~Universo paralelo~
POV (T/n)
Yo era esa chica otaku de mi clase. Había visto muchísimas series. Mi habitación estaba llena de figuras, posters, mangas, llaveros, pegatinas y tenía dos cojines, mis libretas también tenía pegatinas y no hablar de los llaveros de la mochila de la escuela. Aún así, tenía una gran amiga que me aguantaba todo el día.
-Buenos días (T/n)-
-Buenos días (N/AA)-
-Esta mañana no te vi, ¿te desvelaste otra vez viendo anime?-
-Sabes la respuesta-
-No te digo que no veas anime, pero deberías moderarte un poco, aunque sea por lo menos por las noches-
-Lo siento, pero Kageyama es demasiado lindo-
-Puedes comprarte un cojín de él y así lo verás siempre-
-Entonces me dará por ver más el anime-
-¿Sabes qué? Déjalo, solo intenta mirar menos anime por la noche para que no pierdas clase-
-Sí~-
(N/AA) y yo no conocimos en el primer año de instituto. Al principio nadie me hablaba y me sentía mal por ello, pero cuando tuvimos que hacer un trabajo juntas, congeniamos muy bien y desde ese día no nos hemos separado. Ahora estamos en tercero y aunque no estemos en la misma clase, nuestra amistad no se ha perdido, además vivimos cerca así que solemos ir juntas a clase, a veces nos lleva su madre y a veces la mía.
-¿Has ahorrado para ir a Japón?-
-¿Estás loca? Con todo lo que me compro es difícil, además, de España a Japón es un buen tramo-
-Siento no poder ayudarte-
-Está bien-
-¿Practicarás hoy voleibol?-
-Tal vez, si las de baloncesto terminan pronto sí-
Yo no estaba en ningún club de voleibol, pero al ver Haikyuu me animé a practicarlo. Al principio lo hacía en el aire libre, pero los de baloncesto que practicaban cerca, me dejaron el gimnasio cuando ellos terminaban, eso me ilusionó y les agradecí muchísimo.
Era de noche, no quería llegar tarde mañana otra vez, mi racha en los estudios era muy buena, no podía caer ahora, por lo que hice caso a mi mejor amiga y me acosté pronto o por lo menos para lo que mi familia es más o menos pronto: a las 10:30.
Tardé un tiempo en dormirme, tal vez porque estoy acostumbrada a dormirme más tarde, aunque ayer me acosté a las 3 de la mañana, la culpa la tiene Kageyama, es demasiado lindo y guapo como para dejar de mirarlo, al fin y al cabo es la verdad.
Al día siguiente me levanté bastante temprano, algo no muy normal en mí. Iba a saludar a todas mis cosas de anime como hago siempre, pero... ¡no había nada! Todo estaba cambiado por un póster de voleibol y me gusta, pero yo no tengo ninguno.
Me levanté rápidamente asustada, ¿¡dónde estaban mis cosas!?.
-¡Mamá!- bajé las escaleras, que extrañamente estaban posicionadas en otro lugar y fui a la coci... espera, ¿¡por qué este es el salón!?
-Estoy aquí cariño, en la cocina-
Vale, en la cocina, ¡pero esta era mi cocina antes! ¿¡Qué pasa con mi casa!?
Salí del salón y me integré en la cocina que estaba justo en frente.
-¡Mamá! ¿¡Dónde están mis cosas de anime!?-
-¿Anime? Pero si tu no ves anime, siempre estás jugando al voleibol-
No entiendo nada.
-Además, deberías empezar a cambiarte, vas a llegar tarde a clase-
-Claro, a clase, ¿a dónde voy?-
-A Karasuno claramente, me obligaste a apuntarte allí cuando viste al Pequeño Gigante en la tele-
-Sí, claro, lo había olvidado-
-¿Tienes fiebre o algo?-
-No, no solo... tuve un mal sueño y estoy como... ¿desorientada?-
-Ya veo, corre vete a prepararte-
Hice caso a mi madre, que parece que era la misma que la real y subí a mi habitación, cuando llegué arriba, procesé toda la información.
-Vale, madre dijo Karasuno y el Pequeño Gigante, entonces... ¡estoy en Haikyuu!- empecé a saltar emocionada, ahora todo tenía más sentido. -¿Pero qué hago aquí? A lo mejor es un sueño, espera, voy a hacer la prueba de pelliscarme. ¡Ay, duele!. ¿Cómo va a ser real? Espera si sigo pensando mi madre me echará la bronca-
Cogí el uniforme, me vestí, bajé, desayuné y saludé a mi padre, volví a subir, cogí mi mochila y salí de casa al despedirme de mis padres.
