"Ey, ¿qué es eso?"
Kageyama Tobio, segundo grado, rebusca dentro de la gran caja de juguetes que está en el patio. Forzado a pararse sobre las puntas de sus pies, porque no era lo suficientemente alto, intenta alcanzar el fondo del cajón, su oscuro pelo cayendo sobre sus ojos. Frunce el ceño tratando de alcanzarla, deseando que sus brazos fueran más largos. Su familia que estaba dentro de la casa, tomando té y hablando de cosas que a él le aburrían, mandaron a los niños, él y su prima, a jugar afuera.
"¿Qué cosa?", Mikaela Kaisha, una niña que luce idéntica a Kageyama, se inclina junto a él. Con sus cabellos negros y sus ojos azules, lucen como si fueran mellizos. Sin embargo, ellos solo eran primos. Muy cercanos, pero aun así primos.
Kageyama saca una pelota tan grande como su cabeza. Era negra, amarilla y blanca, suave al tocar.
"¡Una pelota de volei!" exclama emocionada, Mikaela, sus ojos brillando. "Es de Papa. Él dice que lo solía jugar".
"¿Cómo lo juegas?" Kageyama pregunta, sus ojos observando la pelota con sospecha, como su le fueran a salir brazos y piernas. "Es solo una pelota".
Su prima frunce el ceño. "No lo sé. Papa no me dijo mucho, pero me mostró como golpearla. ¿Quieres intentar?"
Con los ojos bien abiertos, Kageyama asiente. "Claro. ¿Cómo se golpea?"
"¡Algo así!" exclama ella emocionada, haciendo un triángulo con sus manos. "Él me dijo que haces un triángulo con tus manos, y cuando la pelota viene hacia ti, lo empujas con las puntas de tus dedos. Y no puedes doblar mucho los codos."
"Déjame intentar" dice él, sonriendo. Mikaela lo tira alto, y cuando la pelota cae, pasa por el triángulo que hizo Kageyama con sus manos y lo golpea en la cara.
Mikaela Kaisha ríe a carcajadas, cayendo en el pasto, riendo tan fuerte que su estómago empieza a doler. Kageyama frunce enojado y pisotea. "Esa fue mi primera vez", patea el pasto con sus zapatos. "¡No te rías!". Pero era imposible no reírse. Mikaela inhala fuerte y se para, sonriendo.
"Lo siento", ella saca una pequeña risita.
"Otra vez", ordena él.
Y así es como todo empieza.
Mikaela empezó a esperar con ansias las veces que la familia de Kageyama y la suya se juntaran para una visita familiar. Como una o dos veces al mes. En lugar de estar aburrida como lo estaba antes, ahora espera con jugar con su silencioso primo. Ella y Kageyama toman la pelota de volei de su padre y juegan afuera con ella todo el tiempo. Pero ahora ambos ya poseen una, y solo practican golpeándolo de aquí para allá.
El padre de Mikaela percibe el interés de ambos, y un día, los lleva a ver un partido de voleibol. Ambos niños miraban con absoluto interés cómo la pelota iba por todos lados, de izquierda a derecha, arriba y abajo. Tres toques antes de ir al otro lado de la red. Saque. Ataque. Todo. Los jugadores eran de la escuela secundaria, pero para Kageyama y Mikaela, ellos eran grandes y muy geniales.
Luego vino el tercer grado.
Después de ver el partido, ellos seguían practicando juntos, y en la escuela también. Había un club para jóvenes aprendices de voleibol, porque ellos aún eran muy jóvenes para estar en un equipo. Aprendieron cómo sacar desde abajo, a trabajar con otras personas en la cancha y hacer pases.
Un año más tarde, Kageyama toma un gusto a la posición de levantador. Los pases que por primera vez había probado hace tiempo atrás, ya casi lo domina. Mikaela hace el pase y él lo levanta para que Mikaela pudiera pegarla. Pegar la pelota era lo que ella amaba, la forma en la que la pelota cae directamente y golpea el suelo. El poder que siente al ver la pelota golpear el suelo.
"¡Tú serás el mejor levantador," ella dice un día, mientras están practicando, "y yo seré la mejor atacante!"
"¡Ni siquiera sabes pegarle bien!", protesta él. "¡No te lo levantaré si no lo sabes matear!"
Mikaela hace una cara de enfado. "¡Y tú no sabes levantarla bien!"
