Narra Vegetta
Nos separamos por la falta de aire, al instante él enrollo sus piernas en mi cadera mientras me daba pocos besos en el cuello, tratando de generar chupones. Al llegar a la habitación, lo tire en la cama quedando encima suyo, sin desperdiciar el tiempo, le saque el buzo y la camisa dejando su pecho al aire.
Comencé a dar delicados y húmedos besos por la zona, dejando solo pocos chupones, continúe hasta toparme con sus rosados pezones que ya extrañaba, mientras amia uno, baje mi mano hasta su pantalón, quitándoselo junto a su ropa interior.
Al instante lamí dos de mis dedos, al tenerlos húmedos comencé a meterlos en su apretad entrada, haciendo que pocos gemidos se comenzaran a escuchar, mientras hacia un rápido vaivén. Comencé a dejar chupones por sus muslos. Pasado varios minutos, sus gemidos comenzaron a hacerse más constantes, hasta ver como arqueaba su espalda y se venía manchando su plano abdomen.
De un solo movimiento lo puse en cuatro, me relamí un poco mi labio inferior y me quite el pantalón junto al bóxer, tome mi miembro y lo acerque a su entrada, simplemente rozándolo un poco. Sin previo aviso metí mi miembro de una estocada, al instante un fuerte gemido se escuchó por su parte.
Deje escapar un satisfactorio suspiro para después comenzar a mover mis caderas, tratando de encontrar con cada estocada su punto, así continúe un rato hasta que por fin la encontré, sonriente, comencé a atacar su punto con fuertes y profundas estocadas. Sus gemidos se hicieron más constantes y su entrada se apretó para después volver venirse.
Yo continúe así hasta que sin aguantarlo saque rápidamente mi miembro viniéndome en su espalda, él cayó agitado sobre la cama, yo tome un poco de papel que tenía en mi mesita y lo limpie un poco, después me acosté a su lado tapándonos con las sabanas, dejando que durmiera un poco mientras lo apreciaba con una sutil sonrisa...
Antes de levantarme para comer algo, escuche como llegaba una notificación a mi celular, al prenderlo vi como los dioses habían escrito algo por el grupo de los Héroes.
Dioses
en dos días serán las elecciones para el nuevo Alcalde de Karmaland, para todos los postulados, muchas suerte!
Sin prestarle mayor importancia, deje el celular a un lado y me pare para preparar todo lo que tenía planeado...
Narra Luzu
Emocionado por el mensaje, apague mi celular y le di un gran abrazo a Manolo, en dos días podría dar mi discurso y dar las gracias a mis votantes, obviamente dando mención especial a Rubius y Vegetta, y como no, a mi amado Auronsito también, ya que ellos me ayudaran a ser el mejor Alcalde que Karmaland pueda tener.
Con mi felicidad le di una zanahoria a Manolo y baje por las escaleras de mi casa, al ver un campo de flores tome la más hermosa y toque la puerta de mi amado Auron.
-toma mi niño, una bella flor para alguien tan hermoso como tú. -hable apenas su puerta se abrió.
-vaya Luzu, amanecimos románticos...-hablo con un leve sonrojo mientras tomaba la flor. -...pasa y hablemos adentro.
-ya te enteraste? -en su cara se notó que no sabía nada. -...en dos días podre ser Alcalde Luzu. -lo tome delicadamente de la cintura, lo bese y ambos nos sentamos en el sofá.
-me alegro mucho por ti mi niño, pero no creo que sea la mejor decisión, la verdad no creo que el ser Alcalde te venga bien. -al escuchar esas palabras fruncí un poco mi ceño, yo venía para compartir mi felicidad con él y lo único que hace es decir que no es lo mío.
-solo venia para que celebráramos juntos, pero estas haciendo todo lo contrario, se lo que es bueno para mí y lo que no Auron, solo quería que te alegraras por lo menos un poco por mí, lo único que haces es desanimarme. -hable algo enojado.
-no eres alcalde y ya cambiaste!, a esto era a lo que me refería, que por culpa de la alcaldía te vuelvas corrupto, distante y me empieces a tratar mal!, solo lo dije porque me preocupas y no quiero que nada malo te pase. -hablo más enojado que yo, para después escucharse un silencio.
Después de pocos segundos sentí culpa, lo tome delicadamente por la cintura sentándolo sobre mí regazo, le di un beso en la frente y lo apoye sobre mi pecho acariciando su cintura.
-perdón Auronsito, es solo que estoy algo nervioso por esas elecciones, tu eres la persona en la que más confió para ese día y escuchar eso de ti me hizo confundir...-deje varios besos por sobre su cabeza, estire su mano y también la bese. -...quiero que sepas algo, y eso es que jamás en mi vida hare algo que pueda lastimarte, la Alcaldía no hará que cambie contigo, tu eres lo más especial que tengo, y siempre y cuando siga así, nadie me hará cambiar de opinión y mucho menos lograra separarme de ti.
-si lo que dices es verdad, espero y seas el mejor Alcalde. Te amo! -hablo abrazándome, al instante le correspondí, no había mejor sentimiento que este.
-gracias novio mío. -al decir eso note como sus mejillas se coloraron, al instante reí un poco. -...yo te amo mucho más, muchísimo más que tú...
Narra Rubius
Al abrir mis ojos note como no estaba Vegetta, un poco confundido tome una camisa de él y me la puse, Salí de la habitación comenzando a camina a la sala al llegar vi cómo me esperaba con el almuerzo ya servido.
