HIELO [en tu mirar]

Da Envious_Sky

28.3K 2.1K 301

[#1 SAGA ELEMENTAL] Thara y Märco. BOOKTRAILER cortesía de @BRECOSANCHEZTEAM https://drive.google.com/file/d... Altro

Adelanto
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
11 (2da parte)
12.
13.
14.
15.
16.
17.
18 (I PARTE)
18 (II PARTE)
19 (I PARTE)
19. (II PARTE)
20. (II PARTE)
20. (III PARTE)
FINAL
EPILOGO

20 (I PARTE)

792 74 14
Da Envious_Sky

Thara

Nunca había mirado con tanto interés los diseños que el techo de mi habitación tenía. Sentía la cabeza pesada y los hombros como si estos hubiesen sido apaleados. El resto de mi cuerpo retozaba gustoso envuelto en las estelas de endorfinas que la pasada noche junto a Märco me había dejado.

Miré el escritorio donde había estado redactando mi carta de abandono y prácticamente corrí a buscar el papel que allí había dejado de manera tan descuidada. Respiré aliviada al notar que seguía en su sitio.

—Esto ya no será necesario —arrugué el papel con una nueva resolución en mente. Al leer de nuevo las líneas que había escrito el dolor volvió a reavivarse en mi interior. —No te martirices con eso, tonta Thara.

El rostro de satisfacción de Livet también regresaba a mortificarme. Sé que no debería haberme mostrado tan debilucha frente a ella, pero es que con el escenario que me había planteado... se me hizo difícil fingir y mostrarme entera.

¿Y si esta era alguna especie de retorcida venganza en contra nuestra? ¿Tendría razón Brenda? ¿Märco buscaría traer de regreso a alguien como su abuelo?

Eran tantas posibilidades y una más descabellada de la otra. Pero si resultaban ser ciertas; ¿Dónde me dejaba eso a mi? ¿había entregado voluntariosa mi familia para un festín del señor del clan?

Mi cerebro funcionaba a toda su capacidad. ¿Para que le hubiese servido a Märco una familia de anexados a un clan...? Los Wellton éramos miembros insignificantes en nuestro viejo clan, papá tampoco era un espécimen digno de admirar... estaba viejo y achacado....

"—Podríamos abrir un fondo común —había dicho Melissa esa vez. —Para comprarle a papá una peluca y que su calvicie no lo avergüence.

Mamá nos había mirado con el regaño colmando su mirada. Mi padre muy seriamente había hablado;

—¡Melissa! —había censurado papá. —Creo que lo mejor será invertir en algún trasplante de cabello.

Y las carcajadas no se habían hecho de esperar. "

Mi barbilla tembló al recordar como bromeábamos en los desayunos. Estaba segura que no éramos la familia modelo, o el sinónimo de perfección. Pero éramos una familia. Era mi familia. Y dolía ya no tenerlos conmigo.

No entendía por qué Märco los querría muertos... y solo en ese momento me percaté, de que en mi interior buscaba escusas deseando que lo que me habían dicho fuese solo una mentira.

**

Me levanté cerca de las diez de la mañana y no hice más que deambular por la casa. Quise escabullirme cuando vi al señor Peter acercarse por uno de los pasillos. Él hablaba con otro hombre sobre alguna especie de objeto desaparecido en la noche.

—Me salvé —susurré abriendo alguna puerta y adentrándome en esa sala hasta ahora desconocida para mi.

La mansión no era un lugar en el que había explorado mucho, dicho sea de paso. Los últimos días los había pasado con mi esposo en su oficina. Y de eso, una semana. ¿Cómo podía ser que mi vida matrimonial apestara solo en la primera semana de matrimonio?

"Si tienes que forzarlo, no funcionará." Me habían aconsejado una vez, claro que en esa ocasión Melissa hablaba sobre alguno de mis crushes, a los cuales adoraba esporádicamente.

