Todo estaba tranquilo, calmado...
Al parecer Tay no había hablado con Joss, lo cual agradecía, pues si su hermano se enteraba se armaría la tercera guerra mundial. Sin embargo había una puya, muy en el fondo, Gun sentía cierta molestia.
¿Por qué no podía decirlo de una vez?
¿Por qué tenían que esconderse?
Sus escapadas nocturnas y las visitas de Off por las noches lo ponían, pero también el miedo a ser descubierto, esa sensación de ser observado, de que de un momento a otro su pequeña burbuja se reventaría.
Las consecuencias de que el clon 1 lo pillara lo hacía sentir mareado, Joss era demasiado sobreprotector con él. Si se llegaba a enterar que tenía algo con el jardinero, seguro los mataría.
Y peor aún, la idea de que se lo dijera a sus padres lo aterraba.
Pero no había pasado nada...
Tay no había hablado...
-¿En qué piensas? -le preguntó Off, dejando un reguero de besos por su rostro.
Se les había hecho costumbre a ambos pasar una noche en la habitación del otro.
Mañana él visitaría a Off.
-En nada. -contestó, tratando de sonar lo más normal posible.
No quería que pensara que era un paranoico. Aunque realmente lo pareciera.
-Hey -tomo su rostro entre sus manos, un toque que amaba Gun. -Puedes confiar en mí, lo sabes ¿verdad?
El asintió sintiéndose mareado con el olor de Off. Su apretado abrazo lo hacía sentir en las nubes, lo hacía sentir tan seguro.
Se sentía amado.
A pesar de que ellos aún no habían llegado a decirlo, cada vez que estaban juntos su corazón latía de emoción, la paz inundaba su ser y su cuerpo era como gelatina en los brazos del jardinero.
Amor
¿Sería posible que con tan poco tiempo él ya se sintiera de esa forma?
Le sonrió a Off que lo veía con cara interrogante.
Empezó a besar todo su rostro y luego su boca.
Sabía a menta y dulce.
Sus labios carnosos se moldeaban con los suyos, la manera en que lo besaba lo dejaba sin aliento. Los sonidos húmedos hacían que su corazón se acelerara.
Perdidos en una bruma de deseo embriagador, Gun se dio cuenta muy tarde que estaba a horcajadas de Off...sin camisa.
Los besos húmedos en su cuello lo hacían suspirar, pequeñas descargas de placer recorrían el lugar por donde era tocado.
Gun debía parar ahora, nunca antes habían llegado tan lejos. Para ser sinceros Gun jamás había hecho algo más aparte de un simple beso.
Cuando Off saboreó su pecho, perdió toda habilidad de pensar. Las emociones que sentía eran demasiadas. Se encontró a sí mismo gimiendo de placer.
Su cuerpo fue besado en todos los lugares posibles, en los que jamás pensó que una boca llegaría, en los que hace a un ser humano rogar misericordia, en los cuales los hace ver el cielo y las estrellas.
Volvió a su boca y Gun lo besó con desenfreno. Su cuerpo desnudo pedía más, sentía que las llamas devorarían su cuerpo.
Ambos respiraban dificultosamente y se miraban con ese deseo no tan oculto, los ojos de Off pedían permiso para hacer de él lo que quisiera. Para ser convertido en nada y todo.
Debería darle vergüenza que él fuera el único desnudo, cuando Off aún tenía sus jeans, pero no importaba. Lo hacía sentir más en la locura.
Lo volvió a besar aceptando, entregándose.
Fue tocado, chupado, mordido y amasado de pies a cabeza.
Sus nalgas fueron trituradas por las manos del mayor que las abrieron, mostrando aquel mangar de dioses. Llevándolo a la luna una vez más.
Ya flojo y húmedo, se introdujo en él poco a poco.
Con sus ojos abiertos y con las lágrimas por salir, el vaivén del amor empezó.
Doloroso al principio...lleno de deseo después. Pidiendo más, cada estocada con más fuerza.