-se ve delicioso gracias Vege. -dije sentándome en la mesa y dando un bocado a la comida. -...dios...daría lo que fuera por seguir comiendo esta delicia.
-...-en ese momento escuche su risa. -...en ese caso me gustaría que me acompañaras esta noche.
-a dónde iremos? Tengo que ir elegante? –pregunte curioso, vi como una hermosa sonrisa apareció en su bello rostro.
-es una sorpresa Ozito, y si gustas ir elegante no me quejo. -sonreí con un leve sonrojo mientras llevaba los platos a la cocina.
Ambos pasamos toda la tarde juntos, haciendo bobadas y dándonos cariño, así hasta que llego la noche, fue solo en ese lapso de tiempo que ambos nos dividimos. Yo fui a una habitación y me puse la mejor ropa que tenía, una camisa de botones y unos jean's verdes, me eche mi mejor perfume y salí de la habitación.
Mientras bajaba por las escaleras sentí mi corazón latir con rapidez y los nervios subir, al subir mi mirada vi a Vegetta al frente mío, estaba jodidamente hermoso, él con una sonrisa encantadora me tomo de la cintura y me beso.
-estas hermoso, tan hermosos que no puedo creer que tenga a este dios al frente de mis ojos. -yo reí nerviosamente con un gran sonrojo.
-tú no eres la excepción. Nos vamos? -él asintió, entrelazo nuestras manos y me guio por fuera de la mansión.
Ambos comenzamos a caminar por el bosque, este estaba decorado con tenues luces que se adaptaban a la naturaleza y hermosas flores de distintos colores, yo apreciaba todo atentamente, así hasta que ambos nos paramos, con un poco de lentitud comencé a levantar mi vista por el camino, comenzando a subir un árbol, al fijarme bien, era una hermosa casa del árbol.
-Vegetta...todo esto...lo hiciste tú? –hable sorprendido viéndolo, él con una sonrisa hablo.
-qué te parece? -podía notar un poco de nervios en su voz, reí un poco.
-me fascina, es en serio, lo mejor que he visto en mi vida...aparte de ti, claro. -al decir eso una gran risa nerviosa se escuchó.
-dejando eso de lado...-vi como giro su cabeza tratando de ocultar un sonrojo. -...quieres entrar?
Al ínstate asentí, ambos comenzamos a subir por unas escaleras decoradas como las enredaderas que rodeaban el grueso árbol. Al llegar a la cima pude ver varios cuadros de los dos juntos, una hermosa cama doble y en el balcón de esa pequeña habitación había una mesa con dos sillas, esta, con comida servida.
-siéntate, se va a enfriar. -ambos lo hicimos y él destapo la comida, al instante sentí mi estómago rugir...
Al acabar de cenar, ambos nos quedamos viendo las hermosas estrellas juntos, todo era tan hermoso, aunque también tenía muchos nervios, lo peor es que no sabía porque.
-Rubén, sabes por qué te he traído aquí? -al escuchar su voz lo mire negando. -...te he traído aquí, porque te debo de confesar algo que paso el primer día que nos conocimos, y que ha estado pasando durante todo este tiempo.
-qué pasa? Es algo malo? -pregunte preocupado, él negó tomándome de la mano.
-desde el primer día que te vi sentí mi corazón latir con fuerza, desde ese día sabía que tú eras el dueño de mi corazón y del hombre del cual me he enamorado, ya hemos hecho muchas cosas juntos, demasiadas...-ambos nos sonrojamos un poco al saber que cosas. -...los dos nos hemos equivocado y hemos lastimado al otro por falsos mal entendidos, por eso quiero empezar de cero, hacer las cosas bien, por eso te he traído aquí, para hacer la pregunta que definirá nuestra historia. Rubén Doblas, quieres ser mi pareja?
-joder Vegetta, si quiero, si y mil veces si! pero...en serio no es una broma? -él negó con una sonrisa algo confundida.
-por qué pensarías que es una broma? -hablo aún más confundido.
-durante el tiempo que nos hemos conocidos lo único que has hecho es preocuparte por mí y animarme cuando lloro, desde el primer día te diste cuenta que me gustaba Mangel, te preocupaste cuando estuve deprimido por el, cuando nos unimos un poco más te preocupaste porque me cortaba, todo por un jodido mal entendido, te he hecho gastar tanto y estar tanto tiempo preocupado cuando ni siquiera sentía algo por ti, y ahora me dices que te gusto y quieres ser mi pareja. Simplemente es algo que me confunde, como te puede gustar alguien como yo? -él rio un poco, me dio un pequeño beso y poso su mano sobre mi mejilla.
-simplemente me gustaste, alguien tan bello, tan sentimental, tan buena persona, todo de ti me gustaba, y haría lo que fuera por jamás ver una lagrima tuya, no me importo que otra persona te haya gustado, no me importo que solo me vieras como un amigo, yo lo único que quería era verte sonreír, eso era suficiente para hacer que mi corazón latiera con rapidez. Si no te amara de verdad hace mucho me hubiera ido, si de verdad nunca hubieras llamado mi atención, jamás me habría esforzado tanto para conquistarte, te amo demasiado por lo que eres, y jamás te dejare ir, no me importa que tanto hagas, prometo que jamás dejare que te alejes de mi vida.
-prometo que jamás te dejare, en serio te amo, gracias por hacerme tan feliz y siempre estar a mi lado, gracias Vegetta. -hable abrazándolo, para después separarme un poco y besarlo...