Querido jefe Narciso

By SuperbScorpio

2.3M 137K 32K

*Historia ganadora de los WOWAwards 2017* -¿Has infringido alguna norma desde que trabajas aquí? - preguntó é... More

Prólogo
Capítulo uno
Capítulo dos
Capítulo tres
Capítulo cuatro
Capítulo cinco
Capítulo seis
Capítulo siete
Capítulo ocho
Capítulo nueve
Capítulo diez
Capítulo once
Capítulo doce
Capítulo trece
Capítulo catorce
Capítulo quince
Capítulo dieciséis
Capítulo diecisiete
Capítulo dieciocho
Capítulo diecinueve
Capítulo veinte
Capítulo veintiuno
Capítulo veintidós
Capítulo veintitrés
Capítulo veinticuatro
Capítulo veinticinco
Capítulo veintiséis
Capítulo veintisiete
Capítulo veintiocho
Capítulo veintinueve
Capítulo treinta
Capítulo treinta y uno
Capítulo treinta y dos
Capítulo treinta y tres
Capítulo treinta y cuatro
Capítulo treinta y cinco
Capítulo treinta y seis
Capítulo treinta y siete
Capítulo treinta y ocho
Capítulo treinta y nueve
Capítulo cuarenta
Capítulo cuarenta y uno
Capítulo cuarenta y dos
Capítulo cuarenta y tres
Capítulo cuarenta y cuatro
Capítulo cuarenta y cinco
Capítulo cuarenta y seis
Capítulo cuarenta y siete
Capítulo cuarenta y ocho
Capítulo cuarenta y nueve
Capítulo cincuenta
Capítulo cincuenta y uno
Capítulo cincuenta y dos
Capítulo cincuenta y tres
Capítulo cincuenta y cuatro
Capítulo cincuenta y cinco
Capítulo cincuenta y seis
Capítulo cincuenta y siete
Capítulo cincuenta y ocho
Capítulo cincuenta y nueve
Capítulo sesenta
Capítulo sesenta y uno
Capítulo sesenta y dos
Capítulo sesenta y tres
Capítulo sesenta y cuatro
Capítulo sesenta y cinco
Capítulo sesenta y seis
Capítulo sesenta y siete
Capítulo sesenta y ocho
Capítulo sesenta y nueve
Capítulo setenta
Capítulo setenta y uno
Capítulo setenta y dos
Capítulo setenta y tres
Capítulo setenta y cuatro
Capítulo setenta y cinco
Capítulo setenta y seis
Capítulo setenta y siete
Capítulo setenta y ocho
Capítulo setenta y nueve
Capítulo ochenta
Capítulo ochenta y uno
Capítulo ochenta y dos
Capítulo ochenta y tres
Capítulo ochenta y cuatro
Capítulo ochenta y cinco
Capítulo ochenta y siete
Capítulo ochenta y ocho
Capítulo ochenta y nueve
Capítulo noventa
Capítulo noventa y uno
Capítulo noventa y dos
Capítulo noventa y tres
Capítulo noventa y cuatro
Capítulo noventa y cinco
Capítulo noventa y seis
Capítulo noventa y siete
Epílogo
Tu Querida Agathe y QJN+18

Capítulo ochenta y seis

15.1K 859 183
By SuperbScorpio

Os recuerdo que a lo mejor esta semana no hay capítulo cada día, pero por ahora empezamos bien, XOXO, sé que me amáis.

Entré en los talleres de Laboureche con una enorme sonrisa en los labios.

Parecía mentira que hubiéramos sobrevivido a la Semana de la Moda con los críticos de nuestra parte, alabando nuestro innovador trabajo, mi espectacular diseño de mariposas y la extraña aunque efectiva forma en la que Narciso había salvado mi desmayo proponiendo una representación de un mito que, extrañamente, tenía relación con nuestro desfile.

Mis pasos eran firmes sobre mis planas sandalias de flores y, decidida, dejé mi bolso sobre mi mesa, que llevaba vacía más de una semana, junto a la de Jon, quien todavía no había llegado.

Jean-Jacques estaba hablando con Philippa y los gemelos mantenían una discusión sobre el maquillaje del otro que parecía interesarle sobremanera a Michele, que les observaba con interés. Nadie parecía haberse percatado de mi presencia y, si lo habían hecho, habían decidido no prestarme atención.

