Harry subió torpemente las escaleras de su casa, apestaba a alcohol y a sexo, sí, lo había hecho con Stacy, lo que no era para nada extraño, si a su estilo de vida nos referimos.
Entró a su habitación a ciegas quitándose toda la ropa a rápidamente y quedando desnudo, solo quería acostarse en su cómoda y grande cama y dormir hasta el siglo siguiente, cosa que no pasaría, él esperaba sin ánimos la resaca que se venía el día siguiente y de paso un pequeño llamado de atención de su madre, consecuencia de la borrachera de esa noche.
Cuando Harry se iba a dirigir al bañó notó algo extraño, algo le impedía el paso, al agacharse a ver que era se sorprendió mucho al ver una mata de cabellos castaños que sobresalían de la gruesa sábana. ¿Qué mierda? Confundido se acercó a la persona y pudo ver que era un chico, pero no lo reconoció, respiró cerca de él, mmm, olía delicioso. Se retiró riendo lo que causó que Louis se levantara asustado y chocara su frente con la de Harry.
—Auch, mierda —murmuró Harry cayendo hacia atrás y tapándose con una mano sus partes íntimas, cosa que no logró, eran más grandes que su mano.
—Y-y-yo, l-lo s-siento, n-no quería pegarte, Anne —murmuró un Louis avergonzado tratando de ver a través de la poca luz que entraba a la habitación a través de la ventana.
—No soy mi mamá, ¿y tú quién mierda eres? —murmuró Harry cerrando los ojos por el impacto.
—Oh, dios mío —murmuró el chico menor llevándose una mano a su boca, impactado por la persona frente a él—. ¿Tú eres Harry?
—Sí, soy Harry pero, ¿tú quién eres?
—L-Louis, Anne me trajo a casa porque ella quiso ayud...
Anne interrumpió en la conversación entrando a la habitación y encendiendo las luces.
—Oh, por Dios, Harry, ¡¿qué significa esto?! —chilló horrorizada al ver a Harry prácticamente desnudo y a un Louis asustado hayado bajo las sábanas.
La luz cegó a Louis hasta que pudo acostumbrase y girarse para mirar a Harry, el tan nombrado hijo de Anne.
No. Podía. Ser. ¡Era el mismo jodido chico del Instagram! Pensó Louis llevando sus manos a su frente. Harry al ver a Louis abrió excesivamente los ojos, el acosador de Instagram, —como él lo había bautizado—, estaba en su casa y viéndolo prácticamente desnudo. Cosas que siempre pasan, claramente.
—Mamá yo.... llego a mi cuarto dispuesto a dormir y me encuentro con la visita en la habitación, ¡qué mierda!
—Dios mío, Harry, después habláremos de eso, ahora ves a colocarte algo. Ese hábito de dormir desnudo se acaba a partir de hoy.
Harry bufó.
—Yo realmente lo siento mucho Anne, y-y... —la mujer lo cortó.
—No te preocupes, Louis, no es tu culpa ahora por favor sal un momento para que Harry pueda ponerse algo, Jesús. Que tengan buena noche.
Anne dijo cerrando la puerta de la habitación y apagando las luces.
Louis salió rápidamente a penas Anne salió, sabía que Harry lo había reconocido por la forma en la que lo miró cuando las luces se encendieron. Estaba jodido. Eso tenía que haber sido una jodida coincidencia justamente el mismo Harry, le parecía increíble. Louis permaneció de pie en la puerta mordiendo sus uñas mientras tanto Harry dentro recogía la ropa que había tirado y se colocaba un bóxer rápidamente.
Harry abrió la puerta y Louis se sobresaltó, estaba absorto en sus pensamientos, asomó su cabeza y le hizo una seña de que entrara y así Louis lo hizo.
— ¿Con qué.... Louis, ¿no? —mencionó Harry sonriendo de lado y Louis se sonrojó.
—Tomlinson, Louis Tomlinson.
Harry sonrió acercándose a Louis y acariciando su barbilla para después levantar esta para ver sus ojos.
— ¿Y te parezco muy lindo, Louis?
—S-sí —contestó Louis tratando de ocultar una sonrisa, Harry había visto su mensaje, le parecía lindo y él ya lo sabía, ¿para qué negarlo?
—Pues tú también eres muy lindo, a decir verdad.
Louis abrió sus labios para dar una respuesta a eso pero Harry se acercó a su cara amenazando con besarlo, Louis respiró pesadamente y Harry se alejó soltando una carcajada. Louis caminó lejos de él y se recostó de nuevo en la cama improvisada. Harry se acostó en su cama envolviéndose en las gruesas sábanas y sonriendo aún.
— ¿Piensas dormir ahí, precioso?
—Eso creo —Louis respondió temblando, en realidad aún con sábanas estaba congelándose del frío que trasmitía el mármol.
—Ven, sube a la cama.
— ¿Qué? —el menor abrió exageradamente los ojos.
