De una fuga y otros desastres...

Od Jhullyhanha

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❝Dos amigos se meten sin invitación en una fiesta de disfraces. Cuando piensan que todo será una aventura per... Viac

♛Sinopsis ✏
CRAYONCITO EN FÍSICO
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Od Jhullyhanha



Martina había salido con una de sus amigas y una media hora después de que James y yo llegamos, ella entró por la puerta. Mi mamá nos había puesto banditas, a mí en la esquina de una ceja, en un rayón en la mejilla y en el puente de la nariz; a James más o menos igual pero duplicado en ambas cejas, mejillas y debajo del ojo. Martina casi palideció a vernos. 

—Dios, ¿qué les pasó? 

—Tuvimos una pequeña pelea. 

—¿Con quién? 

Mi mamá ya se había ido a su habitación y nosotros estábamos en la sala de estar, ya que el espacio era grande, podíamos hablar con la verdad. Hablamos de todas maneras en voz baja para evitar que alguien más escuchara. 

—Fuimos al club y nos cruzamos con el tipo que intentó abusar de ti. —Martina palideció más, tanto, que se dejó caer en el sofá, junto a James—. A él le fue peor. 

—¿Por qué... por qué hicieron eso? —balbuceó—. ¿Y si... y si luego él busca herirlos a ustedes?

—No lo hará —aseguró James—. Tiene muchos pantalones con las mujeres, pero es un cobarde. 

—No debieron... están terriblemente mal. 

Dado que el tema sobre ellos dos estaba fresco e insistente en mi cabeza, dejó de parecerme normal la confianza que yo creía bonita que se tenían. Entrecerré los ojos cuando vi que Mar le puso una mano cariñosamente a James en la rodilla, él notó mi mirada y con sutileza despreció ese toque. Me crucé de brazos y aprovechando que Mar observaba a James como si fuera un héroe de guerra, elevé ambas cejas en su dirección, esperando que fuera él quien mencionara el asunto.

James se inclinó hacia adelante un poco y aclaró la garganta con incomodidad, luego miró a los ojos a Martina. 

—Mar... emmm... Andy se ha enterado de algo y pues quiere hablarlo —tanteó. 

Yo creo que Martina supo de inmediato a qué se refería por el cambio de su postura a uno tenso, pero se hizo la desentendida. 

—¿De qué se enteró? 

Noté que no me habló directamente ni me miró al preguntarlo, prácticamente ignoraba mi presencia. 

—Bueno... la última vez que fuimos a la pista de hielo... —empezó James, pero lo interrumpí porque me molestó que Martina fingiera que yo no estaba.

—¿Qué hay entre tú y James? 

Martina se sonrojó salvajemente, pero procuró mantener la calma de sus ademanes. Dejó de mirar a James, ahora su vista se trasladó a sus manos. 

—Somos amigos. 

—¿Te besas con todos tus amigos como con él en la pista de hielo? 

—Andy, no seas tan pesado —pidió James.

Creo que esa frase dicha en su defensa la envalentonó a molestarse en lugar de dar explicaciones. 

—No es asunto tuyo lo que yo haga con quien sea. 

—Sí es asunto mío si ese "quien sea" es James. 

—James es una persona adulta y puede hacer lo que quiera, no eres nadie para cuestionarlo. 

—Tú no eres una persona adulta, no confundas las cosas. 

—No soy una niña, Andy. No es tu problema sí...

—¡Sí es mi problema! James te conoce desde siempre, eres casi su hermana, ¿qué demonios tienes con él? Si están saliendo y no me lo dijeron es porque saben que está mal de algún modo. ¿Cuánto tiempo llevan viéndome la cara de idiota?   

—No seas tan grosero, Andy —intervino de nuevo James, con una calma lúgubre que atravesaba el aire entre nosotros—, te estás pasando. 

—No, te pasaste tú al aprovecharte de mi hermana. 

—¡No se aprovechó de mí! —gruñó Martina—. ¡No soy una ingenua! 

—¡Te besó! ¡Sí lo eres!  

Martina se levantó del sillón. 

—¡No! ¡Yo lo besé a él! 

Su confesión hizo que James apretara los párpados negando con la cabeza, como si eso fuera lo último que quisiera que ella dijera. Martina estaba tan roja como es humanamente posible, estaba alterada y furiosa, lo que de cierto modo hizo el efecto contrario en mí que me calmé un poco pensando con algo de lógica sobre que me estaba pasando con mi tono afilado de hablarle, como si la idea de que tuviera una relación con James fuera una catástrofe. 