-¿Y ahora a dónde voy?-
De repente, vi a un chico muy conocido pasar delante mía. Era Nishinoya, vaya, sabía que era pequeño pero verlo en la "realidad", parece más pequeño todavía.
Lo seguí bastante atrás de él, no quería que pensara cosas raras, como que le estoy siguiendo porque me atrae o algo de eso, aunque llevamos el mismo uniforme. No fue un camino muy largo, claro, él vivía cerca de Karasuno, me olvidé de eso.
-¿Y cuál era mi clase?-
-Buenos días (T/n)-chan- alguien me llamó a mis espaldas, así que me di la vuelta.
-Ah, buenos días Yachi-chan-
Ay dios, es Yachi y encima la entiendo, ¿no debería hablar en japonés?
-¿Yachi? Hacia tiempo que no me llamabas así-
-Ah, sí, claro, lo siento, estoy distraída-
-¿No dormiste bien anoche?-
-A decir verdad, no-
-¿Te pasaste mucho tiempo jugando al voleibol hasta tarde?-
Vaya, aquí no es anime, aquí es voleibol, que casualidad.
-Solo un poco, pero no tanto como otras veces-
Empezamos a caminar hacia clase, pensándolo, si mis notas son buenas, creo que estaré en su misma clase.
-Por cierto, ¿te acuerdas que te dije que me apunté al club de voleibol?-
-Sí, me acuerdo-
-¿Y te acuerdas que me dijiste que querías conocer al Pequeño Gigante algún día?-
-Por supuesto-
-Bueno, en el club hay un chico que se parece bastante al Pequeño Gigante, ¿quieres venir a ver la práctica de hoy?-
-¡Oh sí! Me encantaría-
Entramos a clase y nos sentamos en nuestros asientos, el mío detrás del suyo y seguimos hablando hasta que llegó el profesor.
Llegó la hora de ir al club. Las horas en clase se me habían pasado realmente rápido, posiblemente porque me pasaba más tiempo intentando pensar por lo que estoy aquí y que en prestar atención a lo que el profesor nos decía.
-¿Trajiste algún chándal?-
-Déjame ver-
Rebusqué en mi mochila pero no vi nada.
-No, no tengo nada-
-Tal vez Shimizu-san te pueda dejar uno, sois más o menos de la misma altura-
-Bueno, yo mido 1'64-
-Hola Yachi-
-Hola Shimizu-san, ella es (T/a) (T/n), vendrá a ver el entrenamiento, está bien, ¿verdad?-
-Claro- dijo ella.
-Encantada-
-Igualmente, soy Shimizu Kiyoko-
-¿Crees que le puedas dar un chándal de sobra?-
-Por supuesto-
Llegamos a los vestuarios de voleibol y Shimizu me dio un chándal, yo le agradecí y nos cambiamos. Me quedaba un poco grande, pero no era una exageración, solo unos pocos centímetros.
Fuimos al gimnasio y cuando entramos, los chicos saludaron a las chicas, igual que ellas a ellos, pero luego se fijaron en mí.
-Chicos, e-ella es mi mejor amiga de la infancia-
-E-encantada, m-me llamo (T/n) (T/a), ¡no!, (T/a) (T/n)-
-¡Tú eres la chica de esta mañana!-
Nishinoya se me acercó rápidamente. Pensé que no se había dado cuenta de mí, pero parece que sí fue así.
-Me llamo Nishinoya Yū-
-Y yo Tanaka Ryūnosuke- se acercó su amigo pelado.
-Encantada-
Los chicos se me presentaron uno a uno y cuando terminaron empezaron a entrenar mientras nosotras observábamos. A veces lo hacía inconscientemente, pero hacía movimientos como para coger el balón, las chicas me miraban un poco raro, más Shimizu que Hitoka, ella creo que está más acostumbrada.
Pero, al que más imitaba era a Kageyama. Levantada los balones como si yo los tuviese, copiándolo. A veces, solo miraba, en la "realidad" es más guapo aún.
-(T/a)-chan- me llamó Shimizu.
Yo contesté con un "humm" sin dejar de mirar a Kageyama.
-¿Te gusta Kageyama?-
-¿¡Qué!? ¡No!- creo que mis mejillas se ruborizaron, esta vez la miré.
-Tus mejillas no dicen lo mismo-
-Ca-cállate Hitoka- ella rió.