—Sube a la cama, no muerdo... a menos de que tú lo quieras.
Louis rió, Harry le había caído bien, se levantó y se acostó en la cama de dos plazas de Harry quedando prácticamente en la orilla de la cama.
— ¿Qué te pasa?
—Estoy muy apenado por incomodarlos de esta manera.
—No es ninguna molestia, no todos los días llego a casa y está una preciosura esperándome en mi cuarto —bromeó Harry y Louis se sonrojó.
Harry era abiertamente bisexual, sí, le gustaba dar y recibir. Estaba bien para él, cuando se dio cuenta de que le podían gustar los hombres también fue extraño y aún más cuando se lo dijo a su mamá, ya que a esta le parecía algo raro que le pudieran gustan ambos sexos, pero al final lo aceptó. Aunque Harry ni siquiera había tenido novio y mucho menos novia. Solo aventuras de rato, como Stacy, nada de relaciones serias y mucho menos que involucraran sentimientos.
— ¿Realmente crees que soy lindo o todo esto es sólo un juego para ti? —se atrevió Louis a preguntar.
—Eres lindo, ya te lo dije y ya ven aquí vamos a dormir, es tarde y comienzo a tener ganas de vomitar y lo haré si no me quedo dormido ahora mismo.
Harry abrió sus brazos y tímidamente Louis se metió en ellos, Harry lo rodeó con ambos brazos y así quedaron frente a frente. Louis se sentía nervioso, era gay y lo sabía, pero nunca había estado así con un chico. Ni siquiera con Stan, su mejor amigo, del cual se había mantenido alejado por problemas que no veían al caso últimamente.
—Buenas noches, precioso —murmuró el chico ebrio. Se durmió al instante abrazando a Louis.
Louis sonrió y lo abrazó de igual manera, no sabía por qué, pero comenzaba a sentirse en casa en brazos de un desconocido.
»»»
La mañana siguiente Louis entró a la habitación y movió al chico de cabello rizado el cual tenía la boca abierta y tenía un poco de baba en la mejilla, si fuera otra persona para Louis sería asqueroso ver esa escena, pero en Harry era todo lo contrario lo hacía lucir adorable.
—Harry... —murmuró Louis en su intento de despertar al rizado—. Harry, vamos despierta, hice el desayuno —intentó de nuevo pero el chico seguía sin moverse ni un poco.
—A la mierda —murmuró Louis y se tiró a la cama con Harry. El desayuno podía esperar.
»»»
Louis despertó un rato después algo confundido, aún más cuando vio que Harry no estaba a su lado, donde lo había visto por última vez.
Se levantó y al abrir la boca para bostezar por segunda vez en la mañana, sintió asco de sí mismo, ¡su aliento era horrible! Corrió a su bolso, sacó su cepillo de dientes y corrió al baño para extinguir ese mal aliento de su boca. Unas tres lavadas después, fue cuando lo logró y salió triunfante del baño. Guardó el cepillo y se dirigió a la primera planta donde seguramente Harry debía estar.
Al llegar a la cocina lo encontró en la isla con una gran porción del desayuno que Louis había preparado. Harry al verlo le sonrió y le indicó que se sirviera y se sentara a comer con él.
—Está delicioso, muy bueno, precioso —mencionó Harry con la boca llena de comida y Louis soltó una risita.
— ¿Cómo sabes que es mi comida y no la de tu mamá? —preguntó Louis.
—Ella odia cocinar tocino para el desayuno, y a Gemma y a mi nos encanta el tocino.
— ¿Gemma es tu hermana?
—Sí.
— ¿Y es cómo tú?
—Es básicamente mi versión femenina —Harry se encogió de hombros.
—Entonces es hermosa —dijo Louis sin pensar comenzando a imaginársela.
—Linda indirecta para decir que te parezco hermoso, gracias, Louis —Harry rió.
Louis cayó en cuenta de lo que había dicho sin querer y se sonrojó.
— ¡Para de hacerme sonrojar! —exclamó Louis riendo.
—Para de hacerme halagos —respondió Harry encogiéndose de hombros.
—Tonto —murmuró.
—El tonto que te parece hermoso —comentó riendo.
— ¡Harry! —Harry soltó una carcajada—. ¡Te conozco desde hace un día y ya me caes mal!
—Sabes que no, precioso —Harry le sacó la lengua a Louis y él río.
La lengua de Harry era rosada y bonita igual que sus labios gruesos y apetecibles que Louis podría besar y... ¡¿qué estupideces estás pensando, Louis?! Se preguntó para sí mismo sacudiendo la cabeza para dispersar sus pensamientos.
—Hey, precioso —llamó Harry poniéndose de pie.
— ¿Si? —preguntó Louis saliendo de su burbuja mental.
—Me voy a bañar, ya vuelvo. Por cierto, ¿tú ya te bañaste? —Louis negó.