Sus cuerpos se movían, se apretaban, querían estar más unidos. Ser uno mismo.
Estaban tan cerca...
Off dio en ese punto y Gun acalló sus lamentables gemidos en la boca del otro, mordiendo sus labios en el proceso.
Ambos cuerpos temblando por el poder del clímax.
Después de unos minutos, Off se alzó sobre él y lo miró con ternura, besó sus labios con la misma emoción.
-Gracias. -le escuchó decir.
Sabía a lo que se refería.
-Te quiero. -Te amo. Quiso decir, pero no se sentía listo, además Off no lo había dicho tampoco.
Vio en sus ojos la sombra de algo.
-También te quiero. -y lo besó. -Mucho.
Después de otra ronda de besos tiernos, el cuerpo de Gun empezó a reclamar descanso. Fue vagamente consciente de Off limpiándolo, de abrazos, besos, y un descansa amor a lo lejos...
****
A la mañana siguiente, cuando Gun se intentó levantar, soltó un aullido de dolor.
Parecía que lo habían partido en dos allí abajo, era un malestar agudo y punzante. Cojeo hasta el baño e intentó ducharse lo más despacio que pudo. Sonriendo en todo el proceso.
A pesar del dolor, el sentimiento que se alojaba en su corazón lo calentaba por completo, las imágenes de lo que habían hecho la noche anterior lo hacían sonrojar. Tocó sus labios...sus manos recorrieron las marcas en sus caderas, producto del amor que se habían profesado. A esas alturas Gun estaba seguro de que ambos se amaban profundamente.
Salió de la ducha más contento que nunca y con la resolución de confesarle a Off que lo amaba, al llegar la noche ese día, se lo diría en la pequeña habitación donde se alojaba.
Con el albornoz aún puesto, procedió a retirar las sábanas, las cuales estaban manchadas de sangre. Por supuesto él era virgen.
Off había sido el primero y esperaba que el único.
****
Cuando estuvo arreglado, bajo las escaleras directo hacia los dormitorios de los empleados, casi nunca se atrevía a ir, pero quería sorprender a Off.
Estaba de camino, cuando algo llamó su atención. Cerca del invernadero, dos personas se estaban besando.
Se quedó paralizado en su lugar, atónito e incrédulo.
¿El dios griego Good estaba besando a otro chico?
Wuaooo, ni en sus más sucios sueños habría pensado que Good fuera...¿lo era? El chico que estaba siendo devorado por el amigo de su hermano, era bajo como él, de piel blanca como la porcelana y con el cabello tinturado de plomo. No pudo ver su rostro por obvias razones.
Sonrió sin aliento, retomando su camino.
¡Que loco!
Al pasar cerca de la alberca pudo escuchar como estaban todos reunidos. La banda de los sexys amigos de su hermanito.
Siguió su rumbo.
Cuando llegó hasta la habitación de Off, se adentró sigiloso. Éste estaba de espaldas, con jeans y una camiseta negra que se ajustaba a su cuerpo, secaba su cabello con una toalla.
Se lanzó sobre él.
-¿Qué...?
Gun empezó a reír. Y Off lo tomó entre sus brazos.
-Te extrañaba. -dijo Gun cerca de los labios del contrario.
-Yo también. -replicó besándolo, -pero no lo vuelvas a hacer a estas horas, alguien nos puede ver ¿sí?
-Mhn -respondió y acarició sus narices juntas.
Off lo puso en el suelo y ambos caminaron hasta la puerta. Tenía razón, alguien podía verlos no podía arriesgarse.
-Te veré esta noche.
-Te veré esta noche.
Dio media vuelta para retirarse, y recibió una nalgada a cambio. En otras circunstancias, no le hubiese importado, pero el dolor que lo atravesó le hizo soltar un gemido.
-¡Gun! Lo lamen...
-Estoy bien. -dijo alzando su mano y saliendo del lugar lo más normal posible.