"¡Sí puedo!"
"¡Tú sabes levantar tan bien como yo lo golpeo!"
"No, ¡mis armadas son mejores!"
"¡No lo son!"
"¡Sí lo son!"
Llega la secundaria.
Ambos siempre fueron a la misma escuela, siempre fueron mejores amigos. Eso no cambió. Y aquí están, en Kitagawa Daiichi. Y ambos estaban emocionados, porque ahora, podrían jugar en un juego oficial, con personas fuerte. Mikaela de inmediato fue a la prueba para estar en el equipo en el mismo día que lo hizo Kageyama. "Mi nombre es Mikaela Kaisha," dice orgullosa, "juego voleibol desde segundo grado".
"Segundo grado," la más alta del equipo lo piensa por un momento, sonriendo, "has estado jugando desde hace tiempo".
Mikaela asiente varias veces. "¡Sí! ¡Me gusta mucho el voleibol!"
"¿Qué posición juegas?", pregunta otra chica con el pelo gris.
Ella se encoge de hombros, pensando por un minuto. "Creo que soy...atacante."
"¿Tú crees?" cuestiona la peligris con una sonrisilla.
La pelinegra se retuerce bajo la mirada de las chicas. "Es todo lo que he probado, eso creo."
"¿Has probado armar?" una chica baja con cabello marrón y una gran nariz pregunta.
Mikaela ríe nerviosa. "Sí, pero no soy muy buena en eso. Mi primo es mucho mejor en eso que yo."
"Bien," dice la chica alta, dando un palmazo, "hagamos un partido de práctica para ver en qué eres buena, ¿está bien?"
Las chicas del equipo tienen mucho talento. A parte de ella, también hay dos chicas del mismo año que ella, que también quieren entrar al equipo. Tengo que hacerlo bien si quiero jugar en partidos oficiales. Tengo que hacer bien si quiero estar en la cancha. Pero el partido seguía su curso y ella no hizo mucho, y lo que hacía terminaba haciéndolo mal. Ella estaba fuera de lugar al bloquear, y apenas saltaba para alcanzar lo alto de la red. La pelota que sacaba de abajo, terminaban por golpear la red y caer. Sus recepciones eran bastante sólidas, y solo eso.
Las mejillas de Mikaela estaban rojas. Ella estaba en la fila trasera y una de las chicas que iba a sacar, la estaba mirando intensamente. Ella va a apuntar hacia mí. La saqueadora entrecerró sus ojos mirando a Mikaela, y esta sentía mariposas en su estómago. Oh no, oh no. No puedo hacer esto. No pue-
El saque alto y golpeado, fuerte. La pelota disparó por la cancha, pasa la red y cae directamente en frente de los brazos extendidos de Mikaela.
Rayos!
Ella se tira en el suelo, deslizándose, y siente la pelota estrellarse en sus brazos, elevándola en el aire. Ella se habría quedado mirando la pelota con asombro, recibir fue lo mejor que ha hecho en todo el día, pero solo la golpeo, elevándola directamente hacia arriba y necesitaba moverse. Mikaela rodó, dando una vuelta hacia atrás, saliéndose del camino de las demás. Esto dio tiempo suficiente a la armadora de su equipo para colocar la pelota a una de las atacantes. "¡Buena recepción!" dijo una de las chicas y ella sonrió emocionada.
Pero el juego no había terminado, el otro lado de la cancha recibe la pelota y se preparan para rematarla de vuelta. Las chicas del frente se preparan para bloquear y Mikaela se prepara para recibir.
El bloqueo triple debió lucir amenazante, porque vio a la atacante cambiar su forma en el aire. ¡Es un toque! Se lanzó hacia adelante cuando la pelota pasó sobre el bloque y la recibió mandándola hacia la armadora. Esta vez, la atacante anotó el punto.
"Buena recepción." La armadora dice, sonriéndole. Mikaela sonríe ampliamente haciendo que su cara le duela, "¡Siguiente juego!"
Mikaela rota a la izquierda, en la fila trasera. Maldición, ella solo quería ir de nuevo a la parte delantera para matear.
Pero con su suerte, el otro lado recibió limpiamente el saque y se preparan para pegar la pelota. Mikaela se posiciona sobre la línea para recibirla, pero la pelota rebota por las manos del bloque y esta sale volando.
La pelota no ha caído aún...
