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By RapMonsterxxxz

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❝ Dos príncipes del año 1600 se enamoran, pero no pueden estar juntos porque él es el prometido de su hermana... More

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Almas Gemelas
NEWFANFIC

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By RapMonsterxxxz

¿dónde estabas?— Namjoon realmente furioso.

Jungkook regresó el rostro hacia él, apretó la mandíbula, no tuvo tiempo de pensar en alguna excusa.

Namjoon suspiró, se tocó el puente de la nariz. —sube al carruaje, tu madre debe estar preocupada.—

Jungkook subió detrás de él, los guardias se encargaron de llevar su caballo.

Enseguida tomaron camino de regreso al castillo.

Jungkook miraba sus manos, pensando en algún tipo de excusa, sin remordimientos pero su estómago era un nudo, se sentía la tensión.

Durante todo el camino no hablaron, era bastante largo.

Al acercarse al castillo, Namjoon apenas y pudo hablar del coraje que tenía en la garganta; —nunca habías hecho algo así.— decepcionado.

Jungkook no respondió.

¿dónde estabas? ¿por qué lo hiciste?—  se molestaba cada vez más, ante el silencio de su hijo.

Con osadía, Jungkook lo miró. —dije que no quería hacer ésto en mi cumpleaños, usted no quiso escucharme, acampé al contrario del camino en soledad.— excusó.

mírate, crees que tu palabra tiene más peso que la mía.— el rey, se sintió retado al escuchar el “dije que no” por parte de su hijo.

creo en que estoy suficientemente grande para elegir lo que quiero o no quiero hacer.— no bajó el rostro, ni la mirada.

Namjoon apretó la mandíbula, asombrado fue lo que necesitó para enfurecer completamente y su vista se nublo en enojo.

Se detuvo la carroza, habían llegado, bajó Namjoon y después Jungkook.

Al bajar, el rey lo sostuvo del hombro, apretándolo con fuerza. —tal vez no recuerdas cómo son las cosas en mi reino, pero yo te haré recordarlas.— lo aventó hacia delante.

guardias sométanlo.— ordenó.

Jungkook trató de alejarlos de él, pero fue inútil, lo sujetaron bien y lo llevaban jalándolo detrás del rey.

Entraron al castillo, Eunha estaba en la sala principal conversando con su madre. Los observaron entrar de tal forma, se alarmaron, corrieron detrás de ellos.

Namjoon no se detuvo a saludar, fue directamente al patio principal, señaló el poste de madera donde se castigaba a todo aquel que cometía una equivocación. —quítenle la camisa y traed mi látigo.—

A la fuerza los guardias se la quitaron y lo arrodillaron frente al poste, amarrando sus manos al rededor, mientras otro guardia traía su látigo de cuero, bastante largo.

Namjoon se quitó el saco e hizo hacia atrás, sus mangas doblándolas. —serás el mejor príncipe pero yo sigo siendo el rey y por eso que no voy a permitir que me faltes al respeto.—

Sujetó el látigo y no tomó tiempo en que dejara la primera línea de sangre sobre su espalda, provocando un grito de dolor apenas audible.

Eunha quiso ir a interponerse pero Tiffany la agarró de los hombros y no la dejó, sentía que sus ojos se humedecían en silencio mientras veía como el segundo abrió de nuevo su espalda y sangraba.

NamJoon era excelente con el látigo, era su forma favorita de castigar.

Jungkook apretó los dientes y los puños, resistiendo, mientras sus inevitables lágrimas de coraje salían. Llevaba al rededor de 7 golpes.

Namjoon le dió el látigo a uno de sus guardias y se acercó a su hijo, agachándose a su costado. —¿aprendiste la lección?—

Jungkook no lo miró, hizo una mueca de indiferencia.

El rey sujetó el cabello del príncipe, obligándolo a mirarlo. —¿aprendiste la maldita lección?— repitió con agresividad.

si pegarme le hace feliz, hágalo.— Jungkook con valor, resistiendo todo el dolor que sentía sobre su piel.

Namjoon se puso de pie, soltándolo. —aún no.—  regresó a donde anteriormente estaba y tomó el látigo de nuevo, dispuesto a golpearlo hasta cansarse.

Y nuevamente comenzó a lastimarlo.

A ese punto el rumor por el castillo corrió sobre lo que estaba sucediendo. Jisoo y Yeeun corrieron preocupadas cada quien por su lado a ver cómo se encontraba Jungkook.

Quedando sorprendidas.

Después de unos minutos de sufrimiento, Jungkook ya no podía más, los latigazos sobre los anteriores eran peor, su piel se sentía hinchada y le quemaba cada vez más. —¡por favor, basta!— con agonía.