Seguí mirando el entrenamiento y es la verdad, mirar a Hinata realmente impresiona, sus saltos son alucinantes.
Al acabar el entrenamiento, Kageyama y Hinata siguieron entrenando, como de costumbre, por lo que me quedé a mirarlos. En una de las ocasiones, Hinata saltó al lado contrario del que Kageyama levantó al balón, el balón seguía en el aire. No sé ni cuándo ni cómo, solo sé que cuando me di cuenta estaba saltando y seguidamente rematé el balón con fuerza.
-Buena colocación Kageyama-
-Gra-gracias-
-¿¡Qué ha sido eso (T/a)-chan!?- me preguntó Hinata. -¡Saltas tanto como yo!-
-Ah, supongo que sí-
-¿Te gusta el voleibol?- asentí enérgicamente. -¿Juegas al voleibol?- volví a asentir enérgicamente. -¿Quieres entrenar con nosotros?-
-¡Sería un gran honor!-
-¿Te parece bien Kageyama?- el asintió.
Para entrenar, a veces remataba Hinata y yo intentaba pararlo, otra veces yo remataba y él paraba. Una de la veces le dije que a Kageyama con un poco de vergüenza (no se ni como le halagué antes), que rematara una de mis colocaciones y después de hacerlo me halagó, haciendo que mis mejillas se sonrojaran.
-Chicos, dejad de entrenar ya e id a casa- nos mandó Sawamura.
Nosotros asentimos y fuimos a los vestuarios. Al cambiarme fui a la entrada pero Hitoka no estaba allí como dijo que estaría. Revisé mi móvil y había un mensaje de ella: decía que se había ido antes por su madre. Suspiré y empecé a caminar, pero una alegre voz me llamó por detrás.
-¡(T/a)-chan! ¿Vas sola a casa?-
-Sí, Hitoka se tuvo que ir antes-
-Podemos acompañarte si quieres-
-¿De verdad? Muchas gracias chicos-
Empezamos a caminar, parece que íbamos en el mismo camino, así que eso me alegró. Estuvimos hablando principalmente de voleibol, aunque no hablamos mucho porque llegamos muy pronto a mi casa.
-Oye (T/a), ¿intercambiamos números?- propuso Hinata.
-Me parece bien-
Me acerqué a él con el móvil en la mano y se lo di, él me dio el suyo. Cuando terminamos nos lo devolvimos y antes de que entrara a casa, Kageyama me tendió su móvil con un leve sonrojo o al menos eso creí ver, así que apunté mi número y luego me despedí de ellos.
Entré a casa y saludé a mis padres. Después de bañarme, cené y me fui a acostar. Me alegra haber conocido a Kageyama, ¿cuánto tiempo más me quedaré aquí?
El infernal sonido de mi alarma volvió a sonar como todos los días, espero ver hoy a Kageyama. Me incorporé y apagué la alarma. Mientras me despertaba, miré mis cosas de anime, todo igual, como siempre... como siempre... ¿¡mis cosas de anime!?
Bajé corriendo las escaleras, todo estaba igual, entonces, ¿de verdad todo fue un sueño? Pero, me pellizqué y dolió, ¿el dolor fue parte también del sueño?
Al ver la realidad, me desilusioné. Volví a subir y me preparé para ir al instituto. Cuando me disponía a bajar para ya irme, un mensaje en mi móvil sonó, pensé que era de (N/AA), así que lo miré, pero no era de ella.
-¿¡Kageyama!? Imposible-
Número desconocido
Número desconocido
Buenos días (T/a), soy Kageyama Tobio. Iba a mandarte un mensaje anoche para que supieras que era yo, pero se me olvidó. ¿Rematarías hoy algunas de mis colocaciones?
7:35 a.m.
Yo
¿Eres de verdad Kageyama? ¿No eres un falsificador o algo de eso?
7:37 a.m.
Número desconocido
No entiendo, ¿por qué iba a serlo?
7:38 a.m.
Yo
¿Sabes qué? Olvida que te he dicho eso. Encantada de rematar tus colocaciones, nos vemos después.
7:38 a.m.
Número desconocido
Hasta ahora.
7:38 a.m.
Estoy viviendo una locura, sin duda. Luego vi que tenía otro mensaje, era de Hinata, me decía más o menos lo mismo, pero él sí me lo había mandado anoche, le contesté y luego de procesar que posiblemente necesito un psicólogo, salí de casa para dirigirme a la de mi mejor amiga, esta semana nos tocaba ir en su coche. ¿Tan mal me dejó el sueño? ¿O de verdad fue real?