Ella echó a correr, siguiendo la pelota, salió de la cancha y se dirigió hacia el banco.
Todavía no ha tocado el suelo...
Mikaela se tira hacia adelante, deslizándose, cualquier cosa por coger la pelota. Ella logra colocar un puño bajo la pelota y con todas sus fuerzas la levantó. La pelota golpea su mano y vuela por el aire, dejando que una de las chicas del equipo pueda golpear la pelota hacia el otro lado de la red, anotando un punto. Ganaron.
"¡Buena salvada!" una de las chicas celebró, y el corazón de Mikaela aumenta de ritmo cuando la capitana del equipo camina hacia ella para ayudarla. Detrás de la capitana, las chicas comienzan a bajar la red y juntar las pelotas. Ella le pasa la mano. "Eso fue una lectura increíble y una recepción muy buena", la capitana la felicita.
"¡Gr-gracias!" Mikaela tartamudea, tambaleándose sobre sus pies.
"¿Te gustaría un lugar en el equipo titular?" ella continúa "Tenemos una posición disponible."
Mikaela no puede encontrar las palabras para expresar su felicidad. "¡S-sí! ¡Sí por favor! ¡Muchas gracias! En serio, ¡muchas gracias! ¡No las decepcionaré!"
La capitana le sonríe. "Sé que no lo harás. Serás una líbero excepcional."
La sonrisa de Mikaela falsea.
"¿Una qué?"
Ese mismo día, cuando Kageyama y Mikaela iban caminando a casa juntos, finalmente Mikaela le contó a alguien cómo se sentía. "¿Cómo te fue en el club?" ella le preguntó a su primo, acomodando su bolso sobre el hombro.
Kageyama sonríe. "¡Estuvo bien! Todos son muy buenos. Hay un chico llamado Oikawa, que es muy, muy bueno con el saque. Creo que voy a preguntarle para que me enseñe." Él luego la miró "¿Qué hay de ti?"
"Me quieren como líbero" Mikaela responde devastada.
"¿¡Qué!?" él grita sorprendido. "¡Pero tú-pero tú amas pegarle a la pelota! Y, ¡eres buena en eso! ¡Y los líberos no están permitidos jugar en la ofensiva!"
"Lo sé" gime, gruñéndole al cielo. "Pero...todo me salía mal. Y luego hice un montón de buenas recepciones y salvé muy buenas pelotas." Mikaela dice animada. "Estuvo genial, y obtuvimos el punto del juego. Pero...era tan bueno que la capitana decidió que debería ser la especialista en defensa.", suspiró derrotada. "Pero si quiero estar en la cancha, supongo que tendré que ser el líbero."
Kageyama estuvo en silencio por un minuto. "¿Quieres ser líbero?" finalmente preguntó.
Mikaela se encogió de hombros. "Amo salvar la pelota, pero eso puedes hacerlo desde cualquier posición. Y no soy tan buena en devolverle a la armadora." Dice de malhumor. "Quiero pegarla."
"Entonces seguiremos practicando," él le aseguró, "y tú algún día le dirás a tu capitana lo que realmente quieres."
La pelinegra parpadeó rápidamente y se aferró a Kageyama en un abrazo de oso, enterrando su rostro en el hombro de Kageyama. El chico soltó un sonido parecido al de un chillido. "¡Oye! ¡Quítate de encima!" Mikaela ríe y sonríe.
"Gracias, Tobio. Necesitaba eso."
"...Lo que sea"
Mikaela sonríe.
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Como ven...dice parte 1. Sí, voy a cortar los capítulos en partes para que no se haga tan pesado el capítulo.
Aquí tenemos a nuestros personajes!! ¡¿Se imaginan un tierno Kageyama intentado levantar la pelota por primera vez?! Taaaaan tiernoooo. Y Mikaela Kaisha, como leemos, es la prima de nuestro querido Tobio. La historia gira en torno a este personaje. Y les cuento...es muy genial. La autora leyó e investigó mucho para que esta personaje le saliera una maravilla. Ya sabrán de qué hablo.
El carácter de Kageyama no sale mucho de lo que es personaje de KAGEYAMA TOBIO en sí. A veces podrá salir del personaje, pero...¿quién no quiere ver a un Kags todo tierno?
Tal vez, después de subir esta parte, suba la siguiente para que puedan adelantar y no se queden con las dudas. (:
See you next chapter!!
-MissAz97