Namjoon se detuvo, con satisfacción dentro de él, dejó el látigo en manos de su guardia.
ya pueden ayudarlo.— dijo al aire, ya que había varios espectadores.


Eunha fue la primera en correr a él, sus manos temblaron antes de tocarlo, sangraba. Yeeun y Jisoo también corrieron.

Yeeun deshizo el nudo que sostenía fuertemente sus manos, Jisoo sostuvo su rostro. —príncipe.— preocupada.

Namjoon se marchó con Tiffany a su lado, quien quería saber lo que sucedió para que su hijo sufriera tal castigo.

Cuando lo liberaron casi se cae desvanecido al suelo, Eunha trató de sujetarlo y miró furiosa a los guardias. —¡ayúdenme!—

Ellos lo levantaron y lo llevaron a la habitación de la doctora, recostándolo boca abajo sobre una tabla.

La doctora lo mojó e hizo un menjurje suave con un par de dientes de ajo, la cuál puso sobre todas las heridas de Jungkook haciéndolo gritar y apretar la madera bajo de él.

Con él en la habitación estaba Eunha, Yeeun y Jisoo.

Después pusieron tela sobre la mezcla para cubrirla y la doctora dijo que tenía que dejárselo un rato.

Jungkook ya estaba más tranquilo el dolor se convirtió en algo soportable.

Yeeun se acercó primero pues fue la más rápida, arrodillándose frente a él. —me duele verte así, daría lo que fuera para que no sintieras más dolor.— dulce, acarició el cabello del príncipe.

Jungkook sonrió, en realidad tenían una gran amistad, según él, era una buena amiga y disfrutaba conversar con ella, era agradable.

Jisoo sintió celos y enseguida habló sin considerarlo más. —no debéis hablarle de tú al príncipe, es una falta de respeto.—

Eunha miró a Jisoo, al igual que Yeeun. —Jungkook me ha dado el permiso de hablarle así, no tenéis que decir algo al respecto, eres mi igual.— fue ruda.

tú y yo no somos iguales, yo seré la madre de su hijo.— Jisoo enojada.

soy una favorita al igual que tú, tenga un hijo con él o no.—

Jungkook agachó la cara, enfadado, no quería oír drama, no se sentía bien. No consideraba que fuese el momento indicado.

Eunha intervino. —silencio.— enfadada. —fuera de aquí las dos, mi hermano necesita recuperarse, no escucharlas discutir.—

Yeeun se levantó y sin pelear, hizo una reverencia para después salir.

Jisoo miró a Eunha boquiabierta.

Eunha asintió, mirando la puerta, Jisoo también salió.

Se quedaron solos.

gracias.— Jungkook suspiró.

¿dónde estabas?— fue lo primero que cuestionó ya que tenía el tema que la carcomía por dentro.

me escapé.— admitió a su hermana.

nuestros padres,  pensaron que te había sucedido algo, como una emboscada y que te habían matado algunos bandidos, te buscaban con desesperación y ante la idea, el rey enfureció con los guardias que te descuidaron y los mató, uno de ellos tenía hijos.

Jungkook se sintió mal al escuchar eso. —al menos el destino es justo, mira cómo me dejó nuestro padre.—

¿por qué te escapaste? no logro entenderlo, siempre habías querido hacer esa tarea.—  se colocó de rodillas frente a él, para mirarlo a los ojos.

quería disfrutar mi cumpleaños como yo deseara, tomar mis propias decisiones. Jungkook dijo con un tono de melancolía.

—¿de dónde sacaste ese pensamiento? siempre seguías las reglas, ganabas insignias, tú siempre obedecías felizmente a papá.— confundida de la repentina actitud.

Jungkook la miró, no sabía cómo explicar lo que sucedía en su vida ahora, la razón por la que piensa así tiene nombre y apellido, no podía confesarlo, aún no tenía el valor.

Ante su silencio, Eunha sabía que no le diría la verdad, sintiéndose ofendida por el hecho de que su hermano no confiase en ella, se levantó. —espero que no te cueste mucho. salió de la habitación dejándolo sólo.

Después de un rato llegó la doctora, levantó la tela y limpió con abundante agua. —¿puede sentarse?—

Él asintió, sorpresivamente se sentía mejor, se sentó sobre la tabla.

Yeeun entró a escondidas, al parecer. Fue a la tabla con Jungkook y se sentó a su lado. —sé que la princesa Eunha me dijo que no podía estar aquí, pero muero por saber cómo te encuentras.—

Jungkook le sonrió. —mejor, aunque duele todavía.—

La doctora preparó una mezcla de manzanilla y remojó un algodón el cuál le pasó a Jungkook por la herida. Él sujetó la mano de Yeeun con fuerza mientras la doctora lo hacía.

es para el dolor y para que sientas fresco, ven en un par de horas para repetirlo y no te recuestes de espalda.— la doctora habló.

