La sala era algo diferente a lo que imaginaba, aunque tenía sentido, esto no era una comisaria común donde le sacaban información a un joven al que le encontraron marihuana, esto era un prisión de alta seguridad donde estaban apunto de interrogar a un dictador, obviamente iba a ser más limpia. Pero no solo se diferenciaba en eso con lo que vio en su sueño, si no que no había espejo, sino cámaras, y no había otra silla además de la suya, en lo único que había acertado era en el hecho de que lo iban a esposar a la mesa.
Tal vez no hace falta especificarlo pero él no se sentía bien con todo eso, era bastante vulnerable en ese momento, y se sentía fuera de lugar en una habitación tan limpia y brillante mientras usaba una camisa y unos pantalones blancos percudidos, era como aquella vez que fue con su sudadera roja a un baile de gala... Y pensar eso le recordó el hecho de que le habían quitado dicha prenda, y tal vez nunca la volvería a ver. Sí, encariñarse con una prenda es estúpido, y más cuando hay millones de prendas iguales que la pueden reemplazar, pero esta en particular era su sello, era eso que lo representaba frente al mundo... Era lo que lo conectaba en esos tres idiotas que formaban parte de los pocos recuerdos felices que le quedaban.
En ese momento dos de esos idiotas entraron por la puerta, traían un maletín que dejaron sobre la mesa, sí, ellos lo trajeron a esa habitación, pero lo dejaron por un rato, tal vez porque tenían papeleo y cosas que hablar, o tal vez para torturarlo dejandolo solo con sus pensamientos.
—Bueno... Se supone que debemos iniciar con esto...— dijo Edd, Tord no podía dejar de mirarlo, incluso aunque se lo notaba apagado seguía siendo una luz cegadora para él.
—Sí, yo empiezo— Tom lo tomó por el cuello de su camisa para atraerlo a él.
—Tom... No.— dijo Edd decepcionado.
—Oh, no, tú no— dijo con asco, viéndolo de pies a cabeza. Era curioso, algo así era lo que él esperaba, pero le asqueaba y parecía un abuso de poder viviendo de alguien que no sea "su" hombre, especialmente viniendo del testigo de Jehová.
—¡Ahora responde!— gritó para luego susurrar entre dientes —¿Qué le dijiste a Matt y por qué estaba decaído, cara asada?— las otras dos personas que estaban bastantes sorprendidas, aunque una más enojada que la otra.
—¡¿Eso es lo primero que preguntas?!— le gritó Edd mientras los separaba.
Él sabía que se habían encontrado a Matt al borde de las lagrimas en su camino hacía la celda del noruego, pero comprendía que era por la impresión que le daba al pobre chico ver como todo acabó, además, ese no era el momento de preguntar cosas tan banales.
—¡No le dije nada a tu noviecito! ¿Por qué te interesa tanto? ¿Acaso si está triste no habrá acción esta noche?— dijo sacando su lado homofóbico antes de notar una especie de humo morado salir de los ojos del contrario.
—¡Voy a matarte!— exclamó antes de lanzarse hacia el noruego, o tratar de lanzarse, porque Edd sólo lo tomó de los brazos y lo sacó de la habitación.
—¡Ve a respirar aire fresco o algo! Yo me encargo de esto.
—Edd... ¡Espera! No te quedes sólo con...— y un portazo lo calló.
Edd suspiró, se dio la vuelta sólo para encontrarse con el "Ex-Líder Rojo" mirándolo atentamente con una cara sonrojada que decidió ignorar.
El prisionero simplemente estaba impresionado por la fuerza de el de verde quien sacó al otro como si de una pluma se tratara. Él ya sabía de sobra que era fuerte, peleo con él muchas veces como para comprobarlo por su cuenta, sólo se arrepiente de no haber probado como funcionaba esa fuerza en otros ámbitos.
—Bien, suficiente... Es hora de comenzar con este...— seguía sonando apagado, y parecía incomodo, tosió para hablar mejor —... Este interrogatorio.