—Yo no le dije nada —murmuró James a Martina, intentando conciliar—. No sé que...

—Dejen los secretismos —intervine—. ¡Me dicen ya mismo qué pasa!

—¡Deja de tratarme como si fuera una niña, Andrew! 

Martina se alejó airada del sillón y tomó camino hacia la escalera, James se levantó con la intención de ir tras ella, pero yo lo tomé de la muñeca con fuerza. Él se zafó, enojado, mirándome por primera vez esa tarde con rencor profundo. 

—¿Qué? ¿te faltó decir algo más? ¿hacer sentir más insignificante a Martina o a mí? Cuando te preguntes por qué Martina te oculta cosas, piensa en esta reacción y tendrás la respuesta. —James pretendió dar media vuelta y retomar camino pero con solo dos pasos dados, se giró de nuevo a mí—. Y si crees que en este momento voy tras tu hermana para aprovecharme de ella luego de conocerme tantos años, estás bien estúpido, Andy. Me alegra saber el excelente concepto en el que me tienes.

Me dejó sin poder replicarle nada, no porque me sintiera orgulloso o molesto, sino porque de verdad me sentí avergonzado de lo que dije y de que James tuviera razón en sus palabras.  

🔹🔹🔹🔹🔹

James estuvo más de media hora en la habitación de Martina y cuando bajó ya tenía su semblante tranquilo. La sala estaba cerca de la puerta y lo vi con la intención de salir, no planeé detenerlo porque era tenso el intermedio entre ambos, sin embargo antes de tomar el pomo, me miró. 

—Vamos a caminar. 

No respondí, pero tomé mi chaqueta y salí a su lado; ya había oscurecido y el frío se acentuaba más con cada minuto transcurrido. Sus pasos eran lentos y adecué los míos a su velocidad; cuando ya estuvimos media calle alejados sin aparente destino, empezó a hablar: 

—No tengo nada con Martina, ni salgo con ella, ni me aprovecho de ella. 

—Lamento decir eso. Sé que no lo te aprovecharías de nadie. 

—Mar es una chica a la que amo mucho, pero siempre será con el mismo amor que tú le tienes, y ella me quiere a mí de la forma en que Alicia te quiere a ti, eso te lo aclaro desde ya. 

—Lo siento —me disculpé de nuevo—. Si por algún motivo ella y tú cambiaran esos sentimientos, o si fueran distintos a lo que dices, no sería realmente terrible. Nadie la cuidaría mejor que tú. 

Vi de soslayo que me sonrió. 

—Te lo agradezco. Pero lo dicho es cierto, no tengo ni tendré nada romántico con Martina. —James suspiró, como si toda la conversación le diera cierto cansancio—. Ella me dio el permiso de decirte todo, pero te pido, casi te exijo que no la vayas a molestar, regañar o burlar al respecto, es más, tienes prohibido sacarle el tema. 

—De acuerdo. 

Hizo una pausa, luego continuó con tono bajo: 

—En la fiesta de cumpleaños de Martina, su amigo Paul la besó. Los amigos de ella se las ingeniaron para meter licor que repartieron entre algunos, incluido él que en ese estado ebrio tuvo ese impulso. Martina estaba más que sobria y le recibió el beso muy emocionada. Él se tuvo que ir temprano y yo bailé con ella por un rato, ahí me lo contó porque le pregunté el motivo de su gran alegría. Resulta que Mar lleva buen tiempo enamorada de él así que... bueno, ya sabes cómo es ese primer amor y estaba en las nubes por ese beso. 

»Sin embargo al día siguiente cuando ella habló con él, él dijo que no se acordaba de nada y de todas formas le pidió disculpas por lo que fuera que "había hecho borracho", que no era su intención. Martina me lo contó de nuevo por casualidad porque yo le pregunté qué había pasado con su enamorado un par de días después. Me molestó que el tonto ese le hiciera eso. Puede que él no supiera de los sentimientos de Mar por él, pero igual fue feo, eso de fingir amnesia es muy cruel. Son amigos de hace muchos años, él le pidió que olvidara el supuesto beso porque no quería perder a su mejor amiga y obvio, Mar es Mar y estuvo de acuerdo porque pese a todo lo quiere mucho. 

