Querido jefe Narciso

Od SuperbScorpio

2.3M 137K 32K

*Historia ganadora de los WOWAwards 2017* -¿Has infringido alguna norma desde que trabajas aquí? - preguntó é... Více

Prólogo
Capítulo uno
Capítulo dos
Capítulo tres
Capítulo cuatro
Capítulo cinco
Capítulo seis
Capítulo siete
Capítulo ocho
Capítulo nueve
Capítulo diez
Capítulo once
Capítulo doce
Capítulo trece
Capítulo catorce
Capítulo quince
Capítulo dieciséis
Capítulo diecisiete
Capítulo dieciocho
Capítulo diecinueve
Capítulo veinte
Capítulo veintiuno
Capítulo veintidós
Capítulo veintitrés
Capítulo veinticuatro
Capítulo veinticinco
Capítulo veintiséis
Capítulo veintisiete
Capítulo veintiocho
Capítulo veintinueve
Capítulo treinta
Capítulo treinta y uno
Capítulo treinta y dos
Capítulo treinta y tres
Capítulo treinta y cuatro
Capítulo treinta y cinco
Capítulo treinta y seis
Capítulo treinta y siete
Capítulo treinta y ocho
Capítulo treinta y nueve
Capítulo cuarenta
Capítulo cuarenta y uno
Capítulo cuarenta y dos
Capítulo cuarenta y tres
Capítulo cuarenta y cuatro
Capítulo cuarenta y cinco
Capítulo cuarenta y seis
Capítulo cuarenta y siete
Capítulo cuarenta y ocho
Capítulo cuarenta y nueve
Capítulo cincuenta
Capítulo cincuenta y uno
Capítulo cincuenta y dos
Capítulo cincuenta y tres
Capítulo cincuenta y cuatro
Capítulo cincuenta y cinco
Capítulo cincuenta y seis
Capítulo cincuenta y siete
Capítulo cincuenta y ocho
Capítulo cincuenta y nueve
Capítulo sesenta
Capítulo sesenta y uno
Capítulo sesenta y dos
Capítulo sesenta y tres
Capítulo sesenta y cuatro
Capítulo sesenta y cinco
Capítulo sesenta y seis
Capítulo sesenta y siete
Capítulo sesenta y ocho
Capítulo sesenta y nueve
Capítulo setenta
Capítulo setenta y uno
Capítulo setenta y dos
Capítulo setenta y tres
Capítulo setenta y cuatro
Capítulo setenta y cinco
Capítulo setenta y seis
Capítulo setenta y siete
Capítulo setenta y ocho
Capítulo setenta y nueve
Capítulo ochenta
Capítulo ochenta y uno
Capítulo ochenta y dos
Capítulo ochenta y tres
Capítulo ochenta y cinco
Capítulo ochenta y seis
Capítulo ochenta y siete
Capítulo ochenta y ocho
Capítulo ochenta y nueve
Capítulo noventa
Capítulo noventa y uno
Capítulo noventa y dos
Capítulo noventa y tres
Capítulo noventa y cuatro
Capítulo noventa y cinco
Capítulo noventa y seis
Capítulo noventa y siete
Epílogo
Tu Querida Agathe y QJN+18

Capítulo ochenta y cuatro

15K 889 219
Od SuperbScorpio

La mano de Guste se colocó sobre el hombro de Narcisse —cuyo nombre real no era aquel—, lo justo para poder empujarlo lejos de mí, provocando que mi jefe, quien tal vez no lo era, me arrastrara con él varios centímetros hasta decidir soltarme, dejándome tiesa en el mismo lugar, totalmente descolocada.

—¿Qué estás haciendo, imbécil? —gruñó Narciso, encarando al dueño de Louis XIX, el cual estaba a punto de presentar sus diseños en la pasarela y, aún así, se encontraba de pie frente a su mayor rival, mirándole desde los dos o tres centímetros que les separaban en altura con verdadero disgusto.

—Liberarla de tus garras, depredador —respondió el otro, con evidente burla.

Observé el gesto de diversión de Guste en aquel momento, quien parecía ajeno a todo lo que acababa de contarme mi jefe, aunque, visto lo visto, él ya debía de saberlo de hacía tiempo. Muchísimo tiempo.

—¡Maldita sea, Auguste, apártate de Agathe y de mí! Nadie te ha pedido que te metas y nadie parecía necesitarlo, así que es mejor que te des la vuelta y te vayas al lugar en el que deberías estar, no aquí con nosotros —siseó Narciso, mirándolo fijamente, retándolo con desdén.

—Yo hago lo que me da la gana, no lo que tú me ordenes, Narcisse.

—Narciso —corregí yo, con tanta naturalidad que ni siquiera creí que aquella era mi voz.