—¿Cómo haz estado?— el noruego se adelantó a preguntar.
Edd tardó unos segundos en analizar lo que había salido de su boca, casi sonríe, pero al recordar la situación en la que estaban frunció el ceño bajando la mirada.
—Yo soy el que debe hacer las preguntas aquí, Lider Rojo— volvió a dirigirle la mirada —Y no serán ese tipo de preguntas.
—Oh, vamos, todos siempre actúan de esa forma conmigo aquí, ¿Podrías ser diferente?
—Tal vez no actuarían contigo así si no estuvieras aquí, si estuvieras ahí afuera siendo una persona normal y no en esta prisión siendo un peligroso prisionero— abrió el maletín y sacó unos papeles.
—También todos dicen eso— susurro como si fuera un niño pequeño, se hubiera cruzado de brazos de no ser que tenía uno solo y estaba esposado.
Por si se lo preguntaban, sí, al entrar a ese lugar lo primero que hicieron fue retirar su brazo robótico, y el aire ocupaba el lugar donde alguna vez hubo una mano.
—Bien, señor Larssin— Tord fingió que eso no tensó aún más la situación —Ya no demos más vueltas.
—Suenas muy serio— dijo fallando en tratar de no sonar coqueto.
—Dije "No más vueltas"— respondió levantando la voz —¿Qué hizo con la Familia Real?— por fin comenzó con las preguntas.
—Oh, ellos estaban en nuestra base— dijo con su mejor cara de "oops!".
—¡¿Qué?!— gritó recordando como los militares explotaron ese lugar. El interrogado sólo rió.
—¡Es broma! Los exiliamos a América, deben estar en Miami u Orlando, disfrutando de su dinero y sin pensar en como la debe estar pasando su gente.
Edd se relajó un poco, pero su paciencia gritaba "Strike 1".
—Bien, ya que hablamos de dinero, ¿Qué hizo su armada con las riquezas del país?
—La armada necesitaba con que mantenerse, ya sabes, armas, uniformes, alimentos, personal medico...
—No creo que eso cubra totalmente lo que se denuncia que falta en el fondo.
—Bueno...— miró hacia otro lado —... Supongo que tenías razón cuando dijiste que era difícil mantener el modelo comunista.
Edd sonrió ligeramente, pero volvió a su cara neutral en menos de un segundo.
—Entonces ¿Todo se fue en el país?
Tord asintió.
—¿Y cómo estar seguro de que no me mientes?
—Tenía papeleo en mi escritorio para probarlo, tal vez encuentres las cenizas en lo que queda de mi base.
Edd se contuvo de responderle o mirarle mal.
—Bien, señor Larssin...
—Llamame Tord.— dijo usando su tono "seductor".
—No, señor Larssin.
—Por favor, no debes ser tan formal...
—Sí, sí debo, ahora callate hasta que tengas que responder.
—De acuerdo, si andas dentro de esos juegos— el británico lo ignoró.
Strike 2.
—¿Qué hay de las denuncias de negligencia y corrupción de parte de algunos de sus ex-soldados? ¿Tiene una escusa para eso?— el extranjero frunció el ceño.
—Por casualidad, ¿Tienes sus nombres?— Edd apretó sus labios algo desconcertado por el tono voz que usó.
—No puedo revelarte esa información— el noruego apretó la mano que tenía esposada bajo la mesa.
—David Eggbert, Talula Robinson, Keith Strider, Liz Membrana, Omar Darcy y Kevin Maryan-Lalonde— recitó casi como si estuviera acostumbrado mientras el detective fingía no leer exactamente los mismos nombres en uno de sus papeles —¿Son ellos?— Edd trago saliva.
—P-puede...— tosió para hablar mejor por segunda vez.
—He tenido muchos problemas con esos agitadores en el pasado, ellos nunca fueron buenos para seguir a una autoridad, ¿Recuerdas el tiroteo en "ExpoCo"?