—Bien, seré rápido para que tú puedas entrar. Ya vuelvo.
—Vale —murmuró Louis dándole una pequeña sonrisa.
Él en serio había pensado en besar a Harry, y ahora volvía a preguntarse ¿besaría bien? Porque esos labios rosados lucían tan apetecibles y deliciosos. Pero aún no sabía si Harry era gay como él así que descartó todo de una vez, tal vez que le pidiese dormir con él cuenta como posibilidad, ¿no?
El teléfono de Louis vibró en la isla de la cocina donde estaba cargando y Louis lo recordó, debía llamar a su mamá. Tomó el teléfono y cuando vio que se había perdido la llamada bufó y marcó el de vuelta. Solo bastó un timbre para que ella atendiera, la pobre mujer estaba angustiada por su bebé.
— ¡Louis! ¡dios mío, mi niño! ¿Dónde estás? ¡Llevo buscándote por toda Yorkshire todo el día! ¡Louis vuelve a casa, te juro que si es porque no quise regalarte un iPhone trabajaré más y te lo compraré mi amor! —la mujer dijo todo de una vez y comenzó a llorar. A Louis se le encogió el corazón y deseó no haber huido, su mamá estaba preocupada por él.
—No, mamá, no es eso. Y volveré a casa hoy, lo prometo. Es que ya no quiero verlos pelear a Mark y a ti, ya no lo soporto más.
—Louis, es tu papá —la mujer recordó hipando.
—Lo sé, pero no es el mismo de antes, mamá y lo sabes.
—Lo sé, cariño, pero ¿puedes por favor volver a casa? ¿Dónde estás siquiera, mi bebé? Voy a buscarte.
Louis rodó los ojos cuando su mamá le llamó bebé, no le gustaba que le dijera de esa manera, él ya se sentía grande, no tenía cinco años de edad.
—Estoy en Holmes Chapel.
— ¿Cheshire? Oh Dios mío, Louis, eso está muy lejos.
—Es solo una hora, mamá.
—Jesús, Louis, ¿y dónde estás? Voy a buscarte.
—No, no, no, mamá, estoy en casa de una señora que me acogió por hoy, volveré en la tarde lo prometo.
—De ninguna manera, jovencito, voy a buscarte, estoy saliendo ya mismo. Te llamo luego para que me des la dirección —Louis bufó resignado, cuando a su mamá se le metía una idea no había nadie quién pudiera convencerla de lo contrario.
—Está bien, mamá, lo siento de nuevo.
—Nos vemos en un rato, William.
William, su mamá estaba enojada. Todo se había ido a la mierda. Louis suspiró y recostó su frente contra la isla, tenía muchas ganas de llorar. Él sólo quiso huir de casa para que las cosas mejoraran, pero logró todo lo contrario, se sentía como una mierda.
— ¿Louis? —murmuró Harry asomándose desde las escaleras. El menor estaba tan sumergido en sus pensamientos que no escuchó el llamado del mayor.
—Louis, precioso —Harry se acercó y tocó su hombro. Louis se sobresaltó y enseguida se puso de pie.
— ¿Si? —preguntó reprimiendo aún las ganas de llorar.
—Ya me bañé, puedes entrar tu —murmuró escaneando el rostro de Louis, tenía algo diferente.
—Ah, sí, ya vengo.
—Bien —dijo Harry y vio a Louis subir por las escaleras hasta que lo perdió de vista.
A Harry realmente comenzaba a atraerle ese chico, pero no sabía absolutamente nada de él, así que prefirió no darle más vueltas al asunto.
Vio que el teléfono de Louis estaba encendido justo cuando la pantalla se iba a bloquear lo tomó en sus manos. ¿Qué podría tener Louis en ese teléfono? De seguro nada interesante. Harry solo se marcó su número y colgó borrando el registro de llamada, ya tenía el número de Louis. Sonrío ahora aun cuando se fuera podría comunicarse con él.
El teléfono de Harry sonó y contestó viendo que era Stacy.
—Hey, ¿qué tal? —saludó casual, no tenía ánimos ni mucho menos quería hablar con ella.
— ¡Harry, adivina! —dijo emocionada.
—Mm, no sé a ver dime.
—Mi tío volvió y dijo que me prestaba su casa de campo, ¿quieres venir? Haremos una fiesta.
—Yo, umm... —dijo pensando, hoy Louis se iba seguramente, y no quería que se fuera son despedirse de él—. Yo umm, no lo creo, nena. Tal vez otro día.
—Oh, bueno, entiendo —habló decepcionada.
—Gracias por entender, nos vemos pronto.
—Igual.
Y Harry colgó la llamada. No entendía porque había decidido quedarse con Louis que básicamente era un extraño para él, ¿qué mierda pasa contigo, Harry? Se dijo a sí mismo negando con la cabeza. Los peores momentos de la vida son en los cuales no puedes entenderte ni a ti mismo, es demasiado frustrante.