— Vengan conmigo. — Dijo Lauren y se dirigió rápidamente por el pasillo central.
Camila y Jisoo, con Merihan en brazos, se apresuraron tras ella. Camila se preguntó dónde estaban los anfitriones de Lauren. ¿Vivían en la casa con ella? ¿Llegaron a algún tiempo preestablecido? ¿Dormían con ella? Ese pensamiento le agrió el estómago. Tal vez sería mejor esperar y averiguar antes de que se volviera loca. Lauren abrió una pesada puerta de paneles de roble y encendió una luz, revelando una ancha escalera de madera.
Lauren se mantuvo a un lado mientras la pasaban y bajaban las escaleras, luego entraron y cerraron de nuevo la puerta. Camila examinó la gran sala que había al final de la escalera. Excepto por la ausencia de ventanas, la habitación se asemejaba a la sala directamente encima de ella, librerías, sofás y sillas de cuero, alfombras gruesas y entramados de madera oscura. Tres puertas levaron fuera del espacio y Lauren indicó una a la izquierda.
— Pon a Merihan ahí dentro. — Jisoo asintió y abrió la puerta a un dormitorio.
Colocó a Merihan en el centro de una cama doble, colocó una almohada debajo de su cabeza, y se reunió con ellas, cerrando la puerta.
— ¿Y si se despierta? — preguntó Jisoo.
— No lo hará. — Dijo Lauren. — No antes que yo.
— ¿Cuántas entradas hay en este lugar? — preguntó Jisoo. Lauren sonrió.
— Hay un túnel que conecta la guarida con una casa de acogida, que está vigilada veinticuatro horas al día. Hay varios puntos de control a lo largo del camino.— Jisoo resopló.
— Dos entradas, una por las escaleras, una por el túnel. ¿No tienes guardias aquí?
— Por lo general no. — Dijo Lauren.
— Eres una tonta, Vampiro. — Jisoo negó con la cabeza.
— No tengo ninguna razón para temer por mi...vida. — Dijo Lauren.
— Quizás no lo hacías antes, pero tu participación con los Weres cambia las cosas. Si alguien está tratando de desestabilizar a la Coalición matando a Lalisa, también pueden estar atacando a tu padre o, como su heredero, a ti. O los dos. — Sin mirar a Camila, Lauren dijo: — En el caso de un ataque, si no puedo responder, primero protejo a Camila, luego a Merihan. — Camila aspiró un suspiro.
— Esperas problemas. ¿Es lo que estás diciendo?
— Estoy de acuerdo en que mi asociación con la lobo Weres es conocida o lo será pronto. Todo el mundo en el club me vio con Merihan, Jisoo y tú. Puedo protegerme. Quiero que Jisoo te proteja.
— Oh, está bien, — Dijo Camila bruscamente. — ¿Y te importa decirme cómo te vas a proteger en medio del día cuando ni siquiera puedes moverte?
— No estoy comatosa. Puedo moverme si tengo que hacerlo.
— En el interior, tal vez. — Camila movió la mano por la habitación. — Pero ¿y si alguien rompe tu guarida y te arrastra hacia la acera? ¿Qué va a pasar entonces, Lauren? ¿Cuánto tiempo puedes sobrevivir bajo la luz directa del sol? — La mandíbula de Lauren se tensó.
— Si estoy en plena fuerza, puedo sobrevivir lo suficiente como para hacer lo que tengo que hacer.— Camila miró a Jisoo y luego a Lauren.
— Deberías alimentarte.
— Y deberías estar unida a la sangre. — refunfuñó Jisoo.
— Puedo alimentarte. — Lauren sacudió la cabeza.
— Te necesitamos con todas tus fuerza también.
— No pierdo fuerzas por darte sangre. — dijo Jisoo.
— No. — dijo Lauren suavemente. — Pero estás en peligro de enredarte. Ve a cuidar a tu compañera. No tengo necesidad de ti ahora.— Camila agarró la mano de Lauren.
— ¿Qué habitación es tuya?
Cuando Lauren indicó la puerta de enfrente de Merihan, Camila la arrastró, abrió la puerta y la atrajo hacia adentro. Ella cerró de golpe.
— Deja de guardarme secretos. — exigió Camila. — Después de lo que pasó en Nocturne, ¿no crees que merezco saber lo que necesitas? ¿Qué te hace vulnerable?
— Cuanto más sabes, más estás en peligro. El conocimiento es peligroso.
— La ignorancia es más peligrosa. — Camila agarró los hombros de Lauren. — ¿Qué te hace pensar que está bien conmigo con que te sacrifiques? No puedes tomar esas decisiones, Lauren. No en lo que a mí respecta. — Los ojos de Lauren se oscurecieron, y Camila sintió la presión contra la superficie de su mente, como si un peso pesado la estuviera tirando desde arriba.
— Para. No te atrevas a intentar influir en lo que siento por esto. — Al instante, la presión disminuyó.
— Lo siento.
—Deberías estar bien. — dijo Camila, acariciando la cara de Lauren. — ¿Dónde están tus anfitriones? ¿No deberían estar aquí?
— Todavía no los he llamado.
— ¿Por qué no?
— Dijiste que querías quedarte conmigo. — El corazón de Camila se retorció.
— Lo hice. Lo haré.
— Entonces me alimentaré cuando me despierte.
— No quieres que lo vea, ¿no es así? Ya lo he hecho, ¿recuerdas? — Lauren pasó sus dedos por el cabello de Camila.
— Eso fue antes. Antes de que te tocara.