Guste me dirigió su cerúlea mirada y borró la sonrisa socarrona que se había formado en su bello rostro, mostrando toda la sorpresa que alguien prácticamente igual de perfecto que inexpresivo podía gesticular.

—¿Lo sabes? —susurró, evidentemente descolocado.

—Pues claro, idiota. Os dije a tu hermano y a ti que dejarais vuestro maldito juego, que si queríais aceptar que yo había perdido porque me había enamorado de la tentación de Louis, pero que iba a contarle toda la verdad —dijo Narciso con firmeza, como si hubiera más para contar.

Me pasé una mano por el cabello, como si pudiera arreglar el engominado recogido sujeto a la nuca, intentando mantener la calma, porque estaba segura de que me iba a volver loca.

—Yo nunca he jugado con vosotros —gruñó Guste, mirando de nuevo a mi jefe—. Y es evidente que ambos habéis perdido, así que deja ya de retorcerte en tu desgracia e intentar arrastrar a Agathe a tu oscuro interior, porque ella nunca va a confiar en ti como nadie jamás lo ha hecho.

Y, de pronto, ocurrió.

Narciso Laboureche, que ya no era el hombre más poderoso de Europa, golpeó con su puño la marcada mandíbula de Louis Auguste Dumont, provocando que éste cayera al suelo al instante.

Me llevé una mano a la boca para ocultar mi sorpresa, aunque mis ojos estuvieran todavía más abiertos, intentando analizar aquella repentina situación de la que yo había sido testigo.

—¡Ni se te ocurra tocar a mi hermano, capullo! —gritó una grave y profunda voz desde la otra punta del vestíbulo, haciendo eco en toda la sala, provocando que se giraran hacia nosotros los pocos que quedaban sin observar a Guste tirado en el suelo sujetándose la mandíbula con una evidente mueca de dolor.

Bastien avanzó rápidamente hacia donde nos encontrábamos con el ceño fruncido y la más peligrosa furia marcada en su duro gesto mientras que Narciso, de pie junto a su víctima, observaba al hombre que me había besado con repulsión, sin ser consciente de las consecuencias de sus malditos impulsos.

—Das asco, Guste —le gritó, viendo cómo su rival intentaba incorporarse sobre un codo sin soltar su barbilla dolorida.

Desvió sus impresionantes ojos azules hacia el impostor y, manteniendo una expresión neutral, sonrió.

—Pensaba que me había duchado esta mañana —pronunció en un cierto tono de burla, intentando levantarse.

Aquel no era el momento de bromear y probablemente tampoco el de quedarse allí plantada observando cómo Narcisse, o Narciso, apretaba los puños a ambos lados de su cuerpo, canalizando su ira, siendo el centro de atención de toda la sala.

Bastien llegó hasta nosotros y encaró a mi jefe, quien no se había inmutado por su grito y tampoco parecía hacerlo ante su presencia.

—¿Qué estás haciendo, Narciso? ¿Llamando la atención para que alguien se fije en ti? ¿Es eso? —le preguntó mi vecino, mirándole con verdadero desagrado.

—Te odio, maldito imbécil —rugió mi jefe y no supe a cuál de los gemelos se lo decía.

Guste se rio, levantándose como si nada hubiera ocurrido, intentando fingir tranquilidad aunque aquella situación era cada vez más peligrosa.

—Oh, y yo que pensaba que íbamos a casarnos la semana que viene en las Bahamas —respondió Guste con sorna, fingiendo pena absoluta, su evidente e inefectivo método de defensa.

Habían perdido la cabeza. Los dos. Tal vez los tres, porque Bastien sujetó a su hermano como si fuera un bebé por debajo de los brazos, intentando que no cayera de nuevo.

Sintiéndome totalmente inútil, di un paso hacia delante, intentando alcanzar a Narciso y evitar que hiciera otra tontería, aunque, cuando vio aquella enorme sonrisa formada en el hermoso rostro de Guste, no estuve a tiempo ni siquiera de acercarme.

Bastien había soltado a su hermano al ver que podía mantenerse en pie y no fue capaz de predecir el puñetazo que mi jefe pronto le propinó a Guste, provocando que cayera de nuevo al suelo.

—¡Siempre tenéis que estar en medio! ¡Cuando nadie os llama, aparecéis para aseguraros de que mi vida siga siendo un infierno desde el día en el que murió Raquelle! ¡Os odio! Te odio —gritó, abalanzándose de nuevo sobre Guste, aunque no logró sentarse a horcajadas sobre él para seguir golpeándole el rostro, pues Bastien lo había agarrado con fuerza y lo había arrastrado suficientemente lejos de su hermano como para que no pudiera pegarle ni una vez más.