Aquello había sido muy vergonzoso.
******
Como siempre los chicos lo arrastraron a la piscina, por supuesto Tay ya no estaba entre ellos, cuando fue lanzado al agua casi llora del dolor, pero tenía que disimular y sonrió como si nada.
Le presentaron a un nuevo amigo, el cual resultó ser el peliplata que se estaba besando con Good unas horas atrás, lo presentó como su amigo. Bass. Era guapo tenía que admitirlo, sin embargo no le atraía.
Sentía la incomodidad de Bass a kilómetros, sabía que estaba molesto por cómo Good lo había presentado y no lo hubiese notado de no haber visto lo que vio.
Se encontraba solo en una esquina de la alberca, igual que él.
Su hermano, que recién llegaba, se sentó a su lado y empezaron hablar. Se sorprendió un poco ya que siempre lo saludaba primero, sin embargo esta vez ni siquiera lo había notado.
Así pasó gran parte del día, jugando con los chicos, extrañando a Off, y contando los minutos para que el sol se ocultara.
Casi saltó de alegría cuando todos se fueron.
-¿A dónde va mi consentido?
Habló alguien a su espalda y acto seguido fue elevado en un fuerte abrazo.
-¡Ahh!- se quejó cuando la parte baja de su espalda chocó con un cuerpo duro y firme.
-¿Te lastimé? -preguntó el clon 1 revisándolo.
-No, -carraspeó -Quiero decir, sólo me asustaste. -trató de sonreír ignorando el dolor.
Joss lo estudió por unos minutos.
Sonrió.
-Está bien, ve a tu cuarto y descansa.
Gun obedeció.
-Gun.
-¿Sí?
-Te quiero.
-También te quiero.
Fue directo a su cuarto, se duchó, se cambió y puso la alarma de su móvil para que lo despertara a las 12. No obstante, no pudo dormir por la emoción de ver a Off y confesarse. Estaba tan nervioso que sentía una bola en el estómago.
Luego de unas horas, la alarma sonó, saltó de su cama y salió sigilosamente de la habitación. Todo estaba oscuro y sólo escuchaba el fuerte palpitar de su corazón. Al bajar las escaleras se golpeó con uno de los grandes jarrones de decoración.
Demonios.
Cuando llegó a la puerta, el corazón casi se le salía del pecho.
Comprobó su ropa. Perfecto.
Acomodó sus cabellos. Perfecto.
Revisó su aliento. Perfecto.
Formó puños en sus manos e inspiró y exhaló dos veces.
Tú puedes.
Abrió la puerta lentamente con una sonrisa en los labios, con los nervios a flor de piel.
...
Su sonrisa se borró poco a poco de su rostro.
La mano que sostenía la chapa temblaba al igual que su quijada. Se mordió los labios tan fuerte como pudo, trató de contener la respiración para que así las lágrimas no acudieran.
El nudo en la garganta de pronto se convirtió en un vacío, los golpeteos en su corazón se escuchaban como una triste melodía, el nerviosismo dio paso al frío.
Sucio.
Se sentía Sucio.
Cerró la puerta lentamente. Se apoyó en ella por unos minutos.
Respira.
Respira.
Lágrimas.
¿No te das cuenta?, cómo ya se ha acostado contigo te ha hecho a un lado.
-No es cierto. -le decía a la voz en su cabeza. -N-no es cierto.
Se negaba a creerlo.
No podía ser Off, sería incapaz de acostarse con alguien que no fuera él.
Abrió la puerta una vez más.
Las lágrimas bañaban su rostro.
Recordaba a la chica que yacía en la misma cama con Off, desnudos, era su mejor amiga.
La chica se removió y Off la apretó más en su abrazo.
Fue su señal para irse.
A medida que se dirigía a su habitación, pensó en que necesitaba remplazar todo lo que estaba sintiendo.
Odio.
Lo odiaba.
Tomó su propio corazón sangrante lo destrozó.