»Antes de que Mar empezara a trabajar con los Villamar salimos una tarde a comer pizza, nada del otro mundo, ella me contaba con tristeza que Paul seguía diciéndole que ese beso no había pasado. Hice un intento de consuelo diciéndole que ella valía mucho y que ya otra persona lo valoraría y todo eso. Sus amigas son de las que escuchan, sí, pero que la juzgan (con algo de razón, lo admito) por fijarse en Paul cuando él no corresponde, por eso Mar me tomó más confianza a mí: porque yo solo escuchaba sin regañarla por sentir lo que siente. 

»Ese día en la pizzería nos tomamos una foto normal, comiendo, sonriendo porque sabes que a ella le gusta fotografiar todas sus salidas. La subió al estado de Whatsapp con un corazoncito. 

—Sí la vi —intervine—. Regañé a Mar por no traerme pizza esa noche. 

—Sí, bueno, esa foto. El caso es que al otro día en la noche Mar vino a mí y me contó que Paul le había preguntado por la foto y que lucía algo celoso pero que no estaba segura del motivo dado que él insistía en que eran amigos y todo eso. Le dije con mi inmensa sabiduría que quizás él sí sentía algo por ella pero que no se atrevía a dar el paso, eso le avivó a Martina la esperanza de tener algo con Paul. El caso es que en su mente adolescente darle celos era una buena forma de que finalmente él se declarase y resumiendo un poco, yo le seguí el juego. 

»Nunca hubo besos ni nada inapropiado, solo eran fotos en los estados de WhatsApp, pantallazos de conversaciones inocentes, pero que con corazoncitos lucían diferentes, cuando nos cruzábamos con él ella me abrazaba, o me tomaba del brazo, eran acciones normales, pero que según ella le sacaban el enojo a Paul. Yo la veía animada, no lastimaba a nadie, admito que era divertido y al parecer al final iba a conseguir su cometido así que solo le seguí la corriente. 

»Entonces una noche Paul le escribió tarde, según me contó, casi a la madrugada. Le dijo que estaba pensando en ella, que la estaba viendo diferente, que seguía empecinado en no dañar la amistad, pero que me odiaba porque estaba seguro de que yo era su novio y eso lo enfadaba. Martina estaba casi saltando en un pie, segura de que pronto él cedería y le diría que la quería como más. Por eso ella lo invitó a la pista de hielo esa noche de la foto; Maddie le había dado más entradas, iban a ir sus amigas y Mar esperaba que esa fuera la noche de la declaración. 

»Fue la misma noche del cumpleaños de Elías. Yo la recogí donde los Villamar y sí fuimos a casa de Paul como habíamos dicho, la idea era que yo la dejara ahí y ellos se fueran juntos, ya luego más tarde yo pasaría por ella a la pista de hielo. Pero cuando llegamos a su casa, él estaba con dos chicas y un chico más, Mar los conocía, eran amigos del colegio y Paul al verme con ella se vio celoso, pero le dijo a Mar que él iría con ellos tres en el auto de uno de ellos y que nos veían en la pista. Martina me pidió que me quedara y eso hice. 

»Estabadesanimada porque ella creyó que sería una cita de dos, pero fingió que nada pasaba, de todas manerasprocuró mantenerse formal conmigo para que Paul no cambiara de opinión conrespecto a declararse, ella estaba muy segura de que eso pasaría. Su charla pormensajes solo había sido la noche anterior, Mar tenía razones justas parapensar que eso iba bien, pero el tonto de Paul estuvo muy amistoso con una delas amigas que llevó.

»Te juro que me dieron ganas de gritarlo, de exigirle que no fuera una porquería con Mar. El caso es que ella misma estaba furiosa y de nuevo ahí estaba yo siguiéndole la corriente. Ambos son adolescentes y con todo respeto, son medio tontos e impulsivos así que ese rato en la pista se volvió un "quién abraza más a su pareja, quién es más meloso y a quién le dan más celos". Él abrazaba a su amiga, Mar me abrazaba a mí; él reía con su amiga, ella reía conmigo. Era tan estúpidamente evidente que ambos estaban hirviendo de celos que creo que quienes nos vieron se burlaron toda la noche, pero como no iba a ser yo quien le dañara el juego a ese par seguí sin quejarme. 

»Yo sinceramente pienso que la chica esa con quien Paul estaba tenía la misma misión que yo, no logro entender aún qué lógica usó ese tipo luego de charlar con Mar y casi confesarle que la quería, pero así estuvo la situación. Un juego en el que ninguno empataba pero ninguno se rendía. Entonces Paul se detuvo con esa chica abrazada y Mar vio su intención de besarla, así que ella lo hizo primero y me besó a mí. Cuando se separó, en efecto él estaba besando a la amiga. 