Tan ensimismada me encontraba revolcándome en mi miseria que no noté al señor Peter deteniéndose justo frente a la puerta de la habitación en la que me había introducido. Su sombra se traslucía por uno de los pequeños cristales que dejaban entrar luz a la estancia.

—Tienes una visita, Thara —carraspeo. —Stella llegó temprano a desayunar contigo.

Me encogí en mi sitio, se me había olvidado por completo el compromiso que tenía. El día de ayer Stella se había ofrecido a visitarme.

—Gracias —antes de abrir nuevamente la puerta tomé el primer libro que encontré en un mueble. Peter me miraba analíticamente. —Estaba leyendo... —ojeé el cuadernillo. —su agenda. ¿Tiene muchos planes para hoy?

Él me arrancó sin cuidado el librillo de las manos. Luego, me indicó que Stella ya se encontraba en la sala.

Sonreí incomoda y me dirigí a paso apresurado a atender a mi visita. Noté que Stella miraba todo el alrededor con interés.

—Buenos días —dije envolviendo la chaqueta de lana que utilizaba, sobre mi cuerpo. —Lamento haberte hecho esperar.

Haberla echo esperar era un eufemismo para decir que ella había estado desde las nueve de la mañana en la mansión mientras yo dormía a pierna suelta.

—No es nada —sonrió disculpándome, —entiendo como son las primeras mañanas de casados. Además, tuve el tiempo de husmear la mansión como se debe. ¿Sabias que yo nunca vine a este lugar?

Me quedé quieta y ella continuo hablando.

—El tiempo que estuve con Märco nos la pasamos viajamos o en la Torre, allí conocí a Joseff— tocó cariñosamente una cadenilla en su muñeca. —Fue lo mejor que pudo pasarme. Lo único bueno que rescaté de mi relación con Sneider.

—No tienes por qué contarme —respondí con tono condescendiente. Las veces que había compartido con Stella ella jamás había hablado de su relación con Märco y ese tema me ponía incomoda.

—¿Puedo preguntarte algo... personal?

No, no puedes. Sin embargo, asentí.

—¿Tu vida matrimonial es... normal?

—¿A qué te refieres?

—Yo dormí una sola vez con Märco, y esa vez me llamó por el nombre de otra mujer. Allí supe que el maldito me era infiel, aunque aquí entre nos, siempre lo sospeché. Era imposible que un hombre como él se negara al sexo.

Me mordí la lengua al ver su expresión.

—Estas siendo imprudente, Stella. No sé qué buscas diciéndome esto ahora, pero lo que hizo o no mi marido en el pasado no tiene por qué afectarme. Lamento lo horrible que fue para ti...

—Interesante. —se mordió los labios. —Pensé que al saberlo estallarías en un ataque de histeria, ya que... misteriosamente esa mujer sigue estando cerca suyo... y lo más probable es que continúen con su costumbre...

Como un pesado golpe, recibí sus palabras.

—Hablas de Livet —dije con un suspiro. —Conozco su historia, al igual que tu supongo cuando decidiste meterte con él.

—¿Qué?

—Vamos a ser sinceras, aquí entre nos —repetí sus palabras, — las dos sabíamos que entre ellos siempre ha habido algo. Y siempre lo habrá, ella es su primer amor... —dije disminuyendo el sonido de mi voz debido al peso aplastante de la verdad. —¿De que nos sirve insistir en algo que no tiene ni pies ni cabeza?

—Estás hablando de tu esposo, ¿es que acaso no sientes nada por él?

Si Thara. ¿Es que acaso no sientes nada de nada? Pero apenas ese pensamiento tuviese cuerpo, sabía que estaba perdida.

Hice silencio y ella malinterpretó mi respuesta.

—Toma, esto es para ti — Stella cambio de tema entregándome una pequeña caja blanca. —Espero que te guste.