Prácticamente me lancé al suelo junto a Guste al ver un hilo de sangre dibujar el contorno de su rostro hasta manchar la pálida moqueta, procedente de su magullada ceja, la cual Narciso acababa de partir.

Tenía los ojos cerrados, tal vez por el dolor que la herida le proporcionaba, pero no pude evitar agarrar su rostro con mis manos para obligarle a girarse hacia mí, provocando que soltara un quejido de entre sus labios.

—Te vas a calmar si no quieres que te mate aquí mismo, delante se todos —le advirtió Bastien a Narcisse, sin apartar la mirada de su gemelo, sujetando con sus dos fuertes brazos a mi jefe, que se retorcía para liberarse.

—¡Suéltame, gilipollas! —gritó el otro, forcejeando.

Era obvio quién tenía más fuerza en aquella pelea. Para Bastien, el estar sosteniendo prácticamente en el aire a Narcisse era pan comido. Le ganaba en tamaño y volumen y estaba segura de que en fuerza, probablemente el doble.

—¡¿Se puede saber qué es esto?! —gritó una voz femenina haciéndose paso entre la multitud que de pronto nos rodeaba.

Claudine Laboureche, respaldada por Jonhyuck, se acercó hacia donde estaba yo agachada para averiguar lo que acababa de ocurrir, aunque era bastante obvio.

No tardó demasiado en darse la vuelta hacia su sobrino bisnieto, con la ira reflejada en su elegante expresión facial, señalándole con desdén.

—Eres un animal, Narciso Laboureche —le recriminó con seriedad, mostrando más decepción que ira en sus palabras.

Jon se agachó a mi lado al ver que Guste no respondía ante mis zarandeos y se colocó uno de sus brazos sobre los hombros, incorporando al dueño de Louis XIX de pronto, provocando que él abriera ligeramente los ojos por primera vez, aturdido.

Su ceja sangraba a borbotones y yo no sabía qué hacer para detener la hemorragia, aunque realmente no sabía qué hacer para evitar nada de lo que estaba ocurriendo.

—Ayúdame a levantarlo, lo llevaré a la enfermería antes de que empiece el desfile —pidió Jon, autoritario, ignorando por completo el murmullo de los que nos rodeaban y los gruñidos de Narciso al intentar escapar de los brazos de Bastien.

Asentí la cabeza y repetí lo que el Selecto acababa de hacer, colocando el brazo de Guste sobre mis hombros y, al vez que él intentaba levantarse, lo intenté yo también.

Bastien lanzó a Narciso a un lado y tomó mi relevo antes de que fuera yo la que cayera al suelo y Claudine se encargó de que mi jefe no se acercara a donde nosotros cuatro estábamos.

Pero, de pronto y por muy difícil que resultara de creer después del golpe que se había pegado en la cabeza y de su ceja rota sangrante, Guste consiguió ayudar para mantenerse en pie y, abriendo los ojos, sonrió, como un completo idiota, ajeno a todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor.

—Gracias, Narcisse —murmuró inocentemente, dejándose llevar entre los brazos Jon y de su hermano, cuando ya no podía ver siquiera a mi jefe.

* * *

Annyeonghaseyo!

Pues aquí os habla una vieja de 20 años que ha tenido que volver a su casa durante su caminata diaria porque pensaba se desmayaba allí mismo porque sentía palpitaciones JAJAJAJA Conclusión: no sacar a un escritor de su casa. Nunca.

Pero bueno, más rápido le debía de ir el corazón a Guste con la hostia que le ha metido Narcisse AJAM Narciso, que va to fuerte. Bueno, no. O sí.

HE MUERTO Y HE RESUCITADO CON ESTA FOTO, BASTA ATAQUES CARDIACOS, QUE DE ESTA NO SALGO.

Guste tampoco.

Annyeong!

Pokračovat ve čtení

Mohlo by se ti líbit

8M 316K 43
Lara, una chica irreverente es enviada a un remoto lugar en México. Si de por sí es horrible estar aquí lejos de la tecnología y de las cosas que con...
96.1K 8.7K 86
Pobre Joseph, alguien debió advertirle que se estaba equivocando al contratar a Lexy como su nueva secretaria, pero se "emocionó" demasiado y la mesa...
31.3K 3.2K 35
Rebecca chica popular y novia de un chico atlético con sus amigas irin y Heidi las hermosas de la universidad chicos ricos que le hacen la vida impo...
38.4K 3.9K 9
๑ㅤㅤ:ㅤㅤyoungjae es simplemente adorable y jaebeom es su acosador ? ! 🫧 lim jaebeom x choi youngjae 🫧 adaptación: @ woneoya