Tranquila, me senté en mi taburete, sacando mi bloc de dibujo, segura de que iba a tener que necesitarlo, ya que una nueva temporada estaba por caer, y agarré mi lápiz favorito del interior de mi abarrotado estuche antes de empezar a dibujar.

Realmente no sabía lo que esperaba que diseñáramos Claudine, ya que habíamos dedicado el último mes en prepararnos exclusivamente para la Semana de la Moda, así que me limité a trazar el boceto de un excéntrico vestido que habría vestido durante uno de los eventos que habían ocurrido en los últimos días, pero para el cual no había tenido tiempo ni material para hacerlo.

Mi jefa estaba llegando varios minutos tarde, algo bastante impropio de ella, pero a nadie parecía inquietarle, porque todos seguían con sus banales conversaciones mientras que yo había preferido mantenerme al margen, centrada en mi diseño, olvidándome de todo lo demás.

Siempre había creído que ese era mi superpoder. En el momento en el que en mi cabeza se formaban imágenes o ideas sobre futuros posibles diseños, conseguía evadirme de la realidad, del hecho de que Narciso me había llevado mintiendo sobre su identidad desde el día en el que nos conocimos y de que había estado besando días atrás a Guste hasta la saciedad.

Por eso mismo, ni siquiera me di cuenta de que Jonhyuck estaba frente a mí hasta que colocó sus dos manos sobre mi mesa, llamando mi atención, provocando que levantara la mirada hacia su tensa expresión facial.

Sus grandes ojos rasgados se clavaron en mí como espadas, como si la furia que le consumía estuviera a punto de atravesarme a mí como su principal objetivo, aunque no comprendí por qué.

Miré a mi alrededor por si me había perdido algo, por si él había estado un rato hablando y yo le había ignorado por completo para forzar aquella rígida reacción, aunque todos parecían absortos en sus conversaciones, casi sin darse cuenta de que el Selecto estaba molesto de aquella forma, encarándome como si hubiera hecho algo mal, aunque ya hiciera más de una semana desde mi incidente.

—¿Qué pasa? —pregunté, soltando mi lápiz sobre el papel, provocando que su mirada cayera sobre el boceto de mi vestido, aunque no le pareció suficientemente interesante, pues volvió a mirarme a mí pocos segundos después.

—¿A quién se lo has contado? —inquirió, haciendo presión sobre la mesa, que pude ver a través de las venas que empezaban a marcarse en sus antebrazos y que se escondían tras las mangas de su camisa gris.

Fruncí el ceño, sin saber de lo que me hablaba.

—¿El qué?

—Tú ya lo sabes. No estoy para bromas ahora mismo, Agathe, así que dime a quién se lo contaste ahora mismo.

Su insistencia me estaba alterando ligeramente. ¿Qué se suponía que debía de haber contado y a quién?

Él rodeó mi mesa para colocarse frente a mí como respuesta a mi silencio y se acercó peligrosamente a mi rostro, analizando mis expresiones  con el ceño fruncido.

—Sé que lo oíste —murmuró, no sin antes asegurarse de que nadie nos estaba prestando atención.

Me levanté del taburete y lo puse entre nosotros para marcar cierta distancia. Lo último que necesitaba en aquel instante de tranquilidad era que el único que parecía misteriosamente normal se volviera tan loco de remate como lo había hecho mi jefe.

¿Qué era lo que se suponía que debía de haber oído?

—No sé de qué me hablas.

—Sí, sí que lo sabes, Agathe, deja de fingir que no te enteras de nada porque esto es algo sumamente importante y no deberías de ser tú la que lo aireara por ahí.

Se apoyó, esta vez, en el taburete en el que había estado sentada y yo di un paso atrás.

Su intensa mirada intentaba sonsacarme información, añadiendo misterio a sus palabras, mientras que sus labios, fruncidos por la tensión de su marcada mandíbula, no parecían dispuestos a darme mucha más información.

Desde luego, me había rodeado de completos paranoicos.