Jungkook asintió, se levantó. Le dolió estar de pie, Yeeun lo sujetó y lo llevó hasta su cuarto.

Era plena tarde.

El príncipe se sentó en su sofá, sin recargarse.

Yeeun se sentó a su lado. —¿quieres algo de comer? ¿algo de beber?— desesperada de verlo así.

así estoy bien.— Jungkook le dijo con una sonrisa, apreciando su preocupación.

bueno, lo que necesites, estoy para ti.— amable.

gracias pero- se detuvo, pensando en su equipaje, aún estaba en su caballo, su violín. —hay algo que podrías hacer por mí.—

—te escucho.— ella.

El principe le dió indicaciones claras para ir y traerle todas sus cosas a escondidas, no quería que alguien las revisara. Incluyendo y sobre todo, su violín. Y Yeeun obedeció, salió de su habitación.

Caminó por los pasillos simulando no tener dirección, observó el caballo de Jungkook siendo llevado a su establo, por un guardia.

Sin que se diera cuenta, lo siguió.

El guardia comenzó a desempacar las cosas, ya que el caballo estaba cargándolas y era pesado.

Yeeun lo observó, pensando la forma de intervenir.

El guardia tocó la caja del violín, la destapó y la sujetó, ella sabía que eso era de lo que el príncipe hablaba.

El hombre, con curiosidad, empezó a abrir la caja y ella tuvo una idea, corrió a él. —¿no la revisarías, cierto?—

Se asustó, cerrándola de nuevo. —¿eh? no.—

que bien, acabo de estar con el príncipe hace unos momentos y él dijo que ha traído un regalo para mí, en una caja, así que dámela.— ella extendió las manos, mintiendo un poco para obtenerla.

me mientes, ¿por qué el príncipe no ha venido por ella?— él la abrazó más.

creo que es rebuscado que me cuestiones eso, el príncipe se encuentra herido y por eso me ha mandado a mí por la caja.— se acercó a él, pero se negó a dársela, ella suspiró. —aunque si no me crees, podemos ir juntos a dársela, así podré decirle que te vi abriéndola sin su autorización.—

El guardia se asustó de aquello, sabía que ella era la favorita del príncipe y con el miedo de que ella le dijera y lo castigaran, prefirió darle la caja. —no le dirás al príncipe, ¿verdad?—

Ella la sujetó. —no lo sé.— se dió la vuelta y se fue rápidamente al cuarto del príncipe ocultando la caja entre sus vestido y su capa de terciopelo.

Entró a sus aposentos, trayendo para él aquella caja en especial. —espero haber traído la indicada.— la extendió para él.

gracias.— Jungkook sintió paz al tenerlo en sus manos, lo dejó en su escritorio y de giró, fue a abrazarla, fuertemente.

Ella apenas y correspondió el abrazo por miedo a lastimarlo, pero él no la soltó.

De repente se abrió la puerta y entró Jisoo, sin permiso y encontrándolos así, abrazados. Como era de esperarse se molestó, ella tenía las manos atrás.

Jungkook se separó de Yeeun. La misma que rompió el silencio; —te veré después, Jungkook.— hizo una reverencia.

Jisoo la quemó cuando pasó por su lado con la mirada, ella salió y cerró la puerta detrás de ella.

Al estar solos, Jisoo pasó lo que escondía detrás de ella, tenía una tarta en sus manos, con un tenedor. —sólo venía a decir feliz cumpleaños.— sintiéndose incómoda.

Jungkook no se sentía extraño en lo absoluto, se acercó y tomó la tarta que olía delicioso. —que dulce Jisoo, gracias.— 

Jisoo le extendió el tenedor. —me iré ahora.—

—espera, puedes quedarte a comerla conmigo.— el príncipe estaba de mejor humor y quería ser amable con ella.

no quiero estar aquí ahora, estoy cansada de compartirlo con otra.— con dolor dijo, hizo una reverencia y salió de su habitación.

Dejándolo sólo.

Jungkook giró levemente los ojos cuando se fue, no pensaba soportar la situación, al no haber desayunado, tenía hambre así que sólo comió la tarta.

La dejó un momento de lado, para abrir la caja y ver su precioso violín, con la nota de su amado por un costado, la separó, guardándola en un cajón bajo llave y el violín lo dejó sobre su escritorio.

Su cuerpo estaba agotado, decidió dormir un rato, para después bajar y continuar con el proceso de sanación.

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Esta historia esta adaptada a la versión de la serie no a la versión del libro.