Justo antes del amanecer, Ariana, vestida con una bata de seda negra suelta entrelazada con cordones de satén negro desde sus pechos hasta debajo de su ombligo, se encontró con Kara en la puerta de su dormitorio. Alzando una ceja mientras miraba hacia las sangrientas lágrimas en la camisa y los pantalones de Kara, ella la besó y acarició su pecho con ambas manos.
— ¿Qué tan mal herida estabas?
Kara se quitó la camisa y la tiró a un lado. El agujero en su hombro ya se había cerrado, dejando sólo una débil hendidura circular. Se desabrochó los pantalones y los quitó junto con sus botas. La herida de bala en su muslo había dejado de sangrar y pronto desaparecería también, pero había perdido sangre y necesitaba alimentarse. El hambre gritó dentro de ella.
— Nada serio. Tenían el objetivo de matar a los Weres, pero eran increíblemente incompetentes.
Ariana atrajo a Kara a la cama, se tendió sobre las sábanas carmesíes y tiró a Kara a su lado.
— Dime.
Kara apoyó su barbilla en su mano y dibujó ligeramente el contorno del pecho lleno de Ariana. El pezón de Ariana se tensó mientras lo frotaba con el pulgar.
— Los Weres descubrieron los secuestros, de alguna manera obtuvieron la ubicación del laboratorio, y eligieron esta noche para liberar a los sujetos.
— ¿Lalisa? — Ariana tiró de los cordones de su vestido y lo dejó caer abierto, guiando la mano de Kara dentro.
— Lisa, su compañera, y su segunda. — Kara tomó el pecho de Ariana y apretó suavemente. Ariana se echó a reír.
— Una fuerza formidable.
Kara besó la garganta de Ariana y alzando el pecho de Ariana a los labios, le mordió ligeramente el pezón. Ariana se arqueó, un suspiro escapándose de ella.
— Tienen ayuda. — dijo Kara.— Lauren Jauregui y dos de sus soldados.
— Ah. — Dijo Ariana, acariciando el trasero de Kara.
— Lauren siempre ha sido impredecible.
Kara tiró del pezón de Ariana entre los dientes y le acarició el abdomen, jugueteando con los dedos a través de los sedosos rizos en la unión de los muslos de Ariana.
— Ella me vio.
— Mmm, y tú la viste. — Ariana guió la mano de Kara abajo.
— Te alimentaste. — murmuró Kara, acariciando el clítoris de Ariana.
— Lo suficiente para estar lista para ti. Prometí que nos alimentaríamos juntas. — Ariana besó a Kara lánguidamente, balanceándose sobre los dedos de Kara.
— ¿Qué hay de Arango?
— Puede que se haya ido. — dijo Kara, deslizándose dentro.
La cerradura de los músculos calientes alrededor de sus dedos la hizo consciente del frío centro de su ser, y ella empujó más profundo, repentinamente desesperada por el calor.
— Ah, cuidado, cariño. — Ariana le acarició la mano. — Quizás puedas hacerme llegar incluso ahora.
— Entonces vamos a alimentarnos, para que ambas podamos sentirlo.
— En un minuto. — Ariana acarició la cara de Kara y la besó de nuevo.
— ¿Es probable que Arango piense que la traicionamos?
— No lo creo. La ayudé a escapar. —Las caderas de Ariana se aceleraron.
— Muy bien, cariño.
— Me pregunto si Jauregui le dirá al lobo Alfa sobre mí. — murmuró Kara, siguiendo el ritmo de Ariana. Su hambre ardía, pero ella se alimentaba a gusto del placer de la Regente.
— Las acciones de Lauren a menudo son difíciles de interpretar, pero su lealtad siempre ha sido clara. Ella es un Vampiro. Ella vendrá a mí primero para una explicación antes de exponernos al Alfa.
— ¿Qué harás?
Kara guió a Ariana sobre su espalda y se arrodilló a horcajadas sobre su muslo, empujando en su interior más rápido y más fuerte.
— Eres muy buena, mi querida ejecutora. — El cuerpo de Ariana se arqueó. — Y muy mala. Ahora me vas a hacer venir.
— Sí. — dijo Kara con los dientes apretados.
El poder de Ariana se deslizó por los bordes de su conciencia, pero hasta que se hubiera alimentado, hasta que su propio poder se hubiera levantado, no podía unirse a ella. Incluso entonces, nunca podría ser uno con ella.
— ¿Qué vas a hacer, Regente?
— Haré lo que siempre hago. — dijo Ariana sin aliento mientras su orgasmo crecía.
— Aseguraré mi dominio de cualquier manera necesario.
Kara la besó, el sabor del poder de Ariana una provocadora promesa de placer aún por venir. El poder de Ariana siempre sería el primero, a cualquier precio, sin importar quién debía pagar.