»Los del grupo que iban con nosotros, excluyendo a Maddie porque esa noche solo la vimos de lejos, ni siquiera nos acercamos a charlar, miraron toda la escena y cuando el momento de los besos se dio hubo un silencio tenso en que Paul y Mar se miraban a los ojos desde lejos, ella en mis brazos y la amiga en los de él. Parecía La Rosa de Guadalupe, fue muy teatral pero yo no perdía mi entrega con la situación porque en algún punto lo sentí como una competencia y me divirtió; no quería perder. 

James soltó una risa divertida al recordarlo y yo también reí de imaginar la situación, me imaginé de espectador de algo similar y en definitiva era gracioso. 

—De todo lo que tenía en mente, eso no estaba en mis posibilidades —confesé—. Excepto lo de que Mar está enamorada de Paul, eso siempre los sospeché. 

—Luego de eso fue como si todo se calmara con tensión. Dejaron los juegos idiotas después de los besos, pero tampoco se miraron más, patinamos otro rato fingiendo que ahí nada había pasado, si no nos fuimos de inmediato fue porque Mar dijo "no haré que él piense que me incomoda lo suficiente como para sacarme de la pista" y supongo que él pensó algo similar. Cuando pasó un rato prudente, ellos se fueron primero sin despedirse, nosotros salimos un rato después.

»Llevé a Mar a comer pizza y ella se desvivió disculpándose conmigo por besarme, pero yo estaba muerto de risa, es que todo era muy loco, finalmente ella terminó riendo conmigo y nos dijimos que nunca hablaríamos del tema. Pasaron varios días en que no se hablaron hasta el día después de la fiesta de Maddie. Él la recogió en el trabajo, ¿recuerdas? Al parecer hablaron esa noche y se sinceraron. 

—¿Y qué pasó? ¿están juntos?

Me sentí como una mujer cuarentona averiguando los chismes de la vecina joven y escandalosa, pero me había metido tanto en la historia que el desenlace me interesaba más que nada. James chasqueó la lengua y apretó los labios. 

—Lo siento, hasta ahí tengo permiso de contar. 

—¡Vamos! Cuéntame. 

—No. Martina confía en mí y no voy a defraudar eso. Y Andy, no la presiones. Ella ya no es una niña y no está en obligación de contarte todo lo que haga, pero si lo hace, apóyala. Tú tienes a Alicia de ejemplo, ¿cuántas cosas incorrectas hizo a escondidas de sus padres, pero contándote a ti? No les contaba a ellos no por falta de confianza sino porque hay cosas que se guardan solo para los amigos. Las locuras de la juventud y eso, tú tampoco le cuentas todo a Mar o a tus padres. 

—Yo no quiero que Mar haga cosas incorrectas. 

—Pero las hará. Es parte de la vida y ya. Es lo suficientemente inteligente para no hacer cosas que la dañen drásticamente pero cometerá errores igual que nosotros. Lo que necesita de ti no es una regañina cada vez que le descubras algo. 

Recordé vagamente que le había pedido a Martina confiar en mí aquella mañana en la cabaña y me sentí enormemente hipócrita y apenado. Debía pedirle una disculpa a Martina y cambiar un poco mi impulsividad con ella porque James tenía razón, equivocarse era parte de la vida de todos y tarde o temprano iba a presenciar sus errores. 

—Sí, me disculparé con ella.

—Sin sacarle el tema de Paul —enfatizó—. Solo haz de cuenta que no sabes nada. No le cuentes a nadie del beso ni de nada y ya, sigue tu vida.

Le dimos la segunda vuelta a la manzana y ya no había nada más que caminar, nos acercamos a su casa, el auto de su padrastro aún no estaba ahí así que supe que James se entraría ya antes de que llegara para que no lo viera todo magullado; eso le daría probablemente problemas y más magulladuras. 

—Gracias, James —murmuré cuando estuvimos frente a su jardín—. Por estar con ella y darle el apoyo que necesita. 

—Es mi amiga, para eso estoy. 

Compartimos una sonrisa y él se alejó. Ya había un asunto resuelto; la disculpa con Martina no me tomaría mucho esfuerzo pues solía ser sincero con facilidad cuando de ella se trataba.

Ahora solo me quedaba arreglar el segundo desplante con Isa.

👑👑👑

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Y ja, yo advertí 😈

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