras mirara Friends, pero solo lo había dicho para no sentir su piel tocar la mía.
—Te llevaré a tu cama entonces. Prometo volver a dormir aquí —se rio un poco y, con miedo, apoyé mi cabeza en su hombro. Tomó la manta y me tapó hasta el cuello, dejando libre mi rostro para poder ver.
Más que por comodidad, mi nostalgia había accedido a su pedido. Yo sabía que el no se merecía mi atención, pero aún lo extrañaba jodidamente mucho y si él estaba dejando de lado su faceta idiota, yo podría dejar de odiarlo por al menos un rato. Nos sentí por primera vez en tanto tiempo en la misma sintonía, en un ambiente que conocía y que me hacia sentir bien. Que era paz. Su tacto se volvió algo familiar para mi y pude sentir la añoranza de tenerlo asi todas las noches.
Su pecho se movía hacia arriba y hacia abajo lentamente, tranquilo. Su otra mano descansaba en su pierna y no pude evitar observar las venas de su brazo. Parpadeé e intenté concentrarme en la televisión.
El capítulo no era de mis favoritos ya que parecía un tanto aburrido y sus caricias estaban logrando relajarme. Mis ojos se fueron cerrando y dejé que los diálogos se escucharan a lo lejos.
Podía sentir sus caricias y suspiré levemente, cálida bajo mi manta, olvidando que se trataba del chico que más amaba, pero en el que menos confiaba. El idiota de Nathan Clarke.
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Nota de la autora: Holis! Capítulo largo para ustedes💜
PD: Escucharon las canciones de Alison? Que les parecieron?
PD2: Voy a subir los capítulos siempre a esta hora (aproximadamente) para que no haya confusión con los horarios🥰
Besos sobrenaturales,
Sofi Garrido.