—Sí, no iba a preguntar al respecto porque sabemos que fue obra de Strider y no tuya.
—Qué coincidencia ¿No crees? Me denuncia pero sorpresiva mente el ahora está en prisión, también Membrana fue responsable del bombardeo al planetario, Eggbert del fraude climatologico y Robinson del robo y contrabando de piezas mecánicas...— miró hacía un lado —... Sólo que no los atraparon.
—Que coincidencia ¿No crees?— dijo imitandolo en tono de burla —Nombraste a las únicas tres personas en la lista que murieron— Tord se molestó con eso, olvidó sus ganas de gemir el nombre del contrario.
—Tengo pruebas...
—¿En cenizas?
—No— dijo contundente retándolo con la mirada —En testigos, Pau Tir Bordeh y Pat Doodoolevicz— Edd dejo escapar una pequeña risa por esos nombres —Sé que también testificaron en lo de Strider, no creo que tengan problemas en colaborar de nuevo— el británico solo anotó algo en un papel.
—No puedo creer que tus soldados hayan hecho tantas cosas sin que tú te involucres.
—Edd, y-yo...— comenzó a sudar —no quería llegar a esto... Pero hay algo que debo confesar— el que usaba su saco lo miró con atención.
—Habla— dijo serio con el ceño fruncido, su voz grave hizo que Tord recuerde que quería escucharla en su oído mientras sus manos recorrían todo su cuerpo, lo que lo puso más nervioso de lo que estaba.
El noruego miró al suelo por un segundo, suspiró, parecía que esperaba que algo los interrumpieran para no tener más necesidad de revelar lo que parecía que lo carcomía, y volvió a ver a Edd.
—Yo no tenía mucha autoridad en la armada, sólo era un peón, me dejaron ir frente a las cámaras por mi apariencia— tragó saliva al decir eso —ya sabes, mitad ángel— miró hacía un lado tapando el lado herido de su rostro —mitad demonio— giró la cabeza para el otro lado tapando el lado sano —mi cara es bastante dual, y ese brazo robótico en serio me hacía parecer poderoso, y no puedes negarlo.
Edd podía negarlo, pero no lo hizo, no hizo nada realmente, sólo se quedó mirando la cara del noruego por unos segundos, por lo que éste pensó que lo estaba creyendo, hasta que volvió a hablar.
—Vi esos discursos que hacías, no parecías un "chivo expiatorio"— hizo comillas con los dedos —en lo absoluto— no parecía convencido.
—Soy buen actor— se encogió de hombros —Y tú lo sabes, ¿Recuerdas? Era actor de doblaje en tus caricaturas— el ambiente ya era lo suficientemente tenso como para que él diga algo así.
—No cambies de tema...— levantó un poco la voz, pero ya no estaba serio ni enfadado, sino melancólico y nervioso.
—¡Eras bueno dibujando!— lo ignoró con una sonrisa en su rostro —Pero... Bueno, ahora estás aquí trabajando como policía.
—¡Eso es por ti!— su grito asustó a Tord —¡Si no fuera por ti, hijo de perra, podría seguir dibujando! Pero no, tu tenías que arruinar todo llevándome a no tener muchas opciones...
Silencio, eso fue lo que inundo el lugar junto con la tensión de la situación, la ira del británico y bueno...
La excitación del noruego.
—¿Y que harás al respecto?
—¿Qué?— trataba de relajarse un poco.
—Para castigarme— se levanto de la silla con su mano pegada a la mesa pues claro, estaba esposada —Parece que me he portado mal.
Strike 3.
¡Estás fuera!
Las manos del británico se acercaron a su cuello con gran velocidad, frenaron un poco antes de llegar para tomar su camisa, lo atrajo poniendo su rostro cerca del suyo.
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Tord la mitad del capitulo:
solo que no quería especificarlo *tanto*
Bcjch hice un OS Tomatt
Leanlo o le disparo a un perrito.
Ahre turbia la mina, igual no, no lo lean está feito.