Al quitar su tapa mis ojos se abrieron con sorpresa. Un hermoso, y muy holgazán, cachorro de husky dormía. Él ni siquiera se había inmutado por el movimiento de la caja.

—Es el más pequeño de la camada —avisó ella. —Deberás alimentarlo con biberón porque su madre dejó de hacerlo hace un par de días. La maternidad no es para todas, ¿sabes?

—Nunca he tenido un perro —confesé. —Gracias Stella.

El cachorrito se convertiría en mi única compañía de aquí en adelante.

El resto de la tarde me la pasé en uno de los jardines. Hacia frio, pero me parecía el lugar adecuado para pensar en la conversación que había tenido con Stella.

¿Había madurado o por primera vez en mi vida veía todo con claridad?

No podía sentirme herida por los sentimientos que no fui capaz de despertar en otro corazón.

Esa misma tarde también me enteré de que me salvaría, al menos durante unas semanas, de las miraditas malditas de Livet. Ella había sido enviada por Märco junto a su madre por una temporada. Parecía ser que, al fin y al cabo, él había decidido hacerme caso.

Mi mugre escena había valido la pena.

Una vez llegada la noche, acomodé al perrito cerca de mi cama.

Märco había estado llamándome, pero mi celular se encontraba en nuestra recamara. Después de pensarlo varias veces y de rondar como una loca la habitación, decidí devolver la llamada.

No contestó.

Idiota de mi al pensar que él esperaría ansioso mi respuesta.

—¿Thara? —Brenda abrió la puerta con cuidado. Ella me encontró acomodando parte de mi ropa en nuestro gran armario. Lancé rápidamente la camisa de Märco que olisqueaba. —¿Estás aquí?

Ella se detuvo a observar al cachorrito en su caja que llorisqueaba por atención. Además de ser un holgazán era bastante ruidoso.

—Aquí. ¿Pudiste averiguar algo? —pregunté con el corazón en mis manos. Rogando que su respuesta fuera negativa. —¿Mi familia?

—Efectivamente algo sucedió en Luxemburgo hace un par de semanas —ella suspiró. — No hemos podido encontrar información certera, el lugar se mantiene hermético. Märco lo ha ordenado.

Mis rodillas cedieron al peso de mi cuerpo y sentí mi sangre convertirse en plomo.

—Entonces, ¿es verdad? —mi voz se quebró resistiéndose a pronunciar la mortal pregunta. —¿Mi familia está muerta?

Brenda asintió.

Decidí venderle allí mismo mi alma al diablo. Quería que todos pagaran el dolor que sentía.

—¿Qué tengo que hacer para que me ayudes a destruir a Märco Sneider?

Los chillidos del chucho en su cajita me distrajeron momentáneamente. Brenda se lo pensó seriamente.

—¿No crees que te estoy mintiendo para no convertirme en tu súbdita?

Sonreí irónica.

—¿Y por qué harías eso? —limpie las lágrimas de mis ojos. —Dime, ¿Qué ganarías haciéndome creer esa maldad?

Ella se encogió de hombros. Se acercó a mi lado y me abrazó con fuerza.

Nunca imaginé lo mucho que necesitaba un abrazo así. Brenda era la primera persona que me brindaba verdadero consuelo desde que me separé de mi hermana. Ella me recordaba mucho a Melissa.

Lloré con más fuerza.

—Hay algo con lo que puedes empezar —susurró a mi oído mientras su mano acariciaba mi espalda, calmando mis sollozos. —¿Dónde está la estatua que tenían en la biblioteca? ¿puedes darme acceso a ella?

Me separé de a poco y asentí. Le pedí que una vez que mis suegros durmiesen iríamos hasta la biblioteca, donde Märco tenía su despacho también.

—Necesito que me digas hasta donde estas dispuesta a llegar con tal de... de hacer pagar a los que dañaron a tu familia, Thara. Si me dices que sí, informaré a la Orden de nuestra alianza y ellos nos darán el apoyo necesario.