Pero, entonces, me fijé en que no estábamos solos en aquella sala. No era la presencia de los Selectos la que me preocupaba, porque ellos parecían felices con sus conversaciones, sino más bien aquella figura apoyada en la puerta de entrada al taller, observándonos con atención, esperando a que yo reaccionara de alguna forma ante las palabras de Jon, que estaban empezando a asustarme.

Y, entonces, comprendí de lo que iba aquel improvisado interrogatorio. Jon conocía el secreto de Narciso y no parecía dispuesto a dejarme marchar hasta que lo confesara.

—Oh —se escapó de entre mis labios, devolviendo la mirada al Selecto, que cada vez parecía más preocupado.

Levantó las cejas, esperando a que dijera algo, impaciente.

—Oh, ¿qué?

—Nadie sabe por mí lo de Narciso —aseguré, aunque algo en mí decía que aquello no estaba bien.

—¿Estás segura? Porque esta mañana la Modern Couture ha sacado su revista especial mensual y, claramente, en la portada aparecen una imagen de la pelea tu jefe y el idiota de Guste Dumont bajo el título "Narciso es la flor más venenosa del desfile". ¿Qué has aireado, Agathe?

Me sentí ofendida por su acusación. ¿Qué beneficio tendría yo al contar el tan temido secreto de Narcisse? Como mínimo, podrían echarme de la empresa, por no decir una gigantesca denuncia por compartir secretos de empresa, si es que él lo decidía así, en la cual yo tenía las de perder, conociendo también la historia de Raquelle.

—¿Se puede saber por quién me tomas, idiota? —rugí, provocando que los Selectos se dieran la vuelta hacia mí, evidentemente descolocados por mi repentino grito.

A Jon se le veía cada vez más enfadada y, por eso mismo, me agarró de la muñeca y me arrastró con él hacia donde se encontraba Narciso, quien pilló la indirecta y salió del taller con la misma rapidez, manteniendo su serio y sereno gesto, como si nada allí hubiera ocurrido.

Me quise resistir, pero sabía que ya era imposible cuando accedí a dar el primer paso, más que nada porque estaba casi tan intrigada como Jonhyuck para saber por qué se me acusaba de algo así.

Una vez en el pasillo, Jon me soltó, aunque obligándome a mirarle de nuevo.

Narciso se colocó a su lado, mostrando los tal vez dos o tres centímetros que le separaban en altura, aunque a los años luz a los que estaban en cuestión de tranquilidad.

Jonhyuck siempre me había parecido alguien pacífico, con sus medias sonrisas y sus constantes expresiones de pasividad, aunque, en aquel momento, parecía que la ira que consumía a Narciso por dentro acababa de poseer al Selecto y aquello no me estaba gustando ni un pelo.

—Nadie más que tú conoce el secreto —siseó, cruzándose de brazos, a la espera de que añadiera algo al respecto.

—Y Bastien, Guste, César, Claudine y tú, por lo visto —añadí, antes de dirigirme hacia Narciso—. ¿De qué se supone que me estás acusando? ¿De lo mismo que ocurrió cuando entré en la empresa? ¿De ser una chivata estúpida con ganas de perder el trabajo de sus sueños?

Mi jefe me miró de arriba abajo, con una expresión neutra en el rostro, tan impasible como nunca lo había estado, como si ya le diera completamente igual el asunto, cuando había sido él el que siempre había insistido en mantener sus cosas en secreto.

—Te fuiste con Auguste Dumont incluso cuando yo ya te había dicho la verdad. Sabías que te quería, que me había abierto por completo a ti y te había contado dos de mis mayores secretos confiando en ti y lo que tú decidiste hacer fue elegir a Aguste. ¿Te das cuenta de lo mucho que duele? ¿Ves por qué yo no puedo confiar en ti como yo lo hice contigo?

Su voz parecía temblar, algo que su postura firme no quería mostrar.

Sus ojos marrones se mantuvieron fijos en los míos, mostrando una falsa pasividad que empezaba a alterarme a mí, antes de que me decidiera a desviar la mirada hacia su fiel secuaz, que me observaba con desaprobación. Tenía tanto sentido que hubiera intentado advertirme de aquel mismo secreto que ahora creía que había aireado a la prensa y se veía tan inmensamente afectado por ello...

—Si me he ido con Guste, Narciso, es porque él sí que ha sido sincero conmigo.

—¿Ah, sí? ¿Te contó él lo mío? ¿Lo de su hermano? ¿Acaso lo de Raquelle?

—¡Pues sí, me advirtió de todas vuestras movidas cuando no tendría por qué hacerlo porque a él no le conciernen!

—Mira, Agathe, me estoy cansando de ti y de tus indecisiones y de que creas que los falsos sentimientos de un virgen reprimido sean más sinceros de lo que estoy siendo yo ahora mismo —soltó, evidentemente ofendido.

Hice una mueca para intentar tranquilizarme a la vez que respiraba profundamente, pensando en lo que debía decir en aquel momento antes de poder hablar con claridad.

—No creo que Jonhyuck tenga que estar presente en esta discusión, Narciso, pero si quieres que tu maldito confidente sea testigo de lo que te voy a decir, adelante, sigue acusándome por celos y por tus horribles manías que él estará encantado de escucharlo.

Miré a Jon para ver si había pillado la indirecta, pero él ya no parecía enfadado.

Su gesto se había relajado extrañamente y ahora tan solo tenía las cejas levantadas, mostrando, tal vez, sorpresa por mis palabras.

—Jonhyuck —repitió en un susurro, antes de observar la reacción de Narciso, que parecía intentar mantenerse sereno después de lo que yo había hecho.

Sin dejarme añadir nada más y como si su propósito en su acusación hubiera concluido por aquello, revolvió su lacio cabello negro y, sin añadir absolutamente nada más, se dirigió hacia el fondo del pasillo, suspirando sonoramente, como si se hubiera dado cuenta de algo de pronto de lo que se arrepentía profundamente.

Y, tan solo por eso, por la mirada que le echó Narciso al ver cómo se montaba en el ascensor y por la forma en la que le había aliviado que le hubiera llamado por su nombre, supe que algo no andaba bien.

Y entonces estuve segura de que yo jamás había estado hablando con alguien llamado Jung Jonhyuck.

* * *

Annyeonghaseyo!

Yo creo que con esto muchos ya van a saber lo que está a punto de ocurrir, porque JAJAJA VAYA SPOILER EL JON MADRE MÍA.

Por cierto, supongo que algunos sabréis que existe una secuela (QUE NO TENÉIS QUE LEER) subida hasta el capítulo 7 en Wattpad y es obvio que cuando termine esta historia voy a empezar a subir la otra de nuevo, porfiplis, por qué dudáis de mí.

Que en verdad el que duda de mí es el proveedor de internet que HACE DOS DÍAS QUE NO FUNCIONA Y QUÉ HAGO YO AQUÍ ENCERRADA Y SIN WIFI. Adiós, Netflix, hola Monopoly. Que tampoco porque nadie quiere jugar conmigo porque soy demasiado competitiva y afecto a la sensibilidad de los demás jugadores .-.

Whatever, voy a seguir poniendo fotos que en Booknet no pueden verse pero en Wattpad sí y a preguntarme si debería de abrirme una cuenta de instagram en plan escritora modernilla que no soy pero puedo intentarlo.

Hoy le toca a... ¿Jon? JAJAJAJAJA

Él, intensito. En verdad a mí me puede cualquier figura masculina embutida en un traje o esmoquin, la verdad, hasta Kiko Rivera me hace babear así bien vestidillo, soy una hembra fácil de seducir visualmente. En verdad no. Bueno un poco sí. Tal vez.

Annyeong!

Continue Reading

You'll Also Like

25.6K 2.2K 45
Emily Becker, por mucho que le ha costado deja su oscuro pasado atrás. Sin querer relacionarse con nadie del sexo masculino, a todos los aparta hasta...
594K 48K 79
La vida de Colette corre peligro y se verá obligada a contratar a un guardaespaldas. ¿Qué podría salir mal? *** Desde que estaba en preparatori...
1M 65.1K 57
-Repítelo otra vez, que no estoy comprendiendo absolutamente nada... Tomo suficiente aire para darle primero una mirada a su hermana y luego a él, si...
251K 15.5K 43
La vida de Erick y Anastasia da un giro radical con la muerte de Anthony Russo, sus planes para formar una vida feliz cada vez se ven más lejanos y d...