"Quiero terminar con aquello que forcé. Quiero redimirme con aquellos que no tenían la culpa de que yo te eligiese esa vez."

—Estoy dispuesta a todo.

Brenda suspiró.

—Entonces me ayudarás a asesinar al señor del clan Sneider —habló pausadamente midiendo mi reacción. —Acabaremos con Märco, Peter y Hans Sneider.

—¿Qué?

—La mejor manera de limpiar una amenaza como ellos, es destruyéndola desde el interior. Una vez que el camino esté claro, tú podrás quedarte con el control del clan si no quieres que las alianzas con otros vampiros se rompan... La Orden nos ayudará a que nadie sospeche de ti.

Me quedé en silencio, atónita. Ella me proponía convertirme en una hipócrita asesina.

—¿Pero porque Hans y Peter? —me zafé de su agarre ofuscada. —Ellos no tienen nada que ver con los planes de Märco de traer a su abuelo a la vida...

No podía imaginarme haciendo tal atrocidad.

—Como tus padres tampoco tenían que ver con esto —respondió enojada por mi reacción. — Sin embargo, eso no detuvo a Märco. ¿Lo olvidas?

—Pero no tienen nada que ver sus padres ¿o sí? —Brenda refutó a eso con un "no estoy segura, pero si convencida". — Entonces, no lo sabes. No podemos atacar a dos personas por el simple hecho de estar emparentadas...

—¿Entiendes que una vez que Märco sea asesinado, sus padres buscaran vengarse? Debes considerar limpiarlos a todos.

Lloré en los brazos de Brenda porque sentía que no podía hacer otra cosa.

Llore porque justo esa misma tarde les había dado libertad y alas a los sentimientos que venía suprimiendo hacía semanas; Sí, el maldito alemán me gustaba, me hacía soñar e ilusionarme, me hacía enfurecerme y alegrarme. Provocaba mi carácter y me impulsaba a pelear, a no ser una mera espectadora de mi vida. Märco Sneider me impulsaba a actuar.

Para quienes no me conocían podían pensar que era una idiota, una tonta por conformarse con eso, ¿pero de que se trataba el amor sino de ser la mejor versión de ti misma?

Yo siempre había sido una tonta que vivía en su propia burbuja de ignorancia.

Mi vida era simple y cómoda, antes de él.

Yo no conocía el significado del amor verdadero antes de él.

Mi corazón estaba entero, antes de él.

Pero él nunca pudo verlo.

Y ahora yo misma tenia que matarlo.

**

Decidí darme un baño para dejar de pensar y de mentalizarme como una futura viuda negra.

Cuando pasaba la toalla por mis pechos, gemí al sentirlos pesados y sensibles. Me miré al espejo para notar alguna diferencia entre ellos y cuando no vi nada, me giré para continuar secándome.

Reprimí un grito al notar que en mi hombro, en la parte posterior del redondeado musculo deltoides específicamente, se marcaban cuatro puntitos rojos.

Me había mordido. Märco Sneider, me había mordido.

¿Es que no lo sentí?

No mentía aquella vez que le confesé jamás haber sentido un orgasmo. Yo, yo creía que así de intensos tenían que ser todos. 

Continua a leggere

Ti piacerà anche

54.2K 6.2K 60
Elena whitson es "obligada " por sus tías adoptivas irse de aquel lugar el cual ella tanto amaba para ir a un pueblo desconocido. Pero lo que no sabí...
226K 20.3K 21
Ella Contrario a la estadística, sami no vive presa de su talla, que es algo mayor debido a sus "huesos anchos", hace lo que le gusta y sus amigos da...
238K 22.2K 58
Todos tienen un propósito en la vida Edición por @CotiD-14
204K 15.6K 16
A veces demostramos el amor de forma estúpida. Eres un cisne "pecas", siempre lo fuiste, no le creas al idiota que te llamaba rana por